Capítulo X: Regreso a la Zona Verde
Cuando Nene recuperó la consciencia, su sentido del tacto fue el primero en despertar, haciéndola sentir que estaba recostada sobre suave césped cubierto de rocío. Su cabeza dolía a horrores, punzaba como si se la hubiera golpeado al momento de caer, así como también sentía un tremendo ardor en el ojo derecho. El sentido del olfato fue el siguiente en reanimarse, mismo que percibió el dulce aroma del aire fresco. Inhaló profundamente un par de veces y con eso consiguió tranquilizarse un poco. Su oído parecía haberse agudizado, pues alcanzaba a escuchar el sonido del mecer del césped con el soplar del viento. Sólo entonces se dio cuenta de que había algo que no estaba bien. Soltando un quejido, abrió los ojos y la luz del sol la deslumbró por un instante. El ardor en su ojo derecho incrementó y tuvo que cubrirlo con una mano para poder acallarlo un poco.
Lo que pudo ver frente en su entorno la dejó sin habla.
—No… No puede ser…
Ni habiendo pasado mil años en su mundo habría sido capaz de olvidar cómo lucía aquél lugar tan vasto y hermoso. Le produjo una desagradable sensación de nostalgia que resultaba en extremo dolorosa, considerando que sólo ella y un enérgico muchacho castaño eran los únicos miembros el equipo que aún estaban con vida. O que, al menos, no estaban desaparecidos.
— ¿Cómo…?
La Zona Verde era tal y como ella la recordaba, aunque en esos momentos parecía un poco más bella en vista de que el malvado Emperador Bagramon había perecido ya mucho tiempo atrás. En la distancia alcanzó a ver a un Gizamon que retozaba alegremente en compañía de un Elecmon. Y ese ardor seguía torturándola, como si alguien estuviera aplicando ácido en su ojo.
—Nene.
Se giró al escuchar esa voz tan amada y familiar. Se alegró tanto que envolvió a Lelouch en un fuerte abrazo y besó su mejilla.
—Estás aquí, qué gusto —dijo, sintiéndose aliviada—. Creí que te habías quedado en Japón.
Él, sorprendido, devolvió el abrazo rodeando la cintura de ella con ambos brazos.
— ¿Dónde estamos? ¿Qué ha pasado? —preguntó susurrando contra el cabello castaño de la chica.
Ella se alejó intentando buscar las palabras adecuadas para explicarlo, pero en ese momento ambos se miraron incrédulos. Ella llevó una mano al pómulo izquierdo de Lelouch y lo acarició con delicadeza, mismo gesto que él imitó.
—El Geass —dijeron ambos a la vez, con voz ahogada y susurrante—. Está activado.
No era usual. El Geass solamente se activaba cuando hacía falta, al menos eso ocurría sólo en el caso de Lelouch. El Geass que Nene poseía estaba siempre activado, por eso debía ocultarlo con una lentilla del mismo color que su iris.
— ¿Te duele? —le preguntó Nene.
Lelouch negó con la cabeza, Nene prefirió guardar silencio para evitar angustiar al muchacho. No podía ser buena señal que el Geass provocara ardor estando activado, especialmente si un portador del mismo no tenía molestia alguna.
— ¿Dónde estamos? —repitió el chico.
—En la Zona Verde —respondió ella.
— ¿Zona Verde? ¿Qué significa?
Ella tomó un respiro antes de responder y se agachó para tomar su Xros Loader que estaba olvidado en el césped. Miró la pantalla encendida y lo extendió hacia el frente, diciendo con voz potente:
— ¡Reload!
Mervamon, Sparrowmon, Monimon y la comitiva de Monitormons salieron del Xros Loader y se mostraron casi tan sorprendidos como estaba la chica de los ojos púrpura. Al instante, la euforia se hizo presente.
—Estamos en el Mundo Digital —dijo Nene mirando a Lelouch un poco angustiada.
Él se limitó a parpadear incrédulo un par de veces, experimentando la misma desagradable sensación que a Nene le había atormentado durante sus primeros días de estancia en el sacro imperio de Britannia.
La sensación de no pertenecer a ese sitio.
Tagiru abrió los ojos cuando la luz del sol golpeó con tanta fuerza sus párpados que le fue imposible mantenerlos cerrados. Hizo sombra con un brazo y se incorporó lentamente sintiendo un intenso mareo.
El entorno le resultó extraño, desconocido. No tenía lógica haber despertado a pocos metros de un frondoso árbol bajo el cual reposaba una hermosa chica castaña, cuando había sido cegado por aquella luz cuando… ¿Hermosa chica castaña?
—Nunally…
Como pudo, se levantó y corrió a toda velocidad donde yacía la pobre chica lisiada, inconsciente e indefensa. Tagiru retiró un par de mechones de cabello del rostro de Nunally y acarició con delicadeza su rostro.
—Nunally, despierta.
Su voz parecía ser lo que ella necesitaba, pues soltó un quejido y, causándole a Tagiru la mayor impresión de la vida, abrió los ojos.
—Kira…
Tuvo una sensación de Deja Vú al estar en esa posición por segunda vez.
—Kira…
Lo único que le parecía extraño era que la voz que la llamaba no pertenecía a su emplumado y redondo amigo.
— ¡¡Kira!!
Una mano se impactó contra su rostro cuando Katsura le propinó la bofetada. Kira abrió los ojos y se incorporó lentamente, llevando una mano al golpe remarcado con color rojo que apareció en su mejilla.
— ¡Maldición, Katsura! —se quejó y añadió un chillido cuando una de las alas de Cheepmon pasó rozando la herida.
—Eres una líder inútil —devolvió Katsura.
—Basta, chicas —intervino Miyu—. Hay cosas más importantes de las qué preocuparnos.
— ¿Como qué cosas? —preguntó Kira y sólo en ese momento reparó en el lugar donde se encontraban—. ¿Dónde estamos?
—Esa luz nos transportó aquí —explicó Cheepmon.
—La luz… —musitó Kira—. Chicas, ¿vieron a la persona que apareció junto a ese Jokermon? Era…
—Clarisse —completó Katsura—. Clarisse Okada, la líder de los Dark Tamers.
—Pero, nosotros los acabamos —siguió Kira—. ¡Nos fusionamos con los Héroes Legendarios para poder vencerla a ella y a su Mastermon!
—Parece que no lo hicimos bien —dijo Katsura con pesimismo.
—Nos ha transportado al Mundo Digital —habló Keramon entonces.
— ¿El Mundo Digital? —Repitió Kira—. Pero… Este lugar no se parece en nada al sitio donde estuvimos antes. ¿Es esto a lo que se refería la señora Ophanimon cuando dijo que habría que reiniciar los Datos del Mundo Digital?
—Hay problemas más graves de los cuales preocuparnos, chicas —intervino Miyu de nuevo y tomó una gran bocanada de aire para anunciar—: Natsumi y Salamon no están.
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