Página Tres - Capítulo Cinco


* * *

Como empezaría a ser costumbre, Tsukasa estaba solo en el apartamento.
 Como cualquier mañana, Toya se había marchado a su restaurante, cargado con una pequeña mochila en la que llevaba la cartera, un bento con el almuerzo que le había preparado Tsukasa, consistiendo en un pequeño bocadillo, y unas pocas verduras fritas que hbaía tenido tiempo de preparar. Llevaba también una botella, pañuelos para las alergias, y otras cosas que a Toya le parecieron inútiles, pero a Tsukasa de la más vital importancia.

También llevaba, sin saberlo, un rastreador.

Tras ver ese pie, esa figura, sabía que las calles ya no eran seguras. Aunque, por supuesto, nunca lo habían sido realmente.

Siempre se había visto amenazado por legiones de fans obsesioandos con él, algo que siempre había preocupado a Rui, pero que hacía que Tsukasa disfrutara de la fama que conllevaba ser él.

Ahora, al tener que preocuparse por otra persona tras salvarle de una experiencia mortal, sabía que todo, cualquier cosa, podía ser fatal para ellos.

Sonrió.

Ya más relajado, sabiendo que podía saber en todo momento donde estaba su 'amor verdadero', se dispuso a cotillear toda la casa.

Porque, siendo Tsukasa, el camino del chisme y del caos siempre eran por los que optaba.

Escudriñó cada esquina, cada mueble, cada foto, y hasta el cajón más miserablemente pequeño, en busca de caulquier cosa sobre la que hablar un rato con Emu y Nene, tras reconciliarse con la pelirrosa por su actitud pésima tres noches atrás, en el Toyota de Toya.

Finalmente, consiguó encontrar alguna foto familiar, y, aunque metidas en un sobrecito poco sospechoso, un montón de imágenes de y con Akito, todas y cada una ralladas y tachadas con X negras o rojas, o con mensajes que mostraban lo deprimido que había quedado Toya tras enterarse de todo el drama con Rui.

"Se ve que alguien se apega mucho a la gente..." murmuró Tsukasa, sonriendo con una ternura interpretable como sádica, aunque no con esa intención.

Brincando felizmente, se dirigió a la cama de matrimonio que compartían, y, ya acostado, sacó su celular, y entró al grupo con Emu y Nene, para proceder a contarles todo como una vieja chismosa.

Tras la contestación, en la que daba a entender que, si quería chismorrotear, que les escribiera a Mizuki o a Ena, a las cuales seguro que les interesaría, pero que a ellas no les contara chismes sobre su novio.

Emu no contestó, aunque seguramente hubiera estado más que interesada en las 'noticias' sobre Aoyagi.

Rápidamente, borró los mensajes. Pero después recordó cierta cosa.

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