41 - Jungkook

No me sorprendió el hecho de que no fuera del todo bienvenido aunque quisiera darle una sorpresa a mis padres, papá ni siquiera se alegró de verme, pero con el paso de los años llegaba un momento en el que ese tipo de cosas de su parte ya no me afectaban, las veía normal y me había acostumbrado a su manera de ser conmigo. Así era él, yo no lo podía cambiar, y era una cuestión de tomarlo o dejarlo, soportarlo o dar la espalda, y fuera como fuera, a ellos nunca les daría la espalda aunque ellos me la hubieran dado varias veces.

A Sunhye la miró más de la cuenta cuando se la presenté, e incluso lo sentí más amable con ella que conmigo, tampoco le di importancia, sabía como era mi padre, un mujeriego, cualquier chica guapa que le pusieran delante iba a sacar a relucir su empatía para llevársela a la cama, y Sunhye era mucho más que una mujer hermosa, era una mujer poderosa, incluso cuando caminaba era imposible no mirarla.

Llevé a Sunhye a mi antigua habitación, la que aún tenía cubrecama de Ironman y almohadas del mismo, carteles de bandas y caricaturas en las paredes y juguetes muy infantiles. Después de tantos años sin visitar mi casa, pensé que ya habían desalojado todo, pero estaba limpio y muy bien acomodado, sin duda alguna alguien debía de haberlo cuidado en este tiempo.

—Wow, si que te gusta Ironman, yo pensé que solo era un gusto infantil —mencionó Sunhye levantando el muñeco de Ironman de plástico que había junto a mi computadora antigua.

—Te dije que era mi héroe favorito —recalqué.

—No si ya me estoy dando de cuenta —sonrió de lado —¿Esto todavía anda? No había visto una de estas en años —dijo señalando la computadora.

Era bastante antigua, no sabía siquiera si entendía o no, la última vez que la había usado tenía unos diez años. Pero no podía negar que verla aún con vida me traía recuerdos nostálgicos.

—Ni idea, es viejísima —me acerqué a ella —Vamos a ver.

La conecté a la corriente para encenderla y el bombillo amarillo neón se encendió en la parte inferior de la pantalla, apreté el botón que estaba al lado de esta y encendió milagrosamente.

—Supongo que los años para la tecnología antigua no son nada —sonreí viendo la pantalla azul.

—Esto es impresionante —se sentó en la silla del escritorio mientras yo la trasteada de pie a su lado.

La pantalla se abrió, mostrando un fondo de flores, de esos que te mostraban en los móviles por defecto y que traía de fábrica. La imagen no era tan nítida, pero con los años que tenía este aparato estaba al cien.

—¿Tienes porno aquí? Seguro que si —mencionó ella sonriendo, yo negué.

—Lamento decepcionarte, pero no hay porno aquí, yo no veo pornografía —aclaré, Sunie me miró enarcando una ceja.

—Por Dios Jungkook, todas las personas del mundo han visto porno alguna vez en su vida, así sea por accidente o incluso a la fuerza, pero han visto, dudo mucho que tú seas del porciento reducido de que no —la miré.

—Dije que no veo pornografía, no que nunca haya visto —una sonrisa pícara se le formó en los labios al oírme.

—Hala, que guarro me has salido —me pinchó con el codo.

—Ya —reí por sus tonterías —Si el disco duro de esto no está dañado debería de haber fotos y videos mios de cuando más pequeño, mi hermano me regaló una vez una cámara de vídeo y yo siempre los enviaba para aquí y los editaba con música —conté.

Abrí carpeta por carpeta pero todas resultaron estar vacías, no me sorprendió ni me decepcionó, con los años que tenía esta computadora era normal, de milagro y había encendido.

—Que pesar, yo si quería ver a mini Jungkook grabando vídeos —dijo Sunhye formando un puchero.

Se colocó de pie para estar a mi altura y me dio un beso en los labios.

—Me gusta mucho tú habitación, incluso huele mucho a ti —sus brazos rodearon mis hombros mientras yo rozaba su nariz con la mía.

—¿Y a qué yo huelo según tú? —pregunté mofándome.

—A bebé grandote —me separé de ella, se me colocó un signo de interrogación en todo el rostro.

¿Qué tipo de olor era "A bebé grandote"? ¿Los bebés grandotes olían bien?

—¿Bebé grandote?

—Si —asintió —Hueles suave, dulce, delicado, varonil, demasiado bien —al oír eso último me relajé de nuevo.

—¿Eso está bien, no? —acaricié su cinturita.

—Muy bien —trazó mi mandíbula con su mano, haciéndome escalofríos.

Me acerqué a su boca, pero esta vez con un beso más pasional, más profundo, más de nosotros. Los picos eran románticos, pero con Sunie los picos para mi no eran suficientes.

—¿Donde está el bebé de esta cas...? Uy, perdón —tanto Sunhye como yo nos separamos lo más rápido posible ante la entrada inesperada de mi hermano mayor.

Me alegraba mucho de verlo.

—Creo que llego en mal momento —dijo él un poco apenado.

—No, no, hyung, está bien —aseguré.

Él se relajó y caminó lo que le faltaba hasta llegar a mi para envolverme en un abrazo. Mi hermano siempre había sido madre y padre, él era el que más se preocupó por mi siempre -por no decir el único- y era la persona que más extrañaba de la casa sin duda alguna.

—Que bueno verte, Jungkookie —me dio palmaditas en la espalda.

—Igual, hyung —le correspondí, nostálgico de verlo después de tanto tiempo, vi como sus ojos se posaban por un instante en Sunhye —Ella es Sung Sunhye, mi novia —dije con una sonrisa en la cara —Sunhye, él es Junghyung, mi hermano mayor —añadí.

Ambos se sonrieron amablemente.

—Mucho gusto —dijo mi hermano.

—El gusto es todo mio —agregó Sunie.

—Bueno, ¿qué te a parecido tu antigua habitación? Igual arreglé una más grande para ambos —se dirigió a mi.

—Me sorprende que siga igual, la verdad —respondí —Pero no nos quedaremos —Sunhye me miró.

—¿No? —ambos lo dijeron al mismo tiempo, lo que me provocó una pequeña risa.

—No, estamos de pasada, iremos a otro lado —la cara de Sunhye era un poema, no se lo esperaba para nada.

—¿A donde? Pensé que cenaríamos juntos después de mucho tiempo —la cara de mi hermano cambió completamente.

—Otro día, de todos modos estaremos en Busan unos días, pero no aquí —contesté metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

—¿Entonces para que sacamos las maletas del auto? —preguntó Sunhye confundida.

—Las maletas están ya en donde tienen que estar hace un rato.

La sorpresa no era venir a la casa de mis padres, la sorpresa para Sunhye era nuestro antes y después. Algo que marcaría nuestro futuro juntos.

—Que mal, después me pasas la ubicación de donde se van a quedar para ir a visitarlos antes de que vuelvan a Seul —me sonrió mi hermano.

—Si es que volvemos —miré a Sunhye con una sonrisa juguetona y ella seguía sin entender nada —Nos vemos, aún tenemos que conducir —me despedí de mi hermano.

—Mucha suerte hermano, te quiero mucho y cuidate —me abrazó por unos segundos y nos separamos.

—Igual tú.

Cogí a Sunhye de la mano y me dirigí a la salida.

(•••)

No sabía si Sunhye me había dicho lo de la cafetería en broma o en serio, o si simplemente era un sueño que ella había tenido, pero yo me lo había tomado muy en serio.

No hubo problemas en contactar personal y comprar un lugar para hacer su sueño realidad, él dinero nunca me había importado tanto como en ese momento, si lo tenía, lo ideal era usarlo en algo que valiera la pena, y todo lo que Sunhye pedía o decía valía la pena multiplicado por mil.

En dos semanas el local estaba casi listo, solo le faltaba el toque Sunhye, lo había dejado a medias para que ella ultimara los último detalles de nuestro negocio. Una cafetería dulce y tranquila junto a la playa estaba más que bien, y en lo alto un estupendo lugar para hacernos una casa para los dos.

Yo quería vivir con Sunhye y hacer mi vida a su lado, yo lo necesitaba y estaba más que claro que por ella daba la vida si era necesario.

Cuando aparqué el auto cerca del lugar en donde estaba la cafetería, Sunhye no entendía nada, y aún así decidió dejarse llevar y no preguntar nada en todo el camino. En persona el lugar se veía mucho mejor. El letrero de Cafetería Sung se podía ver claramente y cuando Sunhye salió del auto y vio todo, temí por su integridad física al abrir tanto los ojos de la sorpresa.

Me miró, miró el local, luego volvió a mirarme y miró el local nuevamente, para luego volver a mirarme y quedarse unos instantes así.

—¿Qué es esto? —preguntó, aunque era más que obvio.

—Tú sueño hecho realidad ¿no? —quise quitarle importancia.

—¡No me lo puedo creer, Jungkook! ¿Qué has hecho? —de colocó las manos en el rostro.

—Es tuyo, Sunhye, o bueno, nuestro —nos miramos durante unos minutos.

—No puedo aceptar algo así, esto es más de lo que podría pedir alguna vez, tú invertiste mucho dinero en esto y yo...

—No digas que no tienes con que pagarlo porque esto no se trata de eso, no es un préstamo ni nada por el estilo, es nuestro negocio, el dinero nunca lo había invertido en nada y en realidad solo estoy dando un poco para hacer un negocio de ambos —dije —Quiero que vivamos juntos aquí, que hagamos nuestra vida y seamos una familia —me coloqué en frente de ella —Te amo, Sunhye, y esto es poco para lo que te mereces en realidad —sus ojos estaban llenos de lágrimas.

—Por Dios Jungkook, no se qué decir —se limpió las lágrimas inútilmente porqué seguía llorando a cántaros.

—Solo tienes que decir si sí, o si no —me encogí de hombros.

—Vamos a dejar muchos amigos y personas importantes ¿lo sabes, no? —asentí.

—Siempre serán importantes para nosotros, pero creo que es momento de hacer nuestras vidas ahora, crecer nosotros y hacernos alguien, y yo quiero estar a tu lado para eso —agregué.

Ella se quedó callada unos instantes, en donde me desesperé. Luego se acercó poniéndose de puntillas para darme un beso en los labios bastante corto.

—También quiero estar a tu lado y crecer, y hacernos alguien, juntos —mi sonrisa me delató al instante de oírla.

(•••)

Abraza a mi, mientras veíamos la tarde caer, nos dejamos llevar por el momento. Sunhye me hacía tan feliz, el solo hecho de estar a su lado me hacía demasiado feliz, incluso los momentos como éstos, en los que veíamos el sol caer detrás del mar, eran momentos perfectos.

—Jungkook —me llamó.

—¿Si? —su rostro se levantó solo para mirarme a los ojos.

—Tengo que decirte algo —alegó, mi cuerpo se puso en tensión pero intenté darle tranquilidad para que hablara —No sabía cómo decirte, pero creo que es ahora o nunca —su rostro parecía preocupado.

—¿Qué pasa? —pregunté asustándome.

—Tú papá fue uno de mis clientes —me relajé al instante.

Me había preparado para lo peor, tal vez que hubiera pensado bien el hecho de estar conmigo y decidiera volver a Seúl sola y seguir con su vida normal. Eso sí me asustaría muchísimo, porque yo ya había aceptado a Sunhye de la manera que fuera, y su trabajo ya no interesaba, y tampoco me afectaba.

—Waah, por un momento me había asustado, Sunie —me llevé la mano al pecho con alivio.

—¿No estás enojado conmigo? ¿No me vas a dejar por ser una p...?

—Ey, no digas esa palabra, porque no lo eres, ni nunca lo serás ¿Vale? Eres una mujer igual que cualquier otra —la miré, tomándola de los hombros.

—Pero...

—Pero nada, Sunie, ahora somos tú y yo, escribiendo una nueva página del libro, dejando atrás el pasado y viviendo el presente, y en mi presente estás tú, y solo tú —le aclaré.

—A veces siento que no te merezco —solté una risa al oírla.

—Creeme que esa frase debería de haberla dicho yo, pudiste no perdonarme, las dos veces, y míranos —ella sonrió un poco.

—Te amo —dijo, yo no pude ocultar mi sonrisa cada vez que escuchaba esa frase de su hermosa voz.

—Yo te amo más —su sonrisa se hizo más grande.

La abracé con fuerza, fundiéndola entre mis brazos hasta que se quejó, estaba tan feliz que no cabía en mi mismo. Con Sunhye siempre me sentía tan completo que dolía.

—Joder ¡Qué feliz soy! —grité sacándole una sonrisa más grande.

—¡Yo también! —ella me imitó.

—Siempre juntos —junté su frente con la mía.

—Siempre juntos.

Fin.





(•••)
No es juego, se acabaron las aventuras del Junghye o del Sunkook.

Final kk pero el que me va dar tranquilidad a partir de ahora.

Pensé tanto el final que al final terminé haciendo cualquier cosa. Estaba tan frustrada porque no tenía nada de inspiración que decidí terminar con mi dolor de cabeza. Lxs he decepcionado, lo sé, pero yo lo necesitaba, necesito saber qué Cockiness está terminada, con un final para poder continuar.

Fue bonito, Cockiness se merecía mucho más que esto, porque era una de mis historias favoritas, pero acaba de terminar.

Agradezco todo el apoyo que le dieron de principio a fin, y espero que las demás historias que comenzaré a subir poco a poco sean de su agrado.

Nos vemos.

Lxs sarangheo🥰❤️

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