Capítulo XXIII: El Extraño Poder de Lelouch y un Reencuentro Inesperado

     Kira, Nene y Lelouch consiguieron escabullirse hasta una pequeña ventana rectangular a través de la cual podían ver lo que sucedía en el interior de la torre. No les sorprendió ver a Devimon en el interior, así como la presencia de Datamon no les causó la mayor impresión. En cambio, las ideas comenzaron a llegar a sus cabezas con una velocidad tan impresionante que incluso parecía que el humo pronto comenzaría a salir de sus cabezas.

     —Tenemos que hacerlos salir —dijo Kira—. Afuera tenemos más posibilidades de vencerlos, nuestros refuerzos se encuentran al rededor de nosotros.

     —Quizá enfrentarlos dentro podría ser un mejor plan —se negó Nene—. Afuera correremos peligro si ellos intentan usar a SkullPhoenixmon para detenernos. Mientras menos fuerza les hagamos emplear, será mejor.

     —Karminmon dijo que estos sujetos son los mismos que los All Stars enfrentaron antes —dijo Kira—. ¿Eso quiere decir que ellos saben a lo que están enfrentándose, así como lo sabemos nosotros?

     —Si eso es verdad, los enemigos que tuvo el Xros Heart sabrán perfectamente cuáles serán nuestros movimientos —respondió Nene con tono sombrío—. Por ahora, Devimon es nuestra única preocupación.

     —Los datos que pueda arrojar el Analizador Digimon de mi DigiLector no nos serán de mucha utilidad —dijo Kira mirando el aparato—. Tiene que haber algo distinto en ese Devimon, algo que lo hace diferente al resto.

     —Pues si otra generación de DigiDestinados pudo vencerlo antes, entonces para nosotras tendrá que ser pan comido —dijo Nene decidida—. Devimon no parece ser tan poderoso como lo fue el Emperador Bagramon.

     —El único problema que tenemos ahora es que la única manera de vencer a Devimon es con un Digimon de tipo angelical.

     —Lo sé.

     — ¿Tienes un plan al respecto?

     — ¿Qué plan podría ser? Cheepmon es un Digimon de tipo demoniaco.

     —Pues yo tampoco poseo ningún Digimon con las características de un ángel.

     — ¿Qué pasaría si en lugar de buscar un ángel, atacan con una fuerza imparable e intensa que ninguna forma de vida pueda resistir?

     A Nene no le pasó desapercibida la molestia que reflejaba la voz fría de Zero. Pero a pesar de que era evidente que él quería aportar algo a la lluvia de ideas, ella sólo frunció el entrecejo y negó lentamente con la cabeza.

     —No funcionará —dijo la joven Idol, la mirada fría de Zero se dirigió hacia ella y la apuñaló con la fuerza de cincuenta cuchillos de doble filo—. Además, ¿de dónde se supone que vamos a sacar una fuerza tan grande?

     —Creo que lo mejor que podemos hacer es atacar de frente a Devimon —dijo Kira y llamó la atención de Nene tomándola por el brazo derecho—. Tú y yo podemos hacer un buen equipo, nuestros Digimon son lo suficientemente poderosos para hacer esto. Y si lo hacemos bien, tengo la esperanza de que ocurra un milagro.

     — ¿Un milagro?

     Kira asintió y dejó la pregunta de Nene en al aire, sólo pensando que en algún momento durante la pelea podría sentir que esa Carta Azul se materializaba en su bolsillo. A pesar del silencio, Nene asintió y sujetó con fuerza su Xros Loader.

     —Andando —dijo.

     Sparrowmon destrozó la ventana con ayuda de su Random Lasser. Todos los Digimon volvieron al Xros Loader y al DigiLector de sus respectivas compañeras humanas, para que las esbeltas figuras de las dos chicas pudieran pasar a través del orificio que se había abierto. Lelouch, aunque Nene parecía haberlo dejado fuera del plan, decidió seguirlas.

     Nene fue la primera en aterrizar. Cayó de rodillas y al instante se irguió, mostrando que aún llevaba el Xros Loader en la mano derecha. Kira fue la siguiente, que cayó a un lado de la joven Idol y adoptó una actitud similar. Lelouch fue el último, que prefirió mantener la distancia cuando la punzada de celos se apoderó de él. ¿Por qué su cómplice había optado por hacer equipo con otra persona que no fuera él?

     Deseó por un momento estar en Japón y no en el Mundo Digital.

     Devimon se giró lentamente y rió por lo bajo, pues eso era justamente lo que él esperaba que ellas hicieran. Era un demonio inmenso, la cámara donde se encontraban era lo suficientemente grande como para albergar toda su altura. Nene y Kira se mantuvieron firmes, el aspecto demoniaco de Devimon no les causaba la más mínima impresión pues ya habían visto cosas peores. Devimon tuvo la intención de comenzar con su monólogo, pero se detuvo en seco en cuanto pudo ver con fijeza los ojos de Kira. Algo en la mirada de la chica de las gafas de aviador logró causar una revolución en el interior del demonio. Una revolución en el sentido malo de la expresión, pues no le agradaba en lo más mínimo que esa chiquilla tuviera exactamente la misma mirada que él. Sí, Devimon deseaba encontrarse de nuevo con ese otro Niño Elegido que antes lo había vencido, pero esos ojos…

     Una fuerza invisible tomó a Kira por el cuello y la levantó hasta que su rostro estuvo a la misma altura que el de Devimon. Ella no podía respirar, luchaba con ahínco para liberarse de lo que ella percibía como un par de huesudas manos invisibles que presionaban con fuerza su tráquea. La ira comenzó a emanar de cada pequeña fibra que componía el cuerpo de Devimon. ¿Cómo era posible que ella poseyera semejante mirada?

     — ¡¡Libérala!! —ordenó Nene, pero Devimon ignoró olímpicamente las quejas de la joven Idol.

     Lo único en lo que él podía pensar era en esos ojos.

     Esos ojos rebosantes de valor y de altanería.

     Los ojos de un muchacho que él conocía más que bien, pues él junto con sus amigos le habían causado muchos problemas en su tiempo.

     Eran los ojos de un humano que, incluso entre el grupo al que Devimon pertenecía, todos conocían como El Gran Héroe del Digimundo.

     Un humano al que Devimon le guardaba especial rencor, quizá un rencor mucho más intenso del que sentía por el compañero humano del Angemon que antes le había dado muerte.

     —Tai Yagami… —dijo Devimon con voz siseante.

     Kira fue lanzada contra un muro gracias a la fuerza invisible. Se quedó sin aire, resolló un poco y sintió que un poco de sangre brotaba del lado derecho de su cabeza. Nene corrió al instante con ella para verificar que todo estuviera en orden. Lelouch tan sólo miró a Kira de la misma manera que alguien miraría a un insecto.

     — ¿Por qué tienes la mirada de ese chiquillo? —exigió saber Devimon y se deshizo de Nene gracias a un fuerte golpe que consiguió derribar lejos a la joven Idol.

     Kira sintió de nuevo la sensación de asfixia, sólo maldiciendo en su interior el hecho de que su padre se hubiera dedicado a hacer tantos enemigos en su juventud.

     Fugamon se convertía en Datos lentamente gracias a que Garudamon se había encargado de abatirlo, en el costado derecho de Fugamon había una quemadura tan grave que incluso podía verse su estructura ósea. Una vez abatido ese Digimon, para Tswarmon fue sencillo dejar a Ogremon fuera de combate. Cuando la última técnica de Tswarmon convirtió a Ogremon en una nube de Datos que comenzó a elevarse lentamente en los aires.

     — ¡Gran trabajo! —exclamó Miyu cuando bajó de un salto del lomo de Garudamon.

     —Lo mismo digo —respondió Yuu esbozando media sonrisa.

     Ambos cayeron al suelo cuando aquella explosión se dio en uno de los lados de la Torre Oscura. La tierra tembló bajo sus pies y Miyu se quedó paralizada por un instante cuando sus ojos hicieron contacto con la mirada asesina de SkullPhoenixmon. Aquellos ojos rojos en los que sólo podía reflejarse la muerte brillaban con luz propia, eran casi del mismo tono del resplandor que rodeaba el cuerpo de la persona que iba montada sobre el coloso de huesos. Yuu soltó un juramento en voz baja, aunque pronto sus esperanzas se reavivaron al ver que aquella bestia estaba enfrentándose a Arresterdramon. Miyu levantó su DigiLector para buscar información sobre la bestia, los datos disponibles sobre SkullPhoenixmon lograron helarle la sangre aunque ella no lo hizo evidente.

     —Quizá deberíamos ir a ayudarles —dijo Miyu decidida—. Ese Digimon es inmenso, no podrán vencerlo fácilmente.

     —Estoy de acuerdo —dijo Yuu—. Mi hermana es hábil, pero sus Digimon no son tan poderosos como para enfrentar a una bestia de esa magnitud.

     —En ese caso, subamos a Garudamon. Él nos llevará.

     Yuu dio el primer paso hacia Garudamon, quien se inclinó un poco hacia abajo para que Miyu y Yuu pudieran subir a su lomo. Sin embargo, el chico rubio se detuvo en seco cuando logró escuchar un par de correteos a sus espaldas. Se giró para ver lo que se acercaba, pero lo que descubrió fue que las personas que corrían se dirigían hacia la Torre Oscura a toda velocidad. Se trataba de un muchacho castaño y una chica pelirroja, que iban acompañados por sus propios Digimon. No se detuvieron a saludar, simplemente entraron a la torre. Yuu sonrió satisfecho y con un aire de complicidad al darse cuenta de que ese chico que había visto era, quizá, el único capaz de idear un plan para derribar la Torre Oscura y vencer a Devimon.

     Nene pudo ponerse en pie gracias a la mano de Lelouch que actuó como soporte. Le agradeció al muchacho con una sonrisa y él asintió, aunque la expresión fría de Zero no había desaparecido aún de su rostro. Ninguno de ellos se detuvo a decir nada, pues no era el momento. Kira entonces cayó de nuevo al suelo cuando Devimon dejó de controlarla, Datamon reía detrás del demonio y el Leomon en estado de trance permanecía ajeno a la discusión.

     Estando de nuevo en el suelo, Kira extendió hacia el frente su DigiLector para que Cheepmon pudiera unirse a la contienda. El cuerpo entero de Kira fue rodeado entonces por un resplandor de luz de color anaranjado, del mismo tono del Emblema que colgaba de su cuello. Concentró toda esa luz en su DigiLector y de esa manera utilizó la Mega Carga de su A.D.N Digital para que Cheepmon pudiera evolucionar en LadyDevimon.

     A Lelouch le pareció absurdo que semejante bestia redonda y emplumada pudiera convertirse en una sensual mujer demonio.

     —No sé qué líos tengas tú con mi padre, Devimon —dijo Kira osadamente—, pero yo me encargaré de devolverte al infierno de dónde has venido.

     LadyDevimon atacó entonces, lanzando una onda de murciélagos que no surtieron el efecto deseado en Devimon. El demonio fue embestido, sí. Pero no obtuvo ningún rasguño.

     Un demonio contra otro demonio, las posibilidades de ganar y perder eran nulas.

     — ¡Mervamon, encárgate de Devimon! —exclamó Nene y Mervamon salió del Xros Loader lavanda, soltando un grito de guerra y embistiendo a Devimon con la Olympia.

     Lelouch presionó los puños con fuerza. ¿Qué estaba haciendo él allí, si Nene ni siquiera quería hacer caso de su presencia?

     La Lanza de la Oscuridad de LadyDevimon en conjunto con la Olympia de Mervamon hacía un gran equipo, pues era lo único que podía hacer que Devimon obtuviera algunos pocos rasguños notorios. Datamon se mantenía al margen, riendo como un desquiciado.

     Por la mente de Nene pasó por un instante la posibilidad de hacer una DigiXros entre su Digimon y el de Kira, aunque pronto descartó la idea por temor a que no funcionara y eso les hiciera perder tiempo. Sin embargo, la idea que tuvo a continuación fue algo que le pareció infalible.

     — ¡Mervamon! ¡Sparrowmon! ¡DigiXros!

     Pronto apareció JetMervamon frente a los ojos de los presentes, quiena tacó a Devimon con los rayos lasser para así evitar que él pudiera usar su Toque de la Maldad con LadyDevimon. La Digimon demonio utilizó entonces su técnica Veneno, que consistía en utilizar la Energía Oscura para destruir desde dentro a sus oponentes. No funcionó, por supuesto, pues la maldad que se había apoderado del corazón de Devimon era mil veces más fuerte que la que ella pudiera transmitir con sus técnicas. Quizá por esa misma razón, que LadyDevimon tenía un corazón noble a pesar de ser un Digimon de tipo demoniaco, fue que el Toque de la Maldad la afectó tanto cuando Devimon pudo atraparla en sus garras. Ella se retorció de dolor, gritó tan fuerte que no le habría sorprendido escupir sangre tras haber destruido sus cuerdas vocales, y cayó de rodillas al suelo con la respiración agitada.

     — ¡LadyDevimon!

     Kira corrió a su lado para acompañarla. LadyDevimon tardó un par de segundos en levantarse, tambaleándose, y se preparó para lanzar de nuevo su Onda de la Oscuridad. JetMervamon le ayudó a ganar tiempo, distrayendo a Devimon con ayuda de sus disparos. Nene, animada, excitada y eufórica, no paraba de gritar ordenes y alertar a su Digimon para que ella pudiera atacar desde todos los ángulos posibles. Al darse cuenta de que Nene era una potencial amenaza, Devimon intentó utilizar su Toque de la Maldad en la joven Idol para sacarla del camino.

     Algo ocurrió en ese momento, algo que a todos los dejó sin habla.

     En el momento justo en que Lelouch detectó el peligro que corría su amada, corrió a toda velocidad hacia ella para protegerla. Obedeciendo a un impulso que se apoderó de él y se arraigó en lo más profundo de su ser, realizó el característico movimiento de su brazo al mismo tiempo que exclamaba:

     — ¡No la toques, bastardo!

     El Geass hizo su trabajo, causándole a Lelouch una sensación similar a que el ojo donde portaba su poder estuviera ardiendo al rojo vivo. Cayó de rodillas igual que la mujer demonio y cubrió su ojo con una mano, sintió incluso que sangraba a través de los lagrimales, aunque cuando Nene lo examinó se dio cuenta de que no eran más que un par de lágrimas inofensivas. Ella intentó proteger a Lelouch, angustiada ante esa reacción tan poco común en alguien que era un experto a la hora de utilizar el Geass. Pero cuando le dirigió una fúrica mirada a Devimon para persuadirlo de desistir en su ataque, se dio cuenta de que el demonio se había quedado totalmente paralizado. Su mano aún estaba extendida hacia la joven Idol, pero no se movía siquiera para respirar. Estaba congelado.

     — ¿Qué mierda…? —musitó Mervamon e intercambió una mirada con Nene, la joven Idol miró a su vez a Lelouch y comprendió al instante que el Geass del muchacho había provocado esa reacción.

     — ¿Estás herido? —urgió Nene a Lelouch, temerosa de que una reacción tan potente pudiera perjudicar la salud del chico.

     Lelouch negó con la cabeza y se levantó con piernas temblorosas, sin dejar de cubrir su ojo con una mano pues era esa la única manera de apaciguar el ardor.

     —Devimon ha dejado de moverse —continuó Nene, Lelouch no respondió—. El Geass lo ha dejado paralizado.

     — ¡Es el momento justo para atacar! —exclamó Mervamon a LadyDevimon y ésta asintió para luego prepararse para lanzar su técnica.

     Pero otro ataque llegó de repente, un ataque que tan sólo escucharlo logró hacer que la sangre de Nene se helara y la sangre de Lelouch hirviera.

     — ¡¡Heavy Metal Vulcan!!

     La técnica abatió a Devimon. Lo derribó, al menos, pues seguía sin ser un ataque hecho por un Digimon angelical. Datamon, al detectar el peligro, salió huyendo cual rata cobarde de la Torre Oscura. Devimon quedó sepultado momentáneamente por los monitores del sistema de vigilancia que cayeron sobre él.

     No podía haber calma mientras los Datos no comenzaran a desprenderse del cuerpo del demonio, pero en ese momento era imposible pensar. La joven Idol japonesa y el príncipe de Britannia presuntamente muerto miraron con recelo a los recién llegados.

     La primera reacción que tuvo Nene fue la de tomar con fuerza la mano de Lelouch pues creyó que pronto se desmayaría, la fortaleza de él era el único soporte de ella. No era común ver esos ojos claros y soñadores, así como ese cabello pelirrojo y el cuerpo ligeramente aniñado que lentamente ella comenzaba a dejar atrás. Iba vestida con una versión un poco más madura y sexy de las ropas con que Nene la había conocido: llevaba puestos unos ajustados pantalones cortos de color azul, una camiseta de color rosa con un escote que hacía resaltar su pequeño busto, zapatos deportivos de color rojo y adornaba sus hombros con su cabello que había crecido casi cinco centímetros. Usaba incluso un poco de maquillaje discreto sobre los párpados y sus labios iban adornados con color rosa. Sostenía un Xros Loader de color anaranjado y llevaba en brazos a un Cutemon, quien pronto saltó a la cabeza del Dorulumon que iba a la derecha de la chica pelirroja. Una lágrima corrió por la mejilla de Nene cuando ella le dedicó una cálida sonrisa. Era como si nada hubiera pasado, como si la Gobernadora General Cornelia nunca hubiera disparado esa arma.

     Pero lo que más impresión causó fue ver al muchacho que acompañaba a la chica pelirroja.

     El cabello de un color marrón oscuro. La camiseta que era la mitad de color rojo y la otra mitad de color azul, que en la altura del corazón alguien le había bordado el escudo del Xros Heart. Los brazos fuertes que la adolescencia le había ayudado a desarrollar, mismos que lucían la mar de bien con esas muñequeras de color rojo que hacían juego con el Xros Loader. Los pantalones de color negro, los zapatos deportivos y las gafas de aviador que relucían como si fueran nuevas. De su cuerpo emanaba el aire de un líder, de un general. De uno de los Héroes Legendarios que recién había cumplido los dieciocho años. Él esbozaba una expresión de suficiencia y satisfacción similar a la de OmegaShoutmon.

     Lelouch lo reconoció al instante, por supuesto. Había visto esa mirada solamente en una persona, una persona que estuvo por asesinar Nunally en un arranque de ira y que puso en peligro a toda el Área 11, para luego darle muerte a Lelouch durante un breve periodo de tiempo. Deseó entonces poder echar mano del arma que tan seguro le hacía sentir cuando desempeñaba su rol de Zero. Sintió también un poco de incomodidad cuando reconoció los ojos de la chica pelirroja, recordó entonces el sonoro llanto que Nene profirió cuando se dictaminó que su mejor amiga había muerto por la bala de Cornelia.

     Kira se quedó sin habla y creyó que había enloquecido, pues ella misma había estado presente cuando Mastermon le había arrebatado la vida a ese muchacho. ¿Cómo, entonces, era posible que él se hubiera presentado de esa manera? Supuso que se trataba de la Brecha Dimensional, pero la idea no era tan tranquilizadora como parecía. La perturbación de ver con vida a alguien que debía estar muerto era casi imposible de dejar de lado.

     Pero Nene, con voz ahogada, sólo fue capaz de decir:

     — ¿Cómo…?

     Sintió que se desmayaría irremediablemente, dejó de sentir el suelo bajo sus pies y el torrente de memorias y remordimientos terminó por aplastarla. Su visión se nubló y sólo escuchó a Lelouch y a Taiki Kudou exclamando su nombre, antes de que su mundo se oscureciera cuando cayó en los acogedores brazos de la inconsciencia.

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