"Bravo. ¿Puedo entrar?" preguntó una voz.

Tsukasa se quedó paralizado.

"Oh... O-OK..." tartamudeó.

Luego vio a una mujer elegante vestida con un vestido largo y brillante y un largo abrigo marrón.

"Disculpe por escuchar, pero en cuanto te oí empezar, tuve que escucharte hasta el final", explicó ella, con los ojos cerrados y una sonrisa amplia en su rostro.

"Oh, cariño, Tsukasa, ¡me encantaría tenerte en mi próxima película!" exclamó.

Tsukasa quedó atónito. ¿Yo, en una película?

"Pero... Discúlpeme, ¿quién es usted? ¿Y qué hace aquí? ¿Y por qué sabe mi nombre?"

La mujer sonrió, burlónamente.

"Soy Mizuki Akiyama, reconocida cazatalentos mundialmente famosa, directora de cine y, sobre todo, ¡actriz increíble! ¡A su servicio!" terminó, agitando su cabello rosa claro en el aire.

"A-Akiyama? ¿Eres tú?" tartamudeó, demasiado sorprendido para articular palabras correctamente.

"Sí, soy yo. Y respondiendo a tu otra pregunta, vine aquí para ver a mi querida Kanade, que sufrió una quemadura bastante grave. Ella está en la habitación al lado de la tuya", explicó.

"¿Kanade? ¿Quemadura?" murmuró. "Y c-cómo te convert..." bostezó y frunció el ceño al sentir dolor en su rostro.

"¿Cómo me volví tan popular? Por mi increíble actuación, por supuesto. Pero... Viendo tu situación, creo que te dejaré descansar", sonrió y sacó una servilleta de su bolso.

"Te dejaré mi número aquí, por si quieres ser parte de mi película... Ya sabes dónde encontrarme."

Sonriendo, se marchó.

"¿Una película... Yo?" murmuró Tsukasa.

Sacudió la cabeza y, mirando la servilleta con el número de teléfono de Mizuki, se quedó dormido.

"Tsukasa..." Alguien susurró.

Tsukasa abrió lentamente los ojos y vio el rostro de Rui justo frente a él.

"R-Rui", susurró Tsukasa, incorporándose.

"Aquí estoy, cariño. ¿Te sientes mejor?" preguntó Rui, con el rostro preocupado.

"S-sí... Un poco cansado..." bostezó. "Pero mejor, sí."

Rui sonrió.

"Me alegra escucharlo."

Hubo unos segundos de silencio incómodo, hasta que Tsukasa abrió la boca.

"Así que... ¿Qué me pasó?" murmuró. Rui evitó su mirada.

"Tú... Tienes una enfermedad, Tsukasa... Es..." se detuvo.