Página Uno - Capítulo Cinco


Tsukasa despertó, y se encontró enfrente de la taza del váter, arrodillado, vomitando violentamente.

Confuso, trató de levantarse, pero no encontraba las fuerzas, y cayó de rodillas otra vez, dándose con la cabeza contra la taza.

Emitió un grito, potente y agudo, que debió haber llegado a orejas de Toya, ya que escuchó barullo en la cama.

Pocos segundos después, Toya se encontraba a su lado, con él en brazos, y acariciándole la barriga. Tsukasa siguió soltando la comida del día anterior por su boca entreabierta, ensuciando el hasta entonces impoluto suelo de baldosas blanquecinas del baño de Toya, dejando todo tipo de resíduos innombrables entre baldosa y baldosa, además de encima de éstas.

Así pasaron los siguientes quince minutos.

Toya se mantuvo a su lado, acariciándole la espalda, mientras Tsukasa vomitaba, hasta que, unos minutos después, lo volvía a hacer.

Finalmente, el infierno en la tierra acabó. Tsukasa permaneció sentado, tratando de comprender todo lo que acababa de suceder.

Mientras tanto, Toya se dirigió a la cocina, cogió diversos productos de limpieza, y se dispuso a limpiar el caos que había desatado su pareja.

Tsukasa estaba sumido en el silencio, y temblaba bajo la manta con la que Toya le había cubierto.

Debido al cansancio, Tsukasa se rindió ante el sueño, y quedó dormido, cayendo de lado sobre la cama. Toya se asomó, y una pequeña sonrisa se esbozó en su rostro al ver a Tsukasa dormido, por fin con una expresión apaciguada.

"Tsukasa... Por esto estabas así a noche...?" murmuró, pasándole una servilleta alrededor de la boca.

Tsukasa, aún dormido, se retorció. Toya suspiró, aliviado al ver que estaba mejor, y se marchó para seguir limpiando el suelo.

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