Página Cinco - Capítulo Seis
Toya siguió corriendo por el parque, llegando ya hacia la entrada de este.
Farolillos iluminaban las 'calles' de Phoenix Wonderland, tiñéndolo de una tenue luz anaranjada.
"Toya! Porfavor! Espérate!"
Tsukasa, sumido en la desesperación y confusión que consumian su mente, acabó cediendo ante el barullo alucinogénico que rugía en su interior.
"Toya...!" intentó exclamar, pero su voz salió débil y apenas audible.
Tsukasa se arrodilló en el suelo, desesperado por conseguir hablar con Toya, pero acabó rindiéndose.
La lluvia caía sobre el parque, lo cual hacía que toda la escena resultara aún más deprimente para el joven actor. Sus emociones se apoderaron de él, y empezó a sollozar. Sin apenas darse cuenta, elevó el grito al cielo, gritando el nombre de Toya. Tras apenas cinco segundos, calló, y volvió a sumirse en ese estado de confusión, rabia, dolor y tristeza. Ese terrible ciclo, tan típico en él. Entonces, dejó de oir los pasos de Toya alejándose, y en cambio, le pareció que se acercaban hacia él.
Aún más confuso, levantó la mirada, mientras la esperanza- y el miedo, porqué no decirlo- suplantaban las anteriores emociones.
"Toya...?" farfulló.
La cara de este apareció frente a él. Lágrimas resbalaban por su cara.
"Tsukasa, puede que tú no lo sepas, pero se nota que aún llevas a Rui en el corazón." miró hacia arriba. "Y... yo no puedo cambiar eso. Entonces... disfruta con él como no has podido conmigo."
Tsukasa sintió como si le clavaran un puñal en el corazón. Después de eso, Toya le dirigió una sonrisa lastimosa, que acabó de rematar a Tsukasa.
"Sabes...? Siempre funcionamos mejor como hermanos que como pareja, no lo crees...? Pero al menos fue divertido."
Ahora, el que lloraba era Tsukasa, pero en silencio, y cabizbajo. El sonido arrítmico de las gotas de lluvia golpeándose contra el suelo empezaban a marearle.
"Entonces... volvemos a ser hermanos, Tsukasa. Bueno... te llamo mañana, si no te importa... para ver como estás."
Tras eso, Toya se marchó, dejando tras él un Tsukasa que sollozaba e hipaba sin remedio.
Entonces, llegó otra persona, y Tsukasa sintió como le ponían una chaqueta sobre la cabeza y espalda, que para ese punto estaban ya empapadas.
"Toya siempre fue un buen tipo..." suspiró Rui. "Sigo sin creer que..." calló, y Tsukasa, al notar el silencio, levantó la vista.
"Aún... no me has dicho nada... sobre- sobre si te gusto..." Rui se frotó el pelo, claramente incómodo.
Tsukasa no contestó. En cambio, tiró a Rui al suelo, y lo besó.
"Me tomaré eso como un sí."
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