Página Cuatro - Capítulo Cuatro


"Toya... no estoy seguro-" luego cerró la boca, mientras una oleada de decisión y adrenalina fluía por sus venas, llegando a su cabeza.

"Por favor..." murmuró-

Toya parecía no haberlo entendido.

"¿Eh?"

Tsukasa forzó su rostro, tratando de controlarse.

"P-por favor..." se quedó allí, en silencio. "Por favor... ¡Continúa y cógeme! ¡Por favor, Toya! ¡Hazlo!"

Toya estaba visiblemente sorprendido por la impetuosa respuesta de Tsukasa, pero hizo lo que le había dicho, sumisamente.

Toya comenzó a besar el pecho desnudo de Tsukasa, sin dejar de acariciarlo con una mano, mientras la otra tiraba de su cinturón.

Finalmente logrando quitárselo, miró a Tsukasa, con expresión dudosa y algo ansiosa.

"¿Está bien si lo hago, Tsukasa?" preguntó, con la voz temblando de nerviosismo y duda, pero también de emoción.
Tsukasa guardó silencio. Repasó todos esos recuerdos que aún tenía de su tiempo con Rui, mientras consideraba su valor y su felicidad en el momento de esos recuerdos.

Estaba feliz... Pero siento que debe comenzar un nuevo capítulo en mi vida.

Fue sacado de su sueño cuando Toya tomó su mano y la estrechó, no con firmeza, pero sí suavemente.

"Oye, Tsukasa... lo comprendo si no quieres... probablemente ya lo he llevado demasiado lejos..."
Tsukasa agarró la cabeza de Toya, quien chilló.

"Joder, te amo, Toya. Te amo. Quiero estar contigo siempre." Tsukasa terminó y besó a Toya. Él le devolvió el beso y parecieron entrar en una espiral, una espiral de obsesión enfermiza. Una obsesión tan profunda y grande que los llevó al borde de la locura, que los consumió como el fuego que arde en bosques antiguos. Una obsesión que podría llevarlos a bailar sobre brasas ardientes.

"Tsukasa..."
"¡No digas nada y fóllame ya!" Tsukasa lo instó a seguir soñando con tener a Toya dentro de él.

Complacientemente, Toya le quitó la ropa interior a Tsukasa.

Su pene se balanceó, libre de su prisión, Toya estaba erecto, aunque trató de ocultarlo, apretándolo entre sus piernas. Tsukasa se rió alegremente. Finalmente estaba feliz donde estaba.

"Oh, Toya... ¡Tonto, no tienes que esconderlo!"

El sonrojo de Toya, que también había tratado de disimular, se hizo aún más prominente.

Luego, se metió la polla de Tsukasa en la boca.

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