Capítulo 7

Kim se dio la última retocada en el baño antes de ir a la sala donde se llevaría a cabo la esperada evaluación. No podía más de los nervios.

Jimin estaba afuera esperándolo para ir juntos y darse el ánimo el uno al otro para el examen, aunque no fuera necesario. Kim normalmente le iba bien con o sin alguna porra previa al igual que Park, su talento era innato.

Al oír que la puerta era abierta, el pelirosa se percato de que su amigo azabache estaba algo pálido. Preocupado, se le acercó para preguntarle si estaba del todo bien.

—¿Seguro que te sientes bien para el examen? Sabes que no debes...

—Lo sé, no debo equivocarme. Y no pienso hacerlo —respondió tajantemente.

El más bajo apretó sus labios al escuchar las fuertes palabras de Taehyung. No era normal en el sus nervios.

—¿Tiene algo que ver con ya sabes... El tipo del viernes pasado?

Kim detuvo sus pasos y miró a Jimin con ojos matadores. No era el momento preciso para sacar ese tema.

—Jimin, no hables de eso ahora. Es estúpido que piense en alguien que... que no veo y no volveré a ver.

Era clara la mentira, por supuesto que Park no sabia que Agust era ese chico que besó a Taehyung el viernes pasado en su auto. Ademas el azabache no se lo diría, conocia bien como era Jimin, sobre todo porque se emocinaba y creaba falsas ilusiones con Taehyung y un futuro novio para él. A Jimin le iban los temas románticos; novios, citas, regalos, etcetera, pero Kim era todo lo contrario, prefería alejarse de ello.

Primero era su carrera, luego su futuro y su biaje a Londres, y quizas muy al final de sus losta de prioridades estaba ese novio que podia estar en cualquier lado.

Y por otro lado, Agust era un tema... muy aparte.

—Solo pregunto, ¿ok?

—No preguntes semejante estupidez.

Park abrió la boca ofendido al ver que Kim salía como bala hacia la sala dejandolo solo. ¿Acaso se había enojado?

Al ir hacia la sala vieron a todos sus compañeros, incluido Hoseok quebestaba como siempre con una radiante sonrisa de oreja a oreja animamdo a todos. El chico le dio la mano a Taehyung y le deseo suerte, Kim solo asintió sin siquiera mirarlo a los ojos. A Hoseok no le molestaba, sabia como era su compañero.

Al entrar dejo su bolso colgado y comenzo a estirar sus piernas y brazos. El tema a evaluar, era la danza contemporánea. Requeria de flexibilidad, que ya la tenía; concentración, que eso si que no había. Taehyung sacudio sus manos tratando de dispersas los nervios que corrían por sus venas y aparto la moledta imagen del hombre de cabello largo y aparecía varonil si queria aprobar con éxito.

—Muy bien, chicos y chicas. —Entró el maestro y todos se voltearon a verlo. —Bienvenidos y bienvenidas a la evaluación número dos de este semestres, espero que hayan practicado y este listos para ser evaluadas por mi y algunos maestro de universidades cercanas.

Los alumnos y alumnas aplaudieron gustosos al ver que tres reconlcidas caras de importantes universidades del pais se presentaban para su evaluación.

—Tienen cinco minutos para tomar posiciones.

Posiciones. Tema que Taehyung odiaba, haberlo dejado atrás era un error clmerido por profesor, no era por nada, pero Taehyung conocía sus capacidades para la danza y queria tomar esa oportunidad para mostrar lo talentoso que era. Tristemente, nada salía como el quería.

El maestro se acercó a ver las posiciones y ver si todas estaban correctas, pasó lista igualmente, pero hubo algo que inquieto si tranquilidad. Le falta un alumno al frente.

—¿Vieron a Sunmi? —preguntó preocupado.

Todos se miraron entre sí y nadie decia nada porque no sabían nada de ella, salvo una persona que era Hoseok, quien estaba delante de todos. Levantó su mano y el maestro le cedio la palabra.

—Sunmi aviso que estaba enferma —explicó el muchacho.

—Ah cierto. —El maestro se regaño así mismo por haberlo olvidado.

Kim miraba desde atrás y escuchó todo con bastante atención.

¿Era esa una señal divina?

Detuvo la emoción, quizas el profesor ya penso en alguien más que no fuera él.

—¿Kim Taehyung?

El azabache levantó su mirada y vio que el profesor le hacia un gesto con la mano de que se acercara. El chico sin pensarlo ni dos veces, fue hasta su superior.

—Dígame.

—No quiero que lo tomes como que eres segunda opción, pero... —suspiró y vio la hoja con los nombres de cada alumno. —Quiero que tomes el puesto de Sunmi.

¿Que clase de pregunta era esa? Obvio que quieria y le daba igual si sonaba como si el fuera sefunda opcion. La vida da oportunidades y uno debe saber tomarlas.

—No hay problema profesor. Lo haré.

El hombre mayor sonrió gustosamente. Confiaba en que Taehyung lo haría bien por más que fuera un chico con actitudes difíciles, él era muy bueno en lo que hacía.

—Entonces estamos listos. Tomen posiciones.

Jimin le sonrió a Taehyung desde su posición y susurro un “buena suerte”. A lo que Taehyung respondió de igual forma.

Cuando el profesor comenzó la cuenta refresiba todos tomaron sus posiciones y respiraron hondo al momento de oir el inicio de la musica.

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Horas más tardes.

—Sabes que no te felicitamos por tus logros, es algo que debes hacer, Taehyung. Es tu única obligación.

Eran ya las diez de la noche de ese mismo día viernes. Luego de su examen, que había aprobado exitosamemte, ganándose grande elogios por parte de cada maestro, llegó a su casa para ccontárselo a sus padres y esto, como de costumbre, salieron a cenar junto a él.

Claro que esas supuestas cena celebrando su logro, eran mentira. Sus padres pocas veces elogiaban sus logros y era porque según ellos era su deber que le fuera bien en la universidad, para así lograr lo que tanto anhelaba, irse a Londres.

Taehyung quería irse por esa y por otra razón más, que era un poco más triste, alejarse de sus padres. Kim había vivido bajo la sombra de ellos, dos personas exitosas; una mujer dueña de una editorial y un hombre experto en construcción, encargado de sus propia inmobiliaria. Todo ello le afectaba, sus padres esperaban que Taehyung fuera como ellos; frívolo, directo, audaz e inteligente.

Por supuesto que lo estaban logrando y Taehyung no se daba cuenta. Muchos veían esas actitudes en él, pero el azabache, no.

—¿Entonces para que seguimos cenando? —preguntó molesto. —Me parece estúpido que me traigan a “celebrar” cuando es lo primero que me dices.

—¿Y cuando te irás a Londres?

Su padre ignoró por completo la molestia de hijo, haciendo enojar más al muchacho.

—¿Eso es lo único que te importa, papá?

—Claro... ¿Es tu sueño? ¿No? —Lo miró fríamente. —Irte de aquí y olvidarte de nosotros. Y tú sabes perfectamente que me hubiera...

—Te hubiera gustado que estudiara arquitectura. Lo sé. Pero lamento decirte que es mi maldita vida y hago lo que se me da gana.

Kim dejo la servilleta de tela sobre la mesa haciendo que estaba triritara e jiciera sonar el servicio y las copas con vino tinto.

Su madre y padre le dedicaron un mirada severa, mientras que la gente los observó de reojo para ver que lcurria encla mesa junto al gran ventanal del restaurante.

—Comportate —dijo su padre con molestia.

—Me iré a fin de año. Si todo va bien, me ganaré la beca y terminaré mi carrera allí —dijo poniéndose de pie con clara rabia en su rostro. —Mejor me voy, no soporto su falsedad conmigo.

El azabache se fue de la mesa dejando a su madre ofendida y a su padre molesto por su actitud, pero a Taehyung le importa bien poco, hace tiempo quebera así, una relación toxica entre padres e hijo con discusiones sin fin, miradas repeochables y palabras dolorosas. Luego de meses, Taehyung soltó unas lágrimas apenas puso un pie fuera del lujoso restaurante que aconstumbraban ir.

Trato de tomar aire, pero su pecho sentia una horrible presión que le generaba dolor. Se fue lejo para poder llorar en paz, pero ya era tarde, la gente que iba por la calle, pasando por su lado se daba cuenta del chico que iba como alma en pena caminando por la transitada vereda de Gangnam.

Odiaba llorar y mostrarse débil. No era propio de él, pero hasta lo más fuertes podia soltar lágrimas. Al fin y al cabo Taehyung hacia las cosas bien para él y para claramente alimentar su ego. La única persona qje le celeraba sus logros, era Jimin y aquella fue otro motivo por el cual se hizo su amigo.

Tanto tiempo buscando un elogio sincero, lo llevo a tener a Jimin en su vida.

—Maldición... —murmuró mientras se secaba las algrimas con la manga de su camisa blanca.

Hacia un boco de brisa fresca, genrando que su cuerpo se sintieranun poco helado y un escalofrio le recorriera el cuerpo.

Queria irse a su casa para poder dormir y no saber mada de sus psdres hasta el lunes, que era nuevamente su semana en donde se iba temprano apropósito para no verles la cara. Pero ni eso, su casa, ya no era su lugar seguro, ni el dulce hogar que no todos creían.

Por un momento pensó con la rabia y la tristeza. Sacó su celuar y trato de mascarle a Jimin, pero este no atendía, solo le maracaba buzón de voz. Iba camknando mirando el teléfono mientras le manda un mensaje tras otro contandole su desasteozas cena familiar.

Pero por su descuidó cruzo la calle sin mirar. Un auto que venía freno de golpe, quemando la goma los neumáticos. Esto asusto al chico haciendo caer al suelo, tras ello se dio cuenta al abrir sus ojos que el auto estaba cerca suyo.

—¿Estás bien? —preguntó el chofer por la ventana.

Taehyung estaba perplejo mientras su respiración era agitada.

De pronto, sintió como lo tomaban del vrazo y lo trataban de poner de pie, miró hacia arriba para encontrarse con ese desconocido y nuevamente, y para su propia sopresa, era Agust.

Ya era demaciada la coincidencia, empezó a creer que lo estaba siguiendo.

—Sí, está bien —respondió Agust por Taehyung. El chico comenzó a forjear para que lo soltara.

Las personas miraban la escena aun, sin poder creer la imprudencia del chico al cruzar asú la calle. El conductor se fue lento del lugar.

Ya una vez al otro lado de calle, Taehyung se zafo del agarre con brusquedad.

—¿Acaso me sigues? —preguntó molesto. —¿Me estás acosando? ¡Dime! —exigió alterado.

El mayor levantó un bolsa transparente, dentro de ella habia un pack de seis cervezas y una cajetilla de cigarros.

—Vine a comprar y te vi cruzar la calle sin cuidado. Relájate un poco no soy un psicópata.

Miró los ojos avellana del muchacho y se dio cuenta que estos reflejaban pura rabia y tristeza. No acostumbraba a preguntarle como estaba a los demás, le daba igual. Pero verlo así, a Taehyung, el chico de carácter difícil, le hacía raro.

—¿Estabas llorando?

—No es de tu interés —respondió apartando su mirada.

Agust bufó molesto.

—Tienes razon, me da igual —dijo metiendose las manos a los bolsillos—, te cuidado para la otra.

Kim vio como el hombre se iba sin siquiera darle una última mirada. Taehyung miro la hora en su celular y se dio cuenta que Jimin no veia sus mensajes. Tenia algunos de su madre y una que otra llamada de su padre, al tener el celular en silencio, no lo escuchó.

¿Ya había acabado de hacerle el tatuaje a Jimin?

—¡Oye! —Le llamo.

Agust se volteó.

—¿Sabes algo de Jimin? —preguntó.

—Ni idea, apenas acabe la sesion con él se fue. Así que no sé...

Taehyung gruñó y volvió a revisar su celular. Su actitud era palpable, una mescla entre momestia y tristeza.

Verlo tan decaído en la calle en cierta parte le preocupaba, casi lo atropellan, sus ojos estaban rojos y vidriosos. Ademas, estaba menos esquivó que otra veces, algo le sucedia y obvio que Taehyung no le diría nada.

—¿Te paso algo? —preguntó sin tacto.

Pocas veces se preocupaba de los demás, pero tampoco era tan mala persona como para dejarlo solo en la calle viendo en las condiciones en las que estaba.

—Sé que no me diras, porque me odias. —Le dijo Agust de pronto. Taehyung lo volvio a mirar. —Pero, algo te pasa y casi te atropellan...

—Ve al punto —exigió cansado de tanto rodeo.

—¿Quieres que te lleve a tu casa? —preguntó al fin.

El azabache miró a Agust.

¿Otra vez?

Lo pensó bastante. No estaba cerca de su casa, de hecho estaban bastante lejos de donde vivia, cada vez oscurecía más y su orgullo no le iba a permitir llamar a sus padres para que fueran por él.

—No sé... No me inspiras tanta confianza aun.

El contrario solto un carcajada. Se le acerco lo suficiente para quedar a centímetros de su rostro.

—Ya nos hemos besado y casi... pasando a otra base y, ¿sales con esto?

—No estoy de humor.

—Eso ya lo sé, por eso y para que no te atropellen, déjame llevarte. Como el viernes.

—Claro, ¿para que aproveches y me beses? —preguntó con sarcasmo.

—Sí se da la oportunidad no lo voy a desperdiciar —respondió sincero.

—Eres descarado. Y no, no quiero tu ayuda, ni tu lastima.

El hombre apretó su puño con molestia. Le estaba agitando su bipolaridad, estaba bien que ambos se habían besado, pero eso no significaba que iba a soportar su mal humor.

—Como quieras. Ten cuidado de regreso.

Kim al ver que el chico de cabellos largo se iba a pasos rápidos, sintió el remordimiento hacerle eco en su cabeza. Si lo pensaba bien, si fje algo desagradable, pero no era su culpa, sus padres de encargaban de amargarle la vida y la gente que se topaba con Taehyung sufría del infortunio de verlo con la cara larga y siendo desagradable.

Corrió detrás de Agust, parándose en frente de él e impidiendo que avanzara.

—Córrete. Tengo que irme —dijo malhumorado.

—¡Perdón! —Se forzó a decir el chico. —No fue una buena noche... y no, no quiero ir a casa.

—Que mal, no es mi maldito problema. Ahora muévete.

Taehyung volvió a detenerlo poniéndose delante de el.

—Bien... ¿Que quieres?

—Llévame a donde sea que vayas tú.

Y Agust lo pensó.

No era una mala idea.

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