Miró a Toya de reojo. Toya de repente se ruborizó, pero no de vergüenza. Estaba furioso.

"Oh... Qué amable de su parte", dijo Toya, conteniendo su ira.

Tsukasa quedó impresionado.

Y sorprendido.

¿Está celoso? ¿Toya realmente está celoso de Rui?

"Sí, lo es", Tsukasa soltó. "No puedo esperar por..."

Toya golpeó su mano contra la pared y salió de la habitación.

"Toya, ¡no, espera!" exclamó Tsukasa.

Le herí los sentimientos. No fue mi intención...

De repente, Toya corrió de regreso.

"Toya, no quise..."

Toya presionó su dedo contra los labios de Tsukasa, y un escalofrío recorrió sus cuerpos. Una extraña sensación de déjà vu tomó por sorpresa a Tsukasa.

"No. No te disculpes. No tenía derecho a enfadarme, y mucho menos contigo. Solo estabas expresando tu emoción por la visita de tu novio. Yo... Yo reaccioné exageradamente, y lo siento mucho".

Tsukasa sonrió.

Contento de que no haya empeorado.

"De acuerdo, celoso psicópata".

Toya frunció el ceño, apareciendo la débil propuesta de media sonrisa en su rostro.

"Dije que lo siento", murmuró, bromeando. "No te di permiso para insultarme tampoco..."

En ese momento, una enfermera entró en la habitación.

"Buenos días, señor Tenma, señor Aoyagi", saludó, inclinándose. "El señor Kamishiro ha llegado. ¿Puedo dejarlo entrar?"

Tsukasa y Toya intercambiaron miradas.

"Por supuesto, puedes".

La joven enfermera se fue.

"¿Soy yo, o siempre es el mismo tipo?" susurró Toya. "Quizás sea un acosador".

Tsukasa se rió, feliz de tener una razón para hacerlo.

Unos segundos después, Rui entró por la puerta.

Mariposas se materializaron en su estómago, haciéndolo sentir mareado, y sentimientos de psicodelia lo obligaron a implorar.

La figura oscura, inquietante, pero horriblemente reconfortante de Rui tenía ese efecto en él.

"¡Rui! ¡Has venido!"

Rui sonrió. Aunque tiempos difíciles hubieran separado sus destinos, los maquiavélicos deseos del destino los habían vuelto a unir.

Toya, en su espíritu de santo, parecía inmensamente disgustado.

"Hola, Rui", murmuró con voz fría, rompiendo la barrera entre los tres.