El día de la premiación comenzó como cualquier otro.

     Nene estiró un brazo para apagar la alarma de su despertador y se removió debajo de las sábanas, acurrucándose un poco más cerca de Lelouch. El chico dormía como un bebé, rodeando la espalda de Nene con un brazo y con el otro detrás de la cabeza, su torso desnudo estaba descubierto y sólo podía verse la costura de sus pantalones cortos pues el resto de su cuerpo estaba cubierto con una sábana blanca.

     — ¿Estás despierto?  —preguntó Nene en voz baja, tenía la mejilla recargada sobre el abdomen del muchacho.

     La única respuesta que obtuvo fue la acompasada respiración de él.

     — ¿Lelouch?

     Se levantó lentamente para no despertarlo. Con sus dedos retiró los mechones de cabello que caían sobre el rostro del chico, besó su mejilla y esbozó una sonrisa de oreja a oreja. Le parecía encantador cuando dormía.

     Y cuando estaba despierto.

     Le parecía encantador a cada momento.

     — ¿Ya tienes que irte?  —preguntó adormilado el chico sin dignarse a abrir los ojos.

     —En una hora es la prueba de vestuario —respondió ella y se recostó de nuevo sobre el abdomen de Lelouch—. Y tú debes ir conmigo.

     —Creí que usaría un traje cualquiera —se quejó Lelouch soltando un bufido—. No pediste que me hicieran un traje como a ti, ¿cierto?  —inquirió con voz cansina.

     —Es una sorpresa —respondió ella divertida—. Te encantará, estoy segura.

     Dicho aquello, se levantó para besar la mejilla del muchacho y abandonó la cama para tomar una agradable ducha. Lelouch se tomó cinco minutos más antes de levantarse.

     Sería un día bastante largo.

     Katsura, Kira y Natsumi se lanzaron sobre Miyu en cuanto la vieron. Ni qué decir de sus Digimon, llamaron la atención de todas las personas que las rodeaban cuando saltaron diciendo:

     — ¡Es Miyu! ¡Es Miyu!

     Así que el cuarteto de amigas optó por ir a un sitio más privado.

     Los servicios de la universidad.

     — ¡No puedo creer que realmente estés aquí!  —Decía Natsumi sujetando con fuerza el brazo derecho de Miyu—. ¡Te he extrañado demasiado!

     —Estás tan cambiada, Miyu… —comentó Katsura sentándose en la orilla de los lavamanos—. Luces bastante bien —añadió mirándola de arriba hacia abajo.

     —Discúlpala, Katsura ha estado un poco obsesionada con eso desde que fuimos a la piscina techada y todos los chicos se quedaron mirándola —comentó Kira y envolvió a Miyu en un fuerte abrazo—. Me da mucho gusto verte.

     Keramon, Salamon y Cheepmon tardaron en alejarse de Miyu, centraron toda su atención en Pyocomon quien también estaba emocionado.

     —No esperaba encontrarlas aquí —dijo Miyu—. En cuanto Birdramon y yo llegamos a Japón, mi DigiLector comenzó a recibir las señales de los suyos, fue así como las encontré.

     — ¿Qué haces aquí?  —Preguntó Katsura—. ¿Dónde te habías metido?

     —Luego de que Ophanimon nos enviara de regreso a nuestro mundo, luché con los Elegidos de las otras generaciones, ¿recuerdan?  —Comenzó a explicar Miyu—. Pasó el tiempo, pero finalmente conseguí deshacerme de todos los Digimon que encontré perdidos en todo el mundo —escuchó a Pyocomon aclararse la garganta, sonrió y añadió—: Bueno, Pyocomon y yo nos encargamos del asunto.

     —Eso quiere decir que todos los demás deben estar aún por ahí, en alguna parte —puntualizó Natsumi—. ¡Podríamos volver a reunir al equipo!

     — ¿Reunir al equipo?  —Inquirió Katsura arqueando las cejas—. ¿Y para qué quieres reunirlo en primer lugar? Clarisse Okada y los Dark Tamers ya no existen, no tenemos por qué reunirnos con…

     —Eran nuestros amigos —le interrumpió Natsumi—. ¿No quieres saber qué ha pasado con todos ellos?

     —Han pasado ya bastantes años desde lo que sucedió en el Mundo Digital —insistió Katsura—. Me alegra que Miyu haya regresado, pero no moveré un solo dedo para encontrar a los otros.

     —Basta —intervino Kira—. Cierren la boca. Lo importante es que Miyu está de vuelta y que el Mundo Digital no ha tenido problemas desde que…

     Se interrumpió cuando aquellas imágenes aparecieron de golpe en su mente.

     Cuatro espadas, sangre, un Digivice partiéndose en pedazos.

     Sacudió la cabeza para ahuyentarlas y sintió las lágrimas correr por su mejilla.

     —A decir verdad… Hay algo que tengo que decirles —dijo Miyu, Kira le agradeció el cambio de tema con una sonrisa—. Karminmon me contactó a través de mi DigiLector.

     Los semblantes de sus tres amigas se ensombrecieron.

     — ¿Karminmon?  —Dijo Katsura—. Pero… Ophanimon dijo que nadie en el Mundo Digital podría recordarnos.

     Intercambiaron una mirada que comunicaba lo que las cuatro estaban pensando en ese mismo momento.

     Había problemas, de nuevo, en aquél otro mundo.

     Lelouch supo que aquella prueba de vestuario lo perseguiría por el resto de su vida, o al menos sería por dos o tres días luego del evento, cuando el encargado de su vestuario comenzó a picotear su retaguardia con alfileres a la hora de hacer las últimas correcciones de su traje. Cuando finalmente pudo sacarse aquellas prendas, se sintió en el cielo al volver a ponerse la ropa con la que había llegado a la prueba de vestuario.

     —Nene tenía razón, te verás increíble esta noche —comentó el afeminado encargado del vestuario.

     Entornando los ojos, Lelouch salió de aquella habitación.

     Cuando salió a la zona de espera, se encontró con que Nunally, su hermana menor, había llegado de visita. Detrás de ella, empujando la silla de ruedas, iba Tagiru Akashi.

     El único amigo de Nene Amano que Lelouch no detestaba a muerte.

     — ¿Qué haces aquí, Nunally?  —preguntó Lelouch colocándose en cuclillas frente a ella, su hermana buscó sus manos para darles un fuerte apretón.

     —Le pedí a Tagiru que me trajera, hermano, estaba muriendo de aburrimiento en casa —respondió ella.

     —Espero que no te moleste, Lelouch —dijo Tagiru.

     —Está bien —sonrió el muchacho y se levantó sin soltar las manos de su hermana—. ¿Qué les parece si vamos a cenar los cuatro juntos luego de la premiación de esta noche?

     Le había costado aceptar el repentino y exagerado interés que Tagiru tenía en su hermana menor. Luego de que Nene lo convenciera de que Tagiru no lastimaría a Nunally, Lelouch no tuvo más remedio que aprender a vivir con ello.

     — ¿Alguien habló de comida?

     Escucharon la voz de Nene a sus espaldas. La chica rodeó a Lelouch con sus brazos y él se giró para besar con delicadeza sus labios.

     Quedaban poco más de tres horas antes de la que sería la noche más intensa de sus vidas.