Página Ocho - Capítulo Cuatro
"Eso no servirá. Te sabes la dirección? El área? El nombre?"
Emu se rió, incómoda.
"Yo... Ehm..." obviamente, no se sabía la dirección.
Tsukasa la interrumpió.
"Gira a la derecha, Toya. Hacia delante, y gira a tu derecha."
Toya pareció asombrado, pero permaneció callado, e hizo lo que Tsukasa decía.
"Un giro a la derecha?" preguntó. Tsukasa asintió. Aunque por fuera parecía u témpano de hielo, por dentro se sentía mal. Enfermo. Sucio.
"Sí. Y en la primera intersección que veas, gira a la izquierda."
Toya lo hizo, y giró hacia la dicha izquierda.
"Debería continuar hacia delante, Tsukasa?"
Tsukasa, cerró la boca, intentando contener el vómito que pugnaba por salir. "Sí, hasta que tengas que girar al final de la calle. Entonces, hazlo a la derecha."
Emu se rió.
"Seguro que no has estado viviendo a escondidas en mi casa, Tsukasa?"
Tsukasa no dijo nada. Intentaba aguantar con una cara seria los retortijones que daba su estómago.
"Oh, está en un bloqueo artístico..." suspiró Emu.
"U obsesionado con hacer esto bien.." añadió Toya.
Tsukasa les dirigió una contundente mirada de odio.
"En serio, puerca? Te estoy ayudando, aunq-..." calló, mientras su cara se retorcía en una mueca de dolor. "Aunque no haya ninguna razón para hacerlo..."
Emu lloriqueó.
"Acaso no ayudarías a una amiga en problemas? No soy nada para ti?"
Tsukasa murmuró algo entre dientes, exasperado. Entonces, explotó.
"Porqué eres siempre tan sensible? Tan hipócrita? O solo lo eres cuando yo estoy contigo, porque te gusta hacerme sufrir, Emu?" siseó. Con un tono falsamente dulce, continuó escupiendo palabras venenosas. "Qué te pasa? Cual es tu problema, Emu? O acaso es porque eres una idiota? Podría ser-"
"Ya vale, Tsukasa." soltó Toya.
Un silencio abrumador ocupó el coche. Tsukasa sonrió mezquinamente, disfrutando de la tensa atmósfera en la que había sumido a los otros dos. Toda alegría, amor y amistad que pudo haber estado antes en el coche desapareció, reemplazada por una mezcla de sentimientos negativos, odio y rencor, que danzaron en la cabeza de Tsukasa,haciéndole sentirse aún peor de lo que ya se encontraba.
"Me bajaré aquí, Toya. Creo que se llegar desde aquí." murmuró Emu repentinamente.
Toya asintió, y le entregó un paraguas..
"Me lo puedes devolver mañana, Emu. Cuídate"
Emu soltó un rápido y silencioso gracias, y se perdió en la oscuridad.
El trayecto de vuelta hasta casa de Toya fue largo, y se enontarron sumidos en un silencio, separados por un telón de acero, que prohibía toda comunicación.
A parte de la lluvia, todo era silencio. Finally, llegaron. Estaba igual que cuando se encontró a Rui y Akito- solo que ninguno existía ya para él. "Buenas noches." susurró, intentando besar a Toya, pero este se marchó. Tsukasa ttomó unos pijamas, y se fue a la cama que a partir de entonces, compartirían.
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