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—Umji -sonrió.
—Bunny -igualmente le dedicó una sonrisa.
—¿Cómo has estado? Todo los sucesos de la semana pasada eran terroríficos -con una inocencia enternecedora.
—Cierto, lo fueron -cabizbaja.
—Dicen que mataron al pirómano, ¿qué crees tú? A mi me da piel de gallina.
—Es injusto.
—¿Eh?
—Nadie debería morir, mucho menos en soledad -su rostro reflejaba dolor y preocupación.
La de baja estatura sonrío.
Su amiga no cambió, ella era una amante de la vida, eso le brindaba alegría.
La abrazó— Umji bebé, vamos a comer después de clases~
—Pe-pero..
—Oh ¿comida? -ambas chicas voltearon.
—Ahh oppa's sunbaenim's~
Namjoon y Minhyuk estaban frente a ellas.
—¿Quieren ir al karaoke?
—¡Ohh! ¿por qué no? ¿qué dices hyung? -Minhyuk volteó hacia el mayor.
—Anda oppa porfaa~ -Eunha juntaba sus manos en súplica y un adorable puchero rondaba sus labios.
El mayor sonrió.
«¿Cómo gritara esta niña por las noches?»
—Claro -sonrió perverso.
—Sinó te conociera, diría que algo pervertido paso por tu mente -susurro el menor.
—¿Entonces?
—Lo hizo -negó riendo.
—Oppa, ¿sabes algo de Yoongi? -Umji se atrevió a preguntar.
—¿Por qué él sabría algo? -cuestiono Minhyuk- ¿Quién es ese tal Yoongi?
—Ahhh claro, Minhyuk oppa, él es el presidente del consejo estudiantil -sonrió Bunny.
—Pero no está en su clase -cuestiono confundido.
—Tienen razón~
—Yo pensé.. quizás que el directivo les dijo algo, ya que él faltó por cuatro días. -intento sonar segura Yewon.
—Pues no, seguramente su profesora pueda darles información.
Umji asintió cabizbaja, realmente el chico pálido le preocupaba. La condición que vio aquel día, esas miradas y ese poder.
Le preocupaba que el verdadero Yoongi se perdiera en ese lado oscuro y perverso.
«Yoongi»
(...)
—¿Qué tienes listo?
—Mi mente esta en blanco -él rubio rasco su nuca frustrado, ocasionando una risa en la pelirroja.
—Déjame te ayudo.
—No quiero mostrarte. -aparto aquella libreta.
—Aún así, ¿puedo saber qué quieres transmitir?
El rubio pensó un momento.
Todo lo relacionado a su infancia, a su ahora hermana mayor no presente, las enseñanzas de Jin las cuales fueron mejores que las de su propio padre.. inclusive el rostro de aquella chica enfrente suyo.
«¿Desde cuándo empezaste a lastimarme?»
—Tambien estás herida..
Yuna prestó suma atención a sus palabras.
—Yo digo que estoy bien.. pero no es cierto.. quiero que seas tú.. ash olvídalo, no lo haré. -cerro con frustración y vergüenza aquel cuaderno.
Yuna sonrió inconscientemente.
—Estoy sola bajó el sol, cerrando mis ojos y recordando mi pasado, siempre recordando tu calidez..
El rostro del rubio reflejaba asombro y un hechizo innegable, esa voz era angelical.
—No importa lo mucho que este triste, incluso si mis lágrimas no se detienen.. aún así quiero decir adiós.. mhm aún no logró terminar de descifrar lo que quiero contar -sonrió.
—¿Contar? -pregunto confuso.
—Una canción no sólo es música y letras u algo pegajoso y del momento. Es mucho más, realmente es el corazón del artista y con ello, sus emociones, su historia.
Él estaba asombrado, la silenciosa y sombría Choi Yu Na estaba hablando de algo con pasión en sus ojos.
—¿Te gusta la música?
—En cierto modo.. es mi salvación.
La música siempre fue la que levanto el ánimo de una pequeña en sillas de ruedas, la que la acompañó en momentos de soledad, de agonías, de dolores de cuerpo debido a cada quimioterapia, aún en momentos de desilusión.
Para aquella niña en cuerpo de jóven, para aquel ángel que poco a poco se convirtió en demonio, para aquella luz que se la devoró la oscuridad. La alegría y esperanza disueltas por el dolor y el odio.
Para aquel corazón de niña que tuvo que madurar tan tempranamente.
Si, la música era su todo.
—Me alegra saber algo más de ti -sonrió genuinamente, no una de esas sonrisas de galán nato.
Una sonrisa real, aquel jóven sonrió verdaderamente.
—Yuju hay que irnos -la voz de Jb se hizo oír.
Ambos se miraron. Jimin no quería que se valla, pero.. realmente le molestaba que se fuera junto a él.
Ella asintió para ponerse en pie.
—Anímate, no vas por mal caminó. Me gustaría escuchar esa canción terminada. -dijo soltando una leve sonrisa, algo apenas visible para acercarse hasta Jb.
Algo en el pecho de Jimin se movió.
»Recuerda que cuando tocas tu lámpara, se enciende inmediatamente la otra, por más distancia que halla.«
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