parte 8
Nos encontramos en el departamento de las chicas las cuales se podía ver que estaban en el cuarto de Mérida atendiéndola en cualquier cosa que está ocupase mientras que ella estaba tendida en su cama con un yeso del tobillo para abajo con una mirada neutral, aunque al recordar el rostro del teniente Isaac junto con incógnito hizo que esa mirada neutral se perdiera e hiciera una mueca la cuál sus hermanas pudieron ver.
-¿Hermana que sucede? -Ari le pregunto
-Si te molesta la almohada puedo cambiarla-Taylor se le unio tratando de que su hermana cambiará esa mueca
-Hermanas, podría dejarme sola, necesito pensar-Merida les dijo ya que tenía muchas cosas en las cuales pensar, aunque al ver a sus hermanos pudo ver cómo no querían dejarlas sola.
-Hermana casi mueres ayer-Sophia le dijo con clara preocupación a lo que Olivia le siguió-Si no nos hubieran llamado del hospital no sabríamos dónde estarías-
-Tranquilas estoy bien-Merida trato de calmar a sus hermanas, aunque en eso kin y Kai la abrazaron para esta última decirle
-No queremos perderte como a mama y papa-Esto dicho por Kai dejo a todas en silencio el ambiente paso de preocupación a tristeza, Mérida solo pido abrazar a ambas y tratar de buscar las palabras.
Mérida sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Kai, y por un momento, su mente se llenó de recuerdos de sus padres que, aunque fueran adoptivos tenía maravillosos recuerdos. Cerró los ojos, inhaló profundamente y les devolvió el abrazo a sus hermanas menores con fuerza, buscando transmitirles seguridad, aunque por dentro también se sintiera vulnerable.
-Yo tampoco quiero que pase eso, Kai, Kin... Lo que me pasó ayer fue un accidente, y estoy haciendo todo lo posible para recuperarme, ¿de acuerdo? -dijo con una voz suave pero firme, acariciando el cabello de ambas. Luego miró al resto de sus hermanas, quienes seguían con expresiones de preocupación-. Pero no puedo hacer esto si todas ustedes están preocupándose demasiado por mí. De verdad estoy bien, solo necesito descansar y aclarar mi mente.
-Mérida... sabemos que quieres ser fuerte para nosotras, pero no tienes que cargar con todo sola -intervino Ari, cruzándose de brazos, con un tono serio pero lleno de cariño-. Puedes confiar en nosotras. Si algo te preocupa, dínoslo. ¿Dinos que fue lo que pasó?
Mérida desviara la mirada de inmediato, pero no dijo nada. Sus hermanas intercambiaron miradas significativas. Sophia dio un paso adelante y se sentó al borde de la cama, tomando la mano de Mérida con delicadeza.
-¿Solo dínoslo hermana? -insistió Sophia, su voz suave como si temiera empujar demasiado.
Mérida suspiró, dejando caer su cabeza hacia atrás en la almohada. Sentía que sus emociones estaban a punto de desbordarse, pero no quería preocuparlas más.
-Es algo complicado de decir-
Taylor se sentó al otro lado de la cama, mientras Olivia le pasaba una botella de agua. La tensión en el ambiente era palpable, pero todas esperaban pacientemente.
-Complicado no significa que tengas que enfrentarlo sola, Meri -dijo Taylor, dándole una leve palmada en el hombro-. Si necesitas tiempo, lo entendemos. Pero cuando estés lista, estamos aquí para escucharte.
-Y para apoyarte, sin importar lo que sea -añadió magilily con una sonrisa cálida.
Mérida las miró a todas y sintió una oleada de gratitud. Sus hermanas siempre habían sido su roca, incluso cuando no quería admitirlo.
-Gracias, chicas... Prometo que cuando lo tenga claro, les diré todo. Por ahora, solo... déjenme procesarlo un poco más.
Las chicas solo salieron del cuarto para después cerrar la puerta
-Ojalá y Mérida renuncie de la policía-Lo dijo Kim con preocupación
-También quisiera eso, Pero ella es demasiado terca para hacerlo-Sony lo dijo con su tono lúgubre, aunque sus hermanas sabían cuando era sarcástica y cuando lo decía enserio
-Ya que Mérida no podrá trabajar tendremos que trabajar el doble para poder pagar la renta, la comida, la luz, el agua, el gas, nuestras colegiaturas-magilily parecía que con cada cosa que decía le iba a explotar la cabeza en eso Sony agrego-No olvides la cuenta del hospital-
-Aunque quisiera no pensar en eso ahora nos tendremos que hacer más responsables como Mérida hubiera querido-
En eso desde el cuarto de Mérida está grito
-¡Aún estoy viva y las puedo escuchar perfectamente Ari!-
Todas las hermanas se quedaron en silencio por un instante al escuchar el grito de Mérida desde el cuarto, mirándose entre ellas con expresiones mezcladas de sorpresa y diversión. Fue Olivia quien rompió la tensión al soltar una carcajada.
-Bueno, al menos sabemos que el yeso no afecta sus pulmones -bromeó Olivia, tratando de aliviar el ambiente.
Ari se llevó una mano a la frente, suspirando profundamente mientras caminaba hacia la puerta del cuarto de Mérida.
-Perdón, hermana, no era mi intención hablar tan fuerte -dijo, abriendo apenas la puerta para asomarse.
-¡Claro que era tu intención! -respondió Mérida desde su cama, con una mezcla de frustración y una leve sonrisa. Sus hermanas siempre encontraban la manera de sacar algo bueno incluso en los momentos difíciles.
-Bueno, ya que estás bien despierta, ¿necesitas algo? -preguntó Olivia, siguiéndole el juego mientras se acercaba.
Mérida rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír un poco. Sabía que no se libraría tan fácilmente de ellas.
-No, solo necesito descansar, en serio. Vayan a ocuparse de sus cosas y dejen de preocuparse tanto por mí. Estoy bien. Y no voy a renunciar a mi trabajo -añadió con un tono desafiante, dirigiendo una mirada hacia la puerta como si pudiera verlas a todas desde allí.
-¡Sabía que dirías eso! -exclamó Kin desde el pasillo, cruzándose de brazos mientras Kai le daba un ligero codazo para que bajara la voz.
-Terca como siempre -murmuró Sony, esta vez con un tono claramente sarcástico, lo que provocó que Magilily le lanzara una mirada de advertencia.
Finalmente, Taylor intervino, poniendo las manos en alto para calmar el creciente debate.
-Chicas, basta. Déjenla descansar. Si Mérida quiere seguir trabajando, es su decisión. Pero todas sabemos que vamos a estar aquí para apoyarla, ¿cierto?
Hubo un murmullo de asentimiento entre las hermanas, aunque algunas lo hicieron con menos entusiasmo que otras. Taylor les hizo un gesto para que se dispersaran y les recordó que aún tenían cosas por hacer.
-Vamos, tenemos una larga lista de responsabilidades que atender. Mérida necesita tranquilidad.
Mientras las chicas se alejaban, Mérida dejó escapar un suspiro al escuchar el ruido disminuir. Aunque las adoraba, a veces su energía colectiva era demasiado para ella. Cerró los ojos, permitiéndose un momento de paz.
En eso está pudo escuchar un "toc,toc" de la puerta a lo que está volviendo abrir los ojos Mérida levantó ligeramente la cabeza, frunciendo el ceño mientras miraba hacia la puerta. Suponía que alguna de sus hermanas había regresado con alguna excusa para seguir vigilándola.
-Adelante -dijo con un tono cansado, esperando que fuera rápido.
La puerta se abrió lentamente, pero en lugar de una de sus hermanas, apareció Isaac, vestido con su gabardina negra. Su expresión era una mezcla de preocupación y algo que Mérida no lograba descifrar del todo.
-¿Teniente? -preguntó, incorporándose un poco en la cama. La sorpresa era evidente en su voz-. ¿Qué está haciendo aquí?
Isaac se quedó un momento en la puerta, evaluando su estado antes de entrar. Cerró la puerta tras de sí y se acercó con pasos lentos.
-Vine a ver cómo estabas -respondió, deteniéndose junto a la cama-. Supe que te dieron el alta y pensé que tal vez necesitarías algo. ¿Cómo te sientes?
Mérida parpadeó, sin saber exactamente cómo responder.
-Estoy bien, o al menos lo estaré pronto -respondió, inclinándose hacia atrás en las almohadas-. Pero no era necesario que viniera, teniente. Estoy segura de que tiene cosas más importantes que hacer.
Antes de que Isaac pudiese hablan por la puerta entra incógnito saludando alegremente.
-¡Hola!-
Mérida al escucharlo sintió un dolor de cabeza a lo que incógnito siguió diciendo
-Veo que ya te encuentras mucho mejor-
-Lo estaría si no estuvieras gritando-Merida le lanzo una mirada claramente fastidiada a lo que Issac tratando de calmar el ambiente que se generó dijo
-Pasando a otro tema queríamos ver cómo te encontrabas y.....-Fue interrumpido por Mérida la cuál dijo cortante
-Me encuentro bien teniente, no era necesario que vinieran hasta aquí-
Isaac frunció ligeramente el ceño ante el tono cortante de Mérida, pero mantuvo su postura tranquila. Sabía que estaba molesta, pero también entendía que probablemente era un mecanismo de defensa. Se cruzó de brazos y respondió con calma.
-Quizá no era necesario, pero decidimos venir de todas formas. No sólo somos compañeros de trabajo, Mérida. Somos un equipo, y un equipo se cuida.
-¡Ah! Que tierno, me incluiste a mi-
Isaac lo volteo a ver con el ceño fruncido
-Viejo, no estás ayudando-
Mérida apretó los labios, sin saber cómo replicar a eso. Estaba acostumbrada a lidiar con situaciones difíciles sola, pero sus hermanas, y ahora Isaac, parecían empeñados en recordarle que no tenía por qué hacerlo.
Incógnito, mientras tanto, se dejó caer en una silla cerca de la cama con un aire despreocupado.
-Te ves adorable con ese yeso, por cierto -dijo con un tono alegre, que claramente buscaba romper la tensión que se había formado entre ellos.
-¡Cállate! -respondió Mérida, lanzándole una almohada con precisión sorprendente. Él la recibió de lleno aun manteniendo una sonrisa debajo de la mascara.
-¡Ah! Veo que tienes buena puntería, me alegro de que no lanzaras un cuchillo.
Por otra parte, Kim estaba espiando claramente viendo a incógnito ya que desde que ahora su luchador favorito era incógnito desde que hizo lo que destroyer no quiso.
Kim, al sentir cómo alguien le tocaba el hombro, dio un pequeño salto y casi gritó, pero se giró rápidamente para encontrarse con la mirada de Olivia, quien le lanzó una mirada interrogante.
-¿Qué haces espiando? -susurró Olivia, cruzándose de brazos y arqueando una ceja.
Kim se sonrojó levemente, pero intentó disimular encogiéndose de hombros.
-Nada importante... solo estaba viendo si Mérida necesitaba algo. Ya sabes, por si acaso.
Olivia entrecerró los ojos, claramente no creyendo ni una palabra.
-Ajá... ¿O estás espiando a Incógnito porque es tu "luchador favorito"? -preguntó en tono burlón, pero manteniendo el volumen bajo para no ser descubierta.
Kim desvió la mirada, nerviosa, pero no pudo evitar murmurar:
-Es que......-
No termino ya que olivia soltó un suspiro, negando con la cabeza, aunque con una ligera sonrisa en los labios.
-Bueno, fanática o no, deja de espiar antes de que Mérida se dé cuenta. Sabes que no le gusta que invadamos su privacidad.
Dentro de la habitación, Isaac se dio cuenta de que algo estaba pasando en el pasillo y lanzó una mirada hacia la puerta entreabierta. Caminó hacia ella y, con un movimiento rápido, la abrió del todo, pillando a Kim y Olivia.
-¿Espiando, chicas? -preguntó Isaac, arqueando una ceja, aunque su tono era más curioso que molesto.
Kim dio un paso atrás, completamente roja, mientras Olivia simplemente se encogió de hombros y le devolvió la mirada con tranquilidad.
-No exactamente. Solo estábamos... asegurándonos de que Mérida estuviera bien -respondió Olivia con total calma, aunque Kim parecía querer desaparecer en ese momento.
-Asegurándose, claro... -repitió Isaac con una ligera sonrisa antes de cerrar la puerta nuevamente. Volvió a su lugar junto a la cama de Mérida y se cruzó de brazos, mirando a Incógnito, que ahora tenía una pose dramática mientras sostenía la almohada que Mérida le había lanzado.
-Parece que tienes más fans de las que pensabas, hermano-comentó Isaac, señalando hacia la puerta con un movimiento de cabeza.
-Me honra saber que no solo los niños me admiran si no también las niñas-
Mérida, que había estado observando todo con una mezcla de irritación y diversión, finalmente suspiró, masajeándose las sienes.
-Por favor, ¿pueden los dos salir? Ya tengo suficiente con mis hermanas cuidándome como si fuera una niña. No necesito que ustedes dos se sumen al caos.
Incógnito ignorando un poco lo que dijo Mérida voltea a ver a Isaac para preguntarle
-Por cierto, Isaac, recuérdame cuando me devolverán mi auto-
-Ya te lo dije, como estuvo en la escena del crimen será considerado evidencia hasta que se descubra que no tiene relación alguna o rastro de evidencia-
Incógnito soltó un suspiro exagerado, dejándose caer aún más en la silla como si cargara el peso del mundo sobre sus hombros.
-Es increíble cómo no pueden apreciar una obra de arte como mi auto. ¡Es mi bebé! -exclamó dramáticamente, aunque su tono era claramente teatral.
Isaac lo miró con cansancio, acostumbrado a su actitud, mientras Mérida apenas lograba contener una sonrisa. Incluso en medio de su irritación, no podía negar que Incógnito sabía cómo aliviar la tensión, aunque fuera con sus excentricidades.
-Si tanto te importa, tal vez deberías evitar dejarlo cerca de una escena del crimen la próxima vez -respondió Isaac, cruzando los brazos con un tono seco.
-¡Oh! Perdón mamá, no soy clarividente para saber que habría una persecución/escena del crimen en un baile del cual solo iba por órdenes de mi trabajo y que le salvaría la vida a una oficial-
Mérida dejó escapar un bufido, llevándose una mano a la frente.
-¿Cómo es posible que aún no te hayan arrestado por "exceso de drama y sarcasmo"? -murmuró, mirando a Isaac con una expresión que decía: ¿Por qué trajiste a este payaso aquí?
Isaac se encogió de hombros, intentando mantener la compostura.
-Créeme, a veces también me lo pregunto.
A lo que incógnito levantándose de la silla mientras se estira dice
-Tengo un angelito que me cuida-
Mérida soltó un suspiro exasperado mientras veía cómo Incógnito se estiraba como si estuviera en casa. Por un momento, pensó en lanzarle otra almohada, pero decidió que ya era suficiente interacción por el día.
-Bueno, si ese angelito existe, dile que te lleve a casa de una vez -respondió Mérida con tono seco, señalando la puerta-. De verdad necesito descansar, y tus payasadas no están ayudando.
Isaac intentó intervenir para calmar el ambiente.
-De acuerdo, Incógnito, ya hicimos nuestra visita. Es hora de que dejemos que Mérida descanse. Además, tienes cosas que atender, ¿recuerdas?
-Si, si -respondió Incógnito mientras bostezaba, -Está bien, me iré. Sólo porque la dama necesita su belleza y tranquilidad.
Este no se dio cuenta hasta que recibió otro almohadazo en la cara mientras Isaac solo suspiraba y pensaba por qué acepto llevar a incognito hasta que lo recordó
-Ya es hora de irnos viejo- Este abrió la puerta para luego salir seguido por incógnito que cerró la puerta y al salir pudo ver a kin la cual estaba enfrente de el claramente nerviosa con ambas manos detrás de su espalda
-¿Se te ofrece algo? - Pregunto incógnito a kin con tranquilidad y amabilidad en su voz hasta que escucho a Issac
-Tenemos que irnos ya-
A lo que esté le contesto
-En un momento-
Kin se quedó en silencio por unos segundos, intentando encontrar las palabras correctas mientras sus ojos viajaban entre el suelo y la máscara de Incógnito. Finalmente, respiró hondo y dio un paso adelante, todavía nerviosa pero decidida.
-Yo... solo quería decir... que admiro mucho lo que hiciste -murmuró rápidamente, como si temiera arrepentirse si hablaba más despacio-. Eres muy valiente y... gracias por salvar a mi hermana.
Incógnito solo acaricio su cabeza
-No hay de que pequeña-
En eso kin volvió a decir con algo de vergüenza en su rostro
-P...puedo tomarme una foto-Esto lo dijo mientras su cara se teñía un poco de rojo por la vergüenza a lo que incógnito, aunque no se pudiera ver tenía una sonrisa en el rostro
-Claro, no hay problema-Este llamo a Issac el cual tomo el teléfono de Kin ya que está se lo había dado y se tomó varias fotos con incognito.
-Bueno, ya tienes tus fotos, jovencita -dijo Isaac mientras le devolvía el teléfono a Kin-. Ahora, si nos disculpas, realmente necesitamos irnos.
Kin abrazó el teléfono contra su pecho, todavía con las mejillas rojas, y asintió rápidamente.
-Gracias, Incógnito... y también a usted, teniente -dijo antes de retroceder unos pasos y desaparecer por el pasillo, probablemente para presumir las fotos con sus hermanas.
Incógnito observó cómo Kin se iba y luego miró a Isaac, inclinando ligeramente la cabeza.
-Vaya, parece que no soy solo un héroe, sino también un ídolo juvenil -bromeó mientras se acomodaba la máscara.
Isaac lo miró de reojo mientras caminaba hacia la salida del edificio.
-¿Ídolo juvenil? No exageres. Aunque, admito que hiciste algo bueno por Mérida y su familia. Solo espero que no uses esto como excusa para aumentar tu ego.
-No Issac yo en cuestión de fama tengo los pies en el suelo-
-Como sea, tenemos que irnos ya-Para de esa forma ambos salir del apartamento y del edificio empezando a caminar aunque incógnito se había quitado la máscara antes de salir del edificio
-¿Crees que debería entrenar o descansar?-
-Podrías ayudarme en la clase de hoy-
-No se karate issac-
-y que harás, estar en el gimnasio hasta que se acabe de dar mi clase-
-Oye cada uno puso su parte para abrir ese local y aún mejor en la parte de arriba pusimos un gimnacio con un ring para poder entrenar-
-Viejo, debe de aber algo que te guste aparte de entrenar-
-Mmm podría terminando ir a ver a diana-
-Sabes ella me dijo que vio tu lucha con destroyer-
-Ja, pensé que no lo vería por Patricia, me sigo preguntando cómo es que terminaste casado con ella-
-Lo sabes muy bien, nos conocimos, lo hicimos, nueve meses después nació diana-
-Bueno fuiste padre a muy temprana edad..mmm recuérdame tiene 9 o 10 años-
-9-
-¿Y como es que pudo ver mi lucha contra el idiota sin que Patricia lo descubriera?-
Isaac suspiró mientras ajustaba su gabardina, recordando el momento.
-Diana es muy lista, más de lo que me gustaría admitir. Patricia trató de mantenerla alejada de las luchas, pero sabes cómo son los niños. Descubrió cómo verlas por internet mientras decía que estaba estudiando. Cuando lo descubrí, ya había visto más de tus luchas que yo mismo.
-¿Me pregunto cuántas habrá visto?-
-Con decirte que si tercia favorita son los “Destellos del abismo”-
-Vaya entonces no solo soy su favorito si no que también lo eres tú y zack-
-Lo bueno es que me retire antes de que pasará algo peor, deberías hacer lo mismo-
-Estoy ganado bien, tengo una casa espaciosa, invertí contigo en ese local de karate para después en la parte de arriba poner un gimnacio...me retiraré hasta que el cuerpo ya no pueda-
Isaac soltó un suspiro, claramente acostumbrado a la terquedad de su compañero. Mientras caminaban, observó a Incógnito, quien ahora lucía más relajado sin la máscara.
-Tu cuerpo puede aguantar mucho, lo sé -dijo Isaac, metiendo las manos en los bolsillos de su gabardina-, pero tarde o temprano, el tiempo alcanza a todos. Y no estoy hablando solo de lesiones. Este negocio no es amable para ninguno.
Incógnito dejó escapar una risa corta y sarcástica, sacudiendo la cabeza.
-Eso suena más a ti que a mí. ¿Desde cuándo te convertiste en el filósofo?
Isaac lo ignoró, manteniendo su paso constante.
-No es filosofía, viejo. Es sentido común. Mira a Destroyer. Él también pensaba que podía con todo, y mira dónde terminó. Y no te estoy diciendo que lo dejes, pero al menos ten un plan de salida. No puedes luchar para siempre.
-Por que cres que invertí en tu local y el gimnacio, aparte de que tengo un local de comida más mi mercancía, dime algo que no sepa o que no haya pensado-
Isaac asintió, reconociendo el punto de Incógnito. Aunque su compañero a menudo parecía actuar impulsivamente, estaba claro que había pensado en su futuro más de lo que aparentaba.
-Bueno, al menos tienes un plan. Eso ya es más de lo que muchos en tu posición pueden decir -dijo Isaac mientras giraban una esquina-. Solo no te olvides de disfrutar un poco el presente. Todo trabajo y nada de descanso tampoco es vida.
Incógnito rió suavemente mientras miraba hacia el cielo despejado.
-Siempre disfruto el presente, Isaac. Solo que mi forma de hacerlo es subirme al ring y dar lo mejor de mí. Tú tienes tu dojo, tu hija y esposa....y yo tengo mi máscara y el ring.
Issac al escuchar eso último sintió algo de pena por su amigo el aunque fuera padre y se casó a muy temprana edad desde la universidad incógnito junto con Zack que ya estaban luchando lo ayudaron a el y a su familia, incluso en el nacimiento de diana el, su madre junto con incognito y Zack pagaron los gastos del hospital y no solo eso si no que cuando tenían 25 Zack se convirtió en papá y aunque sigue luchando no lo hace de forma tan seguida como solían hacerlo solo hace apariciones espontáneas.
-Oye, oye quita esa cara que matas el ambiente-
Issac al escuchar la voz de incógnito y de como este le dió una palmada en la espalda salió de sus pensamientos y solo procedió a disculparse
-¿Dime en qué pensabas?-
-N-no, solo cosas de la policía-
-Mmm ya veo...y hablando de cosas policiacas hay alguna manera para que me devuelvan mi auto-
-Ya te lo dije muchas veces amigo, es evidencia-
-Maldicion-
-Pense que ganabas bien, podrías comprarte otro vehículo-
-La mitad de mi salario es para mí mamá la otra mitad la invierto en tu local, mi local de comida y las cuentas de luz, gas, agua, el bar que puse en Monterrey, las remodelaciones en la casa de mi madre, las vacaciones que le pagué a ella, agreguemosle las telas de mis máscaras, las playeras.....
-De acuerdo, de acuerdo ya entendí, pero podrías...no se...no pagarle tantos viajes a....-
-No-
-Viejo si sigues a ese ritmo podrías quedar en la quiebra-
-Mi mamá sacrificó mucho por mi, si quedar en la quiebra es el precio por devolverle por lo menos lo que invirtió en mi con gusto me quedaría sin un centavo-
-Viejo....-
-Dije que no y fin de la discusión-
Isaac soltó un largo suspiro, resignado. Sabía que discutir con Incógnito cuando tomaba ese tono era una batalla perdida. Se ajustó la gabardina y cambió de tema para evitar tensar aún más el ambiente.
-De acuerdo, como quieras. Pero al menos considera tener un plan financiero sólido. No quiero que un día llegues llorando porque no tienes para las máscaras -dijo Isaac con un tono burlón, intentando aligerar el ambiente.
Incógnito rió y se encogió de hombros.
-Tú preocúpate por tu dojo y por evitar que Patricia descubra a Diana viendo mis luchas. Yo me encargo de mi economía, ¿ok?
Ambos continuaron caminando en silencio unos minutos hasta llegar al dojo de Isaac, un edificio de dos pisos con una fachada modesta pero bien cuidada. En la planta baja estaba el dojo, mientras que en la superior se encontraba el gimnasio que ambos habían inaugurado juntos hacía un par de años.
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