* * *

"Me tomaré eso como un sí."

"Me tomaré eso como un sí."

Las palabras resonaban en los sueños de Tsukasa. Se encontraba durmiendo en su antigua cama, la que había ocupado durante tanto tiempo con Rui. Había vuelto a su verdadera casa- donde fuera que estuviera Rui, sería casa para él.

Durante todo el resto del día, se había sentido como un hipócrita, como un mentiroso, un sucio traidor que no merecía las atenciones de ninguno de los dos chicos. Pero no tenía el valor o la manera de conseguir verse en una luz mejor de bajo la cual se situaba él mismo.

"Tsukasa... Debemos ir al ensayo..." murmuró una voz.

Tsukasa empezó a revolverse en la cama, y se dió contra alguien. Se frotó la cara, intentando abrir los ojos.

"Fufu... Te ves tan mono al despertar..." rió Rui. Tsukasa por fin consiguió levantarse, y vió la cegadora sonrisa de Rui.

"Madre mía, Rui..." bostezó Tsukasa. "Cuantas veces te has lavado ya los dientes hoy...? Los tienes blanco atómico..."
Y otra risa más.

"Venga, a desayunar, bobo." Rui salió silbando de la habitación, sin una sola preocupación en el mundo.