Caminaba por las callea de Seúl, con una vestimenta negra que lo cubría por completo. Estaba cansado, sus libros se vendían y eran muy exitosos, la gente lo reconocía en cualquier lugar, por que a pesar de ser un escritor se volvió un conocido.

Estaba en proceso de escribir otra obra más, sin embargo, la inspiración se le fué y necesitaba un descanso urgente tanto física como mentalmente.

Logró ver una cafetería con colores pastel en la siguiente esquina, tal vez un café le haría bien.

Se acercó al local y la gente que se encontraba en ella lo miraron raro, supuso que era
por su vestimenta.

Se dirigió a una mesa que estaba libre en una de las esquinas junto a la ventana.

El Alfa frunció el ceño cuando sintió un delicioso aroma dulzón.

Vainilla y fresas.

Levantó la mirada cuando escuchó un carraspeo.

Juró vee un ángel en ese momento, un hermoso Omega de mejillas abultadas y completamente sonrojado, labios gruesos con una sonrisa tímida en ellos, con un cuerpo que parecía tallado por la madre Luna y vestido con uniforme verde pastel agregándole un delantal blanco lo atendía en esos momentos.

ㅡ Ho-Hola Bienvenido a la cafetería Dreams ¿Puedo tomar su orden?

Su voz.

Oh joder.

Su voz era perfecta, dulce pero hermosa y con un ligero toque de elegancia.

ㅡ Hola, ¡eh si claro! Un café sin azúcar y ¿Donas de que tienen?

Preguntó el Alfa viendo directamente a los ojos del Omega, el cuál bajo la mirada sonrojado.

ㅡ Bu-bueno po-podemos ofrecerle donas glaseadas, chocolate y vainilla.

El Omega sintió su cuerpo desfallecer cuando el Alfa con aroma a menta y limón quitó su cubrebocas revelando su identidad.

Lo conocía, por supuesto que lo conocía, era el escritor más famoso del mundo. No hizo una escena de fangirl por protocolo de su trabajo, sin embargo, no pudo ocultar su rostro de sorpresa, cosa que el Alfa notó.

ㅡ Unas de vainilla creo que estarían bien. ㅡ El Omega asintió e hizo una reverencia.

ㅡ En un momento le traigo su pedido.

Se quedó observando al pequeño muchacho de cabellera rosa quién se detuvo en la barra de pedidos y entregó su orden.

Ni siquiera podía disimular que lo veía y hubiera seguido así, si no fuera por una llamada que recibió de su mejor amigo.

ㅡ ¿Donde estas? ㅡ Fue lo primero que escuchó al contestar la llamada, rodó los ojos y siguió observando al joven Omega quién ahora sonreía con el chico de la barra.

ㅡ En una cafetería HoSeok. Necesitaba salir un rato. ㅡ Dijo en un murmuró.

ㅡ ¿Si sabes que arriesgas tu vida verdad?

ㅡ ¡Joder Hobi! Exageras.

Su mejor amigo Alfa soltó una risilla
traviesa.

ㅡ Solo me preocupo por ti JungKook. ㅡ El castaño sonrió.

ㅡ Esta bien. ¿Para que me marcabas?

ㅡ Oh si. Solo para saber donde estabas, saliste de la nada y me preocupé.

ㅡ Entiendo.

ㅡ ¡Muy bien! Debo colgar, cuidate JungKook.

HoSeok colgó la llamada en el instante que el Omega se acercaba a él con su orden y lo dejó delicadamente en la mesa.

ㅡ ¡Que lo disfrúte! ㅡ El Omega se retiró nuevamente y el no pudo evitar observar su retaguardia, no era un morboso, pero era imposible no mirarle tremendo trasero que se cargaba el chico.

Los últimos quince minutos se dedicó a disfrutar de café con donas y leer, de vez en cuando observaba al bonito Omega.

Una vez terminó, le hizo una seña al pelirosa y pidió su cuenta, pagó y estaba por levantarse pero decidió hacer una pregunta.

ㅡ ¿Puedo saber tu nombre?

El Omega se sonrojo pero asintió con una sonrisa en los labios.

ㅡ JiMin. Park JiMin señor.

El castaño sonrió y se presentó.

ㅡ Un gusto JiMin. Soy Jeon JungKook.

ㅡ Lo sé. ㅡ Fue lo último que contestó el Omega para después retirarse.

JungKook sonrió en grande y después de
darle una mirada a JiMin se retiró.

Quizás después de todo seguiría visitando la cafetería Dreams.