Capítulo LI: ¿El Golpe Final de Piedmon?

Pues parece ser que Wattpad ya no te deja escribir con negritas desde la sección de "publicar historia". Así que les escribo desde Word, ¡hola! XD Ya, pues. Dos cosas antes de pasar con el capítulo. La primera es que quería hacerles una pregunta. Anoche hablaba con mi persona especial acerca de Code Xros y él me dijo algo acerca de las voces de los personajes con las que él lee la historia. La verdad es que las voces que él me dijo que parecieron muy interesantes, aunque no son las mismas que imagino yo. Esto me causó curiosidad, así que le pregunté a mi mejor amiga y ella me dijo otra lista de voces con las que se imagina la historia XD Así pues, hoy quiero preguntarles a ustedes: Cuando leen Code Xros, ¿se imaginan alguna voz en particular para los diálogos de cada personaje? Ya sea de anime doblado al español, o la voz original de ese personaje, quizá la voz de otro actor que no esté relacionado con el anime. No lo sé. Quisiera que en los comentarios me dijeran qué voces son, para saber más o menos cómo se imaginan ustedes la historia :D

Y, la segunda cosa. La canción que les dejo en Multimedia es la que deben reproducir durante la pelea contra Arukenimon. Es una canción de The Purge: Anarchy llamada Commencement, que se escucha cuando empieza la noche de la depuración y esas cosas (vean esa película, véanla y ÁMENLA). En fin. También necesitarán My Dear, ending de Saint Seiya del arco de los Campos Eliseos para el bloque final de este capítulo, sobre Piedmon y LadyDevimon. Eso es todo por ahora, ¡disfruten el capítulo y respondan lo de las voces de los personajes!

PD: Ya van dos veces que me dicen que al final de los capítulos salen cosas sin sentido. Como rombos de color negro, signos de exclamación y esas cosas. Quiero decirles que no los he puesto yo, es cosa de Wattpad. Así que si ven algo raro por ahí, no hagan caso :D


El golpe del Hechizo Final de Piedmon causó que Kira cayera al suelo con violencia, provocando que la plataforma donde ambas chicas se encontraban comenzara a desplazarse hacia el lado derecho. Clarisse no parecía darse cuenta del movimiento de la plataforma, pues se mantenía indiferente y con los brazos cruzados. Kira, sin embargo, debía encontrar alguna manera de mantener el equilibrio cada vez que sentía que el suelo comenzaba a moverse bajo sus pies.

Para cubrir a su amiga humana mientras intentaba levantarse, LadyDevimon asestó una fuerte patada en el estómago de Piedmon. Dejándose llevar por el impulso del golpe, Piedmon aprovechó el momento para sujetar el tobillo de LadyDevimon y aplicó toda la fuerza necesaria para levantar el cuerpo de la mujer demonio. Giró sobre sí mismo, en los aires, un par de veces antes de lanzar a LadyDevimon con fuerza contra el suelo. La plataforma se partió en pedazos, causando que Kira cayera nuevamente de bruces cuando el trozo de suelo en el que ella permanecía se desplazó con violencia hacia atrás. LadyDevimon surgió de nuevo, herida y un tanto adolorida a causa del impacto. Piedmon, por otra parte, aterrizó sano y salvo.

La mujer demonio sólo se tomó un par de segundos para recuperar sus energías. De inmediato se abalanzó sobre Piedmon e intentó abofetearlo con toda la fuerza que fue capaz de reunir en su mano. El payaso la tomó por la muñeca y giró el brazo de la mujer hasta que éste llegó a su límite. Kira sintió que su mundo se caía en pedazos al escuchar el potente grito que LadyDevimon dejó salir cuando su brazo, al estar haciendo el mayor esfuerzo posible por seguir girando, comenzó a quebrarse.

Obedeciendo a un impulso, la chica tomó una pequeña roca que yacía solitaria a sus pies y la lanzó hacia el payaso, exclamando osadamente:

— ¡Oye, maldito! ¡Es por aquí!

Clarisse sólo necesitó hacer un ligero ademán con la mano derecha para desviar la roca.

Kira cerró los puños con fuerza cuando aquella cínica y maligna sonrisa se dibujó en los labios de la chica rubia.

Piedmon sacó a LadyDevimon del camino, lanzándola al vacío y disparando su Hechizo Final para asegurarse de que ella no volvería. Acto seguido, disparó una daga que sacó de debajo de su manga. Kira tuvo que saltar para esquivar el ataque, pero era imposible eludir al filo de la hoja de metal que giró sobre sí misma para volver. La chica de las gafas de aviador intentó detener la daga por sus propios medios, consiguiendo únicamente sentir el intenso dolor punzante que causó el filo al incrustarse en su palma derecha. La daga desapareció, pero la herida permaneció abierta y de inmediato comenzó a sangrar abundantemente. Un par de Datos emanaron de la herida.

Una ráfaga de murciélagos surgió del vacío, rodeando de inmediato el cuerpo del siniestro payaso. Él se deshizo de aquel ataque con un simple mandoble de una de sus espadas. Sonrió de la misma manera que hacía su maligna compañera humana cuando vio a LadyDevimon posarse frente a Kira. La mujer demonio adoptó una posición de pelea y, dejándose influenciar por la presencia de la chica de las gafas de aviador, dijo:

— ¿Eso es todo lo que tienes?

Ambos Digimon se elevaron en los aires para lanzar el siguiente ataque. La lanza de la mujer demonio se impactó contra las espadas del payaso con gorguera, causando una luminosa explosión al momento de la colisión.

Era extenuante subir la escalera de caracol, especialmente al tener la impresión de que parecía no tener fin. Resultaba mucho más inquietante saber que no había enemigos por ninguna parte, como si la torre entera estuviese en completa soledad. Lelouch iba a la cabeza, ignorando olímpicamente las advertencias de Yuu acerca de que debía mantenerse detrás de Tswarmon. Tal fue la insistencia de Lelouch por ir por su propia cuenta, que dio un traspié cuando la torre dio una fuerte sacudida. Logró mantener el equilibrio y agradeció haber elegido caminar cerca del muro y no cerca del borde de la escalera que no poseía barandas. La Torre Oscura dio una segunda sacudida, un poco más potente, que causó que las paredes comenzaran a cuartearse lentamente. Lelouch dirigió una mirada gélida hacia arriba, hacia el punto más alto de la torre. Aferró con más fuerza el Xros Loader de Nene. Cada segundo perdido era una eternidad que lo llenaba de una mortal sensación de incertidumbre.

—Tiene que existir alguna manera de llegar a la cima sin tener que subir todas estas malditas escaleras —dijo la voz de Zero—. Amano, ¿tienes algún Digimon que sea capaz de volar?

Yuu negó con la cabeza.

Zero agachó la mirada durante un breve instante. Su mente trabajaba tan velozmente que poco faltaba para que cualquiera pudiese escuchar sus pensamientos.

—Si seguimos subiendo a esta velocidad, nunca llegaremos al punto más alto —dijo Zero para sí mismo—. Un Digimon con la capacidad de elevarse en los aires podría ser nuestra única esperanza.

—No hay ninguna manera posible de resolver este asunto —dijo Yuu—. Sólo nos queda seguir subiendo. Aunque...

Fue como si una luz se hubiese encendido en la mente de Yuu. Una luz que le hizo avanzar hacia el chico moreno para decir, con palabras que rebozaban certeza:

—Si los demás están aquí dentro, podríamos llamarlos. Escuchar nuestras voces los hará venir a buscarnos. De esa manera podríamos encontrarlos y así sabremos si mi hermana y la tuya están con ellos.

—Delataríamos nuestra posición —respondió Zero.

—Ya nos hemos infiltrado en este lugar —le recordó Yuu—. Ahora ya no tenemos nada que perder. Podría funcionar.

Sin esperar por la aprobación del muchacho moreno, Yuu se alejó un par de pasos de Lelouch. Y llevó sus manos hacia su boca en la forma de un cono que conduciría mucho mejor su voz. Tomó un poco de aire y exclamó a voz en cuello:

— ¡Taiki! ¡Tagiru! ¡Kiriha! ¡Akari!

Su voz se propagó a través del túnel que se formaba gracias a la escalera de caracol.

Armándose de valor, Lelouch decidió levantar de nuevo el rostro y exclamar:

— ¡¡Nunally!! ¡¡¡Nene!!!

Kiriha observaba con desagrado la forma en la que Taiki y Tagiru se encargaban de ayudar a los demás miembros del grupo a recuperar la conciencia. La confusión parecía no poder reinar cuando había tantos chicos y chicas queriendo encontrar respuestas a lo que estaba ocurriendo. Para Taiki fue sencillo adivinar que estaban en calidad de prisioneros. No encontraba otra explicación razonable al hecho de que todos tenían una herida similar en la cabeza, una herida que sangraba y les hacía sentir un ligero aturdimiento.

Cuando Cutemon salió del Xros Loader de Akari, una vez que la chica tomó el aparato en sus manos, el pequeño conejo rosado sugirió que se le permitiera curar todas las heridas de sus amigos.

Taiki, sin embargo, se negó.

—No tenemos tiempo —había dicho el chico, la reciente información obtenida por parte de Kiriha le hacía sentir ligeramente acalorado y angustiado—. Lo que debemos hacer es salir de aquí, ahora. Nene y Katsura nos necesitan.

—Y Nunally está con ellas —secundó Tagiru—. Si Nene y Katsura se encuentran con algún enemigo, proteger a Nunally será imposible.

—Además, aún debemos encontrar a quienes no están aquí con nosotros. Ellos también podrían estar en peligro —dijo Shoutmon—. Tenemos que separarnos.

—Sí —asintió Taiki—. Nos dividiremos en dos grupos. Uno de ellos irá a buscar a Nene, Katsura y Nunally. El segundo grupo saldrá de este lugar y buscará a los demás miembros del equipo.

Sparrowmon salió del Xros Loader de Taiki en ese momento. Angustiado, miró en todas direcciones intentando demostrar que lo que había escuchado acerca de la ausencia de Nene no era más que un vil engaño. Su respiración se agitó cuando el rostro de su querida amiga humana no pudo ser visto entre el grupo de chicos y chicas que estaban congregados en esa habitación.

—Yo quiero ir a buscar a Nene, Taiki —dijo Sparrowmon casi suplicante—. Por favor, déjame ir a donde está ella.

—De acuerdo —asintió Taiki, pues darle a Sparrowmon una negativa habría sido injusto y cruel—. Sparrowmon, tú irás con Tagiru, Mimi y...

Una potente sacudida interrumpió la voz de Taiki. El chico fue a dar al suelo en el preciso momento en que la estructura de la habitación comenzó a soltar algunos angustiantes rechinidos. Una densa nube de polvo cayó sobre todos los muchachos, llevándose consigo algunos trozos de escombros que se desmoronaron sobre sus cabezas.

— ¿Qué fue eso? —reclamó Mimi una vez que el silencio se apoderó nuevamente de la habitación.

Kiriha y Taiki fueron los primeros en externar la única teoría que parecía ser posible.

—Alguien está atacando este lugar —dijeron ambos.

—Si no salimos pronto de aquí, los escombros terminarán por aplastarnos —intervino Akari y tomó a Taiki por el brazo derecho para añadir—: Taiki, ¿cuál es el plan?

El general del Xros Heart lo consideró durante un breve segundo, tiempo que sirvió para que el silencio reinara y la voz de aquel chico rubio que portaba el Xros Loader de color amarillo llegara a los oídos de sus amigos, siendo propagada por su propio eco:

¡Taiki! ¡Tagiru!

— ¡Es Yuu! —Exclamó Tagiru—. ¡Él está aquí!

—Bien —dijo Taiki decidido, con su expresión endurecida y aferrando con fuerza el Xros Loader—. Akari, Kiriha y yo iremos a buscar a Yuu. Tagiru —añadió y dirigió una mirada hacia el enérgico muchacho—, tú te encargarás de llevar a los demás hacia donde sea que se encuentren Nene, Katsura y Nunally.

—Sí —asintió Tagiru decidido.

El grupo se dispersó entonces, al mismo tiempo que una gran cantidad de escombros volvían a desprenderse del techo de la habitación.

Tenían el tiempo contado.

Algo que ellos no sabían era que la Torre Oscura no resistiría en pie durante mucho tiempo.

Nene cubrió a Nunally con su propio cuerpo para evitar que las telarañas que brotaban de las muñecas de Arukenimon pudieran atrapar a la pequeña e indefensa hermana de Lelouch. Supo que había sido una mala idea cuando sintió aquellos hilos enroscándose alrededor de sus brazos y sus piernas, separándola por la fuerza de Nunally y llevando a la joven Idol a estrellarse contra uno de los muros que conformaban la habitación. Nene se desplomó hacia el suelo, un tanto aturdida. Las pupilas de Nunally se contrajeron al ver la forma en la que en el muro se había abierto un hueco en el sitio donde la cabeza de Nene se había golpeado. La joven Idol se levantó de inmediato, indispuesta a dejarse vencer por el siniestro insecto. Arukenimon soltó una siniestra carcajada cuando vio que Nene había adoptado una posición de pelea. Centró su atención en Nunally cuando la pequeña cayó de espaldas, intentando retroceder para salir del campo de visión de Arukenimon. Nene sólo pudo gritar cuando vio que las telarañas brotaban de nuevo de las muñecas del Digimon enemigo, para enroscarse alrededor del torso de Nunally. La chica forcejeó contra ellas, aterrada y desesperada, intentando romperlas para poder liberarse. Arukenimon tiró de las telarañas para atraer a Nunally hacia su cuerpo, preparando ambas manos para cerrarlas alrededor del cuello de la pobre chica. Uno de los brazos extensibles de Infermon evitó que Nunally cayera en las garras de Arukenimon. Con sus garras, el Digimon de Katsura se encargó de cortar los hilos que mantenían sujeta a Nunally. Acto seguido, se colocó frente a Arukenimon y disparó un proyectil desde su boca. Arukenimon no sufrió el más mínimo daño, pues su piel comenzó a regenerarse al instante.

De un momento a otro, ella ya tenía sujeto a Infermon por el cuello. Las telarañas comenzaron a rodear el cuerpo entero de Infermon, presionando con tanta fuerza que todos sus movimientos fueron imposibilitados. Katsura, enfurecida, decidió actuar obedeciendo a un impulso. Corrió a toda velocidad hacia Arukenimon y atacó con un puñetazo, sintiendo que quizá el Luchador Invencible podría haber aprobado aquel movimiento. La fuerza de Katsura causó que la mejilla de Arukenimon se tornara de color rojo. Al ver que aquellos ojos brillaban de nuevo como si hubiesen sido engendrados en el vientre del mismísimo Lucifer, Katsura retrocedió un par de pasos. Para librarse de ella, Arukenimon sólo tuvo que abrir su boca cuán grande era para dejar salir aquella densa nube de humo ácido que rodeó el cuerpo de Katsura. La sensación fue similar a estar recibiendo una fuerte, y cruel, ráfaga de agua hirviendo. Pequeñas quemaduras de primer grado comenzaron a aparecer en su rostro, su cuello y sus manos, así como debían estar afectando también toda la piel que estaba cubierta por sus ropas. Ella gritó desesperada, pues el humo había logrado paralizar su cuerpo entero.

La risa de Arukenimon causó que Nunally tuviera la impresión de que no podría salir con vida de aquel lugar.

Soltando un grito de guerra, Infermon se liberó de las telarañas y lanzó su propio cuerpo, a manera de proyectil, para embestir a Arukenimon. Sin embargo, ella saltó para esquivar el ataque e Infermon fue a impactarse contra el centro de comando. Infermon se sintió como una sabandija indeseable cuando se dio cuenta de que una de sus garras había logrado decapitar al pequeño Gotsumon a la hora de caer sobre él. El diminuto Digimon cuyo cuerpo estaba hecho de rocas desapareció y sus Datos se dirigieron inmediatamente hacia Arukenimon, quien los absorbió en su propio cuerpo haciendo que su tamaño aumentara levemente.

Una lágrima corrió por la mejilla de Nunally.

Arukenimon golpeó a Katsura con uno de sus brazos, liberándola así de la parálisis y lanzándola con fuerza hacia las pantallas del centro de vigilancia. La electricidad estática rodeó las pantallas que no fueron destruidas, apagando las pantallas y causando que muchas de ellas estallaran y comenzaran a emanar un poco de humo. Katsura, entre trozos de metales y cristales resquebrajados, apenas pudo arrastrarse para reunirse con Infermon. Extendió una mano ensangrentada a su Digimon, pero su brazo pesado como el plomo cayó al suelo cuando ella se sumergió en un estado de semiinconsciencia.

Nene, ya que no poseía ninguna otra manera de defenderse, tomó del suelo uno de los cristales quebrados y corrió hacia Arukenimon para intentar apuñalarla. El siniestro Digimon logró predecir el ataque y saltó para evitarlo, causando que Nene cayera al suelo a causa del impulso. Nene sólo pudo sentir el dolor punzante cuando el cristal cortó un poco la piel de su brazo derecho. Se levantó, sin importarle la sangre, y cubrió a Nunally con su propio cuerpo al ver que Arukenimon se encontraba prendida del muro que tenían frente a ellas. Los ojos de la gigantesca araña brillaron nuevamente, antes de que las telarañas brotaran nuevamente para enroscarse alrededor del cuello de Nene. Los hilos presionaron con tal fuerza que la sangre comenzó a brotar levemente. Arukenimon levantó los hilos, intentando estrangular a Nene. La chica, desesperada por intentar respirar con libertad para evitar caer en la inconsciencia o en un estado irreversible, cerró con fuerza los ojos y soltó un grito ahogado. Ni bien comenzaron a cerrarse sus párpados, el resplandor de color rojo del Geass brotó y destruyó los hilos de Arukenimon, causando también que Nene sintiera el intenso e insoportable ardor en su ojo. La chica cayó al suelo y respiró agitada y profundamente, cubriendo su ojo con una mano y sintiendo una leve sensación de mareo. Llevó la mano restante a su cuello, descubriendo que la sangre seguía brotando. Obtuvo, aún así, una sensación de tranquilidad al darse cuenta de que la sangre emanaba de la misma manera que habría hecho un corte superficial. Su vida no estaba en peligro. AL menos, no lo estaba por causa de los cortes en su cuello.

— ¡¡Nene!!

La desesperada voz de Nunally hizo que Nene descubriera su ojo, que aún estaba resentido por el uso del Geass. Nene sintió que su corazón daba un vuelco al descubrir que aquel horrendo Digimon insecto salía del abdomen de Arukenimon y se dirigía a toda velocidad para atacar a Nunally. Se trataba de un hambriento Dokugumon que acorraló a la pequeña en un rincón de la habitación y se acercó tanto a ella, que Nunally sólo pudo gritar y cerrar los ojos para esperar su muerte.

— ¡¡Nunally!! —exclamó Nene e intentó levantarse para defender a la pequeña, sin importarle tener que tomar su lugar para saciar el hambre de Dokugumon.

Escuchó en su mente el eco de la voz de Lelouch exclamando su nombre y se aferró a ese sonido, como si fuera lo único capaz de infundirle valor.

La explosión ocurrió entonces.

El techo de la cima de la torre fue totalmente destruido y las paredes se cuartearon cuando el gigantesco Digimon de color púrpura hizo su heroica aparición. Se había abierto paso con ayuda del Prism Garret, el eco de su voz aún podía escucharse. El Random Lasser golpeó a Dokugumon y lo hizo retroceder, así como una enredadera de color verde se encargó de sujetar a Arukenimon para evitar que se atreviera a lanzar cualquier otro ataque.

Arresterdramon, Lilimon y Sparrowmon habían llegado justo a tiempo.

Era el momento de que la artillería pesada hiciera su trabajo.

— ¡¡Taiki!! ¡¡Tagiru!!

— ¡¡Nene!! ¡¡¡Nunally!!!

Las voces de Lelouch y Yuu no causaban ningún efecto. Las sacudidas de la torre no se detenían, así como los escombros no dejaban de caer. Yuu no quería admitir que su garganta ya no podía dar más de sí. Optó por guardar silencio, pero eso sólo bastó para hacer que Yuu lo fulminara con la mirada. Enfurecido, el chico moreno se dejó llevar por su ira que poco a poco iba acrecentándose. Vio caer un gigantesco trozo de escombro, así como le pareció haber escuchado el eco de la voz de su hermana exclamando, horrorizada, el nombre de Nene. Su respiración se agitó mucho más en ese momento. Subió un par de peldaños más, pero tuvo que detenerse cuando se dio cuenta de que la escalera de caracol estaba comenzando a caer en pedazos desde lo más alto. Uno a uno, los trozos de escalones cayeron al vacío sin más. Yuu tuvo que tomar a Lelouch por el brazo para evitar que el chico moreno cayera igualmente al vacío. De un momento a otro, los dos muchachos y Tswarmon quedaron acorralados en un bloque de peldaños que no podía albergar a dos personas que se detestaban tanto.

—No podremos seguir subiendo —dijo Yuu—. Necesitamos otro plan, no podemos quedarnos...

Su voz se apagó al sentir el puñetazo que Lelouch asestó en su rostro. Yuu retrocedió, con la mejilla adolorida, y se aferró al cuerpo de Tswarmon para evitar llegar al borde. Llevó una mano a la mejilla donde recibió el golpe y miró a Lelouch con auténtico desprecio. Lelouch, que aún mantenía el puño cerrado y listo para atacar de nuevo, sólo dejó salir un pesado suspiro y dijo, con la voz de Zero:

—Mira a dónde nos ha llevado tu estúpido plan. Nos hemos quedado atrapados aquí y mi hermana está arriba, ¡en riesgo!

— ¿Crees que ha sido mi culpa? —reclamó Yuu indignado—. Debí dejar que cayeras con ese bloque de escaleras. ¡Te he salvado la vida!

—Nadie te ha pedido que lo hagas —respondió Zero—. ¡Piensa ya mismo en cómo haremos para subir!

— ¡No voy a obedecerte!

Yuu estuvo a pocos segundos de atacar con un puñetazo en el que concentró toda su fuerza. Tuvo que detenerse, muy a su pesar, cuando ambos escucharon aquel sonido que les heló la sangre. Tswarmon dio un par de pasos hacia el frente, cubriendo a los dos muchachos justo a tiempo. Aquel lobo antropomórfico de color azul hizo acto de presencia, aterrizando de golpe en el bloque de escaleras y preparándose para lanzar su primer ataque. Gruñía como si la bestia estuviese sufriendo la enfermedad de la rabia. Tswarmon adoptó también una posición de batalla y habría actuado de inmediato, de no haber sido por aquella exclamación que llegó desde arriba de sus cabezas:

— ¡Heavy Metal Vulcan!

La técnica de OmegaShoutmon destruyó a WereGarurumon ni bien hizo contacto con su cuerpo. Yuu miró en la dirección desde donde el ataque había llegado y sonrió radiantemente cuando vio a JagerDorulumon situado sobre uno de los bloques de escaleras que no se habían derrumbado. MailBirdramon se mantenía suspendido cerca de allí, con Kiriha, Taiki y Akari montados en su lomo.

Lelouch, al percatarse de la ausencia de Nene, sólo pudo presionar los puños con fuerza.

LadyDevimon reunió una considerable cantidad de energía negativa en su mano derecha, misma que sirvió para acrecentar la fuerza con la que pretendía golpear a Piedmon. Pero antes de que su puño pudiese conectar el golpe, Piedmon desapareció frente a sus ojos. Kira buscó al siniestro payaso velozmente para advertirle a su compañera Digimon, aunque sus ojos fueron lentos en comparación a los movimientos de Piedmon. Él apareció de nuevo detrás de LadyDevimon, impactándola de lleno con un golpe que asestó con dos de sus espadas. Desestabilizada, LadyDevimon sacudió un poco la cabeza para liberarse del aturdimiento. Lanzó una ráfaga de murciélagos que Piedmon destruyó con ayuda de un golpe de su Hechizo Final. Consiguió tomar a LadyDevimon por los cabellos entonces y la lanzó hacia arriba. Un par de los cabellos de la mujer demonio cayeron a los pies de Kira. La chica intentó tomarlos, pero éstos estallaron en diminutas nubes de Datos.

Desesperada, la chica miró la pantalla de su DigiLector. Aunque el aparato estaba encendido y brillaba tan incandescentemente como el Emblema del Valor, sabía que no podría hacer nada para ayudar a su amiga.

La única Digievolución de Cheepmon que es capaz de igualar las fuerzas de Piedmon es Crowkamon, pensó la chica con desesperación. Pero para poder hacer que ella aparezca, necesito una Carta Azul. Y la Carta Azul sólo aparece en ocasiones especiales... ¿Qué puedo hacer ahora? ¡No quiero que LadyDevimon sea asesinada por ese sujeto!

Aquellos segundos que la chica utilizó para pensar fueron suficientes para que Piedmon asestara su golpe final contra su contrincante. Utilizando las Espadas del Triunfo, abrió cuatro severos cortes en los costados de LadyDevimon. No le dio tiempo siquiera de gritar, pues lanzó el Hechizo Final para rematar el golpe. El impacto causó que Cheepmon cayera a los pies de Clarisse, quien lo apartó con una patada despectiva. El pequeño Digimon estaba inconsciente. Los Datos comenzaban a desprenderse de su cuerpo. Un par de plumas de color negro se desprendieron de su cuerpo y volaron hasta llegar con Kira.

Horrorizada, la chica retrocedió.

—No... —musitó ella con el corazón destrozado—. No de nuevo...

No tuvo oportunidad de pensar en un plan de respaldo.

En un abrir y cerrar de ojos, Piedmon estuvo frente a ella. Kira intentó retroceder, sin conseguirlo. La mano derecha del siniestro payaso se cerró sobre su cuello, haciendo que ella se levantara a estar a casi medio metro de distancia del suelo. Kira cerró los ojos, sintiéndose incapaz de mantener su mirada fija en los ojos de Piedmon. Y a pesar de eso, intentó hacer que la mano de Piedmon la liberara de su agarre. Utilizó sus uñas, causando severos rasguños en la piel de Piedmon. Le propinó algunas patadas que no tuvieron el más mínimo efecto. Tan sólo podía escucharlo reír. A él y a su compañera.

—Hazlo ya, Piedmon —ordenó Clarisse.

Fue como si todo hubiera ocurrido en cámara lenta.

Kira detuvo todos sus forcejeos cuando sintió aquel dolor punzante en su estómago, que siguió propagándose hasta llegar a su espalda. Sintió la mano de Piedmon contra su cuerpo cuando la empuñadura no pudo seguir avanzando y la hoja de metal se encontró totalmente dentro de ella. La sangre comenzó a brotar, impregnándose en la espada de Piedmon. Y la chica sólo pudo echar su cabeza hacia atrás y soltar un grito en el que intentaba liberar en intenso y abrazador dolor que sentía en el sitio donde la espada de Piedmon la había apuñalado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top