Capítulo 11
—¡¿Con el?! ¡¿En serio?!
Jimin estaba incrédulo. La confesión de Taehyung le había caído como un balde de agua fría que no le permitía procesar del todo bien lo que Taehyung acababa de revelarle. No lo podía creer, era bastante increíble que algo así saliera de la boca de su amigo, un chico arisco que el sexo casual no le agradaba del todo, por ello era demasiado selectivo con quien se acostaba y al primer idiota le decía un rotundo “No”.
Pero aquí la verdadera pregunta que Park Jimin se hacía al respecto es si se cuidó, y si es que logro experimentar placer y sentir gusto por haberlo hecho. Por su cara, Taehyung parecía desinteresado del tema, pero lo conocía. Kim era bueno ocultando las cosas.
Estaban en su cuarto con Taehyung quien buscaba en su closet algo de ropa para cambiarse. Él y Jimin tenía casi la misma talla. Solo quería bañarse, sacarse ese aroma a cigarro, alcohol y sexo lo más pronto posible, ya estaba agobiado.
—Jimin, el vecindario entero te va a escuchar —regaño con pesadez en su tono de voz.
—Perdón, pero es que no lo puedo creer. —Park caminaba de lado a lado por su cuarto tratando de asimilar la historia de su amigo. —Jamás pensé que harías algo así con alguien como él. Ya sabes, diferente en todos los aspectos.
—Ya sé... Solo fue una distracción de lo horrenda que es mi vida con mis padres —dijo dejando sobre la cama unas prendas de ropa que asemejaban a su estilo de vestir.
—Sea lo que sea que paso con tus padres, no dejes que te deprima, ahora lo importante es que tengo muchas preguntas.
Kim suspiró y se dejó caer en la cama botando todo el aire de sus pulmones.
—Bien, vamos, atácame con tus preguntas sobre si use un condón, si me gusto, si lo volveré a ver. —Comenzó hablando mirando el techo. —Y te respondo ahora. Sí, quizás y ¡definitivamente no!
—Tae...
—No, Jimin —negó de nuevo sentándose en la cama. —No quiero ni pienso volver a verlo, es un idiota, un fumador que con su olor me molesta y un adulador.
—¡Ni te he preguntado nada! —alzó la voz sentándose al lado de Taehyung.
—Te conozco lo suficiente como para saber que me ibas a preguntar todas esas cosas.
—Lo lamento. —Lo calmó un poco apaciguando su ánimo. —Lo importantes es que sí te gusto. —Movió las cejas de arriba abajo con coquetería.
El azabache rodó sus ojos. Ahora se estaba definitivamente arrepintiendo de haberle contado todo a Jimin. ¿Pero a quien más sino no? Él era el único que lo podía entender y darle algunas palabras o consejos respecto al tema.
—Dije claramente que “quizás”, eso no es un sí, Jimin. —Se levantó de la cama tomando la ropa y la toalla celeste que el pelirosa le había dejado en la silla del escritorio.
La mentira era muy obvia. Lo de anoche fue algo salvaje, erótico y sexy, que nunca antes hizo tal locura como tener relaciones con un tipo que conocía de una semana. La última vez fue en una fiesta, conocía al chico de hace tiempo. Estaban en el mismo lugar, hora y en el mismo estado de ebriedad suficiente como para hacer, cosa que se dio espontáneamente, pero lo con Agust fue... fue fantástico.
Sus manos rozando sus muslos tersos, la palma estrellándose contra su glúteo que le quitó el gemido más grotesco y por último, sus tatuajes. Taehyung se mordió la lengua, arrepentido de decir tan vil mentira.
—Te gusto —concluyó Jimin.
—No —respondió secante dándose la vuelta de forma veloz.
—¡Sí!
—¡Que no!
—¡Se nota que sí!
El azabache gruñó molesto.
—¡Bueno, sí! Estuvo... Estuvo bien.
Park alzo una ceja. ¿Acaso era una broma?
—¿Qué es “bien”? —pregunto haciendo con dedos las comillas. —Define eso.
—Bien es que, estuvo demasiado increíble como para dejar de pensar en ello —dijo sacándole una gran sonrisa a Jimin. —Es mayor que yo, obvio, pero es jodidamente atractivo, sus tatuajes están en las partes precisas y sus manos... —Se miro sus palmas imaginando las pálidas manos de Min con las venas marcadas en ellas. —¡¿Ves lo que haces decir, Jimin?! —Se cubrió el rostro con la ropa.
—¡Por favor!
—Ya te respondió ahora déjame en paz con el tema. —Pidió descubriéndose su cara.
—Como quieres, dejaré de preguntarte por su candente noche con el tatuador. —Jimin se sentó cruzando sus piernas en la silla del escritorio. —Y dime, ¿Cómo fue la cena? Te pregunto porque no quiero ser un mal amigo que no le importen tus asuntos familiares,
—Fue un desastre —confesó apoyándose contra el closet. —Como siempre mamá con su “es tu obligación” y papá que tiene la ilusión en donde mágicamente estaré estudiando lo que él quería -contaba exasperado, dejando salir todo.
—Suena mal, lo lamento, Tae.
—Da igual, lo de anoche me ayudó a despejarme un poco de eso. Solo quiero que el año pase pronto para irme y no regresar.
—Ya verás que te darán esa beca y te iras de tu casa, pero por ahora, solo disfruta. —Le ánimo un poco. —Solo déjamelo a mi y conseguiré su número, Kook trabaja con él y tal vez...
—¡Detente justo ahí! —Lo detuvo Taehyung con firmeza en su voz, sabía que significaba eso y no estaba dispuesto a nada más. —Aparta cualquier idea loca que se te esté cruzando por esa mente, Jimin. No quiero su número, ni verlo, debo enfocarme en mis cosas, Jimin.
El azabache fue estricto con sus palabras. Se dio la vuelta y se dispuso a salir de su cuarto antes que Jimin continuara ideando un plan para reunirlo con Yoongi.
—¡Ya, perdón! No te pongas así, además te quería decir algo más
Taehyung se detuvo en la puerta y se dispuso a escucharlo.
—Me alegro que usaras condón —bromeó.
—Jimin... —Lo nombró en tono de regaño.
—¿Qué? —rio. —Tienes sexo y luego escuchas la palabra condón y te espantas. ¿Qué clase de ser humano eres?
—Uno que solo quiere ducharse y cambiarse de ropa.
Jimin le hizo un gesto de que se fuera de cuarto. Taehyung lo hizo y se encamino al cuarto de baño del segundo piso. Park se percató que Taehyung había dejado la toalla, la tomo y fue a la siga de su amigo para entregársela. Al llegar a la puerta del baño la toco y Taehyung ya sin la parte de arriba le abrió. A sus ojos saltaron un moretón curioso justo en su clavícula izquierda
—Ten. —La entregó en su mano. -Una última cosa más... ¿Estaba bien dotado? Ya sabes... allí abajo. —Bajó sus ojos para que captara su pregunta.
—¡Park Jimin, ya basta! —gritó con las mejillas coloradas. Posteriormente dio un portazo.
El pelirosa estallo de la risa al verle la expresión a su mejor amigo.
Desde el otro lado, el azabache se apoyó en la puerta. Se mordió el labio para evitar reírse por las ocurrencias de Park. Mientras se dispersaba el deseo de reír, a su mente regresaban destellos de anoche, generando una boba sonrisa que lo hizo curvar sus labios.
Quizás ese era el efecto que provocaba el chico de piel pálida, sonrisa gingival, ojos gatunos y tan contrario a su persona.
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Sus piernas se aferraron alrededor de sus cadera que se movía en cada estocada con más fuerza que la anterior. El de cabellos largos hasta la nuca, estaba sobre su cuerpo que encontraba húmedo al igual que el por culpa de gotas de sudor, sus mechas oscuras se cruzaban entre sus ojos gatunos dándole un toque ardiente. Abrió más sus piernas como se le fuera más posible gemido los más alto que su voz le permitía. Agust se movía rápido tocando lo más profundo de Taehyung haciendo que su cuerpo estuviera en la cúspide del placer.
Las bocas de ambos se juntaron en beso voraz que le robó al aliento a los dos.
Agust beso después el cuello moreno de Kim, succionando parte de su piel que tenía el aroma a coco con jazmín impregnado en el, dejando marcas rojizas. Taehyung abrazo el cuerpo de Yoongi llegando al fin al mejor orgasmo que había tenido por segunda vez con el tatuador, escuchando igualmente como Min gruño en el oído excitando más su cuerpo tembloroso sobre las sábanas.
Taehyung se sentó de golpe en su cama, estaba sudando y respirando con dificultad. Su mano se posó en su pecho sintiendo como su corazón latía con fuerza contra el pecho. Tuvo el sueño erótico más extraño de su vida hasta el momento.
Pensó que había superado su encuentro con el hombre, pero ahora tenía sueños sucios con Agust.
No lo comprendía y tampoco tenía ganas de buscar más respuestas a un tema que no valía la pena, solo era un sueño y ya, fin. Se levantó de la cama y lo primero que noto en su cuerpo fue la erección bajo su short de pijama.
—Me lleva —murmuró mirando el techo entre la oscuridad de su cuarto. Levantó las mantas de la cama y vio el bulto bajo la tela recordando el sueño de hace poco.
Suspiró pesado, bajo su mano por su cuerpo hasta que se metió bajo el short, hizo su cabeza hacia atrás cuando su palma rodeo su miembro. Mordió su labio inferior aumentando la velocidad de su mano, jadeo bajo tratando de no hacer ruido. Apretó la sabana entre sus manos mientras que sentía que el placer le recorría el cuerpo entero.
Al momento de sentir el orgasmo, inconscientemente gimió con su voz hecha un hilo el apodo del hombre, Agust. Sintió como su pijama se iba humedeciendo de apoco. Quitó su mano para tomar un pañuelo y limpiarla.
Ya más recuperado, se levantó de la cama tomando su celular viendo que unos mensajes en donde Jimin le dedicaba los buenos días y que lo esperaba a las diez en la cafetería para desayunar. Vio la hora y eran las ocho con treinta, era lunes y como cada mañana durante la semana llegaba más temprano porque no quería ver a sus padres y menos comer con ellos.
Al llegar de casa de Jimin ellos no estaba y pues Taehyung paso todo el día encerrado en su cuarto mientras la persona encargada del aseo y atención del hogar de los Kim hacia su trabajo.
Primero que nada, se dio una ducha fría. Escondió su ropa sucia, toda la que tenía en el fondo del canasto para bajarla a la lavadora y meterla él, sin que nadie viera su pequeño incidente. Escogió unos short de cuero sintetico que se compro hace poco, más un suerte y una chaqueta del mismo estilo que el short. Llevo su mochila y canasto con él.
Con ello listo, Kim se dispuso a salir de casa.
—Buenos días por último —dijo su padre mientras bebía cafe.
—Buenos días.
—¿Tan temprano a la universidad?
—Tengo ensayos a los que presentarme —respondió cortante.
—Entiendo, pero lo único que no me cuadra que hayas tenido la audacia de enojarte luego del pequeño show en el restaurante. Te gusta hacernos pasar vergüenza, Taehyung.
—Ustedes siempre me dicen cosas horrible, no veía necesario seguir escuchando sus humillaciones hacia mi. ¿No lo crees, papá?
—Estás incontrolable últimamente. Te hizo mal salir con tu amigo —habló su padre con gran molestia. —Pero me da igual, no seguiré calentandome la cabeza contigo, eso sí, te pediré un favor.
—Olvídalo. —Se negó dándose la vuelta para abrir la puerta.
—¡Detente este instante! —El padre había gritado que hizo eco en su casa. La madre del muchacho quedo atónita mientras revisaba su teléfono.
—¿Qué pasa, papá? Déjame en paz —exigió furioso.
El señor Kim se puso de pie y camino hasta su hijo dando pasos largos hasta que quedo cerca del azabache. Este se sintió pequeño ante su padre.
—Iba a ser sorpresa, pero debido a tu insolencia, será ahora... Te casarás con Bogum, Taehyung.
El cuerpo por un momento le fallo y su mente se borró en su totalidad. Solo daba vueltas el anuncio su padre.
No lo haría, aunque le costará perder a sus padres no iba hacer algo así. Quería que su vida fuera manejada por el, sin importar las veces que tuviera que tropezar, seria de él y de nadie más.
—La próxima semana habrá una cena con sus padres para acordar la fecha, pero apenas acabes tus estudio será. ¿Sabías que tiene planes en Londres también?
Taehyung abrió la puerta con brusquedad.
—No voy a seguir escuchándote.
Kim salió dando un portazo que casi tumba de la puerta del golpe
Taehyung gruñó molesto. No se despidió de nadie y salio hacia la calle y vio el auto negro que su padre había contratado con chófer para que lo llevase y trajera de la universidad. Desde el incidente de esa noche, el señor Kim no dejaba que Taehyung se moviera solo por la ciudad, y le tenia prohibidas la salidas. Por supuesto que Kim se haya la forma de ir con Jimin, ya estaba grande como para estar castigado.
No encontraba el día y la hora de irse de esa casa que lo agobiaba tanto. Ahora solo sentia las ganas de llorar de pura impotencia.
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