Capitulo 18
CAPITULO EDITADO
La mañana siguiente desperté demasiado temprano a lo que solía despertarme. Por alguna razón estaba confundida, y esa razón se llamaba Zac.
Primero actuó como un completo extraño cuando lo besÉ, luego me dijo que le gustó el beso para luego arruinar mi noche con sus simples palabras. "No estoy interesado en el amor". Ese fue el momento cuando mi corazón con agujeritos se partió, pero toda mi esperanza renació cuando hizo esa escena en el auto.
Era como si la persona que rompía tu castillo cuando eras niño, ahora estaba pidiendo disculpas y armando uno mejor.
Zac era tan confuso que quería matarlo.
-Jade ven a desayunar-La voz de mi hermana y el olor a waffles me sacaron a flote de mis pensamientos.
-Buenos días-La saludé con un beso.
Me miró por unos segundos-¿No me contaras que sucedió ayer?
Respiré hondo y le conté todo a Sienna, sin saltarme ningún detalle. Luego de unos minutos que estuve hablando Sienna por fin dijo algo.
-¿Te dio un beso en el cuello y no te desmayaste?-Dijo mi hermana riendo.
La golpee suavemente en su brazo. Ambas sabíamos a lo que Sienna se refería.
Todo comenzó cuando era pequeña y descubrí que era claustrofóbica. Mi hermana me había encerrado en su closet mientras yo lloraba suplicándole que abra la puerta. No me hizo caso y cinco segundos después caí desmayada. Recuerdo que mi padre la castigó dejándola sin sus "Barbies" por una semana.
Los lugares encerrados y pequeños sacaban lo peor de mí.
-Creo que esta muerto contigo-Dijo llevando un waffle a su boca.
Reí irónicamente-Claro que no, si fuera verdad, ya estaríamos casados y con tres hijos.
Sienna rio y se atoró con la comida, producto a eso comenzó a toser. Me acerqué a ella golpeando su espalda. Levantó su pulgar indicando que estaba bien mientras tosía fuertemente.
-Volviendo al tema-Dijo tragando saliva mientras respiraba normal otra vez-Creo que esta interesado en ti, no debe comportarse de ese modo con todas las chicas.
-No lo sé, tal vez soy muy inmadura para él-Me encogí de hombros.
-Jade, ¿Lo dices por la edad? Sólo te lleva dos años.
Asentí con la cabeza haciendo una mueca.
-No hagas planes para esta noche-Me miró cambiando de tema.
-¿Por qué?-Pregunte un poco confundida.
-Dylan nos invitó a comer, dijo que nos quería preparar una comida especial-Sienna estaba sonriendo.
-¿Qué hice para merecer semejante tortura?-Me burlé.
-No seas mala con él-Me dio un golpe.
-Esta bien, iré.
*
El timbre de la casa inundó el ambiente. Sienna bajó las escaleras a abrirle a Dylan mientras yo terminaba de peinar mi cabello.
-¿Listas?-Dijo levantando las llaves de su auto.
La casa de Dylan no se encontraba muy lejos para caminar pero mis piernas no querían hacer un mínimo esfuerzo. Por suerte Sienna con solo un llamado trajo a nuestro chofer, digo Dylan.
Asentimos con la cabeza y salimos de la casa dirigiéndonos a su auto rojo.
Todo el camino Dylan y Sienna gritaban al ritmo de algunas canciones mientras que yo sólo miraba la ventana tratando de no llorar por lo que mis oídos escuchaban.
La casa de Dylan era hermosa. Tenia una sala enorme decorada con muchos pinturas y algunos cuadros de él y su familia. Un piano enorme ocupaba una gran parte del lugar. Imaginé a Dylan tocando el piano y reí.
-Bonita casa-Dije mientras dejaba mi bolso sobre un sofá.
-Gracias-Dylan me miró sorprendido. Tal vez no se esperaba un buen gesto de mi parte.
-Bien ¿Qué hay de comer?-Pregunté.
-No es la gran cosa, hay hamburguesas ¿Les parece bien?
Se me hizo agua la boca. Ambas asentimos con la cabeza.
Me dirigí a la mesa que estaba en la sala, Sienna hizo lo mismo sentándose a mi lado pero Dylan nos miraba preocupado.
-¿Qué ocurre?-Preguntó mi hermana confundida.
-Podemos esperar unos minutos para comer, nadie nos apura-Dijo rascándose la nuca, parecía nervioso.
-Tengo mucha hambre, me comería mi propio brazo, así que mejor que...
Pero mi discurso se vio interrumpido por el timbre.
-¡Oh!-Dylan llevó sus manos a su boca como si fuera una mujer-Me pregunto quien será.
Fulminé a Sienna con la mirada mientras Dylan se dirigía a la puerta. Ella tampoco entendía que estaba sucediendo, parecía no tener nada que ver con sus planes. Hasta la pequeña hormiga que caminaba por el suelo sabía quien se encontraba del otro lado de la puerta.
-Pensé que estar solos seria aburrido así que invite a mi novia y una amiga para que nos hagan compañía-Dijo Dylan apareciendo en la sala. Unos segundos después se hizo presente esa persona.
Zac me miraba con los ojos abiertos como si fuera un búho, el tampoco tenia idea de porque yo estaba aquí. Todo esto era un maldito plan de Dylan, quien me miraba sonriendo.
Llevaba puesto un jean azul oscuro y una sudadera negra. Su cabello estaba despeinado, supuse que era por el viento.
Levanté mis brazos rendida, no había caso, Dylan era un estúpido.
*
La cena estaba siendo divertida, todos nos reíamos con las anécdotas que contaba mi cuñado. Mi hermana y su novio estaban sentados juntos y enfrente de ellos estábamos Zac y yo. Esto parecía una cita de a cuatro, como aquella que hicimos con el innombrable.
Solo había comido dos hamburguesas mientras que Zac apenas estaba comenzando a comer la primera. Parecía distraído y no tenia hambre. Seguro por eso tiene ese hermoso cuerpo.
-¿Te vas a comer eso?-Apunté a la hamburguesa que reposaba en su bandeja.
Asintió con la cabeza-¿Quieres la mitad?
Lo miré dándole a entender la respuesta con la mirada y me dio la mitad de su hamburguesa.
-Gracias-Me llevé un mordisco a la boca, mientras él hacia lo mismo.
-Así que en una semana vuelve mi suegro-Dijo Dylan apoyando su espalda en el respaldo de la silla.
-¡Si!-Contestamos con mi hermana al unísono sonriendo.
-Y en dos semanas tú vuelves al colegio-Dylan ya se estaba burlando de mi.
-Si-Gruñí-No quiero que terminen las vacaciones.
Mi mirada se encontró con la de Zac, él simplemente parecía estudiar todo mi rostro, de mis ojos a mis labios. Me estremecí en el lugar mientras me devoraba la hamburguesa.
Luego de terminar de cenar Dylan y Sienna se dirigieron a la cocina para lavar as vajillas. Zac estaba con su rostro serio, como siempre él tan misterioso. Tenía sus manos descansando en la mesa mientras miraba a un punto fijo.
Salió de sus pensamientos y me miro dedicándome una sonrisa ladeada.
-Deja de mirarme-Rompió el silencio.
-¿Y tu como sabes que te estoy mirando?-Discutí cruzándome de brazos.
-Porque te vi justo cuando me mirabas.
-Entonces tu deja de mirarme-Esta discusión parecía de unos niños de cinco años.
-Si pudiera, lo haría.
Intenté no sonrojarme pero fue imposible. Desvié mi mirada al suelo mientras jugueteaba con mis manos un poco nerviosa.
-Te sonrojas muy fácil-Dijo tratando de tocar mi rostro y levantarlo pero uno de sus dedos fue a parar a mi ojo.
MI POBRE OJO HABÍA SIDO APLASTADO COMO UNA PEQUEÑA HORMIGA.
¡Ay!-Grité de dolor mientras lo frotaba-Mi pobre ojo-Exclamé.
-Lo siento, Jade-Acercó una de sus manos pero la saque rápidamente.
Intencionalmente levanté mi mano hasta su rostro y le di una bofetada. Claro que no había sido como aquellas que le di al innombrable pero estaba segura que le dolió.
Me miraba sorprendido y parecía un poco enojado. No decía ninguna palabra y eso me ponía nerviosa.
Me levanté del asiento, Zac estaba asustándome. Comencé a correr hacia otro lado de la sala. Me volví para ver si me seguía y definitivamente estaba a menos de un metro de mi, pero con una sonrisa en su rostro.
Aceleré el paso y vi una puerta blanca que no era muy amplia. La adrenalina de correr rápido me hizo pensar que esa era la habitación de Dylan. Entré a ese cuarto y cerré la puerta detrás de mi.
Pasé mi mano por la cerradura, dando pequeños toques, buscando la llave que debería estar enganchada allí. Bajé la mirada ¿Dónde diablos estaba la llave? Apreté con fuerza la puerta para que Zac no pudiera entrar.
Bien definitivamente no había llave.
¡Clack! El sonido de la cerradura bloqueándose hizo que me alejara de la puerta bruscamente. Me acerqué a esta y jalé del pomo para abrirla, me di cuenta que la puerta estaba cerrada. ¡Con llave! Intente abrirla dos, tres, siete, diez veces con desesperación y nada.
Miré a mi alrededor, con la poca luz que había. Estaba rodeada de un montón de materiales de ¿limpieza?. El lugar era demasiado pequeño y ya estaba empezando a desesperarme. Definitivamente esta no era la habitación de Dylan.
-¡Zac!-Nada, ni un sonido-¡Zac! Se que estas ahí-Escuche una risa-No es gracioso-Gruñí-Abre la maldita puerta.
-Pídeme perdón-Escuche su voz del otro lado.
-¿Es broma verdad?
-No.
-¡Que abras la maldita puerta!-Grité, ya estaba enojada y desesperada.
-No.
Había una pequeña ventana cerrada a una altura no muy complicada de alcanzar, el aire se hacia pesado, necesitaba abrir esa maldita ventana para que el aire comenzara a circular. El lugar era lo suficientemente chico como para que entrasen dos personas. Tomé un cesto de basura dándolo vuelta y subiéndome a él, pero este se torció haciendo que estrellara el trasero en el suelo.
-¡Ay!-Me quejé del dolor.
Estaba segura que el tacho de basura se torció por mi gordura, por haber comido la hamburguesa de Zac.
-¿Estas bien-Podía oír la preocupación en su voz.
Comencé a sentirme mareada y el aire era mas pesado aún. Todo me daba vueltas y sentía el sabor desagradable de la billis en la garganta. El sudros se resbalaba por mi cuerpo y mis parpados querían cerrarse.
-Por favor-Dije con un hilo de voz.
Mis piernas temblaron vertiginosamente y oí el sonido de la puerta. Lo ultimo que recordé fue sentir los brazos de Zac sostenerme estrechamente.
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GRACIAS A TODAS LAS QUE LEEN MI NOVELA!!! Y LA VOTAN Y COMENTAN.
Pobre Jade, siempre esta metida en algún problema.
Zac es tan lindo, me quiero casar con el
¿Quienes aman a Dylan ahora?
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