Capítulo 10
Taehyung abrió los ojos de golpe, observó su entorno y estaba un tanto confundido. Apenas se sentó sintió una horrible punzada en su cabeza que lo hizo quedarse recostado en el sofá de terciopelo.
Cada parte era la misma que la de esa habitación que entro y se besó con Agust... Bueno, con Yoongi mejor dicho.
No intentaba buscar la respuesta de como fue que llego hasta ahí otra vez, pero se encontraba solo ahí con la luz del sol de la mañana, filtrándose por los visillos blancos de la cortina. Se apoyó sobre sus codos y vio el reloj negro pegado a la pared.
Once con treinta de la mañana.
—Increíble... —murmuró levantándose del sofá en busca de su celular. Encendió la pantalla y vio que tenía diez llamadas de su madre, cinco de su padre, otra cuatro de Jimin y demasiados mensajes que no iba a leer.
Trato de ordenarse un poco para volver a casa, fuera cuales fueran las palabras o el regaño que recibiría se iba a preparar mentalmente de camino, seguramente su padre lo estaría esperando con los brazos cruzados, listos para atacarlo por la grave falta. Desapareció del restaurante y no ha vuelto a casa. Al abrir la puerta se topó con Min que estaba a punto de entrar.
—Buenos días, ¿qué tal dormiste?
—Bien, supongo... —Taehyung evitó el contacto visual con el hombre. Los recuerdas de anoche lo atormentaban y sus mejillas coloradas lo delataban. —Mejor me voy.
—¿No quieres saber como llegaste aquí? —preguntó, pero Taehyung negó.
—Seguro bebimos más y trajiste, no hay más explicaciones.
—Por lo menos di que la pasaste bien —sonrió coqueto el mayor esperando una respuesta positiva.
Kim no quería seguir con el tema. Lo que paso en vehículo del mayor fue un simple desliz, en donde solo quería matar las ganas que le traía y olvidarse de sus problemas familiares.
—Solo me distraje anoche y ya —respondió con desdén. —Adiós.
El azabache paso por su lado dejando u a ráfaga de aire que tenía el sutil aroma al perfume de coco del chico. Un olor que le gustaba bastante.
Le daba igual que lo llego a hacer, si tuvieron sexo jamás fue algo que comprometieron sentimientos, era solo un subidón de calentura que los tenía integrado de como sería estar con alguien como Yoongi, no había interés en lo más mínimo.
—Olvida que saldrás así. —Le detuvo el mayor de pronto parándose frente a Taehyung, impidiendo que avanzara. —Déjame llevarte.
—No, Yoongi, no quiero —negó el ofrecimiento con un tono molesto. —Ahora déjame pasar antes de que me enoje —amenazó firmemente.
—¿Ahora te pones en ese plan? ¿Me rechazas y me corres? —interrogó. —Luego de lo de anoche te vuelves a poner insoportable... Debí suponerlo. —Se apartó, luego se apoyó contra la pared cruzándose de brazos, observando la expresión neutra del muchacho.
—¿Y qué quieres? —inquirió Taehyung con molestia. —Solo cogimos, ¿quieres que sea tu novio ahora? Me lo hubieras dicho, así no me metía contigo... —Kim avanzó un par de pasos cuando volvió a sentir el agarre en su brazo.
—Agradece que traje sano y salvo. Te hace falta educación, parece.
—Miren quien me lo dice... —Se apartó con fuerza para volver a caminar.
—Como quieras... ¿Recuerdas lo que te dije de qué sé cuando alejarme? —preguntó a viva voz. Taehyung se detuvo, pero no se dio la vuelta. —Es aquí cuando me alejo, ya me quite las ganas y supongo que tu igual. Espero no tener que verte otra vez.
—Sí, yo ya me quité las ganas de follar contigo. Lo que paso no fue más que algo con poca importancia que me ayudó a despejarme. —Se volteó y lo vio de reojo. —Tú y yo no somos iguales como para aparentar ser algo o vernos. Adiós Agust.
El chico camino por pasillo hasta que se escuchó como la puerta era abierta y cerrada de golpe. El mayor refunfuño enojado. No porque Taehyung le haya rechazado, que le daba igual, después de todo solo fue una noche como era con los demás, sino que le molesto la actitud y el desprecio que le dio luego de sacarlo de situación incómoda.
Ya sabia que la gente de su estatus tendía a ser así de mala clase, pero aun así insistió. Además, las veces que se lo topo fue pura coincidencia.
Min ya era un hombre de casi treinta años, no andaba con la paciencia, ni la ganas de soportar un mocoso mimado que lo tratase como basura.
Menos para atarse al compromiso.
—Parece que alguien fue rechazado de la manera más dura.
Yoongi vio hacia la puerta del baño y se dio cuenta de que era Chunhga.
—No quiero hablar de eso —dijo sin más caminando hacia las escaleras para ir al segundo piso.
—Hiciste bien.
Se detuvo de golpe para ver a la chica.
—¿De verdad lo crees?
—Aja... chicos como él solo le gusta cuando quieren y bueno, tampoco se ve interesado en ti, tú menos... Son demasiado diferentes que me da miedo —rio la muchacha.
—Sí, yo tampoco estoy interesado en él, Chungha.
Esas fueron sus últimas palabras.
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Jimin ya estaba débil por la sesión de sexo mañanera. Una vez pasado el espasmo vio como el muchacho de brazo tatuado se salía de su interior para quitarse el preservativo. Park se mordió el labio al ver tan sexy y hermoso chico.
Este sonrió de satisfacción cuando como el pelirosa lo miraba desde el sofá con gran deseo. Se colocó su camiseta blanca, y coloco ropa interior y pantalón de jeans de color negro.
Park le había puesto el ojo cuando apenas acabó la última sesión de su tatuaje. JK —apodo del muchacho— se ofreció a untarle la crema y ponerle un parche especial para que el roce de la ropa no le molestara. Ambos conversaron hasta que acordaron ir por un café que de ello lo siguió un trago en un bar y finalizó con una buena, larga y placentera noche de pasión.
Park Jimin era un chico que disfrutaba de su sexualidad de manera sana y responsable. Dentro de ello, lo demás daba igual. Pasaba solo debido a los viajes de sus padres, Taehyung lo visitaba solo los fines de semana y el resto en la universidad.
El pelirosa recordó a Kim. Le había dicho que iría a una cena con sus padres y de ahí no ha sabido nada, se sentía un pésimo amigo por no hablar con él durante la noche. Los padres de Taehyung a veces eran un tanto intensos con su amigo y pues el azabache paciencia no tenía, menos, tolerancia.
Se arregló su ropa y peino. En el momento que iba a tomar su celular escucho como tocaban la puerta con ferocidad; golpes duros y timbrazos molestos.
—¿Abro? —preguntó JK, quien ya estaba vestido.
—No. Yo lo hago. —Lo detuvo. No sabía si eran sus padres u otra persona.
Park se acercó a la puerta y vio por el ojo de cristal de esta. Estaba parado afuera su mejor amigo con mala cara, brazos cruzados, en las manos su celular y ropa desordenada. El chico suspiro relajado y abrió la puerta con una gran sonrisa.
—¡Hola Tae...!
—¿Por qué no atiendes el maldito teléfono? —Taehyung entro a la casa como si nada exigiendo una respuesta. —¿Sabes que te llamé toda la noche, Jimin?
—Estaba en algo... —respondió mirando a JK.
El tatuado miró con el ceño fruncido y de reojo al muchacho azabache. Lo recordaba, era el mismo el otro día y el que Agust siguió al baño.
—Sí, ya veo... estabas con las manos y la boca ocupada —gruñó molesto, dejándose caer en el sofá.
—¡Eres grosero! —regañó Park.
—Creo que es una señal de que me vaya —dijo el muchacho tomando su chaqueta de cuero. —Me avisas sí... si quieres que nos veamos. —Le guiño el ojo.
—Sí, lo pensaré Kook.
Jimin acompaño el joven hasta la puerta para despedirse de él y finalmente cerrar la puerta. Una vez solo con Taehyung, este lo miro mal.
—¡Lo espantaste!
—No sabía que un hombre era más importante que yo —dijo ofendido el azabache escondiéndose de hombros.
Jimin rodó los ojos. Taehyung era muy dramático algunas veces.
Por la cara que traía Kim, algo malo le paso. Sobre todo porque estaba en su casa un sábado temprano, eso ta no era para nada normal de parte de Taehyung. Al sentarse a su lado lo supo, estaba con el olor, a cigarrillo pegado en el cabello y ropa; a cerveza y notorio perfume de hombre que no era de él.
—¿Dónde andabas? —preguntó directamente. —¿Saliste?
Taehyung se aclaró la garganta.
—Sí, salí, bebí y tuve... tuve sexo con alguien en su auto —confesó y los ojos de Jimin se abrieron de par en par.
—¡¿Tú?! ¡¿Teniendo sexo en un auto?!
—¿Por qué no sales a la calle y lo gritas?
Jimin estalló de la risa. Eso sí que no se lo esperaba para nada.
—Pero si andabas en la cena con tus padres, ¿en qué momento te escapaste? —preguntó sorprendido. —Kim Taehyung, estás rebelde y me gusta.
—Salió horrible esa cena y bueno, simplemente se dio —Explicó evitando algunos detalles. —No es algo de lo que me tenga que sentir orgulloso —habló Taehyung molesto.
—Por favor, ni que te hayas acostado con Minjae —rio y miró a Kim. —¿Fue con él?
—¡Claro que no, por Dios, Jimin! —exclamo exaltado.
Park se encogió en su lugar por el grito de su amigo.
—Cuéntamelo todo. ¿Con quién y como fue? —Comenzó a preguntar otra vez el pelirosa. —¿Te gusto?
El azabache miró al chico. Estaba a punto de ya decirle todo, Jimin era en el único que confiaba y se sentía cómodo de confesar estas cosas.
—Fue con tu tatuador —dijo sin rodeos.
No quería exagerar, pero vio como a mejor amigo casi se le desencajaba la mandíbula ante tal confesión. No dijo nada.
—Es... el mismo con el que me bese el viernes en el auto.
Park, atónito, se dejó caer al sofá. Sin palabras, su mente completamente en blanco.
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