Capitulo 2
CAPITULO EDITADO
El mas mínimo rayo de sol que entraba por la ventana impactaba justo en mi ojos haciendo que me dispersara por toda la cama. Mire el reloj con los ojos entre cerrados. Dos de la tarde. ¡Mierda! Si que había dormido. Quite las sabanas que estaban enredadas en mis piernas y me levante.
Mi estómago crujía como si me estuviera gritando: "¡Alimentame, perra!". Me dirigí al baño para hacer mis necesidades, cepillar mis dientes y por último arreglar mi cabello. Bajé las escaleras adormecida y solté un bostezo. Mis pantuflas de unicornios se arrastraban perezosamente por el suelo de toda la sala. Mi padre trabajaba y Sienna todavía estaba disfrutando su estúpida pijamada con Kelly. Abrí el refrigerador para silenciar mi estómago y me preparé un sándwich de jamón y queso.
Escuché el ruido de unas llaves y la puerta de mi casa se abrió dándole el paso a mi hermana ingresando con una sonrisa.
-¿Por qué estas feliz?-Pregunté.
-Porque hoy habrá fiesta, hermanita- Arrojó su bolso al suelo y ser acercó a mi para implantarme un beso en la mejilla-Los padres de Kelly se han ido de viaje y tiene su enorme hogar solo para ella. Todo el vecindario ira y cuando digo esto también me refiero a... Treux-Levantó sus cejas.
Treux era un chico que habiá salido conmigo alguna veces pero nunca hubo algo mas que eso. Había 'terminado' conmigo el día que le deje en claro mis sentimientos. Él me gustaba pero no estaba preparada para una relación, no quería tener algo serio a una temprana edad. Lo que mas me atraía de Treux era su sonrisa que podía enamorar a cualquiera. Tampoco puedo olvidarme de recalcar esos hermosos ojos...
Desde el comienzo de las vacaciones de verano que dejé de verlo y luego no volví a cruzarle.
-Seguro no quiere verme, Sienna-Dije dándole un mordisco a mi sándwich y un poco de mayonesa se patinó de mi boca.
-No digas eso, además habrá muchos chicos, música, baile, alcohol y la pasaremos genial.
Bien, las fiestas me llamaban la atención pero el alcohol no era mi mejor amigo. Un par de copas y ya me encontraba haciendo el rídiculo. No quería que sucediera eso.
-Esta bien iré, pero tu le dices a papa-Dije.
-Ya lo sabe, le avise esta mañana. Ahora subamos, tengo que elegirte ropa.
*
-Eso te queda perfecto-Gritó mi hermana con ambas manos en su rostro. Parecía emocionada.
Sienna me había elegido una blusa corta que terminaba por arriba de mi ombligo, tenia los hombros descubiertos y era color coral. Para mis piernas unos simples shorts color negro y en los pies unas pequeñas plataformas en color negro.
El maquillaje lo quería simple, un poco de rímel y un labial que no llame mucho la atención. Nunca fui muy exagerada a la hora de maquillarme.
Lo contrario a mi hermana Sienna quien se bañaba en maquillaje.
Sienna había optado por usar un vestido ajustado color blanco que era demasiado corto, estaba segura que si papa la veía no la dejaría salir hasta que le agregue tela.
Nos miramos en el espejo por ultima vez, nos tomamos una foto y nos fuimos.
La casa de Kelly no se encontraba tan lejos por lo que optamos por un buen modo de transporte. La caminata.
La noche estaba oscura, como aquella noche donde ese chico, Zac, me había salvado de lo peor.
Se podía oír el sonido de la música desde unas casas antes. La casa de Kelly era enorme. Una enorme puerta oscura se encontraba abierta donde la gente entraba y salía. La casa estaba atestada de personas, algunos se encontraban moviendo sus cuerpos al ritmo de la canción que sonaba, otros conversaban animadamente y otros disfrutaban de sus tragos. Sienna saludaba a la gente y yo me limitaba a sonreír amablemente, no conocía a muchas personas.
Caminamos recorriendo la casa y en un abrir y cerrar de ojos Sienna se había perdido.
¡Genial! Sola en una fiesta sin nadie con quien hablar.
-Jamás había notado que existía una chica tan linda en este vecindario-Una voz masculina sonó a mi lado. Di un pequeño salto del susto y volteé para encontrarme con un muchacho rubio. Tenía una hermosa y parecía importarle mas su cabello que su atuendo.
-Gracias-Dije con vergüenza-por lo de linda.
-Soy Dylan-Extendió su mano.
-Jade-Estrechamos nuestras manos.
-Y dime Jade, ¿Por qué estas sola?
-No estoy sola, he venido con mi hermana pero obviamente ya la perdí.
Dylan rio y pareció haber entrado en confianza rápidamente porque tomó mi mano dirigiéndome a la barra.
¡Tranquilo!
-Tomemos algo-Comenzó a preparar un trago y le agrego tantas cosas que me mareaba el solo verlo.
El liquido comenzó a tomar un color rojo. Una vez terminado me entregó el vaso y me miraba radiante.
-No creo que sea buena idea tomar esto-Dije cohibida.
-¿Tu estas loca? Es el mejor trago que probaras en tu vida. Créeme.
Sin pensarlo dos veces tome el vaso y le di un sorbo. Al principio me quemo tanto la garganta que quería llamar a los bomberos pero luego un gusto dulce se apodero de mi boca.
Le di otro sorbo al vaso...y otro... y otro.
-Esto esta buenísimo. Hazme otro rubio-La vergüenza que tenia se había ido con ese vaso.
-Tus deseos son ordenes.
La música cada vez sonaba mas intensamente en mi cabeza y comenzaba a sentirme un poco mareada. Dylan había terminado de hacerme el segundo vaso.
-Oye, ¿Esa es tu hermana?-Dijo Dylan señalando detrás de mi. Inmediatamente voltee a ver si veía a Sienna pero no había nadie.
-No hay nadie-Dije preocupada.
-Oh habré visto mal, lo siento-Dijo Dylan dándome el segundo vaso que en un minuto había quedado vacío.
Pero ese vaso tenía algo especial porque logró algo dentro de mí. Una vez acabado me baje del taburete y a penas podía caminar. Solté una carcajada por eso, no sabía porque me reía pero todo resultaba gracioso. Me sentía alterada.
Me giré para ir a buscar a Sienna pero mis piernas fallaron y tambaleé. Segundos después mi cuerpo estaba en el suelo y lo peor de todo es que esa caída también me había resultado graciosa. Dylan me tomó de la cintura y me puso de pie riendo. Me dirigió hasta el jardín donde abundaba el color verde del césped y me sentó allí.
Tomó asiento a mi lado y los centímetros que nos separaban se rompieron. Acercó su rostro al mio y lo miré alarmada pero me sorprendí cuando sus labios se dirigieron a mi cuello. Me dejó un pequeño camino de besos allí que me provocaron un leve mareo. Se separó de mi pero luego acunó mi rostro con sus manos y unió nuestros labios en un beso. El beso fue dulce pero luego su lengua se introdujo salvajemente dentro de mí y toda la dulzura se había alejado. Cuando sentí que el aire se había esfumado lo alejé rápidamente.
¿Por qué me había besado?
-Espérame aquí-Dijo con una voz ronca. Pude notar un poco de mi labial en sus labios, parecía un payaso.
Divisé la figura de Dylan alejarse de mí y con todo mi empeño me puse de pie. Caminaba por el enorme jardín tambaleandome y sentía las miradas en mi. Todavía seguí riendo por cualquier cosa.
-S..sienna-Balbucee-Hermanita ¿Dónde estas?
-¿Jade?-Esa voz sonaba muy conocida.
Treux.
-Treux, ¿Qué haces aquí?-Pregunté cayendo sobre sus brazos. Él me sostuvo rápidamente.
-Fui invitado. Ha pasado tanto tiempo desde la ultima vez que nos vimos-Dijo-Ya me había olvidado de tu voz.
No lograba entender mucho lo que me decía. Podía sentir como me corría la sangre por mis venas tan rápido. Comencé a sentir mucho calor. Necesitaba agua.
-Dylan ¿Has vuelto?-Pregunté confusa.
-¿Dylan? ¿Quién es Dylan?-Dijo Treux-Jade ¿Qué has tomado?
-Mi amigo Dylan me dio de su trago.
-Quédate aquí, no se quien es Dylan. Iré a buscar a Sienna, la he visto hace unos minutos. No debe estar tan lejos.
Comencé a caminar con mucho cuidado desobedeciendo a Treux hasta que mi estómago volvió a hablarme dándome a entender algo.
Me arrodille para vomitar pero tuve mala puntería que lo termine haciendo cerca de las zapatillas de alguien.
El liquido rojo no paraba de salir de mi boca, me sentía desahogada pero todavía estaba mareada. Levante mi vista para disculparme con aquella persona pero me sorprendí mucho al ver a Zac.
Mis ojos se abrieron de par en par y Zac me miraba con esa mirada oscura. Su rostro no mostraba enojo pero tampoco mostraba alegría, simplemente me estudiaba con la mirada.
-Lo siento-Evite mirarlo a los ojos mientras me recostaba en el suelo.
Se sentó a mi lado mientras me corría el cabello del rostro. Sus manos eran grandes y su tacto hacia que se me ericen los pelos.
-No me has dicho tu nombre-Su voz era tan hermosa y reconocible en cualquier momento.
-Jade-Todavía estaba evitando todo tipo de contacto visual. Moría de vergüenza. Seguro estaba de un color violeta mezclado con rojo.
-Dime Jade ¿Qué has tomado?-Dijo irónicamente.
-Pues, conocí a Dylan quien me ha...
-¿Qué?-Gritó, lo que provoco que me asustara-¿Dylan? ¿Un chico rubio?
Asentí con la cabeza. No entendía que estaba pasando.
Zac se separo de mi y salió rápidamente del jardín entrando a la sala donde lo perdí de vista. Me había dejado sola. Bueno no tan sola, mi vomito estaba conmigo.
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