Tsukasa le lanzó una mirada suplicante.

"Okay..." murmuró Toya. "¿Qué quieres que te diga, Tsukasa?"

Tsukasa sonrió.

"Por favor, continúa contando la historia... Y... Por favor, acaricia mi cabello... Es tan relajante".

Toya sonrió y comenzó a acariciarlo suavemente.

"Así que... Aceptaste mi desafío. Luego, te subiste a la bicicleta... Yo... Te había enseñado a montar en bicicleta, y... Por eso perdiste la memoria. Yo... Bueno, luego bajaste la colina, montando perfectamente en zigzag... Hasta que, de repente, perdiste el control de tu bicicleta grande... Y te caíste al suelo, golpeándote la cabeza no en él, sino en esto... Bueno, solía haber una pequeña casa en ruinas. Tenía una 'pared' de jardín, que consistía en vigas de metal. Para entonces, todas estaban oxidadas. Así que, en lugar de golpear tu cabeza en el suelo, lo hiciste en una de las vigas.

No llevábamos cascos, y... Oh, Tsukasa, ¡fue horrible!"

Toya dejó de hablar, recuperando el aliento, para luego continuar.

"Afortunadamente, tenía mi teléfono, y llamé a tus padres, y ellos llamaron a la ambulancia. Luego, te llevaron al hospital. Tus padres entendieron que fue un error sincero, pero estaban horrorizados. Tsukasa... Ni siquiera sabíamos si lo lograrías..." suspiró.

Tsukasa estaba impresionado.

"¿Wow... Eso debe haber sido..."

"Horrible y traumático. Me sentí tan culpable... Estuviste en coma durante dos meses completos, y un par de semanas. Luego... Un día, el hospital llamó a tus padres... Estabas despierto. Ellos me llevaron con ellos, pero parecían muy serios... Y supe por qué cuando te escuché. Así que, cuando llegamos allí, corrimos hacia tu habitación... Y ahí estabas, despierto, mirando a tu alrededor- sin saber quiénes éramos. Tenías amnesia y no recordabas nada antes de los siete años. Por alguna razón, no nos reconociste, a pesar de que no habíamos cambiado en absoluto. Supongo que fue por lo asustado que estabas, despertando y sin recordar más de tres cuartos de tu vida."

Tsukasa asintió, suspirando.

"Así que... ¿Eso fue todo? ¿Así es como perdí mi memoria, Toya?"

"Sí..."

Tsukasa asintió y luego recordó algo.

"A propósito, ¿has estado aquí desde que yo- eso ocurrió de nuevo?"

Toya asintió, sonriendo.

"Por supuesto. ¿Abandonaría a mi hermano, verdad?"

Tsukasa frunció el ceño.

"¿Y dónde te estás quedando?" preguntó Tsukasa. Estaba curioso por saber cómo el hospital podría haber cambiado sus formas y sus instalaciones.

"Uhm... Tsukasa, hay una cama justo al lado de la tuya..." murmuró Toya.