35. Toma de control
Tengo poco tiempo antes de ser abordada por alguno de los guardias, con el pulso latiendo a mil por hora y las piernas temblorosas corro a todo lo que doy. En mi estado no es mucho, el castigo de Cayden me ha debilitado demasiado y las palabras de Arion se repiten una y otra vez.
Seguir a la condesa fue una buena decisión, ella se encargó de que no hubiese guardias en su visita y por lo visto prolongaron su descanso puesto que no veo a nadie cuando logro salir de los calabozos ocultos bajo la torre del mirador de estrellas.
¿Cómo puede arriesgarme así por él? Arion me odia, y con razón, incluso yo me odio. Es imposible no hacerlo. Me he empeñado tanto en la maldita protección que la sola idea de exponerme ante cualquiera me asusta profundamente. Mis emociones son prisioneras de mi mente, mi cuerpo actúa como si no existiese un alma dentro de él. Quise gritarle a Arion que mi corazón nunca ha dejado de latir por él, que aunque me duela y me pese yo también lo amo.
Para él, que no esté a su lado significa estar en su contra y aunque me esfuerce porque no parezca no cambiara de opinión. En el juicio me faltó poco para que Cayden supiese que su poder no rinde efecto en mí y que sigo actuando bajo su voluntad, un tropiezo más y sera mi condena, tal como Arion lo dijo, porque el trono no tendrá contemplaciones.
Mi cuerpo tirita cuando el frío de la madrugada me golpea y en la oscuridad termino tropezando y yéndome de bruces contra el suelo. Mis piernas están sobre algo suave y al girarme ahogo un grito con mis manos, salto quedando de culo al piso y retrocedo llenando de suciedad mi vestido.
No tardo en ver dos cuerpos más, son la guardia de la torre y todos yacen como cadáveres en el suelo.
—No están muertos si es lo que te preocupa —desde las sobras emerge una figura esbelta—. Necesitaba tiempo a solas contigo.
—Condesa.
Me levanto y hago una reverencia intentando ocultar lo cagada de miedo que estoy.
—Las mentiras tienen patitas cortas igual que tú —ella me rodea con la cabeza ladeada, evaluándome—. Incluso cuando intentas con todas tus fuerzas proteger tu mente me es fácil ver lo desviada que está tu fidelidad. ¿Cuál es el propósito de engañarte a ti misma?
—Creí que había quedado claro. Puedo deducir que escuchaste mi conversación con Arion, yo solo quiero protección para mi familia.
—¿Para ellos o para ti? Tienes un rostro hermoso, bendecido con la belleza eterna, tienes el poder de la seducción en tus manos pero te reprime el miedo—sus uñas se deslizan en la piel de mi cuello—. Tan hermosa y tan desdichada, podría tener el mundo a sus pies y sigue eligiendo la nada...
La mujer frente a mi recita sus palabras con un leve brillo hipnótico en los ojos, siento mis barreras caer lentamente en un baile del que intento escapar.
Con Cayden es sencillo pero ella tiene la eternidad a su favor, siglos de poder acumulado. Cuando la niebla me envuelve ni siquiera lo noto y los pensamientos afloran de mi en cascada para que ella los absorba con satisfacción.
<<Hay tanto dolor aquí. Te dices liberada mientras ocultas tu ser, te escondes en un rincón de tu mente, levantando un escudo del tamaño de Atenas para protegerla>>
Las lágrimas caen a montones mientras me siento expuesta, ella logra ver todo de mí y se siente como revivirlo una y diez veces conforme las imágenes salen. El poder de Athea es apenas comparable con el de esta mujer, la condesa no tiene piedad al extraer lo que quiere de mí, no presta atención a cuan débil me deja. Solo ensancha su sonrisa mientras yo jadeo entre espasmos dejados por el llanto.
—¡Basta!
La sacó tan de pronto de mi mente que ella jadea dividiéndose entre el asombro y la diversión. Algo se enciende en mí, similar a lo que sentí aquel día en la planta de gas y mis ojos refulgen, hay niebla formándose y siento el frío recorrer mi piel. La diferencia es que ahora lo hago por propia voluntad, con absoluto control sobre mí y eso me hace sentir poderosa.
—Pusiste a un príncipe a tus pies, has cegado y condenado a un inmortal inestable y robado el corazón al más frío. Deja de sentir miedo y deja libre a esa fiera que ahora veo. Conquista a quien verdaderamente importa, conviértete en la dueña del todo.
—¿A quién debo conquistar según tú?
—Eso es simple...a ti misma.
—¿Por qué me dices esto?
Ella sonríe con malicia.
—En la batalla debes tener soldados fuertes, solo estoy eligiendo los míos y dándoles armas —presiona mis mejillas con ambas manos y comienza su marcha—. Casi lo olvido, como no te acercaste lo suficiente a él tuve que rescatar esto para ti.
Entre dos de sus largas uñas sostiene un sobre rojo y aún con la tenue luz puedo ver mi nombre en la parte posterior.
—Me encanta el amor a la antigua, soy una antigüedad andante, un monumento cultural.
Me extiende el objeto y en cuanto lo tengo entre mis manos ella desaparece en la oscuridad.
No puedo quedarme paralizada por mucho tiempo, aunque me cueste asimilar todo lo que acaba de suceder debo irme. Por el rabillo del ojo capto el movimiento de guardias acercándose y es mi señal para huir. Corro con las palabras de esa mujer resonando en mi cabeza, tomo la entrada alternativa ingresando a la villa por la cocina, donde actualmente no hay nadie.
Conquistarme a mí misma.
Con ese pensamiento llego a la habitación donde soy prisionera, empuñando con fuerza la carta. Me deshago de las ropas, que pueden contener algún rastro de donde estuve y me enfundo en un largo camisón del estilo victoriano y escondo la carta lo mejor que puedo al escuchar pasos en el pasillo. El alivio por no ser descubierta no dura mucho, en ese momento, cuando era entrada la madrugada Agatha e Ivy irrumpieron en mi habitación con una orden del príncipe.
La Gran Reina quería verme.
***
Nunca había percibido tal tensión en los cuerpos de las doncellas, tensas como arcos comenzaron con sus tareas de peinarme y vestirme, en silencio y sin las miradas de reproche a las que me tenían acostumbrada, incluso podía decir que se veía preocupadas.
Le daba mil vueltas a mi encuentro con Arion, a sabiendas de que eso era un error pues hacía fallar mi protección y me volvía vulnerable a Cayden. ¿Era tan difícil dejar de amarle? Mis rencores para con él son mínimos, tengo total responsabilidad por mis decisiones y es por ello que prefiero mantenerme alejada para no empeorar su situación, que me condenen si es necesario para que ellos puedan ser libres.
Cuando estoy vestida, peinada y maquillada como una muñeca de porcelana puedo comenzar a repetir lo que para mí se ha convertido en el mantra de mi protección.
Soy fiel al príncipe.
Sirvo al trono.
Soy un híbrido.
Soy importante.
Estoy por ponerme de pie cuando la mano de Ivy me detiene y encuentro su mirada a través del espejo, ella luce perturbada.
—No intentes resistirte, se obediente si quieres vivir.
Asiento muy lento, llenándome de preocupación. Acto seguido ambas chicas hacen una reverencia y comienzan a caminar a la salida señal de que yo también debo hacerlo. A diferencia de Ivy, Agatha solo mira al frente con la mirada perdida, cualquiera que no se fije en los detalles no percibiría su taquicardia, sus manos pálidas y temblorosas y el sudor que perla su frente.
Ivy mira a todas partes, luciendo curiosa como siempre pero más inquieta que de costumbre y cuando llegamos a lo alto de las escaleras doradas ellas abren un espacio deteniéndose a mis costados.
Ahora debo bajar.
El pulso descontrolado me resuena en los oídos, impidiéndome saber si las doncellas continúan a mis espaldas.
El gran comedor está como nunca lo vi, adornado con manteles bordados de oro, enormes candelabros con velas blancas en su centro y un banquete que solo podría ser digno de Hogwarts y de la Gran Reina Inmortal. Si no me equivoco, debido a mi desapego con el correr del tiempo son cerca de la 1 a.m. Mi cena de esta noche no había llegado a su hora habitual y pensé que Cayden me castigaría hoy también, no fue así, sin embargo, esto se siente peor que un castigo.
Ella está ahí, imponente, rígida, digna y altiva en sus ropas oscuras, una corona que luce demasiado ostentosa y pesada reposa en su cabeza, bajo esta, los rizos platinados enmarcan un rostro anguloso, pálido y atemporal. Bien podría pasar por una figura de cera y lo creería.
Ni bien llegar al último escalón hago una reverencia respetuosa, en la otra punta de la mesa Cayden se pone de pie y camina hasta mí, su rostro no es amigable, a saber qué será lo que me reclamará ahora, estoy caminando en el filo de su paciencia y no falta mucho para que caiga de bruces. Aún así me ofrece su mano gentilmente, asiento antes me tomarla y caminar a su lado hasta la mesa.
—Puedo al fin admirar a la manzana de la discordia.
La reina lucía serena, algo que no vi en el juicio, donde las diversas emociones pusieron a prueba su cordura y por momentos creí que se libraría una batalla campal de la que ninguno de los presentes saldría virtuoso, había demasiado poder ligado con furia contenida en esa sala.
Solo noté un detalle extraño y es que ella llevaba unas muy elegantes gafas oscuras protegiendo sus ojos.
El príncipe me invitó a sentarme a su derecha y el volvió a su lugar a la cabeza de la larga mesa de doce puestos. No pude decir o hacer mucho, ellos decidieron entablar una conversación sobre mí sin importar que estuviese presente.
—Cayden, hijo ¿Qué te hace pensar que ella es digna de todos los privilegios y concesiones que le has dado?
—Con el debido respeto madre, Anabelle es la única después de mí que ha superado con éxito el proceso de cambio, es la clave en mis planes de crear una raza superior.
—Los híbridos tienen un maravilloso control sobre sí mismos, un poder inigualable y por supuesto, una muy nula posibilidad de quedar cegados.
El accesorio que protegía en sus ojos desaparece entre sus manos y puedo ver de cerca esos peculiares ojos que me impactaron la tarde del juicio. No hay iris, solo una completa blancura me devuelve la mirada haciéndome dudar sobre si realmente puede verme.
—Puedo verte por supuesto, a un nivel más profundo de lo que una simple mirada observa. Veo tus miedos, tus marcas, el reflejo de sus emociones. Veo lo que te atormenta y te hace huir. Y veo la fortaleza de tu mente, adherida a ideas peculiares —emite una suave risa—-. Ahora lo veo, mantener una barricada es inteligente solo si tienes la resistencia suficiente, niña.
Todo en mí se estremece, porque si la reina me pilla mi vida llegará a su fin mucho antes de poder siquiera probar el postre. Sus ojos ahora sí que poseen un iris, uno refulgente, y me escanea en busca de la más mínima muestra de debilidad.
Pero me conozco, si algo bueno Cayden hizo por mí fue enseñarme a buscar en los intrincados rincones de mi mente un refugio al cual acudir para protegerme de él y sus influencias.
Los bordes de mi visión se tornan borrosos y de pronto veo todo en matices de color gris. Mis ojos enfrentan los de la reina en una dura batalla donde me niego a que vea nada de mí. Erzsébet me pilló desprevenida, no pienso permitir que nadie me quiebre de nuevo y agotando casi todos mis recursos me mantengo firme hasta que la poderosa mujer frente a mí desiste y con una sonrisa ladina asiente hacía mí.
—Subestimar voluntad de una mente resentida podría resultar en nuestra destrucción.
Aunque sigue sonriendo noto amargura en su voz, a la reina lo le ha gustado que le retase, que no le dejase hurgar en mi interior.
—Madre, es una cena para que conozcas a Anabelle, no para que pongas en juicio su lealtad.
—Me es inevitable hacerlo y hablando de juicios, podríamos tocar el tema de porque no has condenado a los Vriklas con tu palabra, pelirroja.
—Ella no...
—He hecho lo que Cayden me pidió —me defiendo—, dar testimonio de lo que sucedió en Atenas, nada de lo dicho fue una mentira ni una jugada en su favor. Cayden pidió sinceridad y eso les di.
Si los ojos de Cayden pudieran salirse de sus cuencas para ser más grandes seguro lo serían, intenta beber vino de su copa y se ahoga un poco en el proceso, incluso debe aclarar su garganta varias veces para poder hablar pero su madre no le deja.
—Supongo que Cayden deberá ser más preciso en aquello que decida pedir en el futuro.
—Lo que él decida será ley —sonrío con inocencia.
—Tu obediencia no concuerda con la imagen que proyectas, dime ¿No extrañas tu vida anterior?
—Esta es mi vida ahora —contesto con resolución.
—¿No necesitas la normalidad de una vida humana?
Ella está probándome, su postura me lo dice, incluso su aura me reta a equivocarme y pisar en falso.
—¿Por qué ser un humano corriente cuando puedes ser extraordinario? Y ¿Qué es la normalidad después de todo?
<<Cíñete a mis órdenes Anabelle, cállate de una vez>>
Ignoro la voz de Cayden mirando como la mano de la reina sobre la mesase aprieta en un puño sobre el mantel, ella sigue igual de sosegada, al menos en su exterior y yo, quiero ampliar mi sonrisa con mis pequeñas victorias. Cayden rompe con nuestro duelo de miradas y hace chasquear sus dedos, acto seguido, un desfile de sirvientes aparece y traen consigo los platos y utensilios en los que la elegante cena comienza a servirse.
—Se sienta en mi mesa, me reta, hace que mi hijo la respalde y cena a mi lado. Antes de un año estará sentada en mi trono con mi cadáver a sus pies.
Eso me gustaría mucho.
Mierda, Ana, cállate la cabeza.
—Madre...
—No estaba en los planes que te amarraras a su coño.
—¡Madre!
—Silencio.
Doy un respingo ante los gritos, la tensión en el ambiente ha aumentado al mil por ciento en solo segundos y sigue escalando mientras la madre se enfrenta al hijo con miradas cargadas de ira.
—La híbrida brilla con instinto de rebeldía ¿Cuánto tiempo crees qué pase antes de que te traicione?
—Ella es mía, es fiel a mí, yo la controlo.
Y me mantengo en silencio, ardiendo de impotencia porque alzar la voz significa morir. Porque hablar ahora es ser silenciada para siempre.
—Que lo demuestre, que se atreva al amanecer a clavar un puñal en el pecho de aquel al que verdaderamente ama.
Cayden luce confundido y yo tiemblo, el escalofrío más intenso me recorre y creo que he comenzado a sudar, aún así intento mantener mi compostura e incluso picoteo algo en el plato paran mantenerme en mi papel de robot obediente.
—¿A-Arion?
—¿O te has creído que te tiene especial afecto? No te crié para ser un iluso, Cayden ¿He fallado en mi decisión de nombrarte mi sucesor?
—Por supuesto que no, pero ella es...es la clave para crear más híbridos.
—Y debería estar en un laboratorio, no en mi mesa fingiendo ser una endemoniada sumisa.
—¿No podemos discutir esto en otro sitio?
—¿Me dices como debo actuar? Si hablo ahora, de esta forma y en esta lengua es porque quiero que tu pequeño experimento me escuche y se atenga al destino que le espera de salirse de su guión.
—Anabelle sube a tu habitación. Esta cena ya no tiene propósito.
Cayden me ordena con los ojos chispeantes y me levanto tan rápido que pienso que podría tener un resorte en culo.
Soy fiel al príncipe.
Sirvo al trono.
Soy un híbrido.
—Oh, no —escucho una risita venir de la reina y al mirar a mis pies encuentro a una oscura niebla rodeándome—. Tu capacidad de esquivarme es adorable, a ver cuánto soportas.
—Hará lo que le dices madre, basta.
Siento un impulso muy fuerte y la bruma del descontrol se apodera de mí, mis manos actúan solas disipando la niebla de la reina que al ser tomada por sorpresa no la devuelve a tiempo a su sitio dándome oportunidad de llevarla tras de mí. Casi grito con conmoción por mi acto, ha sido tan natural que ni he sentido el tirón en mi estómago hasta que vi la niebla siendo movida a mi voluntad.
—Debo seguir una orden majestad, mis más sinceras disculpas pero sirvo a su hijo y actuó solo bajo mandato suyo.
Con un chasquido toda la niebla desaparece y contengo un jadeo, dentro de mí todo pesa y me es difícil incluso hacer una débil reverencia antes de irme a toda velocidad rumbo a mi habitación. Han sido demasiadas emociones y siento que no puedo soportar esto mucho más. Me desespero, la ansiedad me consume y ansío lo único que puede revitalizarme ahora.
Pero no puedo.
Intento concentrar mi atención en cualquier otracosa y el sobre escondido bajo la pila de libros junto a mi cama parece brillar yeso solo hace que todo empeore. Definitivamente podría explotar justo ahora.
Sé que la carta no es de Arion apenas la abro, su caligrafía aún se encuentra grabada en mi mente, desde el día en que mandó el disfraz de halloween a mi casa. Busco al final de la misma un nombre y al encontrarlo mis ojos se llenan de lágrimas, es demasiado para una noche, me siento agotada y drenada, sin embargo, el deseo de saber de mi familia me gana y me enfrasco en la lectura.
"Si pudiera comenzar esta carta de una forma distinta lo haría, pero estoy en una carrera en contra de los dolores de espalda que conoces como el clan de Arion.
Nunca tuve la oportunidad de agradecerte por internar sacarme de los problemas vampirescos, cómo ves no puede huir mucho tiempo. No te preocupes, no saltaré a las batallas ni me entrometeré, estoy muy cerca de irme a la escuela de arte y no pienso exponer mi cuello, literalmente. Fueron muchos meses de intentar resignarse, Arion estaba como un loco diciendo que no debías importarle a nadie y cuan vil eras por dejarle, puras patrañas, no le creas ni una letra es un imbécil frío que está demasiado tomado de ti.
Tu abuelo dice que cuando vuelva a verte te dejará sin un solo pelo en la cabeza y la abuela ya tiene tu ingreso al convento, pero no te preocupes, Becca esta trabajando en re-decorar el sótano para que puedas esconderte ahí. Ella es increíble parecida a ti, casi me da un infarto cuando la vi y luego habló y todo se fue por el caño porque es realmente pedante y molesta cuando quiere. ¡Metió en problemas a todo el clan! Casi hace que se expongan y como consecuencia Arion ocasionó una epidemia de gripe en Atenas. No bromeo, tu abuelo describió como sus mocos se salían solos, ya saqué cita con el terapeuta para olvidar esa imagen mental.
Si te escribo es para mantener viva mi esperanza de que sigas con vida...y también para sentir que formo parte de todo el drama sobrenatural a quien quiero engañar.Quiero mantener este sentimiento de que volverás, todos queremos. Conozco la fortaleza en tu interior, eso es algo que jamás podré olvidar ni con el hechizo de diez Arion.
Sé lo suficiente del trono como para hacerme una idea de lo que la humanidad tendrá que enfrentar si toman el poder de todo, gracias al libro de la vida he visto las profecías a las que estamos sujetos. El mundo no está preparado para que una revelación como esta tome lugar. La amenaza del fin está cerca, elige bien de que lado luchar porque eres una contrincante jodidamente difícil de vencer.
Estamos bien Ana, lucha, lucha por ti y por nadie más.
Y sin ser cursi diré que te quiero y te esperaré con un maratón de Crepúsculo y palomitas.
Pd: ¿Puedes creer que Arion puede empatizar? Él entendió mi dolor por Michael, porque amó y perdió. Y aún así sigue amando...amándote.
Katherine, la débil mortal que ni en un millón de años quisiera estar en tu lugar."
Cuando termino estoy limpiándome las lagrimas con una sonrisa plasmada en todo el rostro, fijando mi vista en la nada, perdida en la forma en cómo las cortinas se mueven con el ligero viento que entra por la más mínima de las ranuras de la ventana. Permanezco mucho tiempo así, tal vez resignándome o quizá armándome de valor para lo que viene.
El amanecer comienza a asomarse con un tenue brillo que va en aumento hasta que el cielo toma los más hermosos matices y de inmediato sé que esa belleza no es un buen augurio.
Las palabras plasmadas en aquel papel bajo mis dedos detonan en mí una necesidad angustiante, un deseo enloquecedor de escapar de este confinamiento y donde antes me encontraba estancada es donde veo por fin la salida. Durante todo este tiempo he evadido ese impulso animal que vive en mi interior, a fin de no convertirme en uno de los monstruos que tanto me han atormentado.
No quiero seguir conteniéndome.
Agatha es la encargada de llevar comida y arreglar mis ropas esa mañana. Mucho antes de que haya puesto un pie en la habitación yo ya he sellado mi decisión y condenado su futuro. Agatha es un alma perturbada, dañada por los que en esta cárcel dorada habitan.
—Hace años, un muchacho perturbado por el poder y el deseo de conocer un amor puro provocó un enorme daño en mí —hablo cuando ella comienza a peinar mi cabello—. He estado en cautiverio desde entonces, ahora son paredes, antes era mi propio cuerpo el que me aprisionaba. Me sentía rota, entonces no había una salida para mí y gritaba por dentro por un dolor que me partía el alma y que nadie podía sentir, ni entender. Permití que eso me definiera y perdí mi identidad, aún así tenía salida, solo que me di cuenta mucho después, pero no tarde, porque nunca es tarde para encarcelar al verdadero culpable y liberarte de un yugo autoimpuesto.
>>Puedes ser libre también, podemos ayudarnos la una a la otra.
En un acto atrevido me levanto y tomo entre mis dedos las delicadas y temblorosas manos de la doncella, encontrando en sus ojos un vacío profundo que me llena de desanimo pero no amaina mi determinación. Con un último soplo de energía proyecto en su mente la imagen de lo único que podría salvarme ahora: Sangre.
Sus ojos se desenfocan cual subyugada.
—No hay libertad para mí —responde con su acento tan marcado y palabras mal pronunciadas—. Pero usted puede luchar, aún puede obtener salvación.
Por primera y única vez sus ojos parecieron mirarme, mirarme de verdad y pude ser testigo de cuánto dolor cargaban. No pude ver de dónde extrajo el cuchillo, tampoco prever su acción, es por ello que cuando intenté detenerla fue demasiado tarde y el espeso flujo de su sangre despertó en mi la más voraz de las hambres.
Nunca lo quise de este modo pero en ese momento no hubo tiempo de arrepentimientos, ni espacio para lágrimas.
Tomarla fue vigorizante, saciarme fue despertar y una nueva energía crepitó en mi interior escupiéndome a gritos la única verdad que debo pregonar.
Conquistarme a mí misma.
Soy un híbrido.
Soy importante.
Soypoderosa.
***
Epa, no tengo señal wifi porque #vivoenVenezuelaSaquénme. Pero tenía que actualizar porque COLDER TIENE 350 MIL VISUALIZACIONES. Mil gracias por hacer que esto crezca, yo ni siquiera pensé que está historia llegaría a tanto.
Mañana estaré subiendo otro cap y luego en un par de días subiré una dinámica de preguntas y el final. El epilogo está listo también pero aun no sé si lo suba en la semana o el otro finde.
Sigánme en mis redes si gustan (enlace en mi perfil) , dejen amor en los comentarios y si quieren pueden compartir la historia para seguir creciendo, con sus amigos, vecinos, crush, mascotas, peores nada...
Los tqm *-*.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top