Capítulo XII: Ayuda Inesperada
Tagiru se quedó helado cuando escuchó aquellas palabras. ¿Qué significaba eso? ¡Pues claro que estaba vivo! Le pareció tonta la idea de haber muerto sin estar consciente de ello, pero para la guerrera Digimon que los miraba con tanta fijeza no parecía ser nada normal el hecho de que Tagiru siguiera respirando. Nunally se ocultó detrás del chico y Gumdramon avanzó al frente de ella para protegerla.
—No es él —dijo el conejo amarillo con pantalones.
— ¡Claro que es él! —respondió la figura humanoide.
—No puede ser él —secundó la guerrera Digimon.
— ¡Pues es idéntico! —insistió la criatura de color blanco.
—No, no lo es —repitió el conejo amarillo.
La figura humanoide respondió tirando del elástico de los pantalones del conejo amarillo para golpearlo con él. El conejo soltó un grito y Nunally esbozó una tierna sonrisa.
— ¿Quiénes son ustedes? —preguntó Tagiru dando un paso hacia adelante, Nunally se sujetaba con fuerza a la camisa del muchacho para evitar alejarse de él.
—Se los dije, no es él —respondió el conejo amarillo—. Nos recordaría.
— ¿Los he visto alguna vez? —preguntó Tagiru.
—Yo soy Karminmon —se presentó la guerrera Digimon y Tagiru arrufó la frente haciendo una mueca de reconocimiento, aunque el nombre le resultó extraño y desconocido—. Ellos son Bokomon y Neemon —añadió, señalando a sus dos pequeños acompañantes.
—Yo soy Tagiru, Tagiru Akashi —se presentó el chico—. Él es mi compañero Gumdramon y ella, es Nunally Lamperouge —añadió, señalando a los aludidos con una sacudida de la cabeza.
—Sabemos quién eres —dijo Karminmon—. Tú estuviste aquí, antes.
— ¿Yo? Pero, yo nunca…
Balbuceó sin saber qué responder. Estaba plenamente seguro de que el único sitio perteneciente al Mundo Digital que él había visitado era el DigiQuartz. Y ese sitio, con el hermoso cielo azul y el suave césped verde, no se parecía en nada al DigiQuartz.
—No es él —insistió Neemon—. Él lo recordaría.
— ¿De qué están hablando? —exigió saber Tagiru.
— ¡Déjense de tonterías y expliquen lo que está pasando! —secundó Gumdramon.
Nunally se mantenía en silencio, sólo preguntándose dónde podía haberse metido CC.
—Tagiru Akashi, el Séptimo Héroe Legendario —explicó Karminmon con voz solemne—. El mismo que venció al terrible Quartzmon con ayuda del Brave Snatcher. Que se reunió, junto a Taiki Kudou, con los otros cinco Héroes Legendarios para salvar el mundo. —Tagiru asintió, así que Karminmon continuó—. El mismo Tagiru Akashi que volvió al Mundo Digital para enfrentarse a los cuatro Dark Tamers, y que pereció en batalla tras haber entrado valientemente al interior del terrible Mastermon. ¿Eres tú ese mismo Tagiru Akashi, o no?
— ¿Dark Tamers? —repitió Tagiru extrañado—. Jamás me enfrenté a ellos, no sé siquiera quiénes son.
—Se los dije, no es él —dijo Neemon.
—Si no eres ese Tagiru Akashi, entonces no nos sirves —espetó Karminmon, logrando que Tagiru se sintiera más que ofendido.
— ¿Servirles para qué? —reclamó, Nunally se aferró con más fuerza a la camisa del muchacho.
—Karminmon, él puede ayudarnos —intervino Bokomon antes de que Karminmon prorrumpiera en una previamente preparada lista de cincuenta de razones de por qué Tagiru no era de utilidad—. Sigue siendo un Héroe Legendario. Y si ha llegado al Digimundo, significa que la señora Ophanimon ha llamado a la artillería pesada.
— ¿Artillería pesada? —habló Gumdramon.
—No tiene sentido que la señora Ophanimon enviara a alguien que no está plenamente consciente de lo que Clarisse Okada es capaz de hacer —espetó Karminmon—. Tenemos que seguir buscando. Si lo que han dicho ese Sukamon y ese Chuumon de la Zona Isla es verdad, entonces hay otros humanos rondando ahora por la Zona Verde. Alguno de ellos debe ser de utilidad.
— ¿Humanos? ¿Es decir que mi hermano y Nene están aquí? ¿Y CC?
La voz de Nunally llamó la atención de los tres Digimon que discutían ávidamente la polémica aparición de Tagiru. Karminmon miró con fijeza a Nunally y respondió, haciendo uso de su voz hostil y sexy que recordaba un poco a Mervamon:
— ¿Nene? ¿Te refieres a Nene Amano? ¿La misma Nene Amano que se dejó manipular por DarkKnightmon con tal de salvar a su hermano, Yuu Amano? —Tagiru asintió, Nunally no supo qué decir—. ¿Conoces a Nene Amano?
—La conocemos —intervino Gumdramon—. Pero algo me dice que nuestra Nene no es la misma que tú crees conocer.
—Explícate —exigió Karminmon.
—La Nene que nosotros conocemos es la misma que ha viajado a Britannia —explicó Tagiru—. Estando ahí, hubo una pelea terrible contra los…
— ¡Maldición!
Tagiru se vio interrumpido cuando Karminmon exclamó aquello. Se notaba en realidad alterada, enfurecida, siendo víctima de un ataque de impotencia. No pudo evitar avanzar un par de pasos hacia ella, llevándose consigo a Nunally, y colocó una mano sobre el hombro de la guerrera Digimon. Karminmon lo fulminó con la mirada y sus dos pequeños compañeros, aterrados, se ocultaron detrás de Gumdramon para cubrirse y que la ira de la guerrera no los golpeara también a ellos.
—Sea lo que sea que esté ocurriendo en este mundo, tú misma lo has dicho —le dijo—, soy Tagiru Akashi. El mismo Tagiru Akashi que venció a Quartzmon. Así que no hay nada que no pueda hacer por ustedes.
Resignada, Karminmon asintió y tomó la mano del muchacho para decir:
—Tú debes venir conmigo, tenemos que ponerte al tanto mientras tus amigos aparecen.
— ¿Qué hay de mi hermano? —Intervino Nunally—. Si yo estoy aquí, él también debe estar por alguna parte. ¿Podemos ir a buscarlo?
—Las cosas en el Mundo Digital no están lo suficientemente tranquilas como para que ustedes dos vayan por ahí buscando a alguien más —respondió Karminmon con severidad—. Tú no eres una Digimon Hunter, ni una Niña Elegida. ¿Cierto o no?
Nunally negó con la cabeza.
—Soy una princesa de Britannia —explicó—. Nunally Li Britannia, y mi hermano es…
—El hermano de Nunally, Lelouch, posee un poder que lo ayuda a controlar a quien lo mire cuando lo activa —intervino Tagiru—. Nene también lo posee. Y hay otra amiga nuestra, CC, que igualmente posee el mismo poder.
—Pero CC no puede hacer lo mismo que Nene y Lelouch —intervino Gumdramon.
— ¿De qué poder están hablando? —preguntó Karminmon.
—Geass —respondió Tagiru—. Se le llama Geass.
—Nunca había escuchado sobre semejante cosa —comentó Karminmon para sí misma.
—Un poder como ese podría sernos útil, Karminmon —intervino Bokomon—. Neemon y yo iremos en busca de Nene Amano y los otros dos.
—Bien, nos separaremos —accedió Karminmon—. Yo llevaré a Tagiru, Gumdramon y a esa niña al escondite. Ustedes dos, vayan a buscar a Nene Amano y a los otros dos portadores de esa extraña habilidad.
— ¿Pondremos límite de tiempo esta vez? —Preguntó Bokomon—. La última vez que hicimos una expedición, perdimos a la mitad de los nuestros por permanecer más tiempo del necesario en nuestro escondite.
Karminmon asintió.
—El límite será hasta el amanecer de mañana. Si ustedes no vuelven, el resto de nosotros y yo nos iremos a otro sitio.
—En ese caso, nos veremos pronto —aseguró Bokomon y tiró del elástico de los pantalones de Neemon para hacerlo avanzar.
Tagiru sólo tomó con fuerza la mano de Nunally cuando se percató de lo angustiada que ella estaba ante la ausencia de Lelouch. Ella le devolvió el apretón de manos y ambos, en compañía de Gumdramon, siguieron a Karminmon al tan mencionado refugio. Antes de partir, Nunally dirigió una mirada al entorno intentando ver en la distancia a CC o a cualquier rostro conocido. Sólo entonces supo que no sabía cómo lucía físicamente la mujer del extravagante cabello verde. Definitivamente, recuperar la vista no parecía ser tan bueno cuando no tenía la más mínima idea de qué ojos o qué complexión física debía buscar.
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