Página Dieciseis - Capítulo Tres
"Tsukasa, ¿estás bien? ¿Debería llamar al mé-?"
"No."
Tsukasa miró a Toya a los ojos. El miedo lo abrumó cuando se dio cuenta de lo que realmente había sucedido. Su mundo se derrumbó cuando los recuerdos desaparecieron de repente. "No. No los llames. Y..." Los escalofríos lo paralizaron cuando la realidad de lo sucedido y cómo sería la vida a partir de entonces lo golpeó. Toya lo miró, instándolo silenciosamente a continuar. "Yo... Toya, he perdido la memoria... No puedo recordar nada del restaurante, y... creo que por eso no pude recordar la historia de mi otra pérdida de memoria. Yo..." Toya lo abrazó, envolviéndolo en sus brazos. El corazón de Tsukasa se derritió mientras dejaba ir todo el miedo y estrés acumulado de repente, y se relajaba en los suaves brazos de Toya, oliendo su dulce y reconfortante aroma. Luego, de repente, Toya se lanzó y abrazó a Tsukasa. Tsukasa, sorprendido, apartó a Toya. "T-Toya..." balbuceó. "¿Q-qué fue eso? Tengo u-un novio-" "Lo sé. Lo siento." Toya lo interrumpió. "Te veías tan desanimado, tan... no lo pensé... besarte... Lo siento mucho..." "Pero... tengo un..." "Un novio, lo sé. Fue un impulso. No lo pensé... Lo siento much-" "¿Eso significa que me amas, Toya?" preguntó Tsukasa, sonriendo con malicia. La cara de Toya se puso roja como un tomate demasiado maduro, tratando de ocultarlo cubriendo su rostro con un pañuelo y simulando estornudar. "Y-yo... No diría eso..." Tsukasa sonrió con conocimiento.
"Si eso dices... Pero no sé si tendré novio por mucho tiempo ahora", dijo Tsukasa, con la voz temblorosa de incertidumbre.
Toya levantó su rostro del pañuelo, asombrado. "¿Por qué dices eso? Pensé que ustedes dos estaban profundamente enamorados, tal vez incluso pensando en casarse o algo así, ¿verdad?"
"No si la persona que amo trata así a los demás. Especialmente a mi hermano mayor. Hay un límite, Toya", sonrió Tsukasa. "Y tú eres quien lo ha marcado".
Toya se ruborizó, y Tsukasa lo abrazó con fuerza, besándolo con toda la pasión que pudo reunir.
Toya rió, un sonido suave como la seda que Tsukasa no había escuchado en mucho tiempo.
"Quizás debamos reconsiderar el título de 'hermano mayor', ¿no crees?", murmuró Toya entre besos, acariciando el cabello, el cuello y la espalda del rubio, mientras esperaba que esta unión de pasión, amor y comprensión durara para siempre.
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