Capítulo LIII: Eliminado

¡Hey, hola!

*Grito de fangirl* No tienen idea de cuánto esperé para que la historia llegara a este punto. ¡Y al fin sucedió! Y tampoco tienen idea de cuánto me ilusiona escribir el capítulo LIV. En fin, pasemos a la importante. Les dejé una canción en Multimedia, pero tengo que decirles que no la necesitan toda completa. En realidad, solamente utilicé un fragmento de ella. La canción es Bésame Sin Miedo de RBD y el fragmento que deben reproducir (cuando lleguen a la parte donde Kiriha le dice a Nene que no debe temer) es en el minuto 2:18-2:34. También pueden escuchar toda la canción, pero la idea es simplemente ese fragmento. ¡Así que usen su imaginación y fangirleen conmigo! Creo que con eso les di demasiado spoiler, ¡pero no importa! No sabía cómo decirles sin spoilear... *Grito de fangirl*

Ya, pues. ¡Disfruten el capítulo!

     El portal que se abrió en la Zona Shinobi no causó el más mínimo revuelo. El único movimiento que pudo verse fue el de aquel Shurimon que escapó de los alrededores al darse cuenta de que los indeseables habían llegado al fin. Era mejor estar lejos de ellos, pues el soberano de la Zona Shinobi podría ser capaz de asesinarlo si se encontraba demasiado cerca.

Ni bien el equipo se encontró dentro de los territorios de la nueva Zona, comenzaron a moverse. Taiki fue el primero en salir. El general del Xros Heart se ocupó de inmediato de buscar un refugio donde Kira, que iba en los brazos de Yuu, pudiese recuperarse. La chica aún estaba inconsciente. Su piel estaba pálida, fría. El sangrado ya se había detenido, gracias a Cutemon, y ese era el único lado positivo. Cheepmon iba dentro del Xros Loader de Taiki, donde podía recuperar sus energías de una forma muy diferente. En momentos así, el pequeño Digimon emplumado agradecía ser un ser digital y no un ser humano.

En busca del refugio, Taiki se topó con la desagradable sorpresa de que todo a sus al rededores comenzaba a descomponerse en datos con el simple contacto. Para comprobarlo, el general del Xros Heart tomó una simple hoja de uno de los arbustos con un par de dedos. Frente a sus ojos, la hoja se desintegró sin más. Su expresión se endureció. Nada estaba mejorando en el Mundo Digital.

—No perderemos el tiempo —anunció—. Tenemos que buscar la Torre Oscura. Este mundo necesita que nos movamos más velozmente.

—Antes de eso, hay algo que todos ustedes tienen que saber —dijo Nene, levantando la voz para hacerse escuchar—. Es algo de vital importancia.

—Nuestros amigos están exhaustos —secundó Akari—. Taiki, no podemos ir ahora.

—Lo sé —respondió el chico—. Pero si no actuamos pronto, será demasiado tarde.

La nube de pesimismo se cernió sobre todos ellos.

Taiki tenía razón. Debían darse prisa.

De eso dependía el futuro de la Zona Shinobi.

Era difícil subsistir en el Campo del Infierno. Especialmente para quienes intentaban formar un ejército en miniatura y que carecían de provisiones. No había ninguna manera de alimentarse, al menos ninguna que no fuera mediante la ayuda de terceros. Ayuda como la de aquellos dos chicos que, aparentemente, viajaban desde la Zona Espada, Para ellos era fácil moverse a través del Mundo Digital, pues uno de los dos Xros Loaders que utilizaban tenía la capacidad de controlar el tan codiciado Código Corona.

Como ya era costumbre, fue Yoshino quien recibió a los visitantes en el refugio de los renegados. Uno de ellos, el chico que usaba una camiseta de color rojo, se encargó de transmitir las nuevas noticias.

—Hemos dejado de recibir información de la Zona Polvo —decía el chico—. Pero, al parecer, Arukenimon ha sido derrotada.

— ¿Cómo lo sabes? —preguntó Yoshino.

—Es lo que Cherubimon cree.

—Entiendo... ¿Es decir que ellos están avanzando?

—Deben haber llegado a la Zona Shinobi. Ahora que la Zona Dulce ha sido destruida, sólo espero que puedan llegar a la Zona Disco para encontrar a Seraphimon antes de que sea demasiado tarde.

— ¿Quién está cuidando a Seraphimon? No podemos dejar que él luche por su cuenta.

—Daisuke y Takato están con él.

—La Zona Disco ya ha sido atacada un sinfín de veces, ¿me equivoco?

—Estás en lo correcto. A pesar de que Seraphimon pudo vencer fácilmente a Blastmon, hay otros dos Digimon malignos que vigilan esa Zona. Son mucho más poderosos que Daisuke y Takato. Al parecer, ambos están totalmente dispuestos a robar también los Datos de los Digimon que habitan ese lugar. Se trata de Daemon y Barbamon.

— ¿Has podido entrar en contacto con Masaru? Él debía estar protegiendo a...

—La Zona Cielo ha sido destruida. Me temo, Yoshi, que la información de Masaru fue aniquilada también.

Ella agachó la mirada durante un breve instante.

Asintió en silencio y tomó una gran bocanada de aire.

—Entiendo... —dijo ella—. Eso quiere decir que el Pandemonio de Bagra está mucho más cerca de lo que pensamos...

—Es inevitable. Si logramos proteger la Zona Espada de esos sujetos, podremos retrasar ese evento tan catastrófico. Pero no podremos hacer mucho. La luz de Cherubimon terminará por extinguirse en cualquier momento. Ha quedado muy debilitado luego de nuestra última batalla.

—Nosotros no hemos podido entrar en acción. Recién hemos entrado en contacto con ese hombre que puede proveernos de todas las armas necesarias para luchar. Pero... Son poderes desconocidos para nosotros.

—Tenemos que unir nuestras fuerzas con ellos. Nosotros poseemos la fuerza y ellos tienen el armamento necesario. Si todos juntos formamos un equipo fuerte, estoy seguro de que ambos mundos podrán salvarse.

—Pues esa mujer que teníamos que rescatar se ha negado a hablar con nosotros. No ha dicho nada desde que llegamos al refugio. ¿Cómo se supone que unamos nuestras fuerzas para pelear con alguien que pretende que nosotros no estamos aquí? Lo único que sabemos es su nombre: CC.

—Clarisse Okada quería utilizarla para algo... Mientras no sepamos cuál es su objetivo principal, no podemos descuidar a CC. Este es el único sitio donde ella estará segura.

Segura es la palabra clave. Ninguno de nosotros está totalmente fuera de peligro estando aquí, en el Campo del Infierno.

—Es el único escondite que no será destruido. No todavía, al menos. Clarisse necesita este lugar. No absorberá sus Datos hasta que no haya llegado el último momento. Tenemos que estar listos para que eso suceda.

—Lo sé... Quisiera que vengas conmigo para mostrarte el armamento que tenemos hasta ahora. ¿Puedes darme un par de minutos?

—Por supuesto.

El chico de la camiseta de color rojo siguió a Yoshino hacia el interior del refugio, ignorando olímpicamente a su compañero de la camiseta de color azul que iba intentando cargar con una caja de provisiones que doblaba su estatura.

Pasar entre los renegados fue sencillo, pues el ejército seguía siendo diminuto. No vio ningún rostro conocido, cosa que le decepcionó un poco. Se habría sentido un poco más en confianza de haber estado en compañía de alguno de sus viejos amigos.

No tardaron en llegar al boquete que conducía al almacén.

Un poco de polvo cayó sobre Taiki cuando se encontraron dentro. Parecía ser un sitio demasiado inestable. Ese mínimo detalle dejó de importar cuando la mirada de Taiki se fijó en aquel gigantesco objeto que estaba cubierto por una manta de sucio color marrón. Taiki se sintió diminuto al estar ante semejante objeto colosal.

—No hemos podido ocultar esto en ningún otro sitio que no pueda ser descubierto —dijo Yoshino—. Sé que éste no es el escondite más seguro, pero...

— ¡Yoshi! ¿Quién ha venido contigo?

Dos personas surgieron de detrás de la máquina. Se trataba de una chica rubia y un muchacho castaño. El chico iba limpiando sus manos, pues éstas se encontraban cubiertas de tierra. Ella, por otra parte, estaba totalmente impecable.

—Taiki, quiero presentarte a Milly Ashford y Suzaku Kururugi —dijo Yoshino y señaló a los aludidos con una mirada fugaz—. Ellos son quienes nos han ayudado a rescatar a CC.

—Yo soy Taiki Kudou —se presentó a sí mismo el chico de la camiseta de color rojo.

—Quería mostrarle a Taiki la máquina que han traído con ustedes —explicó Yoshino una vez que Milly terminó de darle su cálido recibimiento al chico de las gafas de aviador—. ¿Podrían ayudarme a descubrirlo?

—Déjamelo a mí —dijo Suzaku.

El chico castaño tomó una de las esquinas de la manta para tirar de ella con fuerza, dejando al descubierto aquella mole de metal de color rojo. Reluciente. Imponente. Taiki se quedó boquiabierto.

—El Guren MK-II —presentó Milly—. Nos tomó mucho tiempo reconstruirlo, pero ha quedado casi idéntico a lo que fue en un principio. Una amiga nuestra le ha añadido algunas nuevas funciones que creemos que podrán sernos útiles en estas circunstancias.

—Tiene un cañón de Hadrones —explicó Suzaku—. Además, hemos reforzado los Slash Harkens. El lanzagranadas ahora tiene el doble de potencia y puede disparar ondas nucleares. Son sumamente destructivas, así que habría de utilizarlas con cuidado. Y además...

La atención de Taiki dejó de fijarse en la máquina, que había intentado observar desde todos los ángulos posibles. Sus ojos se habían posado sobre aquel aparato de color amarillo que yacía a medio enterrar en la tierra, en el punto exacto donde Suzaku parecía haber metido las manos para tenerlas tan sucias. Se acercó al artefacto y terminó de desenterrarlo, llamando así la atención de Yoshino, Milly y Suzaku.

— ¿Qué es eso? —preguntó Yoshino.

La respuesta era innecesaria, pero igualmente Taiki anunció:

—Un portátil.

Acarició la cubierta para retirar la capa de suciedad que aún cubría el aparato. Sus dedos tocaron entonces aquellas marcas que él pudo leer una vez que las miró fijamente. Letras japonesas que rezaban una única palabra:

KIRA

Un único rostro atendió al llamado de la mente de Taiki.

Era aquella chica de largo cabello negro y los ojos marrones que había heredado del legendario e insolente portador del Emblema del Valor.

La búsqueda de un refugio condujo al equipo al sitio que Nene reconoció a la perfección como el lugar donde su Xros Loader había cambiado de color. El mismo lugar donde la princesa de los Monitormon había estado secuestrada. La construcción de estilo oriental mostraba algunos desperfectos, aunque no los suficientes como para derribar la estructura. Parecía haber acontecido una terrible batalla allí dentro. Una batalla que, evidentemente, los Monitormon no pudieron haber ganado por más esfuerzos que hubieran hecho.

Nene fue la primera en entrar a través del umbral de la puerta principal que había sido derribada.

El frío que se sentía en el recibidor del lugar le causó escalofríos.

— ¡Hola! —exclamó la chica.

El silencio fue su única respuesta.

—Este lugar está vacío —dijo Taiki receloso—. Los Monitormon ya deben haber sido aniquilados.

Nene mordió su labio inferior, intentando deshacerse de las aterradoras imágenes que habían aparecido en su mente. No quería imaginar a aquellos pequeños Digimon siendo masacrados.

—Este lugar está bajo el control de Dynasmon-dame —les recordó Damemon—. Si vamos a ocultarnos aquí, hagámoslo ya, deberíamos hacerlo ya-dame. Dynasmon podría estar observándonos justo ahora-dame.

—Necesitaremos vigilancia —dijo Shoutmon, Taiki asintió para dar su aprobación a lo que su compañero decía—. Este lugar es demasiado grande. Es perfecto para que nos ataque una emboscada cuando estemos dentro.

—Haremos turnos para montar guardia —propuso Kiriha—. Descansaremos aquí esta noche y mañana iremos a buscar la Torre Oscura.

—Nene —habló Zero mirando a la chica—, los Monitormon podrían ayudarnos como un sistema de vigilancia. Podríamos enviar a cada uno de ellos a distintas zonas de este lugar, tal y como hiciste durante la última batalla en Britannia cuando colocaste a cada uno de ellos dentro de nuestros Knightmare. ¿Recuerdas?

Para acentuar sus palabras, el chico finalmente hizo entrega del Xros Loader de color lavanda. Nene le agradeció con una sonrisa que el muchacho devolvió. Ella asintió, demostrando así que el plan le parecía perfecto.

De inmediato, un haz de luz salió del Xros Loader de Nene.

Mervamon había hecho acto de presencia.

—Ya era hora —dijo la mujer con tono hiriente, estirando los brazos por encima de la cabeza—. Por un momento creí que tendría que estar eternamente en el bolsillo de ese cretino.

Lelouch puso los ojos en blanco.

Las risas se hicieron presentes, reavivando así la alegría y el optimismo.

El grupo decidió permanecer en una de las habitaciones, la cual cerraron a cal y canto para evitar ser descubiertos. Los Monitormon ya se encontraban en sus puestos de vigilancia. Sólo uno de ellos había permanecido con Nene y los demás, pues era quien transmitía todas las imágenes que veían sus demás compañeros.

Katsura y Kiriha utilizaron sus respectivas chaquetas para crear una almohada que colocaron bajo la cabeza de Kira. La chica de las gafas de aviador aún yacía inconsciente. El color no volvía a su piel y su respiración aún era débil. No había ninguna mejoría en su salud, a excepción de que la herida en su estómago ya había cerrado. Su fiel amigo, Cheepmon, se había posado a su lado para intentar darle un poco de calor con su emplumado cuerpo y así devolverle la consciencia.

—No me moveré de aquí hasta que Kira haya despertado —anunció decidido.

Nadie intentó rebatirlo.

El resto del grupo se reunió al otro lado de la habitación cuando Katsura y Nene anunciaron que era el momento de mostrarles lo que ambas habían encontrado en la Torre Oscura de la Zona Polvo. Katsura sólo necesitó presionar un botón de su DigiLector para que éste proyectara la información recabada. Eran imágenes holográficas que Katsura dirigió hacia uno de los muros de la habitación para poder observarla de mejor manera.

Lo primero que apareció frente a sus ojos fue el inquietante medidor que anunciaba:

PANDEMONIO DE BAGRA

79,5% COMPLETADO

La nube de pesimismo llegó para oscurecerlo todo.

—Esto no está funcionando —dijo Yuu con impotencia—. Nada de lo que hacemos ha podido reparar el daño que ya se ha hecho en este mundo. Es como si no hubiera cambiado nada. Las cosas no mejoran, no importa cuántas Torres Oscuras hayamos destruido ya.

—Este medidor ha avanzado desde que nosotras lo vimos en el centro de comando de la Torre Oscura —dijo Nene—. Eso significa que las otras Zonas aún están siendo sometidas.

—Todo lo que nosotros hacemos sólo ha traído desgracias —dijo Katsura—. Biyomon fue la primera en caer.

—También perdimos a Karminmon y a Ophanimon —secundó Keramon.

Nadie quiso pedir más información acerca de lo ocurrido. La tristeza, sin embargo, se reflejó en cada una de las miradas de todos ellos.

—Masaru y Taichi también deben haber perecido —continuó Katsura.

—Ese Pegasusmon de la Zona Cielo —dijo Akari.

—Harpymon y Puttimon —dijo Gumdramon.

—Bokomon y Neemon —dijo Zoe con un hilo de voz, un nudo en la garganta y el corazón destrozado—. Takuya también podría estar muerto.

Yuu le dio una palmada en la espalda a la chica rubia cuando ella enjugó una lágrima solitaria.

—Karminmon también falleció —dijo Palmon.

—Blossomon y Sagomon —dijo Tagiru.

—Y esa criatura que estaba en la Torre Oscura —dijo Nunally.

—Gotsumon —informó Keramon.

—Nada nos asegura que Miyu y Natsumi estén aún con vida —continuó Katsura—. Eso también incluye a Salamon, el compañero de Natsumi.

—Si hablamos acerca de los desaparecidos, CC podría estar en la lista de los caídos —dijo Nene.

La expresión de Lelouch se endureció Su cómplice no podía estar muerta. Era imposible creerlo. No quería aceptarlo como una remota posibilidad siquiera.

—Y Kira podría unirse a la lista si es que no mejora —finalizó Katsura.

Cheepmon la fulminó fugazmente con la mirada.

—Esta aventura está destruyéndonos —dijo Akari con un dejo de tristeza—. Nuestros amigos caídos son más que los enemigos que ya hemos derrotado.

—Está pasando de nuevo...

Todos miraron a Mimi en cuanto la escucharon pronunciar aquellas palabras. La chica se levantó del suelo y avanzó hacia uno de los muros adyacentes al que servía como base para proyectar la imagen holográfica. Sacó de debajo de sus ropas un largo collar de oro que llevaba al cuello y utilizó el dije, que tenía la forma del nombre Tai escrito con letras japonesas, para abrir un pequeño corte sangrante en su dedo índice. Con su propia sangre comenzó a dibujar pequeñas cruces sobre la pared.

Dieciocho cruces.

Dieciocho muertos en total.

Al finalizar con su trabajo, Mimi se alejó un par de pasos de la pared y soltó un triste suspiro.

— ¿Qué es eso, Mimi? —preguntó Palmon.

—Cada una de esas cruces representa a nuestros amigos que ya no están más con nosotros —explicó la chica—. Son demasiados... —Hizo una pausa para tomar un respiro. Presionó los puños con fuerza y añadió, cargando sus palabras con el enojo que iba acumulándose en su interior—: No quiero que se unan más cruces. ¡No quiero permitir que más de nuestros amigos sean asesinados!

Taiki asintió. Él compartía ese mismo pensamiento.

Todos lo compartían.

—Pues eso será lo que suceda si no hacemos algo pronto —dijo Katsura y presionó un botón de su DigiLector para mostrar la siguiente pantalla—. Éste es un radar que muestra al resto de las...

Todos se quedaron helados al darse cuenta de que el radar había cambiado drásticamente. Quedaban sólo tres círculos alrededor del escudo que perturbaba a Nene. El resto había desaparecido.

— ¿Qué significa esto? —dijo Shoutmon entre dientes.

— ¿Por qué está ahí el escudo del Ejército Twilight? —Preguntó Yuu—. ¿Qué diablos son esos círculos?

—La Zona Shinobi y dos Zonas más-dame —razonó Damemon—. Eso creo-dame.

— ¿Eso significa que las otras Zonas ya no existen más-kyu? —preguntó Cutemon abrumado—. ¿Qué ha pasado con ellas-kyu?

—Nuestro mundo está quedando reducido a nada —respondió Mervamon—. Esa maldita... El Mundo Digital desaparece y todo es culpa de ella.

—Esas tres Zonas deben contener la cantidad de Datos necesaria para que el Pandemonio de Bagra ocurra —razonó Taiki—. Todo esto me da mala espina.

Obedeciendo a un impulso, Katsura presionó de nuevo el botón de su DigiLector para mostrar la última sección que, nuevamente, a todos los dejó sin aliento.

— ¿Qué diablos es esto? —dijo Kiriha con el entrecejo fruncido.

Los expedientes también se habían transformado, revelando información por demás inquietante. Constaban sólo de una fotografía y un puñado de líneas por cada uno.

—Kira... —musitó Katsura al ver la fotografía que encabezaba la lista.

El expediente ponía:

KIRA YAGAMI

19 AÑOS

OCTAVA GENERACIÓN

OCTAVA HEROÍNA LEGENDARIA

COMPAÑERO: CHEEPMON

VISTA POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

—Ahí estoy yo —señaló Nene un tanto perturbada.

NENE AMANO

19 AÑOS

SEXTA GENERACIÓN

COMPAÑERO: SPARROWMON

VISTA POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

—También yo —dijo Katsura.

KATSURA SHINYUGA

19 AÑOS

OCTAVA GENERACIÓN

COMPAÑERO: KERAMON

VISTA POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

—Y yo —dijo Mimi.

MIMI TACHIKAWA

17 AÑOS

PRIMERA GENERACIÓN

COMPAÑERO: PALMON

VISTA POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

—Ese soy yo —dijo Yuu.

YUU AMANO

16 AÑOS

SÉPTIMA GENERACIÓN

COMPAÑERO: DAMEMON

VISTO POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

—Y yo —dijo Kiriha.

KIRIHA AONUMA

20 AÑOS

SEXTA GENERACIÓN

COMPAÑERO: MAILBIRDRAMON

VISTO POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

Esos somos nosotros —dijo Taiki, aferrando con fuerza la mano de Akari.

AKARI HINOMOTO

17 AÑOS

SÉPTIMA GENERACIÓN

COMPAÑERO: DORULUMON

VISTA POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

TAIKI KUDOU

18 AÑOS

SEXTA GENERACIÓN

SEXTO HÉROE LEGENDARIO

COMPAÑERO: SHOUTMON

VISTO POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

Y ahí estoy yo —dijo Tagiru.

TAGIRU AKASHI

16 AÑOS

SÉPTIMA GENERACIÓN

SÉPTIMO HÉROE LEGENDARIO

COMPAÑERO: GUMDRAMON

VISTO POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

—Esa soy yo —dijo Zoe.

ZOE ORIMOTO

21 AÑOS

CUARTA GENERACIÓN

DIGISPIRIT HUMANO (KAZEMON) Y BESTIA (ZEPHYRMON) DEL VIENTO

VISTA POR ÚLTIMA VEZ ES LA ZONA SHINOBI

—También están Lelouch y Nunally —dijo Nene.

LELOUCH VI BRITANNIA

18 AÑOS

S/C

VISTO POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

NUNALLY LI BRITANNIA

15 AÑOS

S/C

VISTA POR ÚLTIMA VEZ EN LA ZONA SHINOBI

— ¿Vi Britannia? —Inquirió Kiriha mirando al chico moreno—. Creí que tu apellido era Lamperouge.

La mirada gélida de Zero y su silencio sepulcral e impenetrable fueron una señal para que Nene interviniera.

—Lelouch renunció a ese título hace ya un tiempo —explicó la chica—. Ahora lleva el apellido de su madre. Lamperouge.

Kiriha asintió con recelo.

Nunally, aterrada, buscó la mano de su hermano para darle un fuerte apretón.

Aún inquieto, Taiki tomó el DigiLector de Katsura y presionó un botón para hacer que los expedientes siguieran avanzando. La información que sus propios ojos presenciaron resultó aún más abrumadora. Un vuelco en su corazón le robó el aliento.

—Estos son los datos de todos los anteriores DigiDestinados —dijo el general del Xros Heart.

Era cierto.

Todos los nombres siguientes habían sido ordenados por orden cronológico. Esa fue la razón por la que Mimi retrocedió, sintiendo que un atisbo de la Mimi de diez años se reflejaba en sus ojos que comenzaban a enrojecerse.

TAI YAGAMI

18 AÑOS

PRIMERA GENERACIÓN

PRIMER HÉROE LEGENDARIO

COMPAÑERO: AGUMON

UBICACIÓN DESCONOCIDA

MATT ISHIDA

18 AÑOS

PRIMERA GENERACIÓN

COMPAÑERO: GABUMON

ELIMINADO

SORA TAKENOUCHI

18 AÑOS

PRIMERA GENERACIÓN

COMPAÑERO: BIYOMON

UBICACIÓN DESCONOCIDA

JOE KIDO

19 AÑOS

PRIMERA GENERACIÓN

COMPAÑERO: GOMAMON

ELIMINADO

IZZY IZUMI

17 AÑOS

PRIMERA GENERACIÓN

COMPAÑERO: TENTOMON

ELIMINADO

TK TAKAISHI

15 AÑOS

PRIMERA GENERACIÓN

COMPAÑERO: PATAMON

ELIMINADO

HIKARI YAGAMI

15 AÑOS

PRIMERA GENERACIÓN

COMPAÑERO: GATOMON

UBICACIÓN DESCONOCIDA

Mimi, aterrada, tomó el DigiLector de las manos de Taiki para mirar la información de la Segunda Generación. Soltó un grito ahogado y rompió en llanto cuando se dio cuenta de que todos, absolutamente todos, habían sido eliminados.

Kiriha fue quien se encargó de colocar en la pantalla los expedientes de los miembros de la Tercera Generación.

No hubo ningún tipo de información agradable.

RIKA NONAKA

16 AÑOS

TERCERA GENERACIÓN

COMPAÑERO: RENAMON

UBICACIÓN DESCONOCIDA

RYO AKIYAMA

18 AÑOS

TERCERA GENERACIÓN

COMPAÑERO: CYBERDRAMON

UBICACIÓN DESCONOCIDA

El resto había sido eliminado.

Zoe se armó de valor para acceder a la información de la Cuarta Generación. Dejó caer el DigiLector al suelo y sus lágrimas abundantes corrieron por sus mejillas cuando la información volvió realidad sus peores pesadillas.

Todos sus compañeros habían sido eliminados.

En su mente sólo pudo imaginar los rostros de JP y Tommy, siendo abatidos por algún Digimon maligno y especialmente cruel.

Taiki retomó el control de la situación, entrando fugazmente a los datos de la Quinta Generación en la que había una única sobreviviente.

YOSHINO FUJIEDA

24 AÑOS

QUINTA GENERACIÓN

COMPAÑERO: LALAMON

UBICACIÓN DESCONOCIDA

Acto seguido, Taiki entró a los expedientes que más le interesaban.

La Sexta y Séptima generación.

Akari rompió en un llanto silencioso cuando leyó el nombre que encabezaba la lista.

Taiki soltó un juramento en voz baja.

ZENJIROU TSURUGI

18 AÑOS

SÉPTIMA GENERACIÓN

COMPAÑERO: BALLISTAMON

ELIMINADO

— ¡Hey, esos son Ryouma y compañía! —señaló Tagiru.

RYOUMA MOGAMI

17 AÑOS

SÉPTIMA GENERACIÓN

COMPAÑERO: PSYCHEMON

UBICACIÓN DESCONOCIDA

REN TOBARI

17 AÑOS

SÉPTIMA GENERACIÓN

COMPAÑERO: DRACMON

UBICACIÓN DESCONOCIDA

AIRU SUZAKI

16 AÑOS

SÉPTIMA GENERACIÓN

COMPAÑERO: OPOSSUMON

UBICACIÓN DESCONOCIDA

Yuu pudo respirar tranquilo cuando la palabra eliminada no apareció debajo de la fotografía de Airu. Tagiru, por su parte, sólo encontró un breve momento de alivio cuando se dio cuenta de que Hideaki, Mizuki y el resto de los Digimon Hunters no formaban parte de aquella lista. La paz duró sólo un breve instante, pues de pronto se fijó en aquella otra fotografía ubicada al final de la lista.

Su corazón se detuvo por un segundo y sintió que su corazón se derrumbaba a sus pies.

MAMI TAKAHASHI

16 AÑOS

SÉPTIMA GENERACIÓN

COMPAÑERO: DESCONOCIDO

UBICACIÓN DESCONOCIDA

— ¿Qué está haciendo Mami en esa lista? —Dijo el chico con un hilo de voz—. Ella no es una Digimon Hunter.

Pero no obtuvo ningún tipo de respuesta que pudiese calmar su incertidumbre.

La respiración de Katsura se aceleró cuando llegó a la información de la Octava Generación. Todos sus compañeros habían sido eliminados. Y dos nombres eran los únicos que habían logrado llamar por completo su atención, haciéndole perder toda la esperanza.

MIYU LUNG

19 AÑOS

OCTAVA GENERACIÓN

COMPAÑERO: BIYOMON

ELIMINADA

NATSUMI TAKASHI

19 AÑOS

OCTAVA GENERACIÓN

COMPAÑERO: SALAMON

ELIMINADA

La desolación se apoderó del grupo entero.

Mimi dirigió una mirada hacia el muro de las cruces. Tal parecía ser que necesitaría dibujar muchas, muchas, más.

Dynasmon se encontraba detrás de su esclava, una D'Arcmon que tenía un grillete al cuello el cual estaba conectado a una cadena que Dynasmon tiraba cada vez que lo consideraba necesario. Ella debía cumplir con sus tareas, muy a pesar de que sus principios le dijeran que debía negarse aún a costa de su propia vida. La ira se reflejaba en sus ojos, haciendo resaltar la cicatriz que tenía en el párpado derecho. De la herida, que recién había comenzado con su proceso de cicatrización, emanaban Datos solitarios esporádicamente.

Sintió el tirón que Dynasmon dio a la cadena, mismo que la hizo arquearse con violencia hacia atrás. Como respuesta, ella presionó un botón para hacer un acercamiento a una de las cámaras de seguridad.

Había anochecido en la Zona Shinobi y todas las cámaras se habían situado sobre aquella construcción de estilo oriental. El acercamiento mostró a un pequeño Monitormon que paseaba distraídamente en uno de los jardines, habiéndose aburrido ya de hacer su guardia.

Dynasmon dio un segundo tirón a la cadena y D'Arcmon, soltando una maldición entre dientes, presionó un botón para enfocar hacia la entrada principal de la construcción.

Zephyrmon, en compañía de Tagiru y Gumdramon, hacía la guardia nocturna.

Dynasmon rió con malicia.

—Nos volvemos a encontrar, Zephyrmon del Viento... —dijo Dynasmon para sí mismo.

—Será mejor que no estés haciéndote ilusiones, Dynasmon —dijo una siniestra voz como respuesta—. Soy yo quien debe enfrentarlos primero. Cuando obtenga lo que busco, podrás hacer lo que se te venga en gana con ella.

DarkKnightmon, imponente y aterrador, miraba todo desde uno de los rincones.

—Me parece razonable —dijo Dynasmon con indiferencia—. ¿Mañana por la mañana, entonces?

— ¿Qué dices tú? —preguntó DarkKnightmon a la esbelta silueta femenina que estaba de pie a un lado de él.

Ella levantó el rostro, haciendo que sus opacos ojos de color púrpura resplandecieran con la luz que emanaba de las pantallas del centro de vigilancia. Aferró con fuerza el Darkness Loader que llevaba en la mano izquierda. Habló entonces, con una voz ténue y apagada que causaba escalofríos.

—Estoy lista, amo DarkKnightmon. Pelearé cuando usted y el señor Dynasmon estén listos.

DarkKnightmon rió por lo bajo.

Un leve resplandor de la luz de la luna entró por la ventana, haciendo que la silueta de la chica se reflejara en la sombra que proyectaba en la pared. La forma de su cuerpo y su peinado alto y extravagante eran similares, idénticos, a los de la chica que portaba un Geass y que en esos momentos apareció en una de las pantallas cuando fue el turno de intercambiar los lugares para montar la guardia.

—Cambio de turno.

Tagiru estiró los brazos por encima de la cabeza cuando la voz de Nene se escuchó a sus espaldas. Zephyrmon dejó ir su Digievolución e hizo otro tanto, despidiendo a los recién llegados con una palmada en los hombros. Nene y Kiriha, con Lelouch haciéndoles compañía, habían llegado para ocupar sus puestos.

— ¿Hay noticias? —preguntó Kiriha.

—Todo está demasiado tranquilo —respondió Zoe—. ¿Kira ha mejorado?

—Ahora está padeciendo un poco de fiebre —explicó Nene—. Cheepmon, Keramon y Katsura están demasiado preocupados por ella. Supongo que una leve enfermedad es mucho mejor que haber muerto.

—Sólo necesita descansar —intervino Zero—. Al igual que ustedes. Vuelvan adentro.

—Te tomaré la palabra —dijo Tagiru, quien en sus ojos reflejaba la angustia que aún sentía por su vieja amiga Mami—. Estoy muriendo de sueño.

Tagiru y Zoe se despidieron, Gumdramon avanzaba arrastrando los pies pues Morfeo ya lo tenía casi totalmente en su poder.

Kiriha, tras reavivar el fuego de la fogata colocando en ella un par de ramas, ocupó su asiento en el suelo. Nene se tomó su tiempo para mirar a Lelouch y tomarlo por ambas manos, entrelazando sus dedos con los de él.

—Debes estar cansado —dijo Nene—. No hemos parado ni un solo segundo desde que estuvimos en la Zona Cielo. Quizá debas ir a descansar un poco y yo te alcanzaré dentro de una hora.

El chico negó con la cabeza.

—Es arriesgado que hagas la guardia —dijo el chico—. Me quedaré contigo.

—Debes dormir —insistió ella—. Mañana iremos a buscar la Torre Oscura y necesitaremos que Taiki y tú estén en óptimas condiciones. Además, Nunally te necesita. Creo que todo lo que vimos hoy la ha dejado con suficiente perturbación para toda la vida.

—Me estás haciendo sentir como si yo no pudiera acompañarte haciendo la guardia —reclamó Zero.

Al darse cuenta de su error, Nene no tuvo más opción que intentar remediar lo anteriormente dicho.

—Sabes que no me refiero a eso —dijo ella—. Sólo intento decirte que Nunally tal vez prefiera estar contigo en estos momentos. El trato fue que Kiriha y yo haríamos la guardia, pero tú no puedes estar aquí afuera. Podría ser peligroso y tú no tienes a ningún Digimon compañero que...

—Déjalo ya. Tienes razón. Nunally me necesita.

Nene llamó el nombre del muchacho un par de veces cuando él se alejó para volver hacia donde su hermana se había quedado con el resto del grupo. Nene echó la cabeza hacia atrás y soltó un pesado suspiro.

El daño ya estaba hecho.

—Seré estúpida —se quejó ella cuando ocupó su lugar junto a Kiriha.

El chico apenas la miró, pues había encontrado más entretenido el hecho de avivar el fuego.

Mervamon ocupó también su sitio, recargando la espalda en un muro mientras Sparrowmon y MailBirdramon se ocupaban de hacer la guardia desde los cielos.

Kiriha, quizá un poco conmovido por la forma en la que Nene miraba hacia atrás cada poco, buscando a Lelouch o alguna excusa para abandonar su puesto, dijo con indiferencia:

—No tienes que estar aquí. Ve con él. Yo puedo hacer la guardia por mi propia cuenta.

Nene lo miró confundida.

Al instante, negó con la cabeza.

—Después de todo lo que ha pasado, no te dejaré aquí solo —dijo ella resuelta—. Ya hemos perdido a muchos de nuestros amigos como para además ponerte en riesgo por algo que podrá solucionarse después.

—No necesito que tú me protejas —dijo Kiriha.

Nene sonrió con un dejo de nostalgia.

Era como si el tiempo no hubiera podido cambiar la personalidad del chico rubio.

—No busco protegerte —dijo ella—. Es sólo que... No quiero ver que nadie más muera.

—Sabes que eso es imposible.

—No entiendes a lo que me refiero... —El semblante de ella se ensombreció antes de continuar—. Hace un tiempo estuve en un lugar llamado Britannia. Fue ahí donde conocí a Lelouch. Yo... Llegué a Britannia cuando Lelouch... Cuando Zero —se corrigió de golpe, sus puños se habían cerrado con fuerza sobre sus rodillas— estaba liderando a un grupo de personas para liberar a Japón del Sacro Imperio de Britannia. La Orden de los Caballeros Negros —nombró con un dejo de nostalgia—. Y... Asesiné y vi morir a demasiadas personas... Personas que eran importantes para mí... Para él...

Decidió detenerse ahí cuando el eco del disparo de Cornelia se escuchó dentro de su cabeza. Los gritos enloquecidos de Taiki. El llanto de Akari. Su propia voz que exclamaba a voz el cuello el nombre del chico moreno que había muerto frente a sus propios ojos.

Dejó ir sus emociones con un suspiro. Involuntariamente, miró hacia atrás de nuevo.

De pronto sintió la necesidad de estar cerca de Lelouch.

—Así que es eso —dijo Kiriha, la chica lo miró con las cejas enarcadas—. Sabía que había algo extraño en ti.

— ¿Algo extraño?

—Sí. Culpa.

— ¿Culpa?

— ¿Vas a decirme que no sientes eso luego de todo lo que has dicho que hiciste en ese lugar?

Nene no tuvo que detenerse a pensarlo. La firmeza de su voz fue lo que le dio a Kiriha la clave para saber que ella estaba diciendo la irrefutable verdad.

—Sólo me siento culpable por una de esas muertes —dijo ella, el recuerdo del rostro de Akari sufriendo por la bala asesina apareció de repente en su memoria—. Y del resto jamás podré sentirme arrepentida. Todo lo que hice fue por amor.

— ¿Lo amas?

—Sí. —Suspiró de nuevo. Detenerse ya era imposible—. ¿Sabes una cosa, Kiriha? Sé que para él es difícil estar en este mundo. Sé que tiene la sensación de que no puede hacer nada para ayudarme. Sé que él tiene la errónea idea de que yo quiero mantenerlo lejos del peligro y de que lo considero como una carga... Y sé que lo único que él siente que puede hacer bien en este mundo es protegerme, cosa que no puede hacer sin arriesgarse él mismo y es eso lo que más me inquieta que haga... No tengo idea de cómo puedo decirle lo mucho que me inquieta que alguien le haga daño de nuevo, sin que eso implique hacerlo pensar que lo considero como un simple bulto inútil que sólo necesita protección. Yo tengo que pelear para defender a este mundo, junto con ustedes. Pero él... Él ha sido llamado aquí por una razón y tengo mucho miedo de descubrir cuál es. Después de todo lo que hemos pasado, el saber que él también corre el mismo peligro que nosotros me hace sentir devastada. Y es mucho peor saber que, a excepción del Geass, él no tiene ningún arma con la que pueda defenderse. Todo esto me sobrepasa... Y temo que él no pueda comprender del todo la forma en la que yo me siento en estos momentos. Estar en el Mundo Digital me ha hecho revivir toda esa culpa. Siento como si no fuera digna de estar aquí después de todo lo que he hecho... Y en verdad temo que él no pueda entenderlo.

—Vaya que el amor te ha cambiado, Nene —dijo Kiriha esbozando media sonrisa indiferente—. Eres totalmente diferente a la Nene que yo conocí.

—Estar en Britannia me cambió por completo. Eso hasta yo lo sé.

—Y, aún así —continuó él—, dentro de ti sigue estando la general del ejército Twilight que estaba intentando rescatar a su hermano.

—Eso también lo sé. Y eventualmente tendré que enfrentar devuelta a DarkKnightmon.

— ¿Tienes miedo?

—Me aterra darme cuenta de que en realidad toda esa oscuridad sigue dentro de mí.

—No tienes que temer. Yo estoy aquí.

— ¿Qué?

Ni bien la chica se giró para mirar a Kiriha, sintió los labios del muchacho cerrándose sobre los suyos. Ella se apartó de él al cabo de un par de segundos, con la respiración agitada y el pulso acelerado. Mervamon, detrás de ella, miraba la escena con incredulidad.

Kiriha no miró de nuevo a Nene. Tan dirigió su mirada de nuevo hacia la fogata, ignorando olímpicamente el hecho de que ella parecía haber perdido el control.

Ella, sonrojada y totalmente confundida, se puso de pie y se alejó a paso veloz de la hoguera. Fue en dirección hacia el follaje que rodeaba la construcción de estilo oriental, aunque tuvo que detenerse al cabo de un minuto. La razón fue aquella mirada que sintió sobre sus espaldas. Se giró velozmente, sin poder ver a quien estuviese observándola. Siguió entonces su camino, sintiendo que la culpa se apoderaba de su interior haciéndola sentir una gran desesperación.

Kiriha tampoco se dio cuenta de que detrás de él, en la otra puerta del recibidor que daba acceso al resto de las habitaciones, se encontraba un chico moreno que se distinguía en la oscuridad gracias al resplandor que emanaba de su ojo izquierdo.

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