Tranquila paz, si, no hay nada mejor que estar solo en el cuarto, leyendo manga y disfrutando la serenidad de un fin de semana libre, o al menos así es para saiki, y para varios que están leyendo esto.

Saiki kusuo, quién diría que pronto su paz se vería perturbada. Escuchó miles de hiperactivos y desordenados pensamiento. Se acercaba, ¡Yabai!, Justo lo que menos quería en ese día.
Se apresuró, quería evitarlo a toda costa, se teletrasportó, quedando en las escaleras. Muy tarde, su mamá ya había abierto.

— Él está en su habitación, pero ahora lo llamo. — Dijo alegremente la señora saiki.

— No será necesario, ¿Verdad, saiki? — Preguntó, ya habiendo notado la presencia del peli-rosa en las escaleras.

Fue donde él, lo tomó de la muñeca y lo llevo escaleras arriba, a su habitación.

— Avisa si vas a venir, arruinas mi lectura — Escuchó Akechi la voz de Ku en su cabeza.

— Oh, lo siento, ¿Que leías? Déjame adivinar: ¿Manga? ¡Ey le atiné, ¿No?!

— Caramba, hablas mucho. ¿Por qué sigues viniendo? Te dije que no volvieras.

— Es por qué somos amigos

— No, no lo somos, ya te dije antes — Se apresuró a decir, interrumpiendolo.

— Además — Continuó sin darle importancia a la objeción del psiquico —, a pesar de que tú me dices que no, tu mirada se ilumina y dice que si. Una mirada puede decir más que mil palabras  — Saiki se sobresaltó un poco, algo pasmado. Akechi volvió a hablar —Eso me recuerda a cuando íbamos en primaria, ocurrió lo mismo cuando vi tu proyecto de artes. Ingle en llamas rompió mi trabajo ese diá. —Se vió interrumido por la puerta abriéndose.

— ¡Ku-chan! —Llamó alegre entrando con una bandeja en manos— Traje gelatina de café, aprovechando que vino tu amigo.

— Él no es mi amigo ¿Cuántas veces más debo decirlo?

— Muchas gracias señora Saiki

— Ay, porfavor dime Kurumi — Dijo con una dulce sonrisa, llevándose una mano a la mejilla una vez le entrego a cada uno su postre —. Bueno, si necesitan algo estoy abajo —, seguido, salió de la habitación.

— Vaya, a diferencia de ti, tu mamá es demasiado dulce, ¿Ya lo dije antes, no?

— Si, ella por lo general es muy ama- espera, ¿Que dijiste de mi? — Preguntó interrumpiendose a si mismo.

— Eh, digo, no es que no seas amable, quizá te falta expresarlo, digo, no, ah, yo — Balbuceó nervioso, negando con las manos aceleradamente. — ... Lo siento.

Se disculpó súbitamente, haciendo sonreír inconscientemente a saiki, justo como en primaria. Lo vio sonreír y también sonrió tímidamente, seguido volvió a hablar.

— , y bueno, ¿Que hacemos? Es aburrido solo apostar en juegos de televisión — Probó la gelatina de café, la señora saiki cocinaba delicioso, volteo a ver al peli-rosa, él también parecía disfrutar el postre.

Saiki termino parte de su postre y medito unos segundos, aunque con algo de dificultad por el millar de pensamientos de akechi y las cosas que decía, quizá eran ideas de que hacer.

—¿O tienes videojuegos?

— Ahora que lo mencionas, tengo uno nuevo y aún no lo he probado, es de dos jugadores y no tenía con quién jugarlo — Se levantó de su lugar y fue al cajón a tomar el dichoso videojuego.

— ¿Y si es de dos jugadores porque lo compraste?

— Yo no lo compré, me lo regalaron — Objetó, ya poniendo el DVD

— Espera, con razón no podías jugarlo solo, es de pelea y acción, ¡Ya se! El que gane le dará la mitad de su gelatina de café al otro, ¿Que dices?

—¿Que tienes con las apuestas?, Pero bueno, diste en el blanco con la gelatina, hagámoslo. — Sonrió desafiante, lo iba a aplastar y esa gelatina de café sería suya, o al menos eso pensaba.

[ ☆ﾟ.*･｡ﾟ]

La batalla estaba algo reñida, le sorprendía que incluso cuando jugaba, la cabeza de Touma era un caos. Era difícil leerlo entre tanto revoltijo, una que otra que si alcanzaba a percibir, ¡Pensaba más de una cosa a la vez!, Trataba de ignorarlo pero era imposible; escucho un par de cosas que le llamaron la atención, lo miro por el rabillo del ojo, se veía muy concentrado, su mirada fija en el monitor, sus dedos en el control y sus mejillas con un ligero color rosado.

—¡Si, gane! Ahora dame la mitad de tu gelatina de café — Exclamó alegre, volteandole a ver.

Saiki se sobresalto por su voz y volteo a ver la pantalla, vio con asombro que había perdido y le devolvió la mirada.

— Fue trampa, me distrajiste.

Touma rio levemente. — En ningún momento hablé, Saiki, no hice nada para distraerte.

El psíquico, derrotado y un poquito avergonzado, le dio parte de su postre.

— Hagamoslo de nuevo, no permitiré que te quedes con ese regalo de Dios.

Claramente 'se pudo ver' una estatua en piedra caliza de la diosa Kurumi sosteniendo un gran cáliz de ¿Gelatina de café?

— Ya verás cómo me como toda la gelatina de café, Saiki — Retó akechi.

Le dio replay y el juego volvió a empezar, esta vez ninguno apartaría la vista del monitor, ¿O si?

— Teruhshi es muy bonita — Dijo el rubio de la nada, no tenía casi nada que había empezado la nueva partida y ninguno daría el brazo a torcer —Es perfecta, una diosa o algo así —. Sonrió.

Touma miro rápidamente por el rabillo del ojo a saiki y volvió al monitor, percibió a ku con el ceño fruncido y la mirada sería, ¿Era por la concentración en el juego? ¿Dijo algo mal? ¿O era por..? Si, seguro.

— Espera, ¿Te gusta teruhashi, verdad? Perdón, retiro lo dicho, no busco tratar de robarle el crush a mi mejor amigo o algo así, solo es un comentario objetivo, digo, es muy bonita, ni un psíquico se resisti- .. — Se vio interrumpido.

— No. No me gusta teruhashi, jamás me gustaría.

— ¡¿Uh, por qué no?! Ella es perfecta –refutó, aún en el juego.

— Quiza sea hermosa, pero yo no la miro así, gracias a mi visión de rayos x no puedo ver a las criaturas como algo más que bolsas de carne y huesos, a fin de cuentas todos son eso. — Explico sin despegar la vista de la pantalla, a ambos les quedaba casi la mitad de la vida.

— Entonces lo que importa es lo de adentro, las personalidades y formas de ser, significa que nunca te has enamorado ¿O si?, Pero teruhashi es perfecta en todo el sentido de la palabra, es amable, linda, sincera, honesta, buena persona, inteligente, empática..

— Quizá así parezca, pero no, ella solo finge, tiene una obsesión con ser perfecta y finge no saber de su belleza aunque es más que obvio, y me persigue por qué no he suspirando por ella y esas cosas. — Comenta con desinterés, siente que ya ha hablado demasiado.

— Ya veo — Contestó akechi— ,aparenta muy bien. Lo importante es lo de adentro.

— Si, todos son predecibles y siguen patrones. Me es fácil saber todo de ellos, de todos menos de ti.

— ¿Todos menos yo? — Preguntó confundido mientras movía ágilmente los dedos sobre el comando.

— Hablas y piensas mucho. —apretó mas botones, el final se acercaba.

— Quizá por eso me atraes, por qué no te comprendo, quizá por eso.. — Musitó últimamente y volvió a hablar normal — Deberiamos pasar más tiempo juntos, si lo intentamos podemos decifrarnos el uno al otro, ¿no te parecería eso interesante? Podría venir más seguido o salir. — Aplastó un par más de botones en el control.

Los ojos de Kusuo se abrieron con asombro, la pantalla marcaba un mensaje: el juego había terminado.

— ¡Mira eso, un empate!, Ya casi no te queda gelatina de café, así que compartamos la mía–tomo la cuchara con un trozo y lo levantó a la altura de su boca –anda, di 'ah'

— Puedo comer solo...

Akechi se rió y siguió hablando, saiki no le prestaba mucha atención por no decir que no entendía lo que decía, ¡Pero que chico más parlanchín! Era un caos. Las palabras que le había dicho antes aún habían eco en su cabeza y lo confundían.

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Akechi ya se debía ir, no lo admitiría, pero se había divertido, ya empezaba a oscurecer.

En su cuarto, solo otra vez, bajo a cenar, se puso a ver un rato la televisión pero aún no podía sacar la confusión de su cabeza, algo cansado subió a su habitación a dormir.

"— Aunque tus labios dicen que no, tu mirada se ilumina y tus ojos me dicen que si. Por qué somos amigos. Quizá por eso me atraes. Dime la verdad saiki ¿Eres psíquico?. Lo prometo. —"

Escuchaba entre sueños. Varias cosas cruzaban su mente: la primaria, el salón de clases, etc.

Se despertó.

— " ¿Que fue eso, una premonición?" — Pensó— "No, eso ya había pasado, fue solo un sueño, pero..¿Akechi?.... Aún está oscuro, hasta ahora lo notó, vaya vaya"

El pequeño recuerdo de la risa de Touma en la tarde lo hizo sonreír ligeramente.

"Por qué somos amigos"

Frunció un poco el ceño ante ese otro recuerdo.

— ¿Por qué resulta tan molesto? — Se acostó nuevamente. Mañana sería lunes y tenía que ir a la escuela.

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