Extra. #1


—¡Andy! ¡Feliz cumpleaños!

La latina sonríe y corresponde el abrazo de su compañera de trabajo, Regina, y se corre hacia un costado, dejándola pasar a su mini departamento en Port Ángeles.

—¡Gracias!— respondió, pasando al hogar.— Eres la primera en llegar...

—¿Que sucede?— preguntó preocupada al ver las ojeras que tiene la morocha debajo de sus ojos. Andy niega con la cabeza, intentando cambiar de conversación siendo un fracaso ya que Reg le golpea la cabeza, amistosamente, para que hable.— Anda tu no eres así.

》Esa sonrisa está apagada, tus ojos están tristes y tus ojeras, tus feas y horripilantes ojeras muestran que no has estado durmiendo bien. ¿Que te pasa?《

Andy muerde su labio inferior, dudando si hablar o no, hasta que apartándose de su amiga, se dirige hacia el mini living, que consiste en una mesita redonda y puff como sillones, y se sienta sobre uno siendo acompañada con su vieja amiga.

—Mi familia llegó hace una semana para mi cumpleaños.— comenzó a contar, con una mueca en sus labios — No me quejo de que hayan venido... los amo, amo a mi madre pero... llega un momento que cansa...agh...— respiró hondo y exhaló lentamente... para luego explotar.

》¡Odio que me viva preguntando cuando mierda voy a estar con alguien! ¡Siempre insistiendo porque carajos no tengo pareja! ¡Que me voy a quedar sola!  ¡Que se me está yendo el tren de la maternidad y después me voy a arrepentir! ¡A la mierda ser madre Regina! ¡No quiero serlo!《

Terminó de gritar todo lo que estuvo conteniendo desde que sus familiares, solamente siendo su madre, prima y tía, llegaron. Realmente estaba cansada y harta de escuchar la irritante voz de su madre, taladrándole la cabeza como si fuese un pájaro carpintero sobre la falta de vida amorosa y de formar una familia.

—Pero si quiero estar con alguien...— susurró.— deseo tener una pareja...

—¿Y que sucedió con ese muchacho que estabas saliendo hace tres meses?— Andy aplanó los labios, intentando tragar el nudo que se le formó en su garganta.— ¿Que pasó? ¿Te hizo algo?

Andy negó con la cabeza con una sonrisa triste plantada sobre sus labios.

—No, él no me hizo nada... fui yo.—  murmuró con voz rota.— yo... insistí en saber algo de él, había algo raro... no me cuadraba y a mi no me gustan las mentiras... y cuando me lo contó, obligado, me asusté.

—¿Era tan malo?

—¿Que?

—Su secreto...— aclaró su amiga.— ¿Era muy malo?

¿Malo?— pensó Andy, completamente confundida.— Puede ser...

—Malo y...— habló mordiéndose el labio inferior.— raro... extraño, pero...

》Me siento muy mal... yo... debí esperar a que él me lo contara y no presionarlo.《

—No te preguntaré que es ese secreto... porque no me incumbe, pero sería la misma mierda Andy.— puso su mano sobre el hombro de su amiga, preocupada al verla tan mal.— Que te haya contado ahora, que te asustaste... ¿Que diferencia habría si te lo contaba más adelante?

Andy lo pensó y observó a su amiga, con sus ojos acuosos y ganas tremendas de llorar.

—Yo creo que... me hubiera quedado con él y escucharía su explicación.— murmuró abatida, arrepintiéndose de lo que había hecho.— y no le habría gritado horribles cosas...

—Tu no eres así, Andy.— susurró.— me sorprende verte de esta manera... me he dado cuenta en el trabajo que no has estado bien, varias semanas has estado así, pareces un zombie. Y tú nunca estuviste así por un hombre... ni siquiera por el Doctor Cullen.

Andy quiso reír y llorar al escuchar su apellido. Si tan solo supiera su amiga que con él estaba saliendo, y por él estaba de esta manera.

¿Porque... como te tomarías el saber que el hombre que amas es un vampiro?

¿Que tiene más de 100 años?

¿Y qué toda su familia también son vampiros?

Y no solo eso... ¿Cómo te tomarías que su "hermana"  era su ex-mujer que han estado juntos por andar saber cuantos años?

Andy no se lo pudo tomar nada bien, el terror, el miedo, el enojo y el dolor nublaron su juicio causando que le gritara cosas horribles ese día, que se arrepiente tanto al recordar sus ojos dorados llenos de dolor. La morocha por un momento quiso arreglar las cosas con él pero siempre cuando lo veía por los pasillos del hospital, le corría un miedo terrible, en donde su mente e imaginación era la mayor causante de su miedo a él.

—Al verte así... me doy cuenta que estas perdidamente enamorada de él. — volvió a hablar Regina, sacándole de sus pensamientos.

—Lo estoy... estoy enamorada de él y eso es lo que más me duele.

Andy apoyada en una esquina de su salón, observaba con una mini sonrisa en sus labios como su tía hablaba con su amiga Rose, que fue la última en llegar, y Regina hablaba con su madre como si fueran viejas amigas.

—Estas aquí... pero a la vez no estás.— Andy giró su rostro, encontrándose con su prima que le sonreía, intentando corresponderle esa sonrisa.— ¿Que te pasa boluda? ¿Hay algún wachito en tu cabeza?

Andy rodó los ojos, divertida.

Si, ambas eran muy mal habladas.

Cerra el orto boluda.— respondió bebiendo lo último de su cerveza.— y no me pasa nada.

Giró sobre sus talones y se fue a su cocina, para buscar en la heladera más cerveza en lata, pisándole los talones su prima.

—Dah boluda, dale.— habló Natalia, cruzada de brazos.— Hasta la tía se dio cuenta que te pasa algo... y eso la hace sentir mal, porque sabe que tiene un poco de culpa.

Andy negó con la cabeza.

—Mamá no se tiene porque sentirse mal... y estoy bien, no me pasa nada.— abrió la heladera y sacó un pack de cervezas.— Anda toma...

—Mmm... lo voy aceptar, pero no quedará esto así.

Andy rodó los ojos y negó con la cabeza.

—¡Andy!— chilló su madre entrando como una adolescente emocionada al ver a su cantante favorito. La morocha la miró como si le hubiesen salido cuernos al verla roja como un tomate.— ¿Quién es ese bombón? ¿Es tu jefe? ¿Son algo? ¡Es hermoso! ¿Por qué no dijiste que conocías a alguien que estaba más bueno que comer pan con dulce de leche?

—¡Para mamá! ¡No entiendo una puta mierda de lo que me estás diciendo!— se acercó a ella y le tapó la boca con la mano para que parara de parlotear, mirándola confundida.— ¿De qué estás hablando?

—Del hombre súper sexy que está en el living.

—¿Eh? ¿Que? ¿Como qué hay... ¿Quién?

—¿No escuchaste que sonó el timbre?— Andy giró a su prima, que ésta se encontraba tranquila bebiendo su cerveza.— la tía fue a atender y eso que aviso que iba a abrir la puerta.

》Ja, y decías que no te pasaba nada《

Andy no podía procesar la información, llena de confusión adornando en su rostro.

¿Como era que no había escuchado el timbre?

¿Como es posible que su madre haya dejado pasar a un desconocido a su casa?

¿Hombre sexy?

¿Pan con dulce de leche?

Andy negó con la cabeza, sacándose esas preguntas de la cabeza y se encaminó hacia el living para ver quién era y por si acaso echar a patadas al hombre que entró a su casa. Que al ver a esa persona, quedó helada en su lugar.

—Carlisle...— susurró sorprendida, al verlo hablar con Regina y Rose, que ambas estaban sorprendidas al verlo allí, pero que lo disimulaban bastante,  hablando con él.

El vampiro escuchó el susurro que dio su compañera y giró su rostro hacia ella. Encontrandola con su rostro sorprendido, sus ojos negros brillando, sus labios rosados brillosos gracias al gloss que se puso y vestida malditamente sexy, siendo un pantalón negro ajustado en su cintura y suelto abajo y un top blanco adornando la parte de arriba, dejándose ver su cintura y apenas el tatuaje que sale debajo de su pecho derecho.

Carlisle tuvo que tragar grueso y  obligarse a dejar de comerla con la mirada.

—Feliz cumpleaños Andy.

La morocha pudo jurar que escuchó a todas las femeninas suspirar al escuchar la voz angelical del Cullen.

—Gracias.— respondió incómoda al sentir su mirada dorada sobre ella.

—Un gusto yo soy su madre, Adriana Muinuelo, es mi apellido de soltera.— Andy tomó del brazo de su madre rápidamente, al ver que se iba a acercar a el para saludarlo, que no pasó desapercibido por el vampiro. El médico podía escuchar como el corazón de su compañera comenzaba a acelerarse y su rostro transformarse a uno de pánico y miedo.— Andy, suéltame.

—¿Podemos hablar?— interrumpió el Cullen clavando su mirada en Andy que veía como dudaba en aceptar su petición.

—Es-esta bien...— tartamudeó, soltando el brazo de su madre, al ver los ojos dorados suplicantes que le dedicaba.— sígueme... ya volvemos.

—Tómense todo el tiempo que quieran.— habló su madre picarona, causando que Andy quisiera cometer homicidio.

Andy comenzó a caminar, adentrándose a un mini pasillo oscuro, mostrándose más adelante dos puertas, una del baño y otra de su habitación. Abrió la puerta de su dormitorio y dejó pasar al vampiro, lo más apartada de él, en donde el vampiro aunque le doliera lo que hacía su compañera, decidió respetarla.

—Vamos al balcón...— murmuró luego de haber cerrado la puerta del cuarto.

El balcón, que solo estaba a cuatro pasos de su cama, era su lugar para relajarse, su lugar preferido en todo su departamento. Y estando allí estaría más tranquila para hablar con el médico o eso cree Andy.

Corrió hacia un costado el ventanal y pasó hacia su balcón, siendo seguido por el Cullen, que éste cerró la ventana. Quedándose ambos solos en el medio de la noche estrellada, en donde es muy raro que haya una noche así y un viento cálido recorrer sus cuerpos.

—Bueno...— comenzó el vampiro realmente sin saber como empezar.— feliz cumpleaños.

—Ya lo dijiste.— habló con una mueca en sus labios.— pero... gracias.

—Ya lo dijiste.— repitió con una sonrisa en sus labios, intentando bromear, aunque esa sonrisa desapareció al ver el rostro serio de la humana.

— Esta bien... yo... no soportaba más estar lejos de ti...

Andy se sonrojó y su corazón comenzó a latir fuertemente al escuchar esas palabras. Pero hizo el esfuerzo para no caer ante él ni mucho menos iba a decir lo mismo.

—¿Por que?— se animó a preguntar, devorandola los nervios.— ¿Porque soy tu comida? ¿Te parezco apetitosa? ¿Quieres comerme? ¿Por qué no me mataste? ¿Pensaste hacerlo alguna vez?

》Te aviso que tengo armas, tengo mucho ajo en la cocina, cruces y.... agua bendita.《

—Estoy armada hasta los dientes....

Carlisle al escuchar el vómito verbal que le dió gracias a sus nervios y miedo le dio demasiada ternura. Y más al ver sus ojos negros serio e intimidantes pero su rostro rojo como un tomate.

No pudo soportarlo más y soltó una risita divertido, causando que Andy comenzara a molestarse.

—¿De que te reís pelotudo? No estoy jugando, estoy armada.

—Lo siento.— se mordió el labio inferior que provocó una manada de elefantes en el estómago de Andy. Haber estado tanto tiempo lejos, ignorándose, les había hecho mal.— Solo que... son mitos.

—¿Que? ¿Que son mitos?— preguntó confundida cruzándose de brazos.

—El ajo, el agua bendita y las cruces...— respondió apoyándose sobre el barandal del balcón, mirando el paisaje de Port Ángeles.— son mitos, no nos hace daño.

—¿¡Que!? ¿¡Como que no!?— chilló enojada, acercándose hasta  el rubio que la miraba de reojo, divertido.— ¿Que voy hacer con las tres botellas de agua bendita que compré? ¿¡Y con las cruces!? ¿¡Cómo que no les hace daño!?

—No, no nos lastiman, es un mito.— volvió a repetir, disfrutando las reacciones y las muecas que hace la humana sin darse cuenta.— Al igual que los ataúdes y no dormimos.

—¿En serio eres un vampiro?— preguntó, incrédula, al verlo asentir con la cabeza.— Que pésimo servicio.

Carlisle rió, en donde Andy, disfrutó unos segundos esa risita.

—Pero..— volvió a hablar, moviendo sus manos de un lado a otro, por su nerviosismo.— ¿Lo de comerme? ¿La sangre?

El ambiente se había tensado y puesto incómodo.

—Eso sí...— susurró Carlisle, mirándola ahora de enfrente, viendo como su cuerpo se tensa y sus ojos negros miran cualquier otro lado que no sea él.— Nos alimentamos de sangre...— dio un paso mas cerca de Andy, que ésta retrocedió.

—¿Tú...?

—No.— respondió inmediatamente.—
Mi familia y yo nos alimentamos de animales, no nos satisface pero nos llena.

Andy hizo una mueca con sus labios mirándolo de reojo, hasta que recalculó en su mente la respuesta del Cullen.

—¿¡Matan animales!?

Carlisle se sorprendió el ver el rostro furioso de la morocha sobre él.

—¿¡Matan a Bambi!? ¿¡A Simba!? ¿¡Por qué!? ¿¡Que te hizo ese ciervito!? ¿¡Que te hizo ese león!?

El vampiro no podía creer lo que estaba escuchando.

—¡Estúpido vampiro de cuarta, respóndeme!— golpeó su hombro.— ¿¡Por qué matan a animales!?

—Porque no queremos arrebatar la vida de los humanos.— respondió inmediatamente, agarrando la muñeca de Andy al ver que iba a golpear una vez más su hombro.— Hay humanos buenos... nosotros no somos monstruos.

—Pero ustedes necesitan alimentarse.— le reprochó sin importarle que siga sosteniendo entre sus fríos dedos su muñeca.— A mi me vale verga la vida humana, realmente me importan tres pepinos de hectárea lo que suceda con ellos.

—¿Y si yo atacara a tu madre? ¿Si me alimentara de tu familia?— el rostro del Cullen se había vuelto serio, causando que le de un poco de miedo a Andy al verlo tan intimidante aunque muy en el fondo le encantaba.— ¿Seguirías pensando lo mismo?

—Si.— respondió segura, mirando los oscurecidos ojos dorados de Carlisle, atreviéndose a dar un paso más cerca de el, sintiendo su frío corporal chocar contra su cuerpo.— porque esta en tu naturaleza... puede que al principio te culpe, te grite, me duela... pero lo entenderé.

—No tenemos el mismo pensamiento...— hizo una mueca al soltar la muñeca.— mi familia y yo decidimos no matar humanos.

—Ya, está bien...— se abrazó a ella misma, mirando hacia otro lado, doliéndole ver que hay otra cosa más que no tienen en común.— lo entiendo, pero no estoy de acuerdo.

El silencio los volvió a rodear, un silencio bastante incómodo y tenso. Que con cada segundo que pasaba hacia presión sobre la morocha.

—Perdón.— murmuró Andy, como una niña pequeña.

—¿Que? ¿Por qué pides perdón?

—Por como reaccioné la otra vez, te grité cosas feas, horribles...pero tienes que entenderme tenia miedo....—empezó a expulsar todo lo que sentía.— O sea... si le hubieras dicho a mi yo de 13 años que eras un vampiro hubiera gritado de la felicidad pero  soy adulta y... si, puede que tenga mente infantil y la mayoría de las veces diga estupideces...

Andy no pudo continuar de hablar al sentir uno de los dedos fríos del vampiro sobre sus labios, deteniendo su parloteo.

—Estas divagando...— sonrió divertido al ver como esas adorables mejillas comienzan a decorarse de un rojo carmín, disfrutando de la vista y de la suavidad de los labios, que acariciaba con su dedo pulgar el labio inferior de la humana, quedándose en su piel un poco del labial.

—Y-yo...— tragó saliva, nerviosa.— como.. como decía... tú estas aquí, intentando explicarme tu naturaleza... abriéndote a mí y yo estoy siendo egoísta...— suspiró al no tener más el tacto helado del doctor sobre ella.— lo que quiero realmente decir es que... quiero que estemos bien, quiero que volvamos a salir y esta vez sin escondernos... quiero que nos conozcamos mejor sin mentiras ni secretos... yo... realmente me gustas mucho... y...

El Cullen no dejó que terminara de hablar ya que se arrojó hacia la boca de la humana, chocando sus labios con los de ella. Andy sorprendida por su movimiento, no dudo ni un segundo en corresponderle el beso.
Los labios cálidos de Andy se movían con suavidad pero con desespero sobre los gélidos labios del vampiro, que por un momento Carlisle pensó que se derretiría ante las caricias traviesas de las manos de la humana sobre sus mejillas, que suben hacia su cabello despeinandolo y tironeando con fuerza, causando que una sonrisa apareciera en el medio del beso.

El corazón de Andy se agitó al sentir esa sonrisa sobre sus labios y más al tener las manos heladas del vampiro acariciar de arriba a abajo la piel de su espalda. La morocha realmente deseaba seguir devorando esos pálidos labios pero sus pulmones necesitaban oxígeno.

A regañadientes se separó lentamente del vampiro, sorprendiéndole al notar esa mirada dorada brillando de felicidad y llena de amor.

Amor dirigida a ella.

Causando que sus mejillas se sonrojaran y su corazón latiera rápidamente sobre su caja torácica.

—Entonces...— susurró, remojando su labio inferior, acto que no pasó desapercibido por el vampiro.— ¿Me perdonas?

El Cullen rió divertido al ver esos ojos negros brillando de inocencia y un puchero adorable adornando esos labios que acababa de besar.

—¿El beso no quedó lo suficientemente claro?— murmuró rozando sus labios con el de ella, en la cual la humana negó lentamente con la cabeza.— Entonces debo responder tu duda...

Y el vampiro atacó los labios de la humana, sacándola un jadeo de sorpresa, que lo único que causó fue que el beso se volviera agresivo y desenfrenado, que el vampiro tuvo que tener todo su autocontrol para no lastimarla.

Andy se separó de repente del beso  buscando aires para sus pulmones pero que aún así, una sonrisa burlona estaba sobre esos labios hinchados y rojizos de la humana.

—No te tenia así... doctorcito.— bromeó juguetona, acariciando la nuca del vampiro.

Que si Carlisle fuera humano, se encontraría rojo hasta las orejas de la vergüenza.

—Entonces...— murmuró el vampiro, ansioso.— ¿Me aceptas por como soy?

—Mmmm... mientras que no vaya presa por necrofilia.

El rostro del doctor Cullen se volvió serio ante las palabras de la humana que ésta se encontraba riéndose al ver la cara.

—Ya, ya estoy jugando, Carlitos.— bromeó, robándole un beso, sorprendiendo al vampiro.— pero si, te acepto tal y como eres...

》¿Tú me perdonas?《

Ahora fue el turno del vampiro en robarle un beso, con una mordida en su labio inferior.

—¿Eso te deja claro?

Andy no podía encontrar su voz por lo tanto, asintió con la cabeza.

Ambos se encontraban mirándose, perdidos en la mirada del otro, fundiéndose entre dorado y negro. Andy tenía una sonrisa de enamorada plasmada en esos labios hinchados y rojizos, a causa del beso, mientras que el Cullen la miraba como si fuera su mayor tesoro.

—No sabes cuanto te he estado esperando...— susurró apoyando su su frente contra la de la humana, cerrando los ojos disfrutando del latir del corazón de su humana.

Andy tuvo que tragar grueso el nudo que se le había formado en la garganta al escuchar esas hermosas palabras.

Por primera vez, después de tantas relaciones fallidas, en donde siempre terminaba con su corazón destrozado, había encontrado un hombre que la amaba tal y como es.

Aceptando sus virtudes y errores.

Soportando sus locuras y miedos.

Realmente el haberle rezado tantas veces al gauchito Gil, había funcionado.

Bueno no.

Pero entendieron.

Andy por fin había encontrado su hombre ideal.

Su otra mitad.

—Carlisle...— susurró, abriendo los ojos, observando ese dorado brillar como el sol.— te amo...

El vampiro sonrió al escuchar esas palabras.

—Yo te amo más...— murmuró volviendo a atacar esos labios carnosos, saboreado la calidez de su boca.— Nunca me voy a cansar de besarte...

Andy rió enamorada, quedándose abrazados, pegados por completo, disfrutando del silencio cuando el vampiro vuelve a hablar.

—Creo que deberíamos volver... te están esperando...

Andy abrió los ojos como platos al recordar su fiesta de cumpleaños, a sus amigas y a sus familiares.

—La puta madre...— susurró mirándolo con cara de terror, preocupando al vampiro.— Esta mi familia...

—¿Y?

—¿Cómo que Y?— frunció el ceño molesta.— ¿Que le digo? ¿Que... haremos? No te puedo tirar por el balcón... puede que seas un vampiro pero... ¿Pueden caer parado? ¿Como los gatos? Yo...

Carlisle la volvió a besar, siendo solamente un piquito para que dejara de divagar, y habló.

—¿Que dirás? Dirás que nos perdonen por la demora... ¿Que haremos? Iremos allí y me presentaré formalmente como tu novio a tus seres queridos...

—Novios...— susurró enamorada.— ¿Realmente somos novios?

Carlisle asintió con la cabeza divertido por las muecas adorables que hacía su humana.

—¿Te parece bien la idea?— preguntó acercando más el cuerpo cálido hacia el suyo, acariciando con sus dedos la piel expuesta de la cintura de la humana, que a Andy le provocaba demasiada sensaciones no aptas para menores de 16 años.

Andy sonrió radiante y respondió.

—Me parece perfecto.

































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¡Hola! Aquí el extra...

¿Que les pareció?

Quise que sea un poquitín más realista sobre como reaccionó Andy sobre que Carlisle sea vampiro, que si se me da el tiempo y la motivación escribiré el momento en donde el doctor Cullen le cuenta a Andy.

Si, nuestra Andy tuvo miedo, y no se acercó a él por un mes... en donde lo ignoró varias veces, al igual que a sus hijos.

Y si... Esme y Carlisle estuvieron juntos como novios pero sabían que no estaban destinados, ahora que apareció Andy, Carlisle quiso estar con ella como Esme estará junto con su pareja.

(Habrá un Extra en donde Andy hable con Esme, no va a quedar suelto, así que van a ver su conversación)

Y sobre la reacción de Andy, sobre su miedo, yo no quería que fuera como... "No me importa... se que no me harás daño" porque vamos... ¿Que clase de persona, hablando de verdad, le diría eso sabiendo que en un segundo te puede matar? Además se estaban conociendo... se estaban tomando su tiempo como una pareja normal... y que te salte con eso fue como un shock, terror y traición sobre qué Esme no era realmente su hermana.

No son celos, puede que más adelante si y lo verán cuando hable con Esme, pero no son celos cuando se entera que estuvo con ella... es más de desagrado y traición de mentirle tal manera. Porque Andy, literalmente le confesó todo, se abrió ante el, que por ahí lo escribiría... ¿les gustaría? Mientras que Carlisle se hizo el pelotudo, ahre.

Y segundo... vimos como es su postura sobre la alimentación de Carlisle, ¿Están de acuerdo o no? Quise que realmente le haga la contra... y no que diga "Ah bueno matan animales a mi no me lastimará" porque vamos... es vampiro y puede caer ante la tentación. Pero no es el caso de Andy ya que como dijo Alice... ella apesta xD no es como la sangre de Bella, es todo lo contrario.

Bueno... respondan las preguntas de arriba y veré si las voy a escribir.

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Vayan a Galletas (Jasper Hale) y después a Labiales (Rosalie Hale)

Las amo, cuídense del Coronavirus.

Besitos.

~M.



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