Capitulo 10

CAPITULO EDITADO


La maratón de "Pretty Little Liars" estaba por comenzar. Mi domingo estaba siendo perfecto. Tenía los chocolates por un lado y un enorme vaso de gaseosa por el otro. Nada podía faltar.

Pero el zumbido del timbre me tomó por sorpresa. Me levanté de mi cama maldiciendo.

¿Quién se atrevía a interrumpir mi maratón favorita?.

Abrí la puerta encontrándome con Treux quien me miraba con una risita.

-¿Qué haces aquí?-Cuestioné sorprendida.

Yo me encontraba con mi pijama y mi cabello estaba revuelto.

-Te extrañaba-Me guiñó un ojo y me estudio de arriba abajo-Eres mas linda cuando estas desarreglada.

Reí por lo bajo-Pasa-Me aparté a un lado dejándolo entrar.

Subimos las escaleras y nos dirigimos a mi habitación en silencio, no quería que Sienna se despertara.

'Ten cuidado'

Recordé las palabras de Zac.

Nos adentramos y Treux se acomodó en el borde de mi cama.

-Treux-Me miró-¿Tu nunca me lastimarías verdad?-Pregunté cruzándome de brazos.

Se incorporó perezosamente y recargó los codos encima de sus rodillas. La pregunta lo había sorprendido un poco.

-Claro que no, Jade-Me miró con sinceridad.

Caminé hacia mi ventana y aprecié la oscuridad del cielo. 

-¿Estas seguro?-Pregunté sin voltearme, podía sentir su mirada clavada en mi. 

No desconfiaba de Treux pero no me dio buena espina lo que me dijo Zac. No querer salir lastimada era uno de los motivos por los que yo no quería un novio. Pero algo en mi decía que debía darle una oportunidad a Treux.

-Claro-Dijo y volteé.

Él estaba de pie a unos metros de mí y me miraba apenado. Se acercó a grandes trancadas y se posicionó cerca de mi, ahora nos separaban unos pocos centímetros. Llevó ambas manos a mi rostro y reposó sus labios en los míos.

Nos besamos por unos largos segundos cuando él se abalanzó sobre la cama y yo estaba quedando debajo de él. Seguía besándome con dulzura cuando las manos que estaban en mi cintura hicieron un largo camino hasta llegar a los extremos de mi camiseta. Intento despojarla pero lo impedí.

-¿Qué ocurre?-Murmuró en mis labios.

-Nada-Respondí y volvió a besarme.

Claro que las intenciones de Treux iban mas allá que un beso pero yo todavía no estaba preparada.

Mi primera vez quería que sea especial y con alguien especial. No digo que Treux no sea una persona especial, es solo que en este momento no estoy preparada para esto.

Sus manos recorrieron mi vientre hasta que luego terminaron en los bordes de mi blusa. La intención anterior volvió y tuve que detenerlo nuevamente.

-No quiero-Aparté sus manos juguetonas.

Se levantó de la cama de manera brusca. Tomé asiento en esta y lo miré confundida.

¿Qué diablos le sucedía ahora?

-¿Qué?-Pregunté.

-Nada, Jade. No se cuanto tiempo quieres que te espere-Me gritó.

Tiene que ser una broma.

-Si de verdad me quieres me debes esperar todo lo que sea necesario-Me levanté de la cama rápidamente acercándome a el.

-¡Ábreme!-Gritó entre dientes.

-¿Cómo dices?-Pregunté levantando el tono de mi voz.

-¡Ábreme la puerta, Jade! Quiero irme.

-Bien-Dije furiosa y caminé hacia la puerta abriéndola para que el sujeto saliera-Idiota-Grité una vez que estaba fuera y cerré de un portazo.

Las lagrimas comenzaron a salir por mi rostro, no quería llorar pero era muy difícil no hacerlo, siempre fui una persona muy sensible. Pero de algo estaba segura y era que no lloraba de tristeza, lloraba de rabia.

Odiaba a Treux por comportarse de ese modo. Yo no era como esas chicas con las que él se acostaba antes de salir conmigo y eso él ya lo sabía.

Subí a mi habitación mientras trataba de limpiar las lagrimas cuando me choqué con alguien.

Mi hermana me miraba sorprendida y no dijo nada, simplemente me abrazó. Enterré mi rostro en su pecho y las lagrimas finalmente se detuvieron.

-No hace falta que me cuentes que sucedió, lo oí todo. Treux es un idiota-Habló Sienna mientras me acariciaba la espalda.

-Iré a tomar un poco de aire-Dije separándome de mi hermana.

*

La baja temperatura abundaba aquella noche y el viento golpeaba salvajemente mi rostro. Por unos momentos sentí pánico por aquella vez cuando esos hombres me siguieron. Pero no quería volver a mi casa, necesitaba despejar mi mente. Unos grandes faroles iluminaban las cuadras. Miré el reloj que marcaba las once de la noche. Pocas personas caminaban conmigo, la calle era como un desierto.

Me encontraba caminando en dirección a mi lugar de trabajo, o mejor dicho, la casa de Zac. Cuando finalmente llegué me detuve en seco en la puerta y la miré. Volví mi vista hacia la calle y seguí caminando ignorando la casa. 

¿Por qué estaba aquí?

¿Por qué Treux se había comportado de ese modo? ¿Y si sólo me quería para una noche? ¿Y si finalmente aceptaba en acostarme con él y luego no me hablaría mas?

-Es demasiado tarde para que una niña este sola por la calle-Una voz me hizo sacar de mis pensamientos. Di un respingo y voltee al verlo a Zac con una sonrisa.

-Necesitaba tomar aire-Dije

-¿Quieres entrar?-Ofreció señalando su hogar con la cabeza.

No. Debía decir que no, no podía ir a la casa de un chico luego de haber peleado con mi novio. Bueno, Treux no era mi novio y además era un idiota. Debía decir que no. Era definitivo, me iba a negar

-Esta bien-Afirmé.

No se porque he dicho eso pero algo en mi quería hacerlo, de todos modos podría ver a Sammy ¿No?

Lo seguí hasta la puerta y nos adentramos. Sentí como la temperatura de mi cuerpo ascendía una vez que estuve dentro. Zac dejó sus llaves en la mesa y se dirigió al enorme jardín que había en su casa. Tomó asiento en el verde césped y señaló un lugar a su lado para que me sentara.

-¿Dónde esta Sammy?-Pregunté acercándome a él, intenté sentarme suavemente pero mi trasero se estrelló salvajemente en el césped.

Zac rió por mi pequeña caída y mostraba sus hermosos dientes-Esta con Mary-Dijo.

Eso significaba que estábamos solos. ¡Incómodo!

Se removió como si buscara algo en su bolsillo y sacó una pequeña caja de cigarros y un mechero. Encendió uno de los cigarros largando un humo que me llamaba la atención.

-¿Puedo?-Pregunté.

Nunca había fumado y era algo que nunca quise hacer, pero siempre hay una primera vez para todo.

-No, te hará mal-Dijo Zac.

-Tú no sabes eso-Gruñí.

Él finalmente asintió y me entregó el cigarro en mis manos. Lo sostuve como lo hacia la gente, entre sus dedos. Lo acerqué a mi boca y aspiré.

Al segundo que el humo se encontraba en mi garganta comencé a toser. Sentía como se me acababa el aire y el humo llegaba a mis pulmones.

-Soy una idiota-Dije asqueada devolviéndole el cigarro a Zac, él me miraba incrédulo y su mirada divertida.

-Tú lo has dicho-Esbozó una sonrisa-Si quieres aliviar el dolor interior no debes fumar, debes hacer otra cosa-Se puso de pie y se dirigió a la casa.

Me quede sola en el jardín por unos segundos, todavía tenia el gusto a ese cigarro y necesitaba sacarlo. Zac volvió con una pequeña botella de vodka en su mano.

Todo menos eso, por favor.

Tomó asiento a mi lado otra vez y me dio la botella en mis manos.

-Buena idea, pero será solo un sorbo-Dije.

Pero el sorbo se convirtió en la mitad de la botella. Mi garganta era fuego y ardor.

Zac me miraba sorprendido-Creí que seria solo un sorbo.

-Yo también-Respondí bebiendo nuevamente.

Me quitó la botella de mis manos cuando vio que no podía detenerme. Necesitaba olvidar lo que sucedió con Treux y el alcohol me iba a ayudar.

-Te hará mal, Jade-Escondió la botella detrás de él para que no pueda verla. 

Sentí que me revolvía el estómago y mi cerebro tardaba en procesar. Me recosté en el esponjoso césped y comencé a mirar las estrellas. Zac simplemente me miraba sin decir nada, solo me observaba.

-Ven aquí, miremos las estrellas juntos-Apreté su brazo empujándolo hacia mi.

El rió y se acostó a mi lado.

-Ojala tuviera un enorme jardín en mi casa para mirar las estrellas todos los días de este modo-Zac tenia la vista en el cielo pero sabía que me escuchaba con atención.

-No es tan lindo tener una gran casa, Jade-Explicó.

-¿Qué dices? Tienes todo en esta casa.

De repente mis ojos se cerraban lentamente, supuse que era por el vodka. Me había dado un efecto distinto, sueño.

-Tengo todo pero a la vez no tengo nada.

Lo que dijo me llevó a abrir mis ojos de repente. Era verdad. Zac tenía todo en esta casa pero no tenía a sus padres y eso implicaba no tener nada.

Lo miré por unos segundos y sus ojos miraban al cielo hasta que chocaron con los míos. Su mirada no reflejaba tristeza ni enojo. Darte cuenta si Zac estaba triste era algo muy difícil. Aunque sus ojos digan que no, yo sentía que él no estaba bien.

Sin pensarlo dos veces me acerqué a él y lo abrace colocando mis brazos por alrededor de su abdomen. Acosté mi cabeza en su pecho. Sabía que mañana iba a arrepentirme de esto pero no me importaba, quería abrazarlo.

El estaba tenso hasta que comenzó a acariciar mis brazos con su mano.

Mis ojos se cerraban de a poco cuando de repente el sueño se apoderó de mi.

--

Gracias a todas las personas que leen mi novela.

En multimedia les dejo una foto de Treux. HERMOSO!

¿Que opinan de Treux en este capitulo?

¿Y de Zac?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top