Capítulo XXIV: La Ira de Miyu - Dos Generales Piensan Mejor que Uno

     —Como Gobernadora General del sacro imperio de Britannia, te acuso de traición a la corona y te condeno a ser ejecutado por…

     —No tiene ningún derecho a ejecutarme —respondió Taiki con valentía, Cornelia lo fulminó con la mirada—. Yo no pertenezco a su mundo así que sus leyes no me afectan en lo más mínimo.

     — ¿Cómo te atreves a hablarme así?  —reclamó Cornelia indignada, Guilford y Darlton intercambiaron miradas.

     —No voy a inclinarme ante ti —seguía diciendo Taiki—. Tampoco pretendo suplicarte que me permitas unirme a tu ejército, mucho menos quiero luchar del lado de Zero. Lo único que haré será luchar con mis amigos: el Xros Heart. Y no me iré de aquí sin dar pelea.

     —No tienes oportunidades contra Britannia, chiquillo idiota —acusó Cornelia sin bajar su arma—. Y ya que te muestras tan altanero, entonces…

     —Sigo sin lograr entender porqué la gente de éste sitio se siente más que nosotros sólo por acarrear un arma —le espetó Taiki—. No eres nada, Cornelia. Ni tú, ni Zero, ni el sacro imperio de Britannia.

     Indignada, Cornelia levantó un poco el rostro para mirar a Taiki con superioridad. Taiki no dejó de devolverle la mirada. Fue entonces que Cornelia presionó el gatillo y Akari se soltó del agarre de Oggi casi al mismo tiempo.

     — ¡¡Taiki…!!

     Las pupilas de Nene se contrajeron al ver a su amiga pelirroja correr a toda velocidad. Akari llegó justo a tiempo con Taiki para interponerse entre el muchacho y la bala. Intentó protegerlo extendiendo ambos brazos. La bala siguió avanzando y cortó el aire para impactarse en el pecho de la chica pelirroja. Akari cayó de espaldas y Taiki la atrapó. Tuvo que colocarla con cuidado en el suelo pues ella no dejaba de quejarse. Nene entonces abandonó su puesto y corrió con ella. La cabeza de Akari descansaba en las rodillas de Taiki y en el pecho de la chica había una enorme mancha de sangre que seguía creciendo. Nene, incapaz de sacarse su máscara pues aún en ese momento quería proteger su anonimato y el de Zero, se limitó a tomar la mano de su amiga. El Xros Heart formó un corro a su alrededor, Cornelia miraba todo con indiferencia.

     — ¡Ayuda!  —Exclamaba Zenjirou desesperado y con voz quebrada por el llanto—. ¡Auxilio! ¡Por favor!

     Pero nadie fue a ayudarles. Taiki lloraba desconsoladamente mientras intentaba balbucear una súplica para que Akari lo escuchara. Para fortuna de ella y desgracia de sus amigos, soltó sus últimas palabras con un sollozo:

     —Duele… Duele mucho…

     Lentamente cerró los ojos y dejó de moverse. Nene intentó darle un masaje cardiopulmonar, cosa que de cualquier forma no habría funcionado para reanimarla pues la bala estaba alojada en su pecho. Soltó un grito aterrorizado cuando vio sus manos manchadas de sangre. Taiki se levantó entonces y enjugó sus lágrimas con los nudillos antes de propinarle un puñetazo a Nene, el golpe provocó que en la máscara se abriera una pequeña grieta que le provocó un corte en la mejilla. La chica cayó hacia atrás y escupió sangre. Zero intentó acudir a su rescate pero Nene se levantó y encaró al chico.

     — ¿Qué demonios te pasa, Kudou?  —reclamó con voz aguda.

     — ¡¡Todo es culpa tuya, maldita sea!!  —Atacó Taiki golpeándola por segunda vez—. ¡¡Tú nos metiste en esto!!

     — ¡Yo no disparé esa maldita arma!  —Reclamó Nene y abofeteó al muchacho—. ¡Fue Cornelia!

     — ¡Jamás te lo perdonaré!

     Sintió un tercer puñetazo y cayó a los pies de Zero. Hizo falta que Oggi y Tamaki sujetaran a Taiki por los brazos para detener el ataque. Nene se levantó tambaleante con ayuda de Kallen, de pronto parecía que las diferencias entre ambas habían desaparecido.

     — ¡Voy a matarte!  —Seguía diciendo Taiki, estaba totalmente fuera de sí—. ¡Voy a matarte, Amano!

 

     — ¡Voy a matarte, Amano!

     Ella se retorcía con violencia, su cuerpo estaba cubierto con el sudor frío que la pesadilla obligaba a que su cuerpo produjera. Presionaba los puños con fuerza y lloriqueaba, pero no podía abrir los ojos.

     — ¡Voy a matarte, Amano! ¡Todo esto es culpa tuya, maldita sea!

     Las lágrimas emanaban abundantemente de sus ojos. Sus chillidos agudos salían con una voz ahogada, arqueaba la espalda y respiraba agitadamente. Su corazón retumbaba con fuerza contra su pecho.

     — ¡Jamás te lo perdonaré!

     —Lo lamento… Lo lamento mucho…

     Abrió de golpe los ojos, escuchando aún los gritos de Taiki Kudou con los que él intentaba transmitir su ira. Ella se incorporó tan de golpe que sintió una punzada de dolor en su cuello. Intentó regular el ritmo de su respiración, pero nada funcionaba. Se sobresaltó y sintió que su alterado corazón daba un vuelco cuando sintió ese par de manos sobre sus hombros. Gritó aterrada e intentó liberarse, sólo fue capaz de controlar sus temores cuando escuchó la única voz que le daba paz.

     — ¡Nene, soy yo! ¡Tranquilízate!

     Detuvo sus forcejeos y el temor se esfumó momentáneamente. La tranquilidad y la claridad de sus pensamientos se hicieron presentes cuando cruzó su mirada con la de ese muchacho, cuando tuvo frente a ella ese par de bellos y profundos ojos. Uno de color púrpura y otro que poseía un Geass.

     —Lelouch… —musitó ella y envolvió al muchacho en un cálido abrazo, rompiendo en llanto y causando que el muchacho sintiera empatía hacia su dolor—. Lelouch, yo no quería… No quería lastimarla… No fue mi culpa, la culpa fue de la bala de Cornelia… Yo… Yo no…

     Él sólo fue capaz de devolver el abrazo.

     Nene pudo recuperar el control tras un par de minutos. Se separó de Lelouch y se sentó en la posición de loto sobre la cama de fardo. Sólo entonces tomó plena consciencia del sitio donde se encontraba.

     — ¿Dónde estamos? —preguntó, su voz aún se escuchaba quebrada por el llanto.

     Lelouch se sentó a un lado de ella antes de responder.

     —Cuando te desmayaste, Mervamon y Yagami decidieron que debíamos sacarte de la Torre Oscura para trasladarte a un sitio tranquilo donde pudieras recuperarte. Así que salimos de allí y vinimos aquí, es una casa abandonada.

     —Lelouch… Lo que vi en la Torre Oscura… ¿Tú también pudiste verlo? —Él asintió, hizo uso de la expresión fría de Zero para ganar credibilidad—. No esperaba encontrarme con ellos…

     —Bueno, yo no esperaba que cayeras inconsciente.

     Ese era un reproche en toda regla.

     Nene sintió una punzada de nostalgia al recordar sus primeros días en Britannia.

     —No quería angustiarte, Lelouch. Lo lamento.

     Lelouch sonrió y respondió a la disculpa de Nene con un delicado beso en los labios de la joven Idol. Ella devolvió el gesto y acarició el rostro del chico con una mano. Conectar sus labios con los de él era la única forma en la que ella se sentía segura.

     Tardaron un par de minutos más en decidirse a salir para reunirse con los demás. Nene de nuevo tuvo que sujetar con fuerza la mano de Lelouch, pues seguía sintiéndose desarmada al tener tan cerca al General del Xros Heart. Taiki, por su parte, no tuvo reparo alguno a la hora de levantarse de su asiento y avanzar velozmente hacia Nene. Lelouch lo fulminó con la mirada, Taiki hizo caso omiso de esa expresión fría.

     —Nene, finalmente despertaste —dijo Taiki sonriente—. Estábamos preocupados por ti.

     La joven Idol tuvo que hacer uso de su autocontrol para convencerse a sí misma de que ese Taiki no era el mismo que ella conocía.

     —Estoy bien —aseguró Nene, Taiki no podía creerlo pues los ojos de ella aún conservaban los rastros de sus lloriqueos.

     El General del Xros Heart centró entonces su atención en el Geass de Nene. Acarició el rabillo del ojo de la chica con el dedo pulgar y ella esbozó una mueca de dolor.

     — ¿Qué es eso? —preguntó Taiki.

     —Es el Geass —intervino Tagiru llamando la atención de todos, Nene y Lelouch supieron entonces que el enérgico muchacho ya se había encargado de poner al tanto a los dos recién llegados—. Lelouch también tiene uno, ¿lo ves?

     —Ya veo —dijo Taiki y asintió un par de veces—. Así que con ese poder ustedes pueden obligar a cualquiera a obedecer sus órdenes ciegamente, ¿cierto?

     —Sí, es básicamente eso —dijo Nene, iba ganando confianza de a poco.

     —Le he explicado a Taiki todo lo referente al Geass y a la Brecha Dimensional —explicó Tagiru y se acercó hacia los dos portadores del Geass para ofrecerles un cuenco lleno de agua fresca—. Akari y Taiki vienen de la dimensión de Yuu.

     —Estábamos de cacería —explicó Akari—. De repente, los Xros Loaders enloquecieron y Taiki y yo aparecimos aquí.

     —Tagiru debe haberse quedado en el DigiQuartz —completó Taiki—. Y es una gran ventaja. Imaginen el caos que sería si juntáramos a dos como Tagiru. ¡Sería nuestro fin!

     Las carcajadas se hicieron presentes, Tagiru comenzó a quejarse en voz alta cuando entendió lo que el General estaba sugiriendo. Nene soltó una risita nerviosa, Lelouch permaneció en silencio.

     El simple hecho de llevar el nombre de Taiki Kudou era motivo suficiente para que el 17° príncipe de Britannia presuntamente muerto le guardara un gran rencor al chico de las gafas de aviador.

     — ¿Qué ocurrió con SkullPhoenixmon? —preguntó Nene una vez que cayó en cuenta de que Katsura también estaba presente.

     La joven Idol tomó asiento a un lado de Yuu y Lelouch se sentó al otro lado de ella, no podía sentirse más incómodo.

     —El muy cobarde escapó —explicó Katsura—. Un pequeño androide cayó sobre su cabeza y SkullPhoenixmon se alejó volando a toda velocidad.

     —Era un Datamon —intervino Karminmon—. Es otro enemigo de la Primera Generación.

     —He intentado abrir un portal para viajar a otra Zona, pero ha sido imposible —dijo Taiki, se dirigía únicamente hacia Nene como si su único objetivo al decir eso fuera mantener informada a la chica—. Algo me dice que no podremos salir de la Zona Verde hasta que hayamos destruido esa torre.

     — ¡Ahora que mi General y yo estamos aquí, será pan comido! —Exclamó Shoutmon, quien estaba a un lado del chico de las gafas de aviador—. ¿Alguien tiene alguna idea?

     —Necesitamos a un Digimon angelical para vencer a Devimon —informó Kira.

     —Bien —asintió Taiki—. ¿Cuántos Digimon angelicales hay entre nosotros?

     Silencio.

     Kira, Katsura y Miyu intercambiaron miradas, el único Digimon de ese tipo que conocían era D’Arcmon, la evolución del Salamon de Natsumi. Sin embargo, su querida amiga seguía extraviada.

     Katsura se decidió a hablar acerca de la otra alternativa que tenían.

     —Existe otra manera —dijo, Taiki la miró para prestarle entera atención—. Karminmon puede Digievolucionar con ayuda de nuestros Emblemas. Conocemos, hasta ahora, dos de esas Digievoluciones. Ambas son ángeles.

     — ¿Qué Digievoluciones son? —preguntó Taiki.

     —Justicemon, es la Súper Evolución de Karminmon con el Emblema de la Fuerza —explicó Kira.

     —Y FairyKarminmon —completó Katsura—. Es la Súper Evolución de Karminmon con el Emblema de la Amistad.

     —Para evolucionar en Justicemon y FairyKarminmon, es necesario que Kira y Katsura liberen al máximo la luz de los Emblemas —explicó Keramon—. Los poderes de Justicemon son increíbles.

     —SkullPhoenixmon es ese Digimon gigantesco cuyo cuerpo estaba hecho de huesos, ¿cierto? —Intervino Akari—. Taiki y yo lo vimos cuando recién íbamos llegando aquí.

     —Así es —dijo Tagiru.

     —Es la Digievolución Forzada en el nivel más alto de la línea evolutiva de Biyomon —informó Katsura—. Un Digimon de Nivel Ultra, sus poderes son sólo equiparables con los de un Digimon del mismo nivel.

     —Quizá para vencer a una bestia así necesitaremos a un Digimon que pueda igualar las fuerzas y el tamaño de SkullPhoenixmon —aportó Nene—. ¿Cuántos de nuestros Digimon pueden alcanzar el nivel más alto?

     —Bueno, nosotros tenemos las manos atadas mientras el resto del Xros Heart no esté con nosotros —dijo Taiki—. Lo único que Shoutmon puede hacer por ahora es Digievolucionar en OmegaShoutmon.

     —Keramon es el único que ha podido evolucionar al Nivel Ultra —dijo Katsura—. Sin embargo, es una Digievolución peligrosa. Es una carga demasiado grande de Datos.

     —Lo único que puede hacer Gumdramon es evolucionar en Arresterdramon —habló Tagiru—. Aunque pudiera usar a Xros Up Arresterdramon, su tamaño no es siquiera una mínima parte del de SkullPhoenixmon.

     —Quizá no sea necesario derrotar a ese Digimon —dijo Nene inclinándose un poco hacia el frente—. Yagami ha dicho que una manera de vencerlo podría ser si antes derrotamos a Devimon y luego purificamos a la chica que iba sobre SkullPhoenixmon.

     —Si Karminmon evoluciona en Justicemon, puede ser que su luz sirva para purificar el corazón de Sora —aportó Keramon.

     Hubo silencio mientras Taiki pensaba, esbozando esa expresión de extrema concentración. Nene sintió un golpe de agradable nostalgia y sonrió, a Lelouch no le pasó desapercibido ese gesto. Finalmente, Taiki le dio un golpecillo a sus gafas de aviador y se levantó, dando una palmada y diciendo:

     —Lo tengo.

     — ¡Ese es mi General! —exclamó Shoutmon, Taiki sonrió.

     —Lo que haremos será concentrar nuestro ataque en Devimon —explicó el General del Xros Heart—. No parece ser muy poderoso, pero tampoco debemos subestimarlo. Es posible que en algún punto, SkullPhoenixmon regrese. Por lo tanto, tenemos que estar preparados para enfrentarlos a ambos a la vez. Así que nos dividiremos en dos grupos: la mitad de nosotros atacará por tierra y la otra mitad atacará por los aires. Tendremos que asegurarnos de que ninguno de nuestros dos enemigos entre en el campo de batalla del otro. Es decir, no podemos permitir que Devimon se levante en los aires, así como tampoco podemos permitir que SkullPhoenixmon aterrice. Los equipos estarán conformados de la siguiente manera: Arresterdramon y Tagiru, Garudamon y Miyu Lung, Nene y Sparrowmon, ustedes estarán en los aires. El resto se quedará con nosotros en tierra, ¿de acuerdo? —Todos asintieron—. Si todo lo hacemos al pie de la letra, Devimon será vencido en poco tiempo. Mientras tanto, quienes estén en los cielos tendrán que mantener distraído a SkullPhoenixmon, lo necesitamos lejos el mayor tiempo posible.

     Todos estuvieron de acuerdo, pues ya era conocido el talento innato que Taiki poseía para idear planes. Mientras todos se preparaban mentalmente para iniciar el segundo round de la lucha contra Devimon, Lelouch se levantó de su asiento e intentó salir en silencio de la casa abandonada para buscar su camino hacia el refugio subterráneo donde su hermana lo esperaba. Maldijo por lo bajo la situación en general, pues nunca en la vida se había sentido tan inútil y tan prescindible como se sentía en ese momento. Llevó sus manos a sus bolsillos y soltó un pesado suspiro cuando se encontró fuera. Era el momento propicio para admitir que él no pertenecía a ese mundo y que, al carecer de un compañero Digimon, era completamente inútil e inservible. Nene tenía suerte, pensó él. Ella tenía a Sparrowmon y al resto de la comitiva de Monstruos Digitales que se alojaban en su Xros Loader. La chica podía hacer una DigiXros tanto como podía pilotear un Knightmare. Pero Lelouch, ¿qué podía hacer que no fuera observar a una distancia prudente? Sus deberes se reducían a asegurar la protección de Nunally y, quizá, buscar a CC por su propia cuenta. Suspiró de nuevo, deseando despertar de lo que seguramente era un mal sueño.

     — ¡Oye!

     Se detuvo en seco y miró por el rabillo del ojo a Taiki, quien avanzaba hacia él a grandes zancadas. Lelouch nunca se imaginó que ese momento llegaría, que estaría alguna vez tan cerca de Taiki Kudou sin necesidad de empuñar un arma. Sabía que no era el mismo Taiki a quien le guardaba tanto rencor, pero sus intensas emociones se habían convertido en un torrente incontrolable. Vio también que Nene los miraba desde la distancia. Aunque deseaba tenerla un poco más cerca, Lelouch podía sentirse dentro de su zona de confort mientras la joven Idol estuviera a la vista.

     —Eres Lelouch, ¿no es cierto? —Preguntó Taiki—. Tagiru nos ha dicho tu nombre.

     —Sí —respondió la voz fría de Zero—. Lelouch Lamperouge.

     —No nos hemos presentado correctamente —continuó el General—. Yo soy Taiki Kudou.

     —Sé bien quién eres.

     —Tagiru también nos ha hablado acerca de eso. Y he visto también la manera en la que me miras. Lo único que he venido a decirte es que no tienes que ser tan receloso conmigo.

     Lelouch arqueó una ceja, la mirada de Taiki era tan intensa que le hacía sentir cierta incomodidad y, hay que decirlo, ciertas dudas acerca de ese desprecio tan arraigado. Era valor, valor y lealtad, lo que se reflejaba en los brillantes ojos de Taiki. Un destello que no se asemejaba en nada a la locura. ¿Cuál podía ser la diferencia entre ese chico que Lelouch tenía enfrente y ese otro chico al que detestaba con toda el alma? ¿Cómo podía estar seguro de que la locura que lo convertía en un ser sanguinario no podía existir también dentro de ese Taiki Kudou? Tenía tantas dudas, pero había pocas oportunidades de resolverlas. En un mundo tan inhóspito y peligroso, ¿quién se detendría para desempañar su mirada y hacerlo ver todo con más claridad?

     —Somos parte del mismo equipo, Lamperouge —insistió Taiki—. ¿Crees que podamos llevarnos bien?

     —Nene y yo podemos hacer esto sin tu ayuda, Kudou.

     ¿Qué eran esos sentimientos que de repente invadieron a Lelouch?

     ¿Se trataba acaso de un arranque de celos?

     —En esta situación, tenemos que unir nuestras fuerzas —insistió Taiki—. Tagiru ha dicho que tienes una hermana, ¿cierto?

     —No voy a involucrar a Nunally en esta situación, ella no será parte de tus planes.

     —Lo que intentaba decirte es que tu hermana puede encontrar más protección con nosotros si todos estamos unidos —le espetó Taiki ofendido—. ¡Tagiru me ha dicho que ella está enferma! ¿Crees que yo me atrevería a arriesgarla de esa manera?

     —El Taiki Kudou que yo conocí estuvo a punto de asesinarla —devolvió Zero—. Además, estuvo a poco de destruir todo Japón.

     —Bueno, yo no soy él —dijo Taiki y al punto le pareció que había dicho la mayor tontería de la vida. ¿Era Taiki Kudou, pero no era Taiki Kudou? Sacudió la cabeza y retomó su punto—. El poder que tienes en el ojo podría sernos de utilidad, así que tengo que discutir algo contigo en privado. Tú podrías ser nuestra arma secreta, Akari y yo vimos la manera en la que congelaste a Devimon con sólo…

     —En realidad, la mejor cualidad que Lelouch posee es que es un gran estratega.

     Lelouch no supo si se sentía aliviado por la intervención de Nene o si se había enfurecido por los deseos que ella tenía de ser tan comunicativa. La joven Idol se colocó a un lado del chico moreno y lo tomó por una mano, al mismo tiempo que continuaba hablando dirigiéndose a Taiki:

     —Él dirigía las batallas en su mundo, movía a sus hombres asemejándolos a todos con piezas de ajedrez.

     — ¿Piezas de ajedrez? —preguntó Taiki y guardó silencio mientras lo consideraba por un instante, Nene sonrió satisfecha—. Eso es… Interesante…

     —Si él es en realidad un gran estratega, ¿por qué no se encargan ambos de idear nuestro plan de ataque?

     Fue Akari quien habló. La chica pelirroja imitó la actitud de Nene, uniéndose a la conversación y tomando con fuerza la mano de Taiki. Nene, incómoda, asintió para dar su aprobación a esa idea.

     — ¿Hacer equipo con él? —dijo Lelouch un tanto incómodo.

     —Podría ser un buen plan —lo animó Nene—. Lelouch, las estrategias son lo que mejor puedes hacer. El plan que ideaste sobre entrar a la Torre Oscura pudo haber funcionado de no haber sido por SkullPhoenixmon. He visto de lo que eres capaz, así como hace tiempo presencié lo que Taiki es capaz de hacer. Taiki fue el General de Xros Heart, tú fuiste el líder de una rebelión. Tienen muchas cosas en común. Creo que Akari tiene razón, ambos harían un gran equipo.

     Y puede que eso sea de ayuda para que tú también comiences a sentirte parte de este mundo, pensó Nene para sus adentros.

     Taiki sonrió y asintió, extendió una mano hacia Lelouch para que el muchacho la tomara y dijo sin borrar su sonrisa:

     —Dos generales piensan mejor que uno. ¿Qué dices, Lamperouge?

     Lelouch miró de soslayo a Nene y ella, haciendo uso de los encantos que a él lo enloquecían, le indicó que era lo correcto. Así que sin disimular su recelo, Lelouch asintió y estrechó manos con Taiki. Muy en el fondo sabía que Nene tenía razón al decir que era un buen estratega. Y, aunque no quería admitirlo, ser un miembro activo de sus batallas era la única manera en la que podía asegurarse de que ella estuviera a salvo. Así que, ¿qué otra cosa podía hacer?

     Nene vio a Akari y a Taiki alejarse y mientras Lelouch meditaba al respecto de su elección de formar parte de equipo, la joven Idol dejó que una sola idea se apoderara de su mente: ¿reunirse con sus viejos amigos podría ser una manera de redimir sus acciones del pasado? Pero al punto se dio cuenta de que esa idea era absurda e imposible.

     Ya no soy la misma Nene Amano, pensó muy a su pesar. Dejé de ser una Digimon Hunter hace tiempo. Dejé de ser parte del Xros Heart cuando me convertí en un miembro de la Orden de los Caballeros Negros.

     Era cruel aceptar la idea de que la Nene Amano que había ayudado a salvar ambos mundos había desaparecido ya. Pero, así como era doloroso, era una verdad absoluta. La pregunta era: si Britannia la había transformado, ¿estar en el Mundo Digital de nuevo podría hacerle pasar por otra transformación?

     Y si la respuesta era afirmativa, entonces… ¿Quién era ella? ¿Cuál era el verdadero significado de ser Nene Amano?

     El grupo de valientes DigiDestinados se presentó puntualmente en el campo de batalla, en las afueras de la Torre Oscura cuya estructura estaba ya demasiado dañada. La mayoría de ellos habían evolucionado ya. Tswarmon, OmegaShoutmon, LadyDevimon, Infermon y Silphymon estaban ahí presentes. Mervamon, Dorulumon Sparrowmon, Karminmon y Gumdramon eran los únicos que no habían Digievolucionado. Algunos para evitar llamar la atención con su tamaño y otros por la simple razón de que no eran capaces de hacerlo.

     Lelouch esbozaba esa típica expresión suya, llena de fría indiferencia y cruel desprecio, a causa de que no confiaba del todo en que Bokomon y Neemon siguieran vigilando a su hermana menor para evitar que corriera peligro. Si de él hubiera dependido, habría escapado a toda velocidad para asegurarse de que su hermana realmente estaba a salvo. Pero no podía hacerlo, no cuando Nene dependía de sus dotes de liderazgo para que la operación Vencer a Devimon, destruir la Torre Oscura, purificar a Sora y liberar a la Zona Verde diera resultado. Se habría sentido más confiado al estar montado en el Gawain, en un Knightmare que poseyera semejantes características destructivas que pudieran ahuyentar a cualquier enemigo, pero sólo podía contar con los poderes de los amigos digitales de su amada. Y Nunally seguía lejos, oculta y bajo la protección de un par de Digimon humanoides y antropomorfos que tendían a perder la concentración a la hora de discutir entre ellos. ¿Qué le aseguraba a Lelouch que Nunally no estaría en riesgo cuando Bokomon estuviera ocupado tirando del elástico de los pantaloncillos de Neemon?

     —Todo está muy tranquilo —comentó Tagiru en voz baja y con recelo—. ¿Dónde están los secuaces de Devimon?

     —Posiblemente están dentro de la torre —dijo Kira con la misma actitud—. Esas ratas cobardes no saldrán a no ser que les demos motivos para hacerlo.

     —En ese caso, démosles un motivo —dijo Taiki.

     OmegaShoutmon actuó en cuando escuchó las palabras del General del Xros Heart. Su técnica especial, el Heavy Metal Vulcan, salió disparado de su cuerpo y se impactó contra la torre, levantando una nove de polvo y haciendo que la torre comenzara a tambalearse.

     Silencio.

     No hubo reacción alguna por parte de los enemigos.

     —Es tu turno, Infermon —ordenó Taiki.

     El Digimon de Katsura lanzó su técnica a su vez, las telarañas explosivas causaron una reacción similar a la del Heavy Metal Vulcan aunque con una intensidad un poco más baja. No había comparación en sus fuerzas, claro. OmegaShoutmon seguía siendo parte del círculo de los Héroes Legendarios, después de todo.

     De nuevo, no hubo reacciones.

     —La tercera es la vencida —dijo Akari y Taiki asintió.

     —Silphymon, es tu momento —dijo el General.

     El ataque de Silphymon, gracias a la experiencia que Biyomon había ganado en los combates, logró alcanzar una intensidad casi tan alta como la de cualquier técnica lanzada por el Digimon King. Sin embargo, no hubo respuesta.

     — ¿Qué pasa con ellos? —Preguntó Nene con recelo—. ¿Acaso la Torre Oscura está vacía?

     —No pueden haberse ido así como así —dijo Katsura—. Tienen que estar ocultándose.

     —Necesitamos hacerlos bajar a tierra firme —aportó Lelouch.

     —Tengo una idea.

     Fue Kira quien avanzó hacia el frente, separándose a casi dos metros de distancia del grupo. LadyDevimon la siguió, siempre avanzando a la derecha de la chica de las gafas de aviador. Esbozando esa mirada que logró hacer enloquecer a Devimon, miró hacia el punto más alto de la torre y dijo con una voz tan alta que incluso le hizo sentir que sus cuerdas vocales se desgarraban un poco:

     — ¡¡Oye, Devimon!! ¿¡Vas a esconderte, maldito cobarde!? ¿¡Por qué no sales y te enfrentas a nosotros!?

     La respuesta fue inmediata.

     Devimon no soportaría que nadie se comportar con tal insolencia, ya no más.

     Así que pronto vieron llegar desde los cielos el resplandor que Leomon lanzó al invocar su Puño del Rey Bestia. LadyDevimon bloqueó el ataque hábilmente, desatando así la batalla. OmegaShoutmon contraatacó una vez que el ataque de Leomon se disipó, lanzó el Heavy Metal Vulcan hacia el punto más alto de la torre y ésta estalló. Pronto se hizo presente Devimon, así como la nube de Datos en la que Leomon se había convertido. El demonio aterrizó lentamente, sus ojos sólo miraban hacia el punto en el que Kira seguía dispuesta a encararlo. Poco le importó que Taiki Kudou estuviera presente, lo único que le preocupaba en ese momento era asegurarse de que Kira dejara de mirarlo de esa manera.

     —El efecto del Geass ya ha pasado —dijo Nene con una voz tan baja que sólo Lelouch pudo escuchar—. Creo que es el momento perfecto para descubrir cuántas veces puedes utilizarlo en un Digimon.

     Lelouch asintió a pesar de que no estaba del todo convencido.

     — ¿Qué es lo que pretendes, niña? —Espetó Devimon mirando únicamente a Kira, era como si sólo existieran ellos dos—. ¿En verdad piensas que tienes oportunidades contra mí?

     —Sí —respondió ella con valentía.

     LadyDevimon acompañó las palabras de su compañera lanzando esa ráfaga de murciélagos que consiguió cegar a Devimon durante un instante. Dorulumon aprovechó el momento para distraer al demonio con ayuda de su taladro, para que Kira pudiera alejarse y preparar el DigiLector para hacer el movimiento adecuado y ayudar a que Karminmon evolucionara. Pero todo se fue abajo, recién iniciada la batalla, cuando la garra de Devimon sujetó el brazo de Kira con fuerza y lo giró en un ángulo humanamente imposible. Ella pudo sentir la manera en la que sus huesos se cuarteaban lentamente, a pesar de que todo duró sólo un par de segundos, hasta escuchar que terminaban de quebrarse. Gritó con tal fuerza que se quedó sin energías. Cayó de bruces al suelo con la respiración agitada. Taiki tuvo que colocarse frente a ella para protegerla y ocupar su rol de líder para enfrentar al demonio.

     — ¡Kira!

     LadyDevimon bajó la guardia a la hora de dirigirse hacia donde su compañera yacía totalmente debilitada, con un brazo torcido en una forma humanamente imposible. Cutemon saltó de los brazos de Akari y corrió a toda velocidad, con sus patas cortas, para utilizar su Kizunaol en el brazo dañado de Kira.

     OmegaShoutmon y Mervamon mantenían a raya a Devimon, así como Karminmon había creado un cerco para proteger a la chica herida.

     Lelouch frunció el entrecejo.

     —Esto no funcionará —dijo para sí mismo, Nene lo escuchó como si se estuviera dirigiendo a ella—. Enfrentan de frente a Devimon para que él pueda mirar sus movimientos, pronto comenzará a predecirlos. Sólo están distrayéndolo, esto no servirá de nada.

     —Justicemon es la única que puede derrotarlo —le recordó Nene.

     — ¿Por qué no debilitarlo? —preguntó Lelouch y la miró durante una fracción de segundo—. Hacer que gaste sus energías, dejarlo tan mal herido como nos sea posible.

     — ¿Crees que funcione? —inquirió Nene.

     —Cualquier cosa será mejor que estar jugando con él —respondió Lelouch y miró a la comitiva de combatientes para exclamar—. ¡Todos, ataquen a la vez!

     Eso hicieron, la explosión causó que un cráter apareciera en el suelo donde antes había estado Devimon. El demonio estaba suspendido en los aires, Lelouch sonrió satisfecho al darse cuenta de que su táctica había funcionado.

     — ¡Toque de la Maldad!

     Devimon encontró así la motivación para atacar. Eso era, según Lelouch creía, una manera de hacerlo gastar sus energías. Pero pronto se dio cuenta de que los poderes de Devimon, quizá por ser un Digimon de tipo demoniaco, eran mucho más fuertes de lo que él creía. El Toque de la Maldad pronto alcanzó a OmegaShoutmon. El Digimon King se vio invadido por la Energía Negativa que luchaba férreamente por apoderarse de su corazón. Sin embargo, su fuerza de voluntad fue suficiente para resistir el ataque de las tinieblas que intentaban colarse en su interior. La conexión entre el Digimon King y Devimon se rompió gracias al Random Lasser de Sparrowmon, que causó severas heridas en la garra de Devimon. El demonio soltó un grito y se alejó, sólo el tiempo suficiente para que sus heridas pudieran cerrarse.

     Eso causó que una luz se encendiera dentro de los pensamientos de Lelouch.

     Puede regenerarse, pensó. ¿Cómo podemos evitar que lo haga?

      La batalla tuvo que hacer una breve pausa cuando esa gigantesca esfera de fuego llegó desde algún lugar en el cielo. Hizo falta que Karminmon, Infermon y LadyDevimon unieran sus fuerzas para bloquear dicha esfera, pues los DigiDestinados y Lelouch habrían muerto si el ataque hubiera cumplido con su cometido. La ola de destrucción, sin embargo, no pudo detenerse. Una onda expansiva y una potente corriente de aire fueron las encargadas de destruir todo en un diámetro de cincuenta kilómetros a la redonda del campo de batalla. Aquella parte de la Zona Verde quedó marchita, muerta, en tan sólo un par de segundos. Un rugido se escuchó sobre sus cabezas, SkullPhoenixmon había aparecido.

     Bokomon y Neemon no podían explicarse cómo era que Nunally les llevaba tanta ventaja, aún a pesar de que sus frágiles piernas temblaban y no podía dar más de cinco pasos seguidos sin caer de bruces en el suelo. Pestañeaba constantemente, pues su recién recuperada vista le impedía distinguir del todo bien las difusas sombras que todo proyectaba durante la noche. Tenía que detenerse cada poco para sostenerse del tronco de un árbol, sólo así podía recuperar el equilibrio. Y aún así, iba a casi medio kilómetro por delante del par de seres humanoides que querían alcanzarla a toda costa.

     — ¡Todo es tu culpa! —Exclamaba Bokomon—. ¡Eras tú quien debía vigilar a Nunally!

     —Era tu turno —se defendió Neemon—. Yo cuidé de ella antes.

     — ¡Cierra la boca y corre! ¡No podemos permitir que entre al campo de batalla!

     Nunally caminaba sin parar, ignorando olímpicamente el dolor punzante de sus rodillas y la desagradable sensación que producía el correr de las pequeñas gotas de sangre, siguió andando. Sólo una idea rondaba por su cabeza: su hermano estaba en riesgo. Su hermano, Zero, que en ese mundo no poseía ningún tipo de arma que pudiera utilizar a su favor. ¿Cómo era que sobreviviría a la batalla, si no podía defenderse por ningún medio? Tenía que encontrarlo lo más pronto posible, aunque eso asegurara un regaño por parte de Lelouch. Lo que menos le preocupaba a Nunally era que su querido hermano pudiera levantarle la voz por haber salido del escondite de esa manera. Necesitaba verlo, asegurarse de que estaba en una pieza.

     — ¡Nunally! —Exclamaba Bokomon—. ¡Detente! ¡Es peligroso!

     Pero la pequeña seguía avanzando, pensando sólo en el destino de su hermano.

     Y en Tagiru.

     ¿Tagiru corría el mismo peligro?

     No entendía la razón por la cual también se sentía angustiada con respecto a lo que pudiera ocurrir con el enérgico muchacho castaño. Sólo estaba decidida a llegar a ese sitio, a averiguar qué era lo que estaba ocurriendo con ambos.

     Y entonces, la onda expansiva la derribó y quedó aturdida por un instante. Al incorporarse, descubriendo que en realidad no era tan frágil como aparentaba, una lágrima corrió por su mejilla y exclamó en voz alta:

     — ¡¡Hermano!!

     Lelouch tenía que aferrarse con fuerza a la cintura de Nene para evitar caer al suelo cada vez que Sparrowmon giraba con violencia. Estaba poco acostumbrado a viajar sobre el lomo de un Digimon, especialmente cuando éste se encontraba a mitad de una batalla. Por si fuera poco, tenía que mantenerse atento a todo lo que ocurría a su alrededor para así poder corregir su estrategia sobre la marcha.

     Menuda mierda, pensó enfurecido.

     Todos se dieron cuenta de que SkullPhoenixmon iba por su cuenta. Sora no iba sobre su lomo, así como de Datamon no había rastro alguno. Para Katsura y Tagiru, que fueron quienes enfrentaron a SkullPhoenixmon al principio, fue evidente que la ausencia de ambos estaba relacionada con algún plan que Devimon, o Datamon, pudiera tener bajo la manga.

     El Prism Garret de Arresterdramon hacía un gran equipo con las telarañas explosivas de Infermon, así como Tagiru y Katsura resultaron ser un dúo dinámico a la hora de luchar. La única desventaja que SkullPhoenixmon poseía era que su cuerpo tan inmenso y pesado se movía un tanto lento cada vez que debía girar para enfrentar a un enemigo por otro lado. Por lo tanto, Tagiru burlaba a su enemigo para que éste le prestara atención y así, Katsura e Infermon pudieran atacar. Una vez que el ataque se consumaba, Katsura repetía la acción para que Tagiru y Arresterdramon hicieran su trabajo.

     Si el cuerpo de SkullPhoenixmon hubiera estado hecho de piel, carne y sangre, la técnica especial de Sparrowmon se habría encargado de dejar severos cortes y quemaduras a todo lo largo de sus alas. Lo único que causaba eran mínimas cuarteaduras provocadas por la insistencia de Sparrowmon sobre disparar en ciertos puntos que él consideraba estratégicos.

     Era casi imposible concentrar la atención en Devimon cuando semejante coloso de huesos se encontraba sobrevolando la zona.

     OmegaShoutmon no tenía comparación. Era ágil, veloz y poderoso. Hacía un gran equipo con LadyDevimon, quien poseía también esas mismas tres habilidades. El único problema era que la piel de Devimon seguía regenerándose. Tal cosa ocurrió cuando Dorulumon perforó el estómago del demonio con su taladro. Con un golpe de su garra, Dorulumon quedó fuera de combate durante un breve instante. La herida se cerró y Devimon sólo soltó su maniática y siniestra risa. El Kizunaol de Cutemon aún no terminaba de surtir efecto. El brazo de Kira estaba aún herido y ella lloriqueaba en silencio, incapaz de demostrar su dolor en público e intentando hacerle honor al título de su Emblema. Miyu renunció a sus obligaciones como parte del escuadrón que debía luchar contra SkullPhoenixmon, tuvo que hacerlo para poder hacerle compañía a su querida amiga y darle ánimos mientras Cutemon terminaba con su trabajo.

     El objetivo de Devimon, por supuesto, era la chica de las gafas de aviador. Así que tras distraer por un instante a OmegaShoutmon y compañía, dirigió velozmente su garra asesina hacia Kira. Silphymon se colocó entre la chica y el demonio, recibiendo todo el impacto del Toque de la Maldad.

     — ¡Silphymon!

     La batalla se detuvo, todos estaban paralizados. Devimon reía al ver que Silphymon se retorcía en el suelo árido, aquejada por un dolor insoportable que le quemaba por dentro. Perdió su Digievolución, transformándose en un Pyocomon cuya parte inferior del cuerpo se había tornado de color negro. Se convulsionaba con violencia. Algo en el toque de Devimon le había causado ese daño.

     —No… —musitó Miyu con voz ahogada—. ¡No…! ¡¡Pyocomon!!

     Cayó de bruces a un lado de su Digimon y lo tomó en brazos, envolviéndolo en un fuerte abrazo.

     —Pyocomon… No… No puede ser… ¡¡Resiste!!

     Pero sus súplicas no servían de nada. La moral del grupo entero quedó por los suelos. Aterrada, Akari ocultó su rostro en el pecho de Taiki. Kira se quedó sin habla, Katsura soltó un juramento en voz baja. Nene y Lelouch estaban igualmente paralizados. Miyu lloraba desconsoladamente, Pyocomon aún seguía convulsionándose en sus brazos.

     — ¿Qué fue…? ¿Qué te ha hecho…? ¿Pyocomon…?

     —Mi-Miyu…

     Pyocomon estalló en una nube de Datos.

     El estallido dejó a Miyu devastada, terminó de cerrar sus brazos por la inercia y sus pupilas se contrajeron. Los Datos de su querido Digimon compañero ascendían al cielo, perdiéndose entre las nubes. Las lágrimas de Miyu cayeron al suelo, ella pudo percibir el sonido de las gotas al caer como si todo estuviera ocurriendo en cámara lenta y sus sentidos se hubieran agudizado. Su respiración agitada desencadenó ese desgarrador grito que incluso le hizo escupir un poco de sangre, sólo un par de gotas. Su cuerpo entero fue rodeado por la luz de color rojo que se desprendía de su Emblema, aunque no podía utilizarla con nadie que no fuera su difunto Digimon.

     —Nene, ¿qué está pasando? —exigió saber Lelouch, no quería admitir que se sentía sólo un poco perturbado.

     —No lo sé —respondió ella.

     Miyu, tambaleándose y a gran velocidad, arrebató el DigiLector de la mano buena de Kira. El aparato de color anaranjado se encendió, casi como si su mismísima dueña estuviera sosteniéndolo. Miyu miró con ira a Devimon, que aún esbozaba su cínica sonrisa. Levantó el DigiLector de Kira, los sacudió y par de veces y, desesperada, exclamó:

     — ¡¡Karminmon, Digievoluciona!!

     Pero no lo haría. No podía hacerlo. No mientras no fuera Kira quien diera la orden.

     La ira de Miyu fue tal que lanzó el DigiLector de vuelta a su dueña y permitió que el resplandor de color rojo terminara por cubrirla. Gritó de nuevo, con fiereza, sintiendo que una extraña e intensa calidez invadía su interior. El resplandor de color rojo se intensificó tanto que dejó cegados a todos los presentes. La luz cegó a Nene, Lelouch y Sparrowmon, a SkullPhoenixmon, a Devimon… Incluso a Nunally, Bokomon y Neemon. Muchos de ellos sintieron que sus corneas se derretían, fue lo más terrible y doloroso que jamás habían experimentado. Nene incluso consideró que recibir un segundo Geass habría causado solamente un ligero cosquilleo en comparación a lo que sentía en ese momento. La confusión duró sólo un momento y al terminarse, junto con el grito de Miyu que se apagó, el mundo de todos ellos se tornó de color negro.

     —Transferencia completada, mi señora —informó prontamente aquel Gizamon tras haber presionado el último par de teclas.

     La mujer rubia que esperaba detrás de él asintió.

     — ¿Los has enviado a la Zona Isla? —preguntó ella.

     —Así es, mi señora. El señor MetalSeadramon ya ha sido advertido.

     — ¿Qué hay de los Datos de Devimon?

     —En este momento están enviándose hacia aquí, mi señora.

     —La niña lisiada, ¿ha ido también a la Zona Isla?

     —Sí, mi señora.

     —Envía entonces a los Divermon, quiero que la busquen y la traigan ante mí.

     —Como usted ordene, mi señora.

     Ella se giró para mirar a la comitiva de chicos y chicas que había detrás de ella. Todos ellos lucían con las miradas vacías, en estado de trance. Estaban indefensos y a merced de la voluntad de ella. La sonrisa que la mujer esbozaba hacía evidente lo mucho que le divertía saber que tan fácilmente los había reunido a todos. Estaban allí el chico rubio que tocaba la armónica, la chica del sombrero azul que convenientemente había sido rescatada de la Zona Verde, el chico que vestía con ropas grises, la chica que era perseguida por la oscuridad, una chica pelirroja de personalidad fría, una niña un poco más pequeña cerca de cuyos pies yacía una marioneta de color amarillo, el chico con la pañoleta azul en la cabeza y su hermano gemelo, un niño que lucía un aspecto un tanto salvaje, un chico rubio que se distinguía por usar una corbata, una chica pelirroja con ojos claros y que vestía con un pequeño overol, el chico rubio que llevaba un Xros Loader de color azul en la mano, otro muchacho rubio que portaba un Xros Loader amarillo, un chico un tanto afeminado cuya cabellera era de color plateado…

     —Has hecho un gran trabajo, Datamon —concedió la mujer y su sonrisa se acrecentó cuando el último miembro del grupo se unió a la congregación—. Tenías razón. ¿Para qué clonarlos, cuando podemos manipular sus propios corazones a nuestro antojo?

     Rió. Datamon se unió a ella al mismo tiempo que conducía a la última chica hipnotizada para situarla a un lado de su hermano menor.

     —Están listos para ser utilizados, mi señora —dijo Datamon.

     Ella asintió.

     —Sí… Y sé bien lo que haré con ella —dijo mirando únicamente a esa chica de peinado extravagante y que iba ataviada con un ceñido vestido de color púrpura—. Tú serás mi arma secreta, ¿cierto? —le preguntó—. Sólo hay una manera en la que ese malnacido acepte entregarme su poder, así tenga que sacar sus dos ojos de sus cuencas. Y tú eres lo único que puede convencerlo para que lo haga. Vas a ayudarme a tomar el control de este mundo de una vez por todas, ¿no es así?

     Y la chica levantó un poco el rostro para que esos ojos de color púrpura, vacíos y opacos, miraran fijamente los ojos azules de su aterradora e intimidante interlocutora. Dócil, respondió con esa voz que, a todas luces, pertenecía a una Idol talentosa.

     —Sí, mi señora.

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