Capítulo 8

La música estaba a tope en cada uno de los parlantes ubicados en las esquinas de la discoteca ubicada en Itaewon. Era increíble, pero había todo tipo de personas; clase alta, baja, media, mujeres y hombre de mediana edad y un amplio abanico con un factor común que era pasar un buen rato bebiendo o drogándose un poco para olvidarse de la ajetreada semana o problemas que los consumían.

Así como Taehyung, la única diferencia entre él y los demás es que él estaba de pie en medio de todo el revuelo de la gente bailando pegadas sin ni un tipo de pudor, bebiendo los tragos como si fueran agua y el maldito olor a cigarrillo que le desagradaba. Estaba a la espera de Agust que lo dejo ahí mientras iba por trago, era lo que Kim suponía.

Al tratar de ir hasta el lugar de los tragos, una chica con vestido negro y chaqueta de cuero del mismo tono lo choco con su espalda y Taehyung le puso mala, ella por su parte le miro sin darle importancia. Por su rostro estaba bastante… contenta, por decirlo de algún modo.

Definitivamente, ese sitio no era como al de la semana pasada, este el triple de peor.

Cuando al fin llego vio que el pelinegro hablaba muy animado con el barman, esto descoloco a Kim que lo molesto. Lo dejo en medio de todo, y él hacía vida social.

—Pensé que no vendrías —hablo alto el chico de la barra, pues por culpa de la música no se le escucharía bien.

—No me lo iba a perder, fue una semana larga, así que…

—Me dejaste solo en medio de… ¡De esto! —hablo Kim con exasperación.

El que atendía y el chico de cabello largo lo miraron. Agust sonrió y mientras que el otro servía dos vasos con whisky hielos. El trago favorito del tatuador.

—Vine por un trago para ti. —Se lo entrego. —Agradece por lo menos.

—No me gusta el whisky —negó cruzándose de brazos.

El chico de la barra rio al ver como rechazaban a Agust.

—No sabía que Min Yoongi andaba con compañía ahora

El mayor lo miro fijamente, apenas dijo el nombre que había evitad decirle a Taehyung la vez que sean han visto. El muchacho se mordió la lengua al ver la expresión matadora de Yoongi.

El azabache lo miro con una sonrisa socarrona. Gracias al error del barman supo por accidente el nombre del chico “misterioso” que conocía hace una semana.

—¿Qué te pasa? ¿Te molesto que supiera tu nombre, Agust? —pregunto mirándolo fijamente. —¿O debe decir, Min Yoongi? No entiendo por qué tanto misterio.

—Así lo conocen en el trabajo —respondió el chico dejando la botella de whisky sobre la barra cerca de ellos. —En Daegu le decían Agust D, un tatuador del underground que se trajo su arte a Seúl —contaba y su vez limpiaba la madera de la barra.

—Creo que ya dijiste demasiado, Hoshi —regaño con voz amenazante.

El llamado Hoshi bajo la mirada mientras tomaba su paño e iba a entender más gente.

—¡¿Te enojaste?! —Se burló Kim. —Pareces un gatito molesto. —Le tomo la barbilla y movió su cara de lado a lado.

Min lo tomo de la muñeca y lo atrajo a su cuerpo.

—Sigue burlándote que te irá peor.

—¿Me amenazas? —Se zafó con fuerza de su agarre.

—No sé por qué me ofrecí a traerte

—Mmm… sí… mala idea —Taehyung tomo el vaso con licor y lo movió de lado a lado jugueteando con él. —Pero tu cara, cuando te dije que iría contigo, decía lo contrario… —Le dio un trago largo dejando solo los hielos. —Creo que era lo que querías, ¿o no Yoongi?

El de tez pálida agudizo la mirada y vio como el vaso fue dejado sin nada. Sinceramente, no comprendía sus actitudes. No le gustaba el whisky, pero se lo bebió… Taehyung era un puzzle bastante complejo por resolver.

Min se bebió igualmente el contenido del vaso y lo dejo de golpe en la mesa, haciendo que Kim lo mirase de reojo.

—Ya que andas con ganas de joder, ¿por qué no me dejas molestarte?

—¿Qué quieres? —pregunto serio el menor.

—¿Por qué tienes ese carácter de mierda? ¿Acaso te gusta caer mal? —preguntó apoyándose en la barra cerca de Taehyung.

—Me da igual si caigo bien o mal, y siempre he sido así… Pensé que te gustan los desafíos —respondió mencionando lo dicho por Agust ayer en su estudio.

—Sí, pero no soy idiota y sé cuando debo alejarme.

—Estás en el punto perfecto para irte y no volvernos a ver.

—Tienes razón y lo haré pronto —afirmó mirando a Taehyung, quien sintió una extraña sensación.

Yoongi se acercó a Taehyung, quedando ambos juntos dejando que sus respiración se mezclarán. De fondo sonaba la música que tenía a todos fluyendo con el ritmo, las luces se movían y parpadeaba, ni uno de los dos tomos en cuenta su entorno.

—¿Bailas o quieres beber?

—Necesito un trago antes de estar cerca de ti —habló fingiendo sentir desagrado.

—Claro… por eso te montaste en mí para besarme —susurro cerca de su oído—, podríamos repetirlo, pero con más privacidad.

—Olvídalo. Ayer solo me dejé llevar.

Kim seguiría ocultando la razón. Si lo fue porque en toda esa semana no lo logro olvidarse de la sensación sofocante en el auto con Agust mientras este le besaba la boca con agresividad de aquella que le gustaba. Fue por eso y nada más.

Podía darse el lujo de liberarse esa noche y descubrir más allá de simple tonterías, burlas y sarcasmos entre ellos para llevar lo que fuera había a un novel un poco más atrevido, con algo de adrenalina, y porque no, placer.

Yoongi había repetido el pedido y ambos chocaron vasos tomándose cada gota hasta dejar solo hielos.

—Vamos. —Taehyung se levantó de la silla y camino hasta la pista.

El mayor se hizo el cabello hasta atrás con una sonrisa victoriosa.

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El calor los rodeaba de tal manera que el sudor podía sentirse correr tras sus espaldas. Daba igual quien estuviera a su alrededor, solo eran ellos dos juntos moviéndose como fuera el ritmo de la música y como era Kim, dejaba que el ritmo lo manejara.

De alguna forma estudiar danza lo beneficiaba.

Ya no era solo whisky, ya habían bebido un poco de todo, dejando que su sistema solo funcionara como podía con la conciencia que manejaban. Taehyung jamás se había sentido tan ligero como una pluma, quizás era el alcohol haciendo su debido efecto. Tampoco se imaginó que una cena con sus padres terminara en un bar alejado de su hogar con el hombre que le alborotaba los pensamientos.

Ya eran las tres de la mañana y la fiesta estaba en su apogeo. Pero daban igual ellos.

Taehyung y Yoongi estaba en su rincón juntos cerca de volverse a besar. Las intenciones de Kim eran claras; sonreía cada vez que lo rozaba o moraba los labios del mayor. Paso sus brazos y rodeo el cuello del chico acortando más distancia.

Min no hacía más que disfrutar. Sobre todo cuando vio que Kim se lanzó contra sus labios para besarlo finalmente. Volver a mojar esos labios con su lengua era algo que deseo desde ayer, no iba a negarlo. Taehyung reía mientras besaba a Yoongi, sabía que estaba mal hacerlo, pues entre que falto a las reglas de su casa, se estaba besuqueando con un tipo que no conocia del todo bien.

Aun así lo estaba disfrutando y mucho.

—Dios... —murmuró Min cuando se separaron. —Eres indescifrable.

El pelinegro introdujosus manos debajo de la ropa para acariciar su piel con sutileza, no había olvidado que estaba en un lugar lleno de gente.

—Hasta cuando me tendrás esperando —dijo el mayor.

Taehyung sabía a qué se refería.

—¿Por qué tanta fascinación por querer follar conmigo? —preguntó sin filtro.

—Por qué eres atractivo, claramente soltero y tienes un buen…

—¡Ya entiendo! —interrumpió poniendo su mano en la boca para que no hablase más.

Un revoltijo en el estómago le hizo estremecerse. Lo pensó y calculó el tiempo, no ha tenido sexo con nadie hace ya más de uno siete meses, jamás se ha tocado porque le daba vergüenza que lo encontraran en pleno acto. Recordó que fue para una fiesta con Jimin y terminó haciéndolo en una habitación con un chico que ya ni recordaba cual era su nombre.

Fue una noche alocada para alguien como él, tan correcto, reservado y discreto.

Podía volver a cometer esa locura.

—Tu igual eres atractivo, varonil... —Kim acarició el hombro de Agust y este le miraba con gran deseo. —Aunque odie tu olor a cigarrillo, te da cierto toque.

El mayor atacó su boca con más ganas que antes. Taehyung no se inmutó a moverse, solo se dejó besar y tocar por el hombre de melena larga.

El muchacho se apartó y dejo besos cortos en el cuello del chico. Después le miró al rostro que con la poca luz divisaba que estaba sonrojado.

—Dime donde y te llevo.

—A tu auto… —susurró lujurioso, tras ellos mordió el lóbulo de la oreja de Yoongi.

Definitivamente, iba a cometer la locura que se prometió no repetir, pero no estaba arrepentido, de hecho, estaba emocionado.

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