Capítulo II: El Llamado de Una Voz Misteriosa y Familiar

La explosión levantó una densa nube de polvo combinado con el brillante color amarillo de los Datos. El gigantesco Garudamon retomó su forma de Novato, convirtiéndose en Biyomon, y la chica ataviada con una chaqueta de cuero negro hizo una marca con un bolígrafo rojo en el pequeño mapa que tenía en las manos. Miró a su Digimon y esbozó media sonrisa.

-Perfecto como siempre, Biyomon -comentó la chica.

Se reacomodó las gafas oscuras y echó a caminar para alejarse del sitio. La nube de polvo se disipó y dejó en su sitio un enorme cráter.

- ¿Qué sitio nos toca visitar ahora, Miyu? -preguntó Biyomon con su voz aguda.

-Corea del Sur ya debe estar limpia -comentó la chica mientras observaba el mapa-. El único sitio que nos falta por visitar es el norte de Japón.

Pronunciar el nombre de su país natal le hizo sentirse tremendamente nostálgica y deprimida.

Dos años habían pasado ya desde el inicio de su aventura. Desde aquél día en el colegio cuando su querido amigo, Itou Kagoura, entró clandestinamente al correo electrónico del amor platónico de una de sus mejores amigas. Desde aquél momento en el que la luz blanca los cegó para transportarlos a otro mundo. Desde que conoció a su compañera, Biyomon, y se convirtió en portadora del Emblema del Amor. Desde que Ophanimon, una de los Tres Grandes Ángeles, le pidió que volviera al mundo real para ayudar a las otras generaciones de Niños Elegidos a luchar contra los Digimon salvajes enviados por Clarisse Okada.

Miyu Lung había cambiado bastante desde entonces. Comenzando por su físico, remplazó sus ropas de colegiala por un cómodo conjunto conformado por jeans ajustados de color azul marino, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negro, además de sus gafas oscuras y los zapatos deportivos que le permitían correr a mayor velocidad. Retiró las cintas que adornaban su cabello y las remplazó con una única cinta a modo de diadema, de color blanco que contrastaba con su cabello castaño. Psicológicamente, se había curtido al grado de poder mostrarse indiferente cada que su fiel amiga Biyomon conseguía derrotar a los pobres Digimon confundidos que tenían que enfrentar. Sin embargo, un atisbo de la vieja Miyu brilló en sus ojos marrones al pensar en Japón.

Desde aquél día en el que comenzó con su trabajo en el Mundo Real, Miyu no volvió a poner un pie en casa. Se preguntó por un momento cómo habría cambiado todo en Japón. ¿Qué había sido de sus padres? ¿Y sus amigos? Sólo en ese momento recordó de golpe a Clarisse Okada y los Dark Tamers. ¿Kira y los Héroes Legendarios habían conseguido vencer a sus enemigos?

- ¿Estás bien, Miyu?

Sacudió la cabeza para ahuyentar esos pensamientos y volvió a esbozar su sonrisa habitual.

-Será raro volver a Japón -comentó la chica-. Ya no puedo recordar nada de mi vida antes de conocerte, Biyomon -confesó despreocupadamente-. Es extraño.

- ¿Volverás para ver a tu familia? -preguntó Biyomon.

-Supongo que sí -respondió Miyu-. También buscaré a Kira, Katsura y Natsumi.

- ¿Crees que todo siga igual?

Miyu guardó silencio.

Por supuesto que no, nada era igual. Muy en el fondo de su ser tuvo un mal presentimiento.

- ¿Qué es ese sonido?

Se sobresaltó al escucharlo tras la pregunta de Biyomon. Un zumbido provenía del interior de su bolsillo. Metió una mano para sacar el pequeño aparato de color rojo que guardaba ahí.

-Mi DigiLector recibe una señal extraña -informó y presionó uno de los botones.

La pantalla se encendió y emitió un tenue brillo de color blanco.

- ¿Qué es? -preguntó Biyomon.

Pronto pudo ver aparecer en la pantalla aquél extraño símbolo. Y aunque sus recuerdos estaban demasiado borrosos, reunió la seguridad suficiente para decir:

- ¿Ophanimon?

- ¿Qué? ¿La señora Ophanimon?

Miyu tuvo que hacer callar a Biyomon con un golpe en la cabeza.

La respuesta salió del DigiLector inmediatamente.

- ¿Miyu Lung?

Sí, alguien del Mundo Digital la estaba buscando. Sin embargo, esa voz no le pertenecía a Ophanimon. Estaba segura de que conocía a su interlocutor pero no podía asociar esa voz con ningún rostro. Lo único que conseguía era percibir un escalofrío que le recorría la espalda.

-Sí, soy Miyu Lung -dijo-. ¿Quién eres? ¿Cómo has podido comunicarte a través de mi DigiLector?

¿Quería saberlo en realidad?

El miedo comenzaba a apoderarse de ella. Algo no estaba bien.

-Hay problemas en el Mundo Digital. ¡Los necesitamos! -exclamó la voz.

De pronto evocó el recuerdo de una cabellera rubia. La voz le pertenecía a una mujer.

- ¿A quienes necesitan? -Quiso saber-. ¿A nosotros?

- ¡Date prisa! -exclamó la voz.

Una explosión siguió a aquél grito y la desesperación se apoderó de Miyu cuando escuchó los chillidos de un grupo de... ¿bebés Digimon?

- ¿Qué está pasando? -Exigió saber-. ¿Quién eres? ¿Cómo puedo ayudarte?

¿Y por qué no había intentado contactar a Kira en primer lugar? ¿Acaso ella...?

- ¡Te necesitamos, Lung! ¡A todos ustedes! -Dijo otra voz entre lloriqueos-. ¡No podemos seguir!

-Esa voz... ¿Bokomon?

Sí, era Bokomon. ¿Qué estaba pasando en su mundo? ¿Había problemas de vuelta?

Escuchó otra explosión y la primera voz lanzó un ataque en la lejanía.

- ¡Karmin Sword!

Y la comunicación se cortó, dejando a Miyu con un vacío en la boca del estómago.

- ¿Miyu? -exclamó Biyomon igualmente angustiada.

Sólo en ese momento Miyu consiguió recordarla. La guerrera Digimon que había intentado contactarla para pedir ayuda era... ¿Karminmon?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top