Capítulo 34
—¡¿Te golpeó?! ¡¿P-Pero por qué?!
—Supieron que de ti y bueno, y-yo... les conté que eres mi novio. Ya ves que no se lo tomaron muy bien. —Contó señalando su mejilla que tenía un color carmesí, que predominaba en el lado derecho.
—Mierda... —Murmuro Yoongi colocando una compresa fría en su mejilla. Estaba caliente por el golpe, y un tanto inflamada. Debía de tener la mano pesada el hombre, por suerte solo lo abofeteo y no se excedió. —Hablaré con él si quieres. No voy a permitir que te golpeen por estar con quien quieras.
—No lo hagas, da igual... —Apoyo su rostro en la mano contraria y libre del tatuador. —¿Te molestas si me quedo por un tiempo? —preguntó tímido, temiendo al rechazo. —S-Solo s-si puedes, entenderé si no quieres, porque igual puedo hablar con Jimin y él... —Se quedó callado al recibir un beso por parte del mayor.
—Créeme, no me molesta tenerte aquí —respondió con una sonrisa.
—Mañana iré por algo de ropa, ahora no me quiere ni aparecer en casa —comento cabizbajo.
A pesar de que con su padre las peleas eran algo cotidiano, lo que más le dolía metafóricamente y física, era el golpe que le dio. Si bien fue solo una cachetada, la mano de su padre era grande y pesada, agradecía que no fue un golpeo pero que ese. Taehyung podía discutir con él, las veces que quisiera, sin embargo, nunca se atrevió a levantarle la mano y aquello, lo había hecho sentirse bastante mal, como para haber salido corriendo, a lágrimas tenidas, hasta tomar un taxi y llegar con Agust.
Al entrar sollozo en sus brazos y Min, solo lo abrazo.
—¿Seguro que no nos toparemos con ellos? —preguntó dejando de lado la compresa. —No quiero que te digan más cosas hirientes Taehyung.
—Trabajan temprano, así que salen como a las nueve de casa. Podemos pasar a las diez. —Propuso.
—¿Y tus clases?
—Empiezan a las doce del día. —Se encogió de hombros.
—Bien, mañana será entonces.
Los dos jóvenes se miraron por solos unos segundos, luego se rindieron ante el otro sumergiendo sus labios en una nada romántica. Pequeños besos en las comisuras acababan con mordidas en los belfos. Yoongi se separó un poco para recuperar el aire que había perdido. Sonrió al ver los enrojecidos labios de su novio.
Taehyung se sonrojó un poco, paso sus brazos por los hombros del mayor para abrazarlo y esconder su rostro en el cuello de Min. Inhalo el característico aroma a cigarrillos de Yoongi, le causaba algo de gracias que ya no le era molesto. Y su olor impregnado no iba a impedir hacer lo que le gustaba o daba cierta comodidad.
Estar así con él, cuerpo a cuerpo, sintiendo sus latidos, era lo que siempre busco sin saber que de verdad lo necesitaba en su vida.
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El rubio guardó su bolso en el casillero colocándole llaves enseguida. Tomo la botella de agua que dejo sobre los casilleros y se sentó en las bancas dentro de los camerinos del gimnasio a espera de Taehyung, que estaba colocándose sus zapatillas para el ensayo.
Era un día de ensayo para el primer examen, del último semestre, con la nueva maestra, Somin. La mujer era carismática, pero no se le podía tomar por tonta, menos creer que tendrían una confianza, y estaba bien, al fin y al cabo, era maestra, solo que tenía ciertos detalles que a muchos no les gusta. Era crítica, seria y hasta podía decir lo más hiriente por solo equivocarte.
Taehyung y Jimin pasaron desapercibidos, ella la tenía como un pedestal por ser buenos alumnos, claro que, a los amigos no les gustaba el favoritismo, al menos con ella que sabía que se encargaría de comprarlos con demás, haciendo que una guerra se armara en cada ensayo.
—Debí suponerlo de Bogum. Desde que apareció como tu futuro esposo, lo he odiado. —Refunfuño.
—En serio que no me lo esperaba... Ese idiota, hijo de... —Taehyung cerro su casillero de golpe mientras maldecía entre dientes.
—Entonces, ¿así lo harás? —preguntó abriendo la botella. —¿Te quedarás con Yoongi hasta que se te pase el enojo con tus padres?
—No es solo enojo. —Se sentó a su lado atando sus cordones. —Me dolió un infierno, Jimin. Si apenas me golpeo me giró la cara, si no me hubiera puesto rígido, hubiera caído al piso. —Explicó.
—¿Tan duro te abofeteo? —Jimin le miró sorprendido, sin poder creerlo. El padre de Taehyung nunca se había atrevido a tanto.
—Sí, y me duele que lo haya hecho solo por decirle como me siento o como estoy. —Mencionó algo triste aún por la pelea. —Además, fui ingenuo pensar que aceptarían a Yoongi, solo lo ven como un tatuador mediocre y conformista.
Jimin puso mala cara.
—Pensar que tus eras así... —dijo Park mirando a Kim. —No lo puedes negar, le dijiste eso cuando discutieron —dijo sacando el tema otra vez.
—Créeme que desde que lo asimile, me he sentido del asco. —Admitió. —Me niego a ser como mi madre o mi padre.
El castaño, desde la pelea con su padre, se dio un tiempo de reflexión tratando de corregir aquellas actitudes. No podía y tampoco se podía aceptar ser como su padre, no podía y solo pensarlo le hacía sentir pésimo. Le dijo cosas a Agust de las que se arrepintió y claro, pidió perdón como debía.
Al salir de los camarines vieron a la profesora elongando como una profesional, cada alumno que salía se le sumaba, pues era algo que fueron adquiriendo con la semana que llevaban con ella, ya que le gusta que sus alumnos no presentaran complicaciones o sufrieran de desgarros o contracturas musculares.
Jimin ayudo a Taehyung a elongar, los dos juntos se apoyaban mutuamente del hombro del otro, estirando sus piernas y contando hasta diez.
—Dime una cosa. —Jimin hablo de pronto tomando su tobillo izquierdo para elongar la perna. —¿Has podido vivir bien con Yoongi? —preguntó curioso. —Es que son diferente y él ha vivido toda su vida solo, solo digo que el cambio es abrupto.
—Hemos estado muy bien, aunque no me creas —respondió.
—¿Qué tan bien? —Alzo una ceja. —¿Tienen mucho... s-e-x-o? ¿En la ducha, en el sofá, en la mesa, en la cama? —Le interrogó a voz baja. —Imagina las posibilidades de estar a solas. —Movió las cejas y pellizcándole la cintura a su mejor amigo.
El chico se carcajeó cuando Jimin le pellizco, le había generado ciertas cosquillas. Bajo la cara, escondiéndola en sus brazos para que no le viera las mejillas teñidas de un rojo intenso.
—Kim Taehyung, ¿qué te hicieron? —murmuro bromeando.
—Ya cállate, Jimin —regaño con las mejillas coloradas.
Un par de aplausos resonaron en el gimnasio de la universidad, captando la atención de todos los presentes.
La profesora había acabó de elongar, por ende, los demás debían detenerse para poner atención a sus instrucciones.
Ella les indicó que se sentarán en el suelo, y que se acomodarán con sus respectivos grupos de baile que había formado hace dos clases. Los que iba a presentar en el examen del semestre.
Jimin, Taehyung, Hoseok y Hye-jin estaban juntos. Eran un buen cuarteto que se llevó varias sonrisas y elogio de la maestra Somin.
—Como bien saben, se acerca el primer examen de este semestre, el último... en esta universidad, si es que tiene la bendita suerte de irse a Londres. —Comenzó a hablar caminando de lado a lado con sus manos juntas. —Sí, ya sé dé la famosa beca y quiero que todos vayan, pero no soy consciente de que no tiene las aptitudes para una universidad en el Reino Unido. Ese es el destino, solo algunos que ya me encargaré de hacerle saber a la asesora de la beca.
El corazón de Taehyung latía cada vez que oía eso. Sabía que debía estar al cien en la universidad, más este periodo que prácticamente era su recta final.
La decisión de ir o no a Londres estaba en sus manos y en el empeño que le debía poner.
—Mierda... Cuando lo dice así, me hace dudar si lo estoy haciendo bien —murmuro Jimin asustado.
—No llames a la mala suerte. Iremos juntos como lo acordamos. —Le dijo en tono amenazante.
—La directora, que dio a conocer esta beca, me comunico que les informara que la universidad abrió un cupo nuevo. Ya no son dos, sino que tres cupos. —Mostró tres dedos de su mano derecha y también una gran sonrisa en su rostro.
Los alumnos murmuraron ciertamente más felices.
El castaño sonrió, pensó en Hoseok que estaba a su lado, sería toda una experiencia si se iba con Jimin. Lo pensaba dándolo por hecho que tenía un pase asegurado, conocía sus habilidades, su destreza y lo excelente que era en la danza. No podía negarlo nadie, una vez lo vieran expresando lo que amaba.
—Iniciemos la clase y le explicaré más de como haremos la presentación. ¡De pie, de pie! —Aplaudió haciendo que todos se levantaran.
En eso que, Taehyung se levanta, un mareo le atacó la cabeza con fuerza. Tambaleándose hacia la dirección de Hoseok que él agarró de los brazos para que no cayera al piso.
—Oh, oh... Con cuidado, Tae. —Rio nervioso, al ver que casi cae de bruces.
—¿Qué te pasa? ¿Bebiste anoche? —preguntó Hye-jin en tono divertido.
—N-No... Solo pisé mal.
Park lo miró de reojo.
Luego la profesora comenzó a hablar interrumpiendo sus pensamientos.
La clase había empezado.
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Taehyung corrió al baño a vomitar.
Empujo a unos cuantos alumnos que estaban bloqueando el camino a los baños. Un momento después de abrir el cubículo del baño, cerró la puerta con torpeza y se dejó caer arrodillado ante el inodoro, con el objetivo de comenzar a vomitar prácticamente todo lo que había comido durante el día. En eso sintió como la garganta le dolía, y volvió a expulsar todo.
Se sentó hacia atrás, respirando un poco más calmado.
En eso llega Jimin abriendo la puerta de golpe.
—¡¿Taehyung donde te metiste?! —Exclamó buscándolo cubículo por cubículo.
—D-Déjame en paz, no me siento bien... —Tiro de la cadena. Para luego sentarse en la tapa del inodoro y descansar un poco.
—¿Traigo a la enfermera?
—Jimin, no...
—Abre la estúpida puerta o la echo abajo a patadas Kim. —Amenazo. El castaño rodó los ojos y le quito el seguro a la puerta, dejando ver al rubio de brazos cruzados. —Te ves del carajo... Pareces papel de lo pálido que te pusiste —dijo analizando su rostro.
—¿Te abrí para que te burles? —preguntó molesto.
—Agh... No. —Agitó la cabeza en negación. —Ten, es agua.
El muchacho la tomo de mala gana y se enjuagó la boca. Camino hasta el lavamanos y boto el líquido.
—¿Qué demonios fue eso, Tae?
—El almuerzo estaba malo... —respondió tirándose agua al rostro.
—Sí, y yo nací ayer.
Taehyung se dio la media vuelta para enfrentarlo.
—Mira Jimin, no sé qué demonios estás insinuando o que piensa tu cabeza, pero no es lo que piensas. —El tono que había usado era serio. Taehyung se secó el rostro con toalla de papel. —Mejor me voy, las clases ya acabaron. Nos vemos, y gracias por traerme la mochila, Jimin.
El rubio suspiro dejando caer sus brazos. Sí, solo esperaba que no era lo que pensaba.
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