¿Saben esa sensación de que cuando conoces a alguien después lo consigues en todos lados?

Pues exactamente eso es lo que me está pasando.

¿Quién es ese alfa? ¡Ahora lo consigo en todos lados!

Cerca de cada lugar donde estoy, me llega ese desagradable olor a café con chocolate, tan dulce, tan malditamente desagradable.

Muchas veces lo encuentro mirándome, a pesar de que fingía que no lo hacía. No ha intentado acercarse a mi otra vez, pero realmente siento siempre su presencia muy cerca.

Y ni quiero hablar del idiota de mi lobo, menos cuando ahora está aullando y rogando que me acerque a ese alfa.

No quiero, no va a pasar.

Incluso de lejos su olor es embriagante. Agradezco de corazón que sea un año menor y no compartimos clases, eso evita que pueda distraerme.

«¡No lo insultes!» oigo de mi lobo y ruedo los ojos. Esto es insoportable.

—Te está mirando, ¿Pasó algo antes de ayer en la salida? —cuestiona con curiosidad y toma un sorbo del jugo de cajita que está tomando.

Remuevo mis labios, incómodo. No sé si contarle que es mi alma predestinada o si solo dejarlo ahí y que sea solo una dongsaeng encantado conmigo, no es el primero ni va a ser el último alfa que esté detrás de mi.

—Solo chocamos en el pasillo, su olor también me estaba mareando mucho, así que huí de el. —cuento. Una verdad parcial. No chocamos, yo lo busqué, pero sí huí de el.

Yoongi hace una mueca, demuestra que no me cree del todo, pero se encoge de hombros, restándole importancia.

—Es lindo, no se ha metido en peleas con otros alfas, te mira muy bonito y se veía preocupado por ti ayer. Deberías salir con él.

—Pero es un alfa puro.

Yoongi suspira. Aprieto mis puños con incomodidad. Pensar en alfas puros siempre me causa nerviosismo e inquietud.

—Jim, deberías abrirte un poco, ya sabes. Hace tiempo no sales con alguien. —expresa, demostrando en parte algo de preocupación—. El se ve bueno, quizá debas darle una oportunidad.

—No lo haré, Yoongi. Prefiero mil veces salir con un omega que con un alfa puro. —afirmo.

—Deberías darle una oportunidad. Es hasta tierno como te mira de lejos. —Yoongi comenta con una sonrisa.

Frunzo el ceño y lo miro. ¿Acaso está loco?

—Es un alfa puro.

—Ooh —alargó, como si fuese una revelación que aclaraba todas y cada una de sus dudas—, ¿Por eso casi te desmayas ayer?

—Huele asquerosamente dulce y fuerte. —comento. Arrugo la nariz ante la memoria de ese aroma.

Incluso siento el aroma a lo lejos.

—Es raro, nunca se ha hablado de el hasta ahora.

—No lo sé, ni me interesa. ¿Podemos dejar de hablar de ese estúpido alfa?

Estoy firme en esas palabras. Detesto estar cerca de alfas puros y relacionarme de más con ellos puede ser peligroso.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal, mi piel se eriza cuando mi mente amenaza con irse hacia malos recuerdos.

De repente, ese olor a café con chocolate se siente más presente, sin embargo, aún se siente muy lejos.

El sigue en su mismo lugar, pero, al parecer, había desprendido sus feromonas hacia mi.

Y detesto que mi lobo grite de felicidad y genuinamente ese aroma me relaja. Se siente lejano, pero a la vez cercano, es la distancia perfecta.

—Piénsalo bien, Jim. Yo iré a quitarle mis apuntes a Wonwoo. No tienes que esperarme.

El recoge rápidamente su celular y sus cosas de la mesa y se aleja a paso rápido.

Tomo un sorbo del jugo frente a mi y solo saco mi celular. Quizá pueda ver alguna compra nueva en Instagram.

Pero mi atención al aparato se ve interrumpida gracias a ese aroma que empezaba a detestar.

Ese alfa se está acercando a mi.

Mi lobo brinca eufórico, pero yo solo puedo pensar en que no debí beber tanto jugo, pues ahora, con el mareo y dolor de cabeza por ese aroma, siento que podría vomitarlo en cualquier momento.

¡Pero es tan molesto siempre sentirlo cerca!

—Hey, Jimin, hola. —saluda, su sonrisa es amable y cálida. Pero solo puedo pensar en que debería usar algún perfume o neutralizador para su olor.

Joder, no puedo ser el único que le afecte tanto.

El me mira preocupado y se acerca más. Detesto ahora mismo la silla por no permitirme alejarme.

—Hola, ¿Puedes...? —trago grueso—. ¿Puedes quedarte ahí?

Puedo ver algo de decepción en sus ojos oscuros y brillantes. Me pregunto que quiere, ¿Acaso va a seguir insistiendo en llamarme como «su omega»?

El toma la silla en la que antes estaba Yoongi y la arrastra hacia donde está para sentarse.

Oh, mierda. De verdad quiere hablar conmigo.

Llevo mi mano a mi boca, temiendo vomitar o desmayarme en cualquier momento, realmente no se cual va a venir primero.

—Bueno... —empieza. Lo veo jugar con sus dedos con algo de nerviosismo y relame sus labios—. Jimin, ¿No?

Intentando disimular las casi arcadas que el aroma me causa, asiento.

—Tú... Jungkook, ¿No?

Sus cejas se alzan con algo de entusiasmo y sus feromonas se intensifican aún más.

Voy morir. Y mi causa de muerte será el olor dulzón de un alfa puro.

—Bueno, ya sabes... Lo de ayer... —rasca su nuca con nerviosismo y evita mi mirada.

No se que decirle, no quiero ser grosero, pero solo quiero que se aleje. Quiero que se aleje, vuelva a desaparecer mágicamente como era antes de encontrarme con el y no volver a sentir su olor jamás.

—Fue extraño, pero creo que no fue nada. —intento restarle importancia y el me mira.

Mis ojos se encuentran con los suyos, mi estómago se revuelve y ahora temo verdaderamente vomitar. Aunque ese revuelto no me haya dado náuseas.

—Yo... Yo si creo... Fue muy... Intenso. —dice. Parece querer elegir cuidadosamente sus palabras.

Es como cualquier alfa encantado conmigo, solo buscan como atraerme por como hablan. Por eso elige tan bien sus palabras.

Esto es ridículo.

—Solo fue tu aroma que me mareó —me levanto del asiento—. Si me disculpas...

—¡Espera! —exclama y llama mi atención. Frunzo el ceño, el también se levantó de su asiento—. ¿Quieres...? Eh... ¿Te gustaría que nos veamos más tarde?

Tartamudea igual que cualquier otro alfa. La diferencia es que su aroma es más fuerte. Me tengo que ir de aquí.

—Mira, no estoy interesado en salir con nadie, Jungkook. Por favor evita llamarme como tu omega o acercarte de más, ¿Si? Tu aroma realmente me pone mal. —suelto, algo irritado.

Logro ver y sentir la decepción en el rostro de el. Su mirada va al piso y me da una sonrisa apenada.

—Oh, lo siento mucho —murmura—. Usaré algo para el olor para la próxima. ¿Crees que podamos vernos mañana?

Insistente, como los demás.

—Ya dije que no estoy interesado en salir con nadie. —recalco.

El frunce el ceño y da un par de pasos hacia mi, de los cuales huyo dando la misma cantidad hacia atrás, buscando distancia.

Es bastante alto, su contextura es media y tiene una mirada bastante profunda.

Podría ser bastante intimidante si no tuviese una expresión tan cálida.

—Pero somos destinados. Te quiero conocer, omega. —murmura.

Su voz es cautivadora, su timbre grueso es hipnotizante y agradable al oído.

Sus ojos están clavados en mi, buscando inconscientemente ejercer algún tipo de presión mediante mis instintos.

Mi lobo grita, ruega, suplica que me acerque a el. El decirme omega despertó a mi animal interior casi inmediatamente.

Odio esto, mi lobo quiere acercarse a el y aceptar la cita. Pero yo no quiero, no quiero ni puedo. Su olor me marea, no lo conozco y es un maldito alfa puro.

Solo falta que sea mujer para tener mi rechazo asegurado.

Se acerca más.

—¡Mantente ahí! ¿No entiendes que me mareas?

Sus ojos se abren con impresión, como si fuese una broma mía que pasó a ser verdad.

—¿Es completamente en serio? —cuestiona, incrédulo.

—¡Me estás buscando marcar otra vez! —exclamo al sentir su olor rodearme otra vez.

El abre los ojos impresionado, como si no tuviese idea de que lo estaba haciendo.

—Lo siento, pero, no lo controlo.

Perfecto, esto es una mierda.

—¿En serio mi aroma te marea?

Asiento repetidamente, froto mi frente en un intento de aliviar el dolor de cabeza que me causa la sobreestimulación de mi olfato.

—Si, mucho. Escúchame, no quiero nada que ver con alfas ahora, ¡Mucho menos puros!

—¿Por qué? —cuestiona, con tanta curiosidad que hasta resulta molesto.

—No me agradan. No tengo porqué darte explicaciones. —tomo mis cosas y me doy media vuelta.

Pero justo cuando pensaba empezar a caminar, el toma mi brazo, me detiene y me mira a los ojos cuando volteó bruscamente hacia el.

Su aroma me está envolviendo otra vez.

—Yo... ¿Si podemos vernos mañana?

—¡Que no! —suelto exasperado y me suelto de su agarre de un tirón.

Que necio.

Es frustrante.

Pero mi lobo se entristece y mi pecho se aprieta al ver su expresión herido. Desvío la mirada, pero sigo sintiendo su tristeza.

—Lo siento... Yo... Nos vemos después.

«Mi alfa...» murmura mi lobo y solo ruedo los ojos. Pero esa tristeza que invade a mi animal y la que transmitió aquel alfa, me tienen con los ojos acuosos.

Esto es una maldita ridiculez.

( ♡ )

Si, es una maldita ridiculez.

¡No puedo dejar de sentirme mal!

Mi lobo está triste, se siente culpable y ahora yo también me siento culpable. Todo el tiempo llega a mi mente su tono de voz afligido y su expresión triste.

Sigo mirando al techo de mi habitación, las pequeñas estrellas negras que estaban en él me recordaron a las pecas claras que ví en el rostro de esr alfa la primera vez que nos vimos.

Su cabello, su cuerpo ligeramente robusto, su alta estatura y su aroma rondan en mi mente. Cada vez me siento peor por haberlo tratado mal.

¡Pero es un alfa puro! ¡Luego de cumplir con sus instintos será la misma mierda que todos!

«Pero es mi alfa...»

Oh, Dios, ¡Tú cállate, lobo tonto!

Golpeo el colchón con mis piernas, frustrado. Odio ser tan apegado a mi lobo, odio querer ir y decirle que sí a la cita, querer salir con el alfa solo para complacer a mi lobo.

Suspiro mientras sigo observando el techo.

Mi lobonestá enamorado, pero, ¿Qué pasa si yo nunca lo llego a estar? ¿A cual de mis dos lados debo seguir?

Puchereo. Quizá sí, acepto y empiezo a salir con ese alfa.

¿Y qué? ¿Qué vendrá después?

Si salgo con el, sería por mi lobo, no por mi.

Me enrollo debajo de las sábanas. Suelo revisar el celular antes de dormir, pero estoy muy deprimido y pensativo como para hacerlo.

Quizá Yoongi puede tener razón, y sea un buen alfa.

Pero nunca puedes confiar en un alfa, ¡Menos en un alfa puro! Al final siempre son lo mismo, una bolsa de impulsos que en cualquier momento van a liberar.

Suspiro y me enrollo entre las sábanas, intentando dormir.

Pero, incluso en sueños, puedo sentir ese aroma a café con chocolate en mi olfato.

( ♡ )

Pero ahora no lo siento.

Hoy parece ser un día completamente normal.

Por un momento festejo, quizá todo ese rollo de haber encontrado a mi alma predestinada en un alfa puro no fue más que un tonto sueño del que finalmente desperté.

Uf, ya me había tardado.

El buen humor me acompaña hoy, pues no tengo pegado ese aroma dulzón a alfa encima.

Puedo estar relajado al fin, no con el riesgo constante de desmayarme. ¡Esto es muy liberal! Incluso después de solo haber estado dos días en ello.

Hasta ahora.

Todo mi día parecía ir perfecto hasta la hora de salida.

¡Otra vez ese maldito olor!

Es suave, muy suave, pero igualmente lo pude sentir nítidamente.

Ahora mismo, deseo que Yoongi aparezca rápido, así huyo con el y no tengo que enfrentar otra vez al dueño de ese olor.

Pero es suave, ya no siento ese dolor de cabeza ni esos mareos.

Cuando volteo, ahí está. Jeans sueltos y suéter de alguna banda vieja, cabello moreno y corto algo desordenado, tenis y un par de argollas medianas colgando de sus orejas.

En lo primero que pienso es en lo mucho que su estilo contrasta con el mío. Totales polos opuestos, pero a el le sienta bien, no pierde ese toque masculino.

Es atractivo, lo es mucho. Relamo mis labios al darme cuenta de ello. Siento que puedo analizar y pensar con más claridad teniéndolo cerca ahora que su aroma es mucho más débil.

¿Me hizo caso? ¿Usó algun neutralizador?

El me mira un par de segundos, parece intentar comprobar algo. Una pequeña sonrisa se asoma por sus labios.

—Hola, Jimin —saluda. Sus manos están en sus bolsillos del suéter, pero parece querer acercarse a mi y tocarme, cosa que agradezco que no haga—. ¿Cómo has estado? ¿Hoy no te has mareado?

¿Acaso sigue sin darse cuenta que me mareo gracias a el?

Frunzo levemente el ceño y me encojo de hombros.

—Hola, supongo que no. —respondo sin darle mucha importancia.

El sonríe un poco y relame sus labios antes de volver a hablar.

—¿Te gustaría ir a tomar algo un rato? —cuestiona finalmente y yo suspiro.

¿En serio sigue insistiendo? Ya le he dicho «no» alrededor de tres veces.

—Jungkook, escúchame-...

—Solo una vez. —interrumpe rápidamente.

¡Odio que me interrumpan! Pero oh, por supuesto, un alfa puede hacer lo que se le de la gana, ¿Oh no?

Los odio.

—Ya sé lo que dijiste, pero, Jimin, somos destinados. ¿No te gustaría... Conocernos?

No sé que hacer con el ya. Puedo aceptar, pero puede ser contraproducente, pero si rechazo quizá siga insistiendo.

—Jungkook, mira —empiezo y me siento más seguro, su olor es débil y aunque aún lo tengo presente, me puedo acercar a el lo suficiente—. No me interesa, ¿Bien? No quiero salir con nadie, no quiero eso de destinado y... No me agradan los alfas puros, ¿Bien?

El pucherea, ya no decepcionado.como antes, parece como si simplemente fuese un rechazo más y el lo volverá a intentar.

—En algún momento nos vamos a acercar. —afirma.

—No, no es cierto.

—Sí, sí lo es. —insiste.

Bien, estoy creyendo seriamente que empieza a ser un poco molesto.

—No seas necio, por favor.

—Jimin, somos predestinados, sí o sí-...

—Sí o sí vas a dejar de insistir y vas a aceptar que no quiero tener nada contigo ni con nadie ahora. —interrumpo y el suspira.

—Jimin Hyung, escúcheme —pide—. Estoy seguro que somos almas predestinadas, causas en mi mucho más de lo que alguna vez pude sentir y siento mucha conexión con mi alfa cuando estoy cerca de ti.

—¿No es lo normal?

—No para mí.

Por un momento callo, analizando sus palabras. Inmediatamente sacudo la cabeza, quitándome cualquier pensamiento ridículo de la cabeza.

—Ni siquiera nos conocemos.

—Por eso te estoy invitando a salir.

Hago todo lo posible para no gritarle, rechazarle e irme. Suspiro y acepto.

—Bien, vamos a tomar algo.