Capítulo XXXVII: Operación: Tomar el Castillo - La Elección de Akari
Kira y Katsura permanecían despiertas, pues ambas habían acordado pasar la noche en vela. Se encontraban sentadas frente a la fogata y comían un poco de DigiNoir para pasar el rato. Keramon y Cheepmon se encontraban plácidamente atrapados en los brazos de Morfeo, así como el resto de los miembros del grupo. Kira esbozaba muecas de dolor cada poco, pues su brazo derecho aún conservaba las secuelas de la mordida de Cerberusmon aunque Cutemon había cerrado la herida. El tema de conversación que ambas mantenían debía hacerse en secreto, enteramente confidencial, pues incluso Kira estaba comenzando a considerar la idea de haber sido víctima de alucinaciones.
—Estoy segura de que era él —decía la chica—. Yo lo escuché, era su voz.
— ¿Cómo estás tan segura? Todo fue demasiado confuso.
—Lo sé. Pero estoy convencida, fue su voz la que escuché.
—Si en realidad era él, ¿por qué decidió desaparecer? ¿Crees la explosión lo haya...?
—No. Él tiene que haber escapado.
—Entiendo que te hayas ilusionado con la idea de verlo de nuevo, pero debes recordar que él murió. Si hay otro Aldamon rondando por este mundo, la única posibilidad que existe es que él pertenezca a otra generación.
—Él sabía mi nombre. ¿Qué otro Aldamon podría ser?
—Pero él murió. La señora Ophanimon dijo que era necesario reiniciar los Datos del Mundo Digital cuando vencimos a Mastermon, ¿lo olvidas? No me sorprendería saber que durante el reinicio, los Datos de los Héroes Legendarios se hayan perdido.
— ¿Y qué pasaría si no fue así? ¿Qué pasaría si ellos aún están rondando por este mundo, en alguna parte?
—Si lo que dices es verdad, ¿cómo es que no es a ellos a quienes les han encomendado la misión de salvar este mundo?
—No lo sé... De lo único de lo que estoy segura es de que Aldamon está aquí. Yo lo vi.
—Creo que esa ilusión fue creada por tu mente, por ese deseo que tienes de verlo de nuevo.
—Estoy segura de lo que vi. Era él, era Takuya.
Katsura suspiró con pesadez y decidió dejar el tema en el olvido, consciente de que no podría hacer que Kira cambiara de parecer. Se limitó a lanzar una pequeña rama a la fogata para avivar el fuego y dirigió una mirada hacia el punto donde sus amigos se habían apiñado para dormir. Le pareció demasiado evidente que los integrantes del equipo estaban divididos en dos, pues Nene y sus compañeros se encontraban un tanto distanciados del Xros Heart. La joven Idol dormía plácidamente acurrucada a un lado de Lelouch, recargando su cabeza sobre el pecho del muchacho. Él tenía una mano detrás de la cabeza y con el brazo libre abrazaba a Nene. Los movimientos circulares que dibujaba sobre la espalda de la chica, así como su forma de fruncir el entrecejo, denotaban que el chico estaba alerta. Al lado derecho de ambos se encontraban Tagiru y Nunally, quienes mantenían la cercanía de un par de buenos amigos. Era como si aquél cuarteto estuviera haciendo todo lo posible para evitar formar parte del grupo entero.
—Esa chica tiene algo que no termina de convencerme del todo —dijo Katsura finalmente, Kira la miró con las cejas arqueadas.
— ¿A qué te refieres?
—No estoy segura. Amano y ese chico que ha venido con ella... Hay algo en ambos, no estoy segura de lo que es. Sólo sé que me hace sentir que son del todo confiables.
—Yo confío en ambos. No nos han dado razones para dudar de ellos. Por el contrario, Lamperouge ideó un gran plan para vencer a Devimon. Y Nene, a la hora de combatir, es fantástica.
—Para ser una líder, eres demasiado confianzuda.
—Quizá eso se deba a que todos merecen una oportunidad, ¿no crees?
Katsura intentó responder, pero tuvo que interrumpirse cuando escuchó aquellos lloriqueos que se acercaban velozmente al campamento. Ambas chicas se levantaron de golpe, tomaron sus DigiLectors y adoptaron posiciones de batalla. Llamaron a sus Digimon, quienes despertaron al instante y se prepararon para entrar en acción. Sin embargo, lo único que vieron surgir entre el follaje fue a Akari. La chica pelirroja trastabillaba y tenía los ojos cubiertos por una gruesa capa de lágrimas. Kira fue quien acudió en su auxilio, tomándola por los brazos y dándole un par de sacudidas para hacerla entrar en razón. Lelouch y Nene fueron los primeros en despertar en ese momento, a causa del barullo, y ambos acudieron a toda velocidad hacia donde Akari intentaba recuperar el aliento.
— ¿Qué ocurrió, Hinomoto? —quiso saber Kira con insistencia.
Akari entonces se separó de ella, miró hacia el suelo durante un momento para tomar un profundo respiro e infundirse valor. Enjugó sus lágrimas, levantó la mirada y dijo:
—Lilythmon... Lilythmon está en el castillo...
Nene no se molestó siquiera en disimular su alivio.
Su enfrentamiento con DarkKnightmon podía esperar un poco más.
CC no quería demostrar lo mal que se encontraba, pero tampoco podía mantenerse siempre indiferente ante las crueles prácticas de tortura que Clarisse aplicaba en ella. Tras la última sesión de azotes, la mujer del extravagante cabello de color verde se encontraba tendida en el suelo del calabozo. Esbozaba su expresión indiferente y hacía todo lo posible para no demostrar que los hilos de sangre que corrían por su espalda le causaban alguna molestia. Por supuesto, la lágrima solitaria que en ese momento surcaba su rostro era la prueba suficiente de que el dolor, y la tristeza, era demasiado fuerte como para poder contenerse.
Extrañaba a Lelouch, no podía negarlo. Necesitaba estar con él, necesitaba liberarse cuanto antes de su prisión para poder escapar y reunirse con su cómplice. Pero, ¿cómo podía hacerlo? Se encontraba en un mundo totalmente desconocido, después de todo. Se resignó entonces y decidió adaptarse a la idea de que pasaría mucho tiempo antes de que Lelouch apareciera.
Llamó su atención entonces el sonido de alguien que golpeaba con insistencia uno de los ladrillos que conformaban las paredes del calabozo. CC se incorporó lentamente y miró hacia ese punto, pensando que quizá se había vuelto loca. Pero no fue así, pues pronto vio que el ladrillo se movía. Se mantuvo quieta hasta que consiguió escuchar aquellas voces, voces que llegaban desde el otro lado de la pared.
—Un poco más —dijo la primera voz, que era tan aguda y anormal que CC sólo pudo asociarla con uno de esos monstruos digitales como Sparrowmon.
—Eso hago —respondió la segunda voz, que le pertenecía a un muchacho que hablaba con cierto dejo de indiferencia.
—De prisa —urgió la tercera voz, que le pertenecía a una mujer que contaba con algunos años más que el muchacho.
—No debemos perder tiempo —dijo una cuarta voz, que también era aguda y anormal.
Pero fueron las siguientes dos voces las que lograron hacer que algo en el interior de CC reavivara sus esperanzas.
—Guarden silencio, podrían descubrirnos —dijo un muchacho que hablaba en susurros, una voz que CC asoció con cabello castaño y ojos de color verde.
—Estoy segura de que ha sido una mala idea que vengamos todos juntos a la misión de rescate —dijo una chica, una voz que CC asoció con cabello rubio y ojos azules.
CC avanzó hacia donde el ladrillo seguía moviéndose, cada vez más afuera de su sitio, y musitó con voz tenue:
— ¿Kururugi...?
Escuchó la sonrisa de Suzaku, así como supo que Milly también sonreía.
—Sí, está ahí —dijo la voz de Suzaku—. Ese monstruo que interrogamos ha dicho la verdad.
—Ese monstruo es un Gizamon —le corrigió la voz de la chica desconocida.
—Vamos, Yoshi —habló el muchacho que se encargaba de mover el ladrillo—, ya tendremos tiempo después para resolver esos asuntos. Ahora debemos ocuparnos de ayudar a esa chica a salir del calabozo.
—Pues date prisa, Akiyama —urgió Yoshino.
El ladrillo finalmente cayó dentro de la celda. Pronto, la mirada de CC se cruzó con los ojos verdes de Suzaku.
—Qué gusto me da verte de nuevo —dijo el chico, CC no borró su expresión de indiferencia en ningún momento—. Hemos venido a sacarte de ahí.
—Necesitamos que salgas tan rápido como te sea posible —habló Yoshino entonces, apartando a Suzaku para que ella pudiera mirar a través del agujero que había dejado el ladrillo—. Abriremos un boquete en la pared, pero eso atraerá la atención de los sujetos que se han establecido en este lugar. Una vez que te haya dado la señal, tendrás que correr a toda velocidad y venir con nosotros.
—Retrocede —dijo Suzaku.
CC asintió y lo hizo.
Yoshino se alejó entonces del boquete.
Lo siguiente que ocurrió fue aquella explosión que logró abrir un gran boquete en la pared del calabozo. Tras recuperarse del leve aturdimiento, CC salió a través de la abertura. La sensación de libertad fue tal que ella sintió el impulso de correr libremente. Pudo respirar con tranquilidad, al menos durante los primeros segundos que pasó fuera de la celda. Sus cuatro héroes intercambiaron miradas, dos de ellos mostraron en alto aquellos aparatos que CC reconocía como algo similar a un Xros Loader aunque de tamaño un poco menor.
—Vámonos de aquí —dijo Milly al mismo tiempo que Suzaku tomaba a CC por la mano para asegurarse de que la mujer del cabello verde no se separaría.
—Akiyama y yo iremos al frente —aseguró Yoshino—. ¡De prisa, no hay tiempo que perder!
Echaron a correr, con la única intención de alejarse completamente del peligro.
Ninguno de ellos se percató de que, en ese preciso momento, Clarisse y Piedmon estaban mirándolos desde una de las torres del castillo. Si hubieran podido ver la sonrisa tan maliciosa que se dibujaba en el rostro de Clarisse, todos ellos habrían sabido que no era tan fácil engañarla. Ella miró entonces a su Digimon y dijo, demandante:
—Síguelos, Piedmon. Encuentra su escondite y asesínalos a todos.
Se giró para alejarse, sin más, y Piedmon saltó de la torre para poder perseguir a los fugitivos.
Era necesario destruirlos, especialmente a aquél par de humanos que no pertenecían al Mundo Digital.
¿Por qué razón habrían aparecido allí dos miembros de la Orden de los Caballeros Negros? ¿Era cosa de la Brecha Dimensional, o había algo más detrás de la aparición de Suzaku Kururugi y Milly Ashford?
Taiki se aseguró de que Akari se sintiera segura, protegida. La envolvió en un fuerte abrazo en cuanto recibió la alerta de que ella había aparecido en tan deplorables condiciones. Todos despertaron al instante para recibir las inquietantes noticias que ella tenía que darles, aunque hubiera preferido guardar silencio. Tuvo sus reservas a la hora de contar su encuentro con el dopplegänger que había hablado con la voz de Lilythmon, alterando un poco su versión de los hechos para no tener que mencionar el hecho de que ese ser había intentado abusar de ella. Con todo, la poca información que proporcionó fue suficiente para que todos comenzaran a aportar ideas y a formular planes. Al finalizar su relato, Taiki se levantó y comenzó a pasearse entre el grupo, pensando en silencio durante un minuto entero. Pasado ese tiempo, miró a Akari y dijo con firmeza:
—No permitiré que vayas.
— ¿Por qué esa tal Lilythmon tiene tanto interés en hacer que Akari se enfrente a ella? —preguntó Mimi, confundida y sintiéndose desinformada.
—No importa la razón, ella no irá —repitió Taiki—. Lo que debemos hacer es atacar el castillo, demostrarle a Lilythmon que no podrá llegar a Akari sin antes haber pasado por encima de nosotros.
—Ella estará esperando eso —se negó Kiriha—. Es evidente que todo esto es una simple provocación. Ella está intentando hacernos caer en su trampa. Debemos evitar entrar en ese castillo.
— ¿Existe alguna manera de hacer que ese Digimon salga de su escondite? —preguntó Lelouch con la voz de Zero, no podía terminar de sentirse cómodo y en su elemento al participar en la lluvia de ideas.
—Podríamos usar a Akari como carnada —aportó Yuu, haciéndose acreedor a que el general del Xros Heart lo mirara con auténtico odio y desaprobación—. Akari podría permanecer en las afueras del castillo y cuando Lilythmon aparezca, nosotros atacaremos.
—Están olvidando algo importante —intervino Kira—. Si Lilythmon le ha dado a Hinomoto un ultimátum, todos nosotros tenemos el tiempo contado. Terminado el plazo en el que ella debe entregarse, Lilythmon nos atacará. Si no vamos a entrar a ese castillo, debemos prepararnos para recibir ese ataque sorpresa.
—Tenemos que entrar al castillo —dijo Nene decidida—. Es la única manera en la que podemos acabar con Lilythmon, enfrentándola cara a cara.
—Somos suficientes para planear una emboscada —asintió Zero, considerando el plan que Nene había sugerido—. Pero si conseguimos entrar a los territorios de ese Digimon, no tendremos una segunda oportunidad. Esto no podrá ser como lo que hicimos durante la incursión a la Torre Oscura de la Zona Verde. Una vez que hayamos entrado al castillo, no podremos salir hasta no haber vencido al enemigo.
—El problema es que no sabemos lo que nos espera adentro —dijo Tagiru—. Podríamos buscar a un Digimon que habite la Zona, alguien que pueda decirnos lo que encontraremos si entramos allí.
—Quizá deberíamos permitir que Akari vaya al castillo —aportó Mimi, Yuu asintió para demostrar su acuerdo—. Los demás podemos esperar, mirar desde los cielos. Estaremos protegiéndola todo el tiempo.
—No existe ninguna otra manera de hacer que Lilythmon salga de allí —habló Katsura—. La única opción que tenemos es entrar al castillo. ¿Vamos a acobardarnos y esperar afuera?
—Katsura tiene razón —asintió Kira y añadió con esa determinación que le hacía honor a su apellido y a su Emblema—: No podemos permanecer afuera. Debemos entrar en acción, para eso estamos aquí.
—Podría ser peligroso que Akari se presente allí —siguió negándose Taiki.
—Mi general tiene razón —intervino Shoutmon—. Lilythmon no perderá la oportunidad de dañar a Akari, debemos protegerla.
Nene entonces negó con la cabeza y dijo, experimentando ese cambio de voz que parecía haber copiado de su amado príncipe presuntamente muerto:
—Aquellos que están dispuestos a disparar, deben estar preparados para que les disparen.
Taiki la miró con el entrecejo fruncido.
— ¿De qué hablas, Nene? —preguntó Kiriha.
Pero fue Lelouch quien respondió, sintiendo que sólo él podía darle un significado a esas palabras que él había aprendido de él mismo.
—Hinomoto no puede ocultarse y querer luchar por este mundo al mismo tiempo —dijo con la voz de Zero—. Si está dispuesta a pelear, a destruir a los Digimon malignos, debe aceptar la idea de que ellos quieran destruirla a su vez.
Taiki, resignado, asintió.
No podía negarse a lo que Lelouch decía pues sabía que era totalmente cierto.
Ninguno de sus enemigos se tentaría el corazón a la hora de defenderse.
—Tengo un plan —continuó hablando Zero, Nene esbozó media sonrisa de satisfacción—. Si tenemos éxito, Hinomoto no tendrá por qué arriesgarse más de lo que todos nosotros estamos arriesgándonos en este momento.
— ¿Cuál es tu plan? —preguntó Kiriha con recelo.
—Atacar por sorpresa a Lilythmon antes de que ella lo haga con nosotros —respondió Zero—. Lo que haremos será usar a nuestro favor el plazo de tiempo límite que ella le ha dado a Hinomoto. Entraremos al castillo, en silencio, buscaremos a Lilythmon y la enfrentaremos. Tendremos que dividirnos en grupos pequeños.
—Podemos entrar bajo tierra —aportó Taiki dándole un leve golpe a sus gafas con un par de dedos—. De esa manera, nadie nos verá llegar.
—O podríamos utilizar a Monimon, él puede teletransportarse —aportó Nene.
Lelouch y Taiki asintieron a la par.
—Hagámoslo —dijo el general del Xros Heart decidido—. Venceremos a Lilythmon. Lamperouge y yo seremos los líderes de la misión. Si trabajamos juntos podremos liberar también esta Zona.
Lelouch asintió, en silencio.
Akari, por su parte, optó por separarse del grupo y echar a caminar hacia la dirección por donde había llegado. No se detuvo a pensar en lo que haría, pues estaba más que dispuesta a hacer honor a las palabras que Nene y Lelouch habían dicho. Sólo se alejó, con la única compañía de su Xros Loader, y decidió ponerle fin al asunto por sus propios medios.
No había lugar para momentos de heroísmo.
Lo único que ella quería era enfrentar a sus propios demonios, sin detenerse a meditarlo.
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