1. Eco
Despertar cada día era un martirio, adaptarse a la penumbra que me rodeaba era sofocante, aunque también me parecía sorprendente lo mucho que mi capacidad para distinguir en dicha situación se había desarrollado, me tomaba poco mas de un segundo dejar de notar la profunda oscuridad y ver en una escala de grises cada superficie e inmueble que me rodeaba en aquella sencilla habitación.
Hago amago de levantarme e ir a encender las luces, aunque realmente no me hace falta me gusta sentirme normal por lo menos una diminuta parte del día. Solo tenía esto, no había luz natural entrando por la ventana y la falta de vitamina D me estaba pasando factura, mi piel se había vuelto casi traslúcida, al punto de que mis venas azuladas se distinguían fácilmente, así como también las diminutas marcas blancas que dejaban las cicatrices en mis brazos y cuello.
Suspiro.
Mi vida se basa en suspirar últimamente.
Una ducha y estar lista para cuando las puertas se abran, el uniforme como todos los días se encuentra doblado doblado sobre el baúl a los pies de mi cama y no es mas que pantalones de semi-cuero y camiseta, ajustados y de color negro. Miro al vacío durante unos instantes antes de proceder a buscar ropa interior y vestirme, al menos aquí respetan mi privacidad y no estoy rodeada de cámaras siendo vista por mi ex-novio psicópata.
Recojo mi cabello en una cola de caballo ha crecido tato y es una fuerza roja indomable, le doy vuelta enrollándolo para mantenerlo lejos de mi cuerpo y también pasar un poco desapercibida, sin importar que eso sea casi imposible.
Y espero, como cada día, de cada semana...de los últimos tres meses. Pensando en todo y a la vez en nada, sin permitirme flaquear, ni sentir en absoluto. Flashbacks de múltiples momentos me abruman, recuerdos, momentos, emociones, rostros...Él mirándome con la mandíbula desencajada y los ojos vacíos a través de la brumosa y helada niebla, él dándome la espalda en cuanto toque el avión, rehusándose a seguir viéndome marchar. Ese fue el momento donde me di cuenta de mi error y ya era jodidamente tarde, elegí mal y me toco verlo quebrar su temple, eso me destruyó.
Aunque mis ojos quemen, aunque mis manos tiemblen, no me quiebro. Me mantengo firme y con la mente en el objetivo.
En la localidad griega de Kifissia, a unos veinte minutos del centro de Atenas, se encontraba, en una de las inmensas villas, una extensa mansión que se asemejaba mucho más a un castillo que a un sitio residencial. No es para menos, pues en esta para nada humilde morada residía la mismísima reina y todo su séquito. Y aunque sus títulos no eran de conocimiento publico, si que tenían mucho poder sobre el país y mucho mas allá de este.
Le llamaban "El Trono" y aun cuando no había visto a todos sus miembros, la sola mención de su nombre ocasionaba terror en los de abajo.
Los de abajo.
Creo que esa era la parte mas increíble de todo esto, algo que jamás se me había siquiera ocurrido, tan lejano a la realidad que parecía un extracto de una película de ciencia ficción con malas criticas. La primera vez que me trajeron aquí explote en un ataque de risa histérica al darme cuenta de todo lo que me rodeaba, tanto que terminé sedada como un animal. Me imaginé castillos, criptas, mazmorras, cuevas oscuras, húmedas, criaturas salvajes, o por lo menos muros de piedra. ¡No un maldito establecimiento subterráneo rebosante de tecnología!
Laboratorios, celdas, habitaciones, sitios de entrenamiento. Básicamente eso era, una especie de academia de preparación para nuevos vampiros, se estaba prohibido subir, cada persona aquí era doblegado por los guardianes.
Y yo, era una estúpida que creyó que llegaría a entrar en el círculo real, en tres meses ni siquiera había vuelto a ver a Ashton o a cualquier miembro del consejo, ni que decir que no conocía en absoluto el rostro de la reina.
Sin embargo, si que había un rostro familiar acompañándome cada día...
El sonido de la puerta al ser desbloqueada me llegó, me puse de pie viendo como se deslizaba hacía un costado y me dejaba ver una sonrisa que aborrecía con cada poro de mi cuerpo.
—Hola...Rojita.
—Vuélveme a llamar de esa forma y pondré en práctica mi entrenamiento partiéndote en pedacitos—su risotada solo me hace hervir aún mas.
Elliot, tan dulce como me había parecido la primera vez que lo conocí, era la única persona ahora hacía la cuál dirigir toda mi rabia.
Levanta sus cejas mirándome de arriba a abajo.
—Si haces esto cada día pierde sentido la amenaza —ladea la cabeza con evidente burla—. ¡A desayunar! Hoy habrá sorpresas para ti.
Su emoción hace que se me descomponga el semblante, usualmente esas "sorpresas" resultan en todo un día siendo la rata de laboratorio de alguien, entrenar como una marioneta, correr, probar reflejos y habilidades que no podía controlar y que me llevaban a un estado de dolor agonizante; recibiendo todo tipo de torturas con agujas, cosas punzantes o que me hicieran sangrar, desconocidos bebiendo mi sangre y viceversa.
No podía hacer nada, no con cientos de vampiros rodeándome, no sola.
Sola.
Un pensamiento que casi me echó abajo muchas veces, pero no podía, estaba sola porque era mi elección, una estúpida elección que me trajo a esto, mi culpa, mi tortura, mi lucha.
Y por ello recorría cada día estos extensos pasillos recubiertos de metal, iluminados con lámparas de luz blanca, soportando que todos aquí me observaran con curiosidad como lo harían con un animal en un zoológico. Porque aquí yo era la extraña.
Curioso, porque mientras en mi mundo ellos eran los monstruos, en el de ellos yo era la amenaza.
El comedor estaba lleno, y el hedor ferroso inundó mis fosas nasales, de inmediato mi estómago despertó aunque me negara a aceptar que quería de aquello que casi todos tenían en sus manos.
Sangre.
El color negro predominaba gracias a los uniformes vacíos de personalidad que todos tenían, a excepción de los guardias.
Vampiros neófitos, inestables y en transición se preparaban en las filas del ejército de la reina. Cada día llegaban nuevos reclutas que tendrían como único deber adaptarse a esta nueva vida y no romper las reglas, si lo hacían el castigo era la poco menos que la muerte. Sin importar si eras convertido adrede o producto de un accidente, si los guardianes te encontraban serías incorporado al régimen si o si.
Durante el primer mes me di cuenta de como trabajaban, fue fácil pues lo único que hacía era observar; los nuevos llegaban, la mayoría entre los 15 y 30 años, atractivos como lo eran los inmortales, inadaptados y rebeldes. Pero eso no duraba mucho, nadie estaba por encima de la autoridad y si violabas aquello significaban torturas horribles y algunas veces, la muerte. Y eso lo entendía de inmediato. Una vez eras un "Vampiro ejemplar" el trono designaría tu futuro. Siempre había flujo de personas, algunos tardaban mas que otros en adaptarse, pero en tres meses la cantidad de vampiros entrando y saliendo era tan sorprendente que resultaba imposible que todos fueran de una misma ciudad e incluso de un mismo país.
Eso era explicable, los distintos colores y rasgos raciales delataban a muchos haciéndome ver que El Trono estaba en todas partes.
Para el segundo mes fui obligada a incorporarme a las distintas actividades del área, separada del resto por supuesto y siempre bajo la atenta observación de guardianes y médicos que detallaban hasta en mas mínimo de mi comportamiento.
En el tercer mes comenzaron mis "Sorpresas" desde entonces no había un día en el que no pasara por al menos un laboratorio a ser evaluada o participar en algún experimento o prueba.
Resoplo al darme cuenta de una vez más los chicos murmuran mirando en mi dirección como si yo no fuera a darme cuenta, eran vampiros, debían ser suficiente inteligentes como para saber que lo que era un susurro en sus antiguas vidas resultaba fácilmente audible para todos los que aquí se encontraban.
Los murmullos iban en aumento y con ello el pitido en mis oídos, solo se hacía presente cuando estaba a punto de perder en control sobre mi misma, sabía que estaba rozando ese borde en cuanto entré al lugar. Ocupé mi mesa designada al fondo, mi desayuno ya estaba ahí. Cuatro guardianes me rodearon. Elliot tomó lugar frente a mi y tomo la manzana de mi bandeja.
—Mírate ¿Quién diría que una pequeña bolita roja sería temida por todo el mundo? —muerde la manzana y hace una mueca de asco— Solían ser mis favoritas —expresa con tristeza.
—Si tan solo sus miedos fueran justificados.
—¡Lo son! —exclama—. Eres una leyenda, acabando con todo a tu paso, en plan Wanda de los Vengadores, todos tienen que saber el motivo de por qué hasta comes escoltada...y con el soldado mas guapo de la corte.
Me guiña un ojo y reprimo las ganas de estamparle el sándwich en la cabeza.
Como en silencio, por desgracia mis compañeros no y la ira en mi bulle cuando los comentarios cambian de rumbo, intento hacer contacto visual pero apenas levanto la mirada a ellos me evaden, solo un chico moreno me la devuelve, él esta en la mesa que más ruido hace, donde sus ocupantes ni se molestan en bajar sus voces. No lo soporta y mira a un lado dejándome con una sonrisita victoriosa, hasta que mi atención recae en la dirección de la mirada del mismo chico; un grupo de chicas, no mas de 15 o 16 años que intentan ocultarse tras sus cabellos para observarme.
Ella está mirando hacia acá.
Esta involucrada con la realeza.
La tienen aquí solo para estudiarla.
No es mas que un experimento fallido.
Su propio novio la vendió.
No distingo de quien provienen los comentarios pero no hacen mas que comenzar a dar vueltas en mi mente en un continuo eco. Vuelvo a mirar al chico y él esta mirándome sin expresión en su rostro, de repente algo parece cambiar en él y oigo claramente su voz profunda ordenando a las chicas que se callen.
Pero el ruido continua y mis manos comienzan a temblar, bajo la mirada y la clavo en estas. Pierdo la conexión con el mundo por un segundo y no faltan los gritos ahogados cuando la cuchara causa un estruendo al estrellarse contra la bandeja metálica.
Se hace el silencio y levanto la vista, Elliot ya no está y los guardias se han apartado y pronto descubro por qué, hay niebla, es poca, pero sé por experiencia propia que eso es suficiente para causar mucho daño. Los murmullos han cesado de la forma audible, pero eso solo hace que estallen en mi cabeza con aun mas fuerza.
Es mi segundo episodio estando aquí. Y en esta ocasión, todos están siendo testigos, solo puedo intentar acallar la voces pero en eso se va toda mi energía y no puedo controlar la niebla que comienza a envolverme, ya no me causa dolor, es algo que tengo controlado; los guardias no pueden acercarse y el resto solo sueltan exhalaciones y maldiciones mientras se agrupan al otro lado de la cafetería lejos de mi.
De pronto todo se va, se detiene. Siento un ligero eco susurrante dentro de mi cabeza por debajo de todas la voces ordenando que se callen y logrando que me arrulle el silencio total. Es la primera vez que algo así sucede, es como si mi cerebro se hubiera reiniciado y dejado de enviar ordenes, mi vista queda en la nada. Caigo desplomada sobre la silla, exhausta, no noté en que momento me había puesto de pie.
—La niebla está prohibida en las zonas no designadas, señorita Reeds —Esa hipnótica voz—. ¿Quisiera venir conmigo, por favor?
Era la misma de mi cabeza y ahora hacía eco dentro de las instalaciones de la cafetería.
Dejo de mirar la superficie de la mesa y poso los ojos en el largo abrigo de la persona frente a mí.
¿Mi primera impresión? Es jodidamente alto ¿La segunda? Es jodidamente rubio. Y por último...Todos los reclutas lo miran con la boca abierta.
Y pues, yo no soy la excepción.
***
Oficialmente hemos iniciado esto ¿Que veremos en Cold Blood, Ale? Pues lo que no vimos en Colder pequeño lector. OKNO. Ok si, habrá muchas cosas que no trate a fondo en Colder, se ahondará mas en ciertos personajes y vamos a ver nuevos y polémicos personajes. ¡Más Ariabelle! Tambien Evabelle no se crean y tal vez... ¿Otro ship que termine en Belle? jiji. Habrá ships muy locos la verdad
Gracias a los que están aquí desde los inicios, me ha emocionado mucho ver como Colder ha subido en los últimos días e incluso llegado a #2 en la categoría de Vampiros. Son lo mejor en serio.
Sigamos creciendo juntos.*-*
So...¿Quien será el sujeto misterioso?
Escuchen a bebé Chon en multimedia :3
Besos. *-*
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