26. Extinguir las llamas
Me preocupa volverme loca...más.
Hace días no veo un rostro familiar.
Hace días no veo el exterior.
Hace día estoy bajo un encierro asfixiante.
Desde el juicio ha pasado una semana, mis acciones me condenaron. La poca libertad y confianza que Cayden deposito en mi estaba rota. Todos ahí esperaban que despotricara contra Ashton, que lo hundiera aún más, que me diera por asentada en el lado del trono.
Fui imbécil, fallé y me deje llevar por un instinto humano de liberación. No pensé de forma calculadora y me jugó en contra.
Algo grande está por suceder. Lo siento y sé que no es algo agradable. Los humanos murmullan y sus pensamientos son confusos y alarmantes. Filas y filas de soldados han entrado a la villa y posiblemente se encuentren en el área. ¿Qué tan grande pueden ser las instalaciones subterráneas? Es absurdo que siquiera lo pregunte, el lugar podría extenderse por muchos kilómetros. Esta diseñado para albergas a cientos de vampiros al mismo tiempo. Lo que vi es apenas una pequeña parte de ella. Y estoy casi segura que la villa no es la única entrada a ese lugar.
En fin, esa fortaleza de torturas no me interesa. Prefiero vivir un encierro aquí arriba que allá, con las voces retumbando en cabeza, las paredes heladas y debilitantes y los experimentos a todas horas. Recordar mi estadía en el área me produce un estremecimiento.
Camino de un lado a otro intentado mitigar un poco mi estado de ansiedad creciente, a este paro acabare por dejar un surco en la alfombra, hasta de duelen los talones y tengo los dedos en carne viva tras arrancarme las uñas hasta que sangraron. Me asusto, la sangre podrá llamar la atención de los vampiros. Mierda. Ni siquiera puedo estresarme de forma correcta.
La puerta suena, avisando que alguien ha retirado el seguro y procede a ingresar. Debo retroceder hasta que mi espalda choca contra las cortinas. El mismo empleado humano que ha estado trayéndome los alimentos durante esta semana aparece con una bandeja más grande de lo habitual. Su aspecto cenizoso es alarmante, posee una mirada febril que en contraste con su frente perlada de sudor me dice que no es alguien a quién le estén dando tregua. Incluso su olor...¡Jesús! quiero llorar por cómo el abuso que sufren estas personas al ser esclavizadas les deja como simples bolsas de sangre en cuerpos muertos en vida.
No habla.
No me mira.
No produce una maldita expresión en su cara, alteración en su postura o cambio en sus vacíos ojos.
Deja la comida de forma mecánica, como siempre. Se va y de nuevo estoy encerrada.
Un gruñido escapa del fondo de mi garganta, no soy capaz de pasar por encima de alguien así. Me dirijo a la bandeja conteniendo mi furia contra mí misma. Ni siquiera puedo decir que no comeré en protesta, mi estómago me delata al gruñir con ferocidad. Mis comidas se redujeron a dos al día y como respuesta, mi cuerpo en buen estado físico gracias a los entrenamientos de Cayden y la buena alimentación, está sufriendo las consecuencias.
Puedo notar de inmediato el añadido a mi cena de hoy, puedo incluso olerlo y saborear su gusto metálico en el fondo de mi garganta anhelante. Lo ansío. Lo necesito. Y eso me pone más inquieta pues comienza la lucha en contra de las necesidades no humanas de mi sistema. Esta es una pelea que por mucho que me esfuerce no consigo ganar, y más temprano que tarde termino abalanzándome cual animal desesperado sobre el contenedor con la sangre.
Es un deleite que me despierta, me energiza, me calma y aclara mi mente confusa. Todo tan solo con el primer trago. Ya debería acostumbrarme a esta terrible pero extasiante sensación, sin embargo, cual drogadicta, la emoción es la misma que la primera vez y podría decir que más intensa, cuando mi cuerpo ha comenzado a acostumbrarse y puede asimilar mejor a este intruso.
Sin embargo, ese es solo el efecto inmediato, un par de minutos después puedo sentir como cada musculo de mi cuerpo comienza a arder y a sentirse pesado, provocándome un fuerte dolor que distorsiona todo a mi alrededor y hace que un grito desgarrador salga desde el fondo de mi garganta. La sangre corriendo por mis venas quema y no pasa mucho para que aquella tortura termine en la negrura de la inconsciencia.
***
Me cuesta un esfuerzo tremendo poder recobrar la conciencia, mis ojos tan pesados como nunca antes me obligan a mantenerlos cerrados hasta que recupero el uso pleno de cada extremidad de mi cuerpo.
Una vez despierta intento ubicarme de inmediato. La estancia se me hace familiar, sin embargo la ambientación es muy diferente, la tenue luz rojiza apenas me permite ver el extenso mar de libros que hay debajo y me encuentro tendida en un largo sillón tapizado de terciopelo rojo donde antes solo había sofás de dos plazas.
Cuando todos mis sentidos están lo suficiente despiertos pudo percibir de inmediato que no me encuentro sola.
—Encuentro una paz gratificante, en verte dormir —Cayden emerge de las sombras, completamente vestido de negro, lo que hace que su cabello resplandezca en la penumbra.
No me molesto en parecer sorprendida, sino más bien alerta.
—¿Volviste a los tiempos donde necesitabas dormirme para trasladarme? —cuestiono recordando como fue que llegué a la villa.
—Me temo ya no puedo confiar en ti, cariño.
—Hice lo que creí correcto.
—Respuesta equivocada, Anabelle ¿Cómo pretendes crear un mundo mejor si no eres capaz de condenar a los destructores del actual?
Un dispositivo de metal dorado es colocado en el centro de la mesa donde aún descansa el ostentoso cáliz del príncipe. La tecnología del objeto debe ser muy avanzada, en cuanto la palma de Cayden es colocada sobre el mismo, este se ilumina proyectando una luz holografía de color azul.
Me quedo boquiabierta y medianamente maravillada observando. Pero eso dura poco.
—¿Quieres ver de lo que tu mundo es capaz pensando en lo que es "correcto"?
EL holograma asemeja un enorme mapa mundial a escala, sobre el que Cayden pone sus manos para comenzar a ampliarlo un par de veces hasta mostrar continentes, otro zoom y son países, uno tras otro y después...ciudades. Unas cuantas que luego cambian a otras al otro lado del globo y de esa forma me va mostrando el mundo y a medida que la imagen se acerca puedo ver el caos en el que se encuentra sumido.
Ciudades destruidas, en llamas; humo y fuego siendo testigos de la destrucción. Personas en protestas masivas en las que la seguridad del pueblo pende de un hilo y los protectores de este voltean sus cañones en contra de este; sangre corriendo como agua en los canales. Guerra, destrucción y barbarie; inocentes muriendo a manos de despiadados seres armados.
Imágenes que me llenan de repulsión y decepción. No solo atacándose los unos a los otros, siendo enemigos de su propia especie, sino que han ido más allá, cobrando vidas inocentes de seres inferiores e incluso inanimados. Flora y fauna.
Me gustaría pensar que lo que veo bestias inhumanas, sin alma por una razón, gracias a una mutación genética que los vuelves monstruos, esclavos de sus incontrolables impulsos, pero no es así, porque son personas humanas, personas conscientes.
Esclavos únicamente de la sed de destrucción.
—¿Para qué me muestras esto? ¿Qué pretendes que vea? ¿Algo que ya sé?
Con un gesto serio él asiente.
—A veces, Anabelle. El ser humano es la peor de las bestias.
>>Con el paso de los años la evolución ha tocado muchas ramas, tecnología, materia, cuerpo, pero nunca la mente y el espíritu. Las barbaridades que se encierran en la mente humana son tales, que nadie podría llegar a controlarlas, principalmente porque ellos creen que nadie puede hacerlo al estar a salvo dentro de ellos. Los humanos se han metido por siglos, miles de millones de años; en un eterno ciclo, donde crean para destruir y destruyen para crear. Sin nadie que les ponga un alto.
>>Se han puesto incluso por encima de sus propias deidades. Crean reglas para romperlas, se rigen por leyes que no cumplen. Se insertan en un paradigma social...y moral que ni ellos mismos creen que sean capaces de seguir. ¿Hasta cuando la especie humana se creerá dueña de las cadenas? ¿Hasta cuándo serán sus propios opresores? Te daré la respuesta.
Niego, no quiero saber cuál es el curso que tomaran sus palabras. Ya he aceptado su veracidad y llegado a las mismas conclusiones. Sin embargo, mi esperanza aún brilla en lo más profundo. Aún no me permito abandonarme a ese mundo oscuro.
>>Hasta que una especie superior tome el control y sea quien los oprima. En ese punto ellos tendrán a alguien más a quien culpar más que a ellos mismos. Lo necesitan. Llevamos siglos esperando por esta intervención, jamás habíamos estado tan cerca, porque jamás los humanos habían llegado a tal punto en su retrogradación.
—¿Qué quieres decir?
—No es casualidad que hayan llegado a la cúspide de su destrucción. Han matado a su propio mundo y este los rechaza cual virus, y aún así, siguen sin darse cuenta de todo el mal que causan. Ambiental y socialmente. Es un efecto progresivo...y masivo. Se destruyen ellos y todo lo que les rodea. No puedo negar que habrá grupos, cultos, clanes e incluso religiones con más conciencia que otras.
>>Esas minorías estarán ligados a la nueva selección natural, una que de paso a una humanidad fuerte y decidida a evolucionar, mejores especímenes humanos...unos completamente subyugados a nuestro poder. En un ciclo donde ellos sirvan como preservadores de nuestra especie y nosotros los salvemos de sí mismos. Parte de nuestro plan ya ha sido probado, en nuestra propio pueblo, si hemos sido capaces de lograrlo en inmortales con mayor resistencia, la humanidad no tiene oportunidad.
¿Están planeando la extinción parcial de los humanos? Esperen ¡¿Están planeando la esclavitud total después de ello?!
—¿Por qué hacen esto? —mi voz escapa como el más leve de los susurros horrorizados— ¡¿Por qué me vuelves parte?!
Los ojos de Cayden jamás habían sido más azules, jamás se habían visto tan perdidos y enloquecidos. Como si no fuera él en su cuerpo, sino más bien una simple marioneta. Sin embargo, había algo de él en ello, su total consentimiento y resolución para dar pie a los macabros escenarios que describía.
—El hermético lado humano de tu mente se empeña en responsabilizarnos de la destrucción que tu sola especie ha provocado —el tono calmado e impersonal de su voz es escalofriante—. Probablemente los inmortales hemos plantado la semilla del caos, sin embargo ha sido ustedes los que la encontraron, regaron, abonaron y cuidaron para que floreciera como el peor de los infiernos. No somos los culpables, por el contrario, han sido años de intentar controlar a los verdaderos responsables, una raza que no aprende, que no aprecia las oportunidades. Yo mismo era humano y gracias a la reina he podido evolucionar, convertirme el rey...
—¡En contra de tu voluntad! ¡Te están manejando a su antojo!
—¡Cállate! —me encojo en mí misma tanto como puedo— Y no intentes siquiera opinar en algo cuando nunca me diste oportunidad de mostrarte el lado correcto de este juego. Lo que soy fue mi elección y es lo que quiero y tu también lo has sido.
El reconocimiento llega a mí como un soplo, siendo este el más irónico de los deja vú. Ashton y su trágico final firmado llega de inmediato a mis recuerdos. No solo estoy presenciando la verdadera cara del monstruo, sino el nacimiento del mismo. Los hilos invisibles que controlan a Cayden lo arrastran a la más atemorizante oscuridad y amenaza con devorarme a mi también.
—También yo quiero elegir, soy humana y miembro de esa raza que desprecias y de la que reniegas aunque tu mismo seas uno de ellos en parte. Déjame ir y destrúyeme de ser necesario junto a ellos para completar tu proceso de transformación y evolución.
Su sombría expresión se pierde en las sombras proyectadas por la espesas cortinas de nuestro alrededor. Dejando oculto lo que su rostro muestra, su pecho vibra y pronto una sibilante risa que va en cresendo lo toma en visibles sacudidas.
—Anabelle, Anabelle —su lengua acaricia mi nombre y eriza mi piel el pavor—. Tu valentía y fiereza resultan atractivos, el reto que me representaba tu mente también lo era y ahora solo me parece un obstáculo. ¿No puedes ver el que el único motivo por el que sigues viva es por el poder de tu sangre? Tu y yo somos los únicos híbridos que hemos sobrevivido a a transformación completa. Miles fueron probados, años de experimentos, muerte tras muerte y tu...un simple accidente que dio mejores frutos que cualquier estudio.
<<Tal vez hay algo especial en ti, tal vez no. Tal vez sea el cruce de tu sangre. Podría dejarte ir y tomar a alguien similar. Alguien a quien moldear desde cero>>
Me horrorizo aún más si cabe. La luz holografía muestra una imagen puntada de una sonriente Becca con un gorro de lana.
Siento el sabor salado de una lagrima que cae en mi boca abierta.
<<Ya no hay salida>> <<¿Querías elegir? Pudiste hacerlo, pudiste unirte a mí por voluntad propia o tomar el camino difícil>>
Mi cabeza arde en cuanto cada palabra es metida a la fuerza a través del muro de protección que intento levantar.
<<No puedes tenerme —expreso con dificultad de la misma forma que él—. Ni mis sentimientos ni yo te pertenecen y mi fortaleza está más allá de tus muros>>
—Que equivocada estuviste —sonríe con cinismo—. No te culpo, mis encantos fueros preparados para ser idénticos a las emociones reales humanas. No me interesas ni tu, ni ninguna baratija sentimental. Me interesa mi nueva especie y mi evolución.
Cayden jamás fue ese rostro amable que me tendió la mano, jamás fue ese chico atrapado y con deseos de liberación. Nunca fue mi mejor oportunidad de escapar. Fehacientemente creí que podría calar en él y encontrar un aliado dentro de mi cautiverio. Que bueno fue fingiendo y que increíble que cuando por fin abría los ojos, estos tenían al frente la afilada cuchilla de su inhumanidad.
<<Que tu alma subyugada a la mía encuentre paz en el silencio, tu corazón lata al compás del mío y tus pensamientos vivan encerrados en lo más profundo de tu mente, ahí donde la escapatoria sea únicamente la muerte>>
No debí cometer ese error.
No debí mirar sus ojos.
No debí perder la esperanza.
Porque al mismo tiempo me perdí a mi misma.
***
Estoy volviendo del más allá.
Disculpen si se les hizo aburrido o tedioso. Intenté acortar muchas cosas:(
Creo que este es el último cap narrado por Anabelle por un tiempo.
Lamento no haber cumplido el viernes, es que el universo no quiere que termine esta historia. Un concejo, nunca coman productos lácteos de dudosa procedencia.
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