Capítulo XLVII: Sinfonía de Arcoíris

La canción que les dejo en multimedia, X-Counter de Kurosaki Maon, es la que deben reproducir durante todo el capítulo. ¡Espero que les guste!


PD: Un minuto de silencio por todos los Digimon que han muerto en la Zona Cielo :c



     Aunque Aldamon había intentado intervenir, AncientIrismon no necesitaba ninguna clase de ayuda. Sus poderes superaban incluso a los de Beowolfmon. AncientIrismon era ágil, veloz, no había manera en la que Beowolfmon pudiese burlar sus movimientos. Y aún a pesar de saber que no tenía oportunidades de ganar ese encuentro, él seguía luchando con ahínco. Intentaba defenderse con ayuda de su sable, pero la espada de AncientIrismon era mucho más fuerte. Ella podía esquivar los misiles que él disparaba, así como utilizaba su espada a manera de escudo para neutralizarlos. Sin importar cuánto se esforzara Beowolfmon, no había podido causarle el más mínimo rasguño a su contrincante. Le era imposible ver la expresión facial de la mujer gracias a la máscara que mantenía oculto su rostro, pero de alguna manera supo que aquella expresión era más gélida que el hielo.

     —El castillo ya ha quedado lo suficientemente destruido —dijo Aldamon luego de que AncientIrismon se hubiese encargado de lanzar a Beowolfmon contra una torre que se derrumbó sobre él—. Tenemos que evitar a toda costa que sufra más daños, la Zona entera también podría salir afectada.

     —Creo que ya es un poco tarde para pensar en salvar este maldito castillo, tenemos otras cosas más importantes de las que debemos ocuparnos —respondió Lelouch de mala gana, hablando con la fría voz de Zero.

     —Lelouch tiene razón —secundó Nene—. Tenemos que salir de esta Zona antes de que ese sujeto termine por destruirla por completo. Pero algunos de nuestros amigos aún están dentro del castillo, no podemos irnos sin ellos.

     —Ustedes vayan a buscarlos —dijo AncientIrismon—. Yo distraeré a Beowolfmon el tiempo suficiente, lo venceré si puedo hacerlo.

     —No te dejaré luchar sola —se negó Aldamon.

     La conversación tuvo que parar en cuanto Beowolfmon surgió de la montaña de escombros, golpeando a Sparrowmon con su Cazador Diurno. Aldamon, inmediatamente, disparó su Estallido Solar y AncientIrismon atacó a su vez, creando una tormenta cuyos rayos comenzaron a caer al suelo en un intento de abatir a Beowolfmon.

     Nene consiguió sujetarse de una de las tejas que había en el techo cónico de una de las torres del castillo, sujetando también a Lelouch. Sparrowmon, sin embargo, cayó al suelo y causó que se levantara una densa nube de polvo. La joven Idol, con la respiración agitada, tuvo que pensar velozmente. Necesitaba alguna manera de llegar a tierra firme para reunirse con Sparrowmon, así como ambos debían salir de la línea de fuego.

     La respuesta llegó a ella de golpe.

     —Lelouch, tenemos que subir —dijo—. Tenemos que encontrar una ventana por la cual podamos entrar al castillo.

     Pero él no pudo responder, pues en ese momento recibieron ambos el impacto del Estallido Solar que Beowolfmon había bloqueado y devuelto con ayuda de su sable.

     La última vez que Kira sintió tanta ira en su interior, fue aquel fatídico día en el que vio a Takuya interponerse entre ella y las espadas asesinas de Piedmon. Pero en ese momento, mientras estaba aún sobre el lomo de Infermon y escuchaba el eco del grito de Karminmon resonando en sus tímpanos, no pudo encontrar ninguna manera de controlar su ira. ¿Cómo podría hacerlo, si no había podido despedirse de su valiente amiga?

     Duskmon esbozó una sonrisa cruel que llegó hasta lo más profundo del corazón de Kira.

     Ella no iba a permitir que todo terminara de esa manera.

     —Katsura —dijo la chica con valentía—, ve a buscar a los demás. Yo te alcanzaré en un momento.

     —No puedes quedarte aquí —intervino Mimi—. Kira, ese sujeto es demasiado poderoso. No tendrás oportunidades si te enfrentas a él.

     —Lo haré —aseguró la chica—. Por Karminmon.

     Dicho aquello, se encargó de que su compañero digital se transformara en Devidramon, quien la atrapó en los aires cuando ella saltó del lomo de Infermon. Se aferró con fuerza al lomo de Devidramon con una mano y acarició el elástico de sus gafas de aviador con la otra. Miró entonces a Duskmon con toda la ira que fue capaz de reunir y exclamó, osadamente:

     — ¡Oye, cobarde! ¡Es por aquí!

     Al ver que Duskmon se acercaba, para encargarse de que Kira jamás volviese a hacer una provocación semejante, Devidramon atacó con su Tormenta de Tinieblas que se impactó contra las espadas de Duskmon que él utilizó para cubrirse del ataque. Con un simple movimiento, Duskmon devolvió el ataque de Devidramon. Kira sólo pudo ver aquel resplandor de color rojo antes de caer al suelo, sintiendo cómo su Digimon se iba transformando solamente en una pequeña bestia emplumada que cayó a pocos metros de donde ella se había desplomado. Se levantó trabajosamente, escupió un poco más de sangre y vio, para su horror, que los cristales de las gafas de aviador se habían quebrado. Tomó uno de los pequeños cristales y lo sostuvo con una mano temblorosa. Cerró su puño, sin importarle que el cristal cortase su piel, y terminó de incorporarse. Se tambaleó un poco, pero igualmente dio un par de pasos hacia el sitio donde Duskmon aterrizaba lentamente.

     —Te crees muy fuerte, ¿no es así? —le espetó ella enfurecida—. ¿Crees que puedes vencerme tan fácilmente?

     La respuesta de Duskmon fue disparar de nuevo aquellas ondas de choque que se desprendían de los ojos de su armadura. Kira cayó de nuevo, sin poder levantarse. Duskmon avanzó hacia ella y colocó la punta de una de sus espadas sobre el corazón de la chica, que en ese momento hacía todo lo posible por reunir las fuerzas suficientes para defenderse. El brillo de su emblema era cegador, como si éste estuviera haciendo su máximo esfuerzo. Sin decir más, presionó la punta de su espada hasta que vio brotar la sangre de Kira. Ella apretó los dientes con fuerza, incapaz de demostrar su dolor mediante una debilidad tan grande como lo eran los gritos. Se limitó a cerrar los ojos, aunque tuvo que abrirlos de nuevo cuando escuchó la explosión causada por las telarañas explosivas de Infermon. Kira consiguió incorporarse y se arrastró de espaldas, impulsándose con sus codos, para mirar el enfrentamiento desde un ángulo diferente.

     Lilimon había encerrado a Duskmon en el centro de una enredadera de flores que él no se atrevía a tocar, quizá por temor a lo que ese inofensivo ataque pudiese causar. Infermon, por otra parte, lo había sujetado con ayuda de dos de sus brazos extensibles. Mimi corrió hacia Kira y la tomó por los hombros para ayudara a levantarse, así como hizo lo propio con Cheepmon a quien tomó en brazos pues el pobre y pequeño Digimon había perdido el conocimiento. Kira, a pesar de sus heridas sangrantes, se mantuvo quieta mientras miraba la batalla.

     O, lo que ella esperaba que fuese una gran batalla.

     Lilimon, al darse cuenta de que Duskmon no podía liberarse del agarre de Infermon,  decidió tomar las riendas del asunto. Se levantó en los aires y atacó con una potente ráfaga de espinas que se desprendieron de su cuerpo, mismas que sólo rodearon a Duskmon sin causarle ningún daño. Ella, sin embargo, no se rindió. Utilizó su técnica de la Patada del Sol Creciente, con la impactó de lleno a Duskmon y causó una pequeña explosión gracias a la energía solar que había reunido en su cuerpo. Al disiparse ese resplandor, sin embargo, sólo se dieron cuenta de que Duskmon había logrado escapar.

     Eso, para Kira, fue mil veces peor que la muerte.

     Él había escapado y la muerte de Karminmon había quedado impune.

     Nene abrió los ojos cuando sintió que el peligro se había esfumado finalmente, descubriendo así que su Geass se había activado y había tomado la forma de un escudo que los protegió del Estallido Solar.

     El Geass había resultado ser un poder mucho más útil de lo que parecía, aunque el dolor que ella sentía en el ojo donde lo portaba era tan fuerte que hubiera deseado no tenerlo.

     Tres puñetazos fueron suficientes para que Lelouch consiguiera quebrar el cristal de la ventana que podía conducirlo a él y a su amada al interior del castillo. Pasaron sobre los cristales resquebrajados que aún estaban incrustados en el marco de la ventana y cayeron en picada al suelo, que quedaba a casi dos metros por debajo del alfeizar. Ambos se tambalearon sólo un poco antes de recuperar de nuevo el equilibrio. Lelouch ignoró por completo las pequeñas heridas que se habían abierto en sus nudillos, pues lo único que quería hacer en ese momento era correr a toda velocidad para encontrar a Nunally.

     La torre del castillo dio una fuerte sacudida y una buena cantidad de escombros se desprendieron del techo. Lelouch tuvo que tirar de Nene para atraerla hacia su cuerpo y evitar que el candelabro que cayó del cielo pudiera aplastarla. Ella cubrió su rostro para asegurarse de que los pequeños cristales del candelabro no pudieran lastimarla, pero no consiguió su cometido. Un par de heridas diminutas se abrieron en su pómulo derecho, mismas que destilaron algunas pequeñas gotas de sangre.

     — ¿Estás herida? —le preguntó Lelouch alarmado al escuchar que ella soltaba un leve gemido de dolor.

     Ella negó con la cabeza, enjugó la sangre de su pómulo y dio un par de pasos hacia el frente para intentar abrir la puerta que conducía a la escalera en espiral. Fue Lelouch quien se encargó de abrirla, pues era demasiado pesada como para que ella se encargara de esa tarea. Fue ella quien tuvo que tirar de él en esa ocasión, pues Lelouch estuvo por caer al vacío gracias a que la escalera en espiral no poseía baranda alguna.

     —Tenemos que encontrar a tu hermano —dijo Lelouch una vez que pudo liberarse del fuerte agarre de la chica—. Él tiene que estar aún entre las ruinas que quedan del castillo.

     —Sí —respondió Nene acalorada—. Tenemos que bajar también a donde ha caído Sparrowmon, no puedo dejarlo allí.

     Lelouch asintió y miró hacia abajo, hacia el hueco de color negro que se formaba entre los peldaños de la escalera. Tomó un pequeño trozo de escombro que encontró a sus pies y lo lanzó hacia abajo, intentando averiguar así cuán alta podía ser la torre. Seis segundos tardó en escucharse el sonido del trozo de escombro impactándose contra el suelo. Lelouch y Nene se miraron durante una fracción de segundo, asintieron ambos y saltaron sin reparo alguno.

     El impacto fue tan fuerte que Nene sintió que se había roto un par de huesos. Al poder incorporarse, supo que el dolor que sentía no había causado mayores daños. Lelouch, por otra parte, se quejó al darse cuenta de que una pequeña herida había aparecido en su ceja derecha.

     — ¿Te encuentras bien? —le preguntó ella.

     Él asintió distraídamente.

     Al sentir que el suelo temblaba bajo sus pies y escuchar que una pared se derrumbaba fuera del castillo, supieron que no podían detenerse durante más tiempo. Ambos echaron a correr hacia el umbral que los condujo al pasillo que desembocaba en la escalera principal del castillo. Al menos, habían conseguido llegar a un punto lo suficientemente accesible.

     —Yuu tiene que estar cerca de aquí —dijo Nene cuando ambos comenzaron a bajar a toda velocidad los peldaños de la escalera—. No puede haber ido demasiado lejos.

     Llegaron al recibidor del castillo sin problemas. Las plantas de sus pies se humedecieron con el agua que se colaba desde el exterior, gracias a que los cristales habían sido destruidos y permitían que la tormenta causada por AncientIrismon causara sus propios estragos. Sólo en ese momento, Nene se dio cuenta del intenso frío que había allí dentro.

     Un frío espectral.

     Se abrazó a sí misma durante un breve instante y echó a andar hacia la puerta principal del castillo, misma en la que aparecía la marca de una mano que alguien había hecho con sangre.

     Una mano fina, delgada.

     No podía pertenecer a nadie del sexo masculino.

     —Lelouch —llamó en voz baja—, mira esto.

     Él avanzó velozmente hacia ella y se detuvo en seco cuando reconoció la forma de la mano. Perturbado, se acercó mucho más a ella para observarla con detenimiento.

     —Nunally... —musitó con un hilo de voz.

     —La puerta está entreabierta —dijo Nene antes de que Lelouch colapsara—. ¿Crees que ella haya dejado allí la marca de su mano al intentar abrir la puerta para salir?

     Pero Lelouch ya se encontraba fuera de sí.

     —Está herida... Nunally... Tengo que... Tengo que encontrarla...

     — ¡Lelouch, mírame!

     Nene tuvo que tomar al chico por los hombros para darle una fuerte sacudida y hacerlo reaccionar. No funcionó, por supuesto. Era como si la marca de esa mano fuese la encarnación de los peores temores del muchacho.

     Desesperado, Lelouch apartó a Nene de un fuerte empujón para sacarla del camino y se encargó por sí mismo de abrir las puertas de par en par. Salió, dejándose empapar por la lluvia torrencial, y exclamó a voz en cuello:

     — ¡¡Nunally!!

     No obtuvo respuesta.

     De pronto, sintió un gran vacío en su interior y el mal presentimiento se apoderó completamente de él.

     Fue esa misma sensación lo que le hizo escuchar la voz de Nene mucho más lejana de lo que estaba realmente.

     — ¡¡Lelouch, apártate de ahí!!

     Él miró hacia su lado derecho, donde vio surgir aquella potente explosión que derrumbó todo el lado oeste del castillo.  Lo que quedaba de él. ZeekGreymon surgió de los escombros, atacando con su tridente a Beowolfmon que en esos momentos tenía a OmegaShoutmon como rehén para persuadir a Aldamon de que detuviera sus ataques.

     — ¡¡Lelouch!!

     El chico moreno reaccionó del todo entonces, cuando vio la siguiente explosión que tuvo lugar cuando OmegaShoutmon fue a dar al suelo. Un Digimon salió del Xros Loader de Tagiru, un Digimon que respondía al nombre de Sagomon, e intentó distraer la atención de Beowolfmon para que Arresterdramon pudiese darle el golpe final. Lo único que Lelouch consiguió ver entonces fue que el sable de Beowolfmon pasaba por la mitad del cuerpo de Sagomon, partiéndolo en dos. Los Datos se alojaron en aquel aparato de color blanco y él, Lelouch, sólo pudo sentirse completamente aterrado a pesar de no querer hacerlo evidente.

     — ¡¡Lelouch, ven aquí!!

     Otra explosión ocurrió entonces, cuando el Cazador Diurno impactó a Arresterdramon e hizo que éste se transformara nuevamente en Gumdramon. El pequeño Digimon de color púrpura cayó en picada y Lelouch sólo pudo retroceder un par de pasos, cuando aquella sensual mujer de los senos prominentes aterrizó frente a él para atrapar a Gumdramon en sus brazos.

     A pesar de que no podía decir que ella le agradaba del todo, jamás en su vida se sintió más feliz de estar cerca de Mervamon.

     —Para ser el líder de una rebelión, eres un completo imbécil al estar indefenso en campo abierto —le espetó Mervamon.

     — ¡¡Mervamon!!

     La mujer sonrió al ver que Nene surgía del interior del castillo. Le dedicó un guiño a su amiga humana y depositó a Gumdramon en el suelo, quien estaba totalmente fuera de combate.

     —Mervamon, tengo que volver con Sparrowmon —dijo Nene acalorada—. Tienes que llevarme con él, podría estar herido y...

     —De Sparrowmon no tienes que preocuparte —respondió ella—. Kudou lo ha resguardado ya dentro de su Xros Loader. Él estará bien.

     Nene respiró aliviada.

     — ¿Has visto a Yuu? —Continuó la chica—. Él debía cuidar a Nunally.

     Impaciente, Mervamon asintió.

     —Sí, todos ellos están con los demás. ¡Ahora vámonos de aquí! ¡Corremos peligro en este lugar! Beowolfmon no se detendrá hasta destruir la Zona Cielo y los poderes de esa Digimon, AncientIrismon, no serán suficientes para vencerlo. No tenemos oportunidad de ganar esta batalla.

     —Eso no puede ser —se negó Zero—. No vamos a rendirnos.

     —Quien ha hecho el plan ha sido Kudou —explicó Mervamon—. En cuanto me vio aparecer, me pidió que viniera a buscarlos. Ha tomado la decisión de dar la orden de retirada.

     —Pero, la Zona Cielo... —musitó Nene.

     Mervamon negó con la cabeza para hacerla callar.

     —Ya nada puede salvarla, Nene.

     — ¡¡Tswarmon, cubre a Dorulumon!! ¡¡Ustedes son nuestra última esperanza!!

     Totalmente en contra de lo que AncientIrismon quería, Taiki se encargó de liderar la batalla para así evitar a toda costa que Beowolfmon siguiera causando destrozos. Lo único que el general del Xros Heart quería en ese momento era ganar tiempo mientras esperaba a que el grupo terminara de reunirse. Se mantuvo con Kiriha y Tagiru de Akari para proteger a la chica, quien en esos momentos intentaba ayudar a Nunally a mantener la calma para que Cutemon pudiese curar algunas heridas que la pequeña había cosechado. Taiki se sintió afortunado cuando vio aparecer a Mervamon en compañía de Nene y Lelouch, así como respiró aliviado cuando Kira, Katsura y Mimi también hicieron acto de presencia sobre el lomo de Infermon. Sonrió incluso al ver que Lelouch envolvía a Nunally en un fuerte abrazo.

     Beowolfmon disparó una ráfaga de misiles que consiguieron acribillar a Aldamon. La salamandra soltó un grito cuando cayó al suelo, perdiendo su Digievolución y transformándose de nuevo en Takuya Kanbara. El DigiCode rodeó su cuerpo. Beowolfmon sonrió satisfecho y se preparó para absorber aquel halo de luz de color azul con su D-Scan. Sin embargo, se detuvo cuando Mervamon, tras haberse asegurado de que Nene y Lelouch estarían a salvo en compañía de sus amigos, asestó contra él un golpe con la Olympia. Ella no pudo adoptar siquiera una posición de ataque, pues él logró abatirla devolviendo el golpe con su sable. Mervamon cayó al suelo, con una grave herida abierta en el costado derecho de su cuerpo. Nene, ni corta ni perezosa, almacenó los Datos de su amiga dentro del Xros Loader para que ella pudiese recuperarse. Beowolfmon se encargó de deshacerse también de Tswarmon y Dorulumon, quienes cayeron al suelo sin energías tras haber sido acribillados con los misiles del enemigo.

     Takuya apenas pudo abrir un poco los ojos cuando escuchó la voz del poderoso sujeto, diciendo:

     —Ahora quédate quieto y déjame tomar tu DigiCode.

     Era la voz de Kouji la que se escuchaba.

     Una lágrima corrió por su mejilla al sentirse traicionado.

     Beowolfmon levantó entonces la mirada, cuando los colores de un arcoíris se reflejaron en su sable. AncientIrismon apuntaba hacia él con la punta de su espada. Beowolfmon observó entonces el gigantesco haz de luz que se desprendió del arma de AncientIrismon, mismo que absorbió el poder de la tormenta que ella misma había causado para poder intensificarse, al grito de Sinfonía de Arcoíris que ella exclamó. Sin embargo, sólo sonrió con malicia y tomó a Takuya por el cuello, antes de desaparecer del campo de batalla. AncientIrismon quiso detener el ataque que había lanzado, pues el Xros Heart se encontraba en extremo cerca de la línea de fuego.

     El impacto fue mucho peor que el que habría causado una bomba atómica.

     Un resplandor de color blanco cegó a todos los presentes, así como por un momento no pudieron escuchar absolutamente nada. La explosión se hizo presente entonces, causando un sonido ensordecedor. Al no poder ver nada, pues la luz de color blanco no se había apagado aún, sólo pudieron sentir que sus pieles ardían como si hubieran estado en carne viva.

     Víctima de la desesperación, fue Taiki quien abrió el portal para ir a la siguiente Zona, al mismo tiempo que atraía a Akari hacia su cuerpo en un intento de protegerla de lo que fuese que les estaba haciendo daño.

     Beowolfmon había desaparecido, y Takuya estaba con él.

     Y de la Zona Cielo, jamás volvió a saberse nada.

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