28 - Sunhye
No sabía lo que planeaba Jungkook, y me permitía dejar la mente en blanco y dejar de imaginarme cosas sin fin solo para que la sorpresa fuera completa, porque si él no había dado más.detalles era porque tenía algo preparado para mi, y la idea me fascinaba, porque Jungkook me comenzaba a meter en una burbuja de la que no quería escapar nunca, a decir verdad, me gustaba que por primera vez yo fuera capaz de sentirme así con alguien.
Porque la verdad es que no había tenido nunca muchas esperanzas de sentirme así, a decir verdad, nunca me imaginé que un chico me gustara más allá de sexualmente, o de trabajo, y él era precisamente ese primer chico que agotaba todo mi interior con cariño y poniéndome incluso por encima de él, yo siempre me sentí inferior a todos, cuando veía en lo que trabajaba y la vida que me perseguía, la manera en la que los hombres me miraban solo buscando sexo, me hacía sentirme a veces muy inferior, pero con Jungkook no me sentía así, me sentía completa, llena de vida, llena de amor para dar, y también para recibir.
Quería seguir sintiéndome así por el resto de mis días, y no sabía si era capaz de encontrar ese sentimiento en otra persona que no fuera Jungkook.
Me coloqué algo elegante tal y cómo el me lo pidió, en la llamada se escuchaba emocionado, y cuando le pregunté si se trataba de una cita se puso tan nervioso que incluso me reí de él a pesar de que no me veía, era divertido porque yo había descubierto muy fácil su gran sorpresa. Me maquillé lo mejor que pude, quise verme hermosa para él, quería que cuando me viera sintiera que no podía dejarme por ninguna mujer más, que yo era suficiente para él tanto física como sentimentalmente.
Cuando acabé de colocarme mis zapatos de tacón de aguja blancos, a juego con el vestido de seda, delicado y de tirantes que me había puesto, me miré en el espejo arreglando un poco más mis ondas, para luego sentirme lista.
Cuando cogí mi móvil pretendiendo salir del edificio y esperar a Jungkook afuera, había un mensaje suyo, avisando que se encontraba ya esperándome. La sonrisa de estúpida no se me borró ni siquiera cuando tropecé con el tapete de la entrada casi cargándome mis zapatos, y me reprimí por torpe, pero luego pensé que incluso si iba descalza, Jungkook me besaría y me diría lo hermosa que estaba y ni siquiera se fijaría en mis pies desnudos, pero quería conservar mi outfits en el que me había esmerado tango para presentarme delante de él.
El descenso en el ascensor me pareció demasiado largo, y cuando sonó abriendo las puertas casi salgo corriendo de la emoción.
El mismo auto que había visto aquella vez cuando me fue a buscar al Hot Sinner me recibió, estaba tan limpio que pude ver mi reflejo mientras me acercaba.
No se me pasó desapercibida la mirada de Jungkook, tenía una cara de poker que en otras circunstancias me habría reído muchísimo, porque no tenía ninguna expresión en el rostro, pero tenia la boca ligeramente abierta mientras yo seguía acercándome a él, y al verlo tan perplejo por mi, me hizo ponerme tímida, y mis mejillas se calentaron al igual que mis orejas.
Pero también porque él andaba extra guapo esta noche, y con la cintura apoyada en el costado del auto lo hacía ver mucho más sexy de lo que mi cuerpo y mi cabeza podía soportar, incluso sentí que me mojé de solo verlo, porque su cuerpo iba en un impoluto traje de rallas blancas y negras, de pantalón de pinza y chaqueta y camisa blanca, no traía corbata, pero no era necesario, además, gracias a que no poseía ese accesorio, tenía algunos botones sueltos y quedaba al descubierto una pequeña parte de su pecho definido y sonrojado. Sí, Jungkook tenía el pecho sonrojado, y solo lo había visto de esa manera mientras follábamos.
¿Acaso también tenía tantas ganas como yo? ¿Le parecía yo tan sexy cómo el a mí?
Porque a mi incluso me fallaron las piernas al examinarlo de pies a cabeza, y distinguir lo fuerte que estaban su brazos y lo definido que tenía el pecho, y sin contar la preciosa manera en la que la tela del pantalón a juego se le ceñía a los musculados muslos.
Vulgarmente diría que Jungkook era un bombón.
Uno que me apetecía disgustar de la mejor manera esta noche.
Cuando llegué por fin a él, se recompuso y me miró de arriba a bajo, para luego subir y mirarme a los ojos, me mordí el labio demasiado roja y caliente, incluso hacía frío, y yo sentía que en algunas partes de mi cuerpo sudaba.
Jungkook parecía tener el mismo problema.
—Sunie... Tú... Joder... —solo supo agarrarme de la cintura y rodearla con un brazo hasta tenerme arrinconada contra su pecho, y sus ojos brillaron de cariño y sensualidad.
—Tú también —dije, entendiendo a la perfección su reacción, porque yo estaba igual de perdida por él, por ser tan malditamente guapo y sexy.
¿Porqué seguía sumando cosas a la lista del hombre perfecto? Siquiera podía imaginar que existiera alguien como él en el mundo, él era único, y era mío.
Sus labios apresaron los mios con un hambre que me dejó tonta, el calor que sentía entre las piernas se acrecentó y sujeté la chaqueta de Jungkook con mis manos para no caer y también para pegarlo mucho más a mi, también quería lo mismo.
Y cuando su húmeda y dulce lengua se introdujo en mi cavidad con acidez, se me nubló la mente, él estaba desesperado y hambriento, pero a pesar de la presión que ejercía con sus labios, no llegaba a hacer algo salvaje que me molestase, siempre en sus besos había ese atisbo de cariño que me enloquecía y que hacía que quisiera quedarme en su boca fundida por siempre, así él besaba: lento, con cariño, pero con hambre y sensualidad. La perfecta combinación para hacerme apretar las piernas.
A este paso, terminaría mojando mi débil tanga de encaje blanco especial para él en medio de la calle, un desastre sin duda alguna. Pero él se separó sin aire y me miró sonriendo, tan lindo que no pude evitar imitarlo.
—Estás hermosa, incluso la palabra se me queda corta, Sunie —me dijo, al parecer, besarme, le había servido para agarrar más confianza, yo acaricié su mejilla caliente y roja y besé sutilmente sus labios suaves y húmedos.
—Tú también estás guapísimo, o hermoso, ninguna es palabra suficiente tampoco —añadí.
—Menos que tú seguro seguro —comentó y yo negué.
—Mucho más —esta vez negó él.
—Tú mucho más —agarró mi labio inferior entre sus labios y jaló de manera muy sexual hasta soltarlo, yo gemí sin poder evitarlo.
¿Seguíamos hablando de quién iba más hermoso, o de quién estaba más excitado? Porque creo que yo más seguro.
—Joder... Deberíamos separarnos, o no saldremos de mi apartamento esta noche —dije y él entendió porqué lo decía, incluso podía sentir algo muy duro pegado a mi vientre.
Era más alto que yo incluso con tacones. Perfecto.
—Concuerdo —nos alejamos por el bien de ambos y por el bien de la noche y su sorpresa y la corriente fría de aire viajó entre nosotros para nada agradable.
Me gustaba el calor de su cuerpo, me sentía bien entre sus brazos.
Jungkook me abrió la puerta del copiloto de su auto como todo un caballero y luego entró en la parte del piloto para después arrancar y emprender rumbo hacia donde él tenía la sorpresa, yo solo estaba confiando plenamente en él, porque no tenía idea de a donde podía llevarme y más vistiendo tan elegantes, lo que si tenía seguro era que a un lugar corriente ni de la calle íbamos a ir.
Él agarró mi mano entre la suya mucho más grande que la mía brindándole el calor necesario como para relajarme en el silencio que había dentro del auto, no queríamos hablar, al menos no por el momento, pero tampoco era necesario, estábamos bien con solo la compañía del otro.
Solar una vez me dijo:
"Si están callados y no se aburren, es ahí, hermana".
Y yo no entendía a qué se refería hasta que conocí a Jungkook, porque el parecía ser un chico extrovertido, pero en realidad era bastante callado en algunos temas, como cuándo estábamos en un lugar reducido, compartiendo el mismo oxígeno en un espacio reducido como era su auto, permanecía callado, pero me sonreía de vez en cuando y también me apretaba la mano, y yo me sentía muy cómoda de esa manera, y entrelacé mis dedos con los suyos, e incluso cuando las manos comenzaron a sudar por el creciente calor que albergaban ambas, no las separamos.
Podía oler su perfume, algo exquisito y malditamente hechizante, era varonil, tanto que te hacía perder la cabeza, pero también era con un toque suave, como el de un bebé. Súper raro pero delicioso, algo que quería oler en mi piel, en mis sábanas y en mi almohada al despertar.
Recorrimos el centro de Seúl por varios minutos, pero no se extendieron, solo fueron unos veinte minutos en auto, y Jungkook se detuvo.
Me sonrió y me apretó la mano indicando que ya habíamos llegado, y se bajó antes separando nuestras manos -y suspiré por su falta- para venir a mi lado y abrirme la puerta.
Efectivamente, estábamos en un lugar caro, pero no se escuchaba ruido, había silencio y tranquilidad al rededor, pero por la arquitectura se podía decir que aquí no venía cualquier persona a comer.
Yo vivía en un apartamento de lujo, pero mi comida era la de una chica normal con un trabajo y un salario semanal, no me permitía venir a lugares caros porque no podía, la mayor parte del dinero iba dirigida al alquiler y el otro en comida y en ropa para mis shows, además de que pagaba mis clases de diseño todos los meses.
Pero Jungkook escondía una fachada que comenzaba a conocer.
Nadaba en dinero.
Y aunque no era un tema que me interesase, porque no lo conocí sabiendo que era adinerado, y mucho menos me enamoré de él cuando fui a su casa y vi que no era el ordinario apartamento de un cuarto pequeño de un universitario, y él no parecía un chico que le gustara presumir que tenía dinero, a decir verdad, era bastante humilde, y cada vez me gustaba mucho más.
No era egocéntrico ni mucho menos creído.
Pero debió de haberse gastado un dineral reservando en un lugar cómo este.
—¿Entonces sí era una cita? —pregunté, riendo divertida y mirándolo con la ceja alzada.
Él sonrió inocente al mirarme.
—¿Sorpresa? —levantó ambas cejas como haciendo la expresión de celebración, incluso levantó sus brazos.
Yo me reí soltando una carcajada y me agarró la mano de nuevo, entrelazando nuestros dedos.
—Vamos a entrar —jaló de mí suavemente y yo asentí.
Caminamos hasta la entrada, y un señor de traje negro y lazo en el cuello nos hizo una reverencia en forma de respeto y bienvenida. Nosotros respondimos a la inclinación un poco más leve.
—Bienvenidos, señor Jeon y señorita Sung —me sorprendí al oír mi apellido en sus labios.
¿Me conocía? A claro, Jungkook seguro había dado nuestros nombres para que la noche fuera más sorprendente, no todos los días te conocía un mesero de un restaurante de lujo, parecía que había venido varias veces, pero la realidad era que esta era la primera vez en este lugar, se sentía bien.
—Pueden pasar, todo está listo —aquello último fue dirigido a Jungkook y él asintió.
El hombre nos condujo dentro del restaurante, subimos en ascensor durante unos minutos, y cuabdo llegamos al último piso me quedé atónita al ver que no había nadie, ¿acaso ya habían cerrado? ¿Acaso...? No, Jungkook tampoco era tan millonario como para hacer algo cómo eso ¿O sí?
¿Con quién estaba saliendo? ¿Con el hijo del presidente? ¿Un ceo o un empresario importante?
Joder.
Las luces se volvieron tenue cuando entramos, y nos indicaron una mesa al lado de los ventanales, estábamos como en un quinto piso, y podíamos ver la noche de Seúl alumbrada y algunos edificio a lo lejos, era precioso. Yo me senté en un extremo y Jungkook en otro, algo que no me gustó, pero un lugar como éste, era necesario mantener la compostura aunque fuéramos pareja.
—Pueden pedir lo que desean, ¿les apetece algo de beber para comenzar? —preguntó el hombre, muy amable.
Jungkook habló antes de echarle un ojo a la carta, simplemente como si supiera mucho de bebidas caras.
—Un Champagne Louis Roederer, Cristal Brut 1990 Millennium Cuvée Methuselah —me quedé hipnotizada con sus labios.
Incluso su lengua al moverse con aquel nombre que o entendí después de Champagne me hizo tragar saliva, se veía demasiado sexy hablando de esa manera.
—Entendido, señor —y se marchó dejándonos solos.
—¿Porqué estamos solos aquí, Jungkook? —pregunté, demasiado curiosa.
Él se rió y estiró la mano para agarrarme la mía por encima de la mesa.
—Alquilé todo el lugar por una noche, quería que nuestra primera cita fuera especial, y que estuviéramos solos los dos —dijo, yo asentí.
—Debes de haber gastado mucho dinero en esto, no era necesario, yo con salir y comer hamburguesas en un puesto en la calle era suficiente, porque si es contigo no importa el lugar ¿sabes? —acaricié su mano, tan suave y cálida, y él se me quedó morando durante unos minutos en silencio.
—¿Porqué eres tan perfecta? Cada vez que hablas me haces sentir muy afortunado de encontrarte —sentí mis mejillas arder e inflé el pecho.
Que un hombre guapo, cariñoso y adinerado te diga que eres perfecta -incluso siendo puta- y que se siente afortunado de tenerme, no se daba todos los días. Yo sí que era muy afortunada de haberlo conocido.
—Jungkook, me haces...sonrojar —él rió al ver mi berrinche.
—Te vez tierna sonrojada —se inclinó más hacia delante para mirarme más de cerca.
Pero el momento se vio interrumpido por la llegada del Champagne Luis bla bla bla. Jungkook se recolocó y el hombre nos abrió la botella y nos llenó la copa de los dos con una finura propia de una novela.
Jungkook y yo chocamos nuestras copas y bebimos, yo apenas me mojé los labios, porque no había probado el Champagne en mi vida, y realmente prefería la cerveza y el soju, la bebida de gente rica no sabía tan bien como de bonito se veía el precio. Champagne eliminada de mi lista.
—¿Qué van a desear para cenar? —sacó una pequeña libreta y un pluma antigua para anotar, yo levanté una ceja, porque daba igual con qué escribiera, iba a escribir igual, pero cómo era un restaurante de lujo, hasta una pluma elegante le daban.
—Tráigame el especial del menú, por favor —habló Jungkook por mi —Y qué en vez de ser dos, que sean cuatro —me mordí el labio.
El hombre hizo una reverencia y se volvió a marchar.
—¿Cuatro? Fui mala en Matemática cuando estaba en la preparatoria, pero lo básico lo aprendí, así que puedo contar fácilmente y aquí solo somos dos personas —dije, el rió y se acercó a mi, tanto que casi salta la mesa para llegar hasta donde yo estaba.
—La comida de rico es demasiado escasa, si pido un solo especial para cada uno, nos vamos a quedar con hambre —comentó.
Yo solté una carcajada en su cara, y agarré la misma con mis manos. Me acerqué a él hasta eliminar toda nuestra distancia, y lo besé, solo con un pico, y cuando me separé, el se quedó en la espera de más, pero al ver que volvía a mi sitio, gruñó.
Cosas como estas eran las que me decían que aún estaba con el Jungkook sin traje y que va a un gimnasio público todas las semas, tiene la casa patas arriba y come pizza en el desayuno, en el almuerzo y la comida. Él pensaba igual que yo, si pedíamos lo que normalmente una persona rica pediría, estaríamos gastando dinero por gusto, porque nos iríamos con el estómago vacío, pero él se saltó todas las normas siendo el mismo.
Y eso me fascinó demasiado.
—¿Y tendrás dinero para pagar cuatro especiales? No he visto el precio, pero seguro que vale cada uno lo que vale un riñón mio —dije, su enfado por el beso de antes se le desapareció y sonrió.
—Ya no tiene caso ocultarte que tengo dinero, y ahora te puedo decir que cuento con una Black Card —se me desencajó la quijada.
¿U-Una... Black Card?
Al ver que me quedé en shock, volvió a coger mi mano.
—Obviemos esa parte, y pasemos a lo que interesa, te tengo un regalo —salí de mi trance al instante.
—¿A mi? —asintió.
El hombre de antes hizo acto de presencia solo para traer una bolsa, dejarla e irse de nuevo.
—Comenecé a hacerlo desde la primera vez que estuvimos juntos, no podía sacar tu rostro de mi cabeza y mis manos te pintaron solas, y le di los retoques finales y me fascinó el resultado —tenía la cara roja, y parecía tan ilusionado que me apresure en coger la bolsa y sacar lo que había dentro.
Me llevé la mano a la boca demasiado impresionada.
No sabía que el talento de Jungkook era tan grande, porque verme tan perfectamente creada a lápiz, sobre un lienzo era simplemente impresionante.
Cada trazo, cada detalle era increíble, estaba tan bien hecho que no parecía ser creado por un simple universitario de último año. Incluso los ojos me picaron con lágrimas. Nunca nadie me había dibujado y mucho menos de manera tan hermosa. Parecía perfecta.
¿Así era como me veía Jungkook?
—E-Es... Increíble, Jungkook —dije, sorprendida por su talento, él estaba muy contento al oírme.
—Quería regalarte un retrato tuyo, pero hecho por mi, enseñándote cómo es que apareces en mi mente, en mi mente eres y serás siempre perfecta, Sunie —me mordí el labio, quería besarlo.
—Quiero besarte —pronuncié.
Jungkook sonrió y sin importarle nada, desplazó su silla hasta mi lado, dejé el regalo encima de la mesa y agarré su rostro para besarle con el mayor agradecimiento del mundo.
El me respondió ansioso, y nuestras lenguas colisionaron necesitadas por el otro. Jungkook apretó mi cintura con una mano y la otra se encargó de acariciarme el muslo.
Suspiré en su boca, gracias al mantel, nadie podía ver donde se encontraba la mano de Jungkook, y dejé que sus dedos me quemaran la piel.
Sus dedos parecieron fuego abrazador, y cuando acarició el interior de mi muslo ascendiendo en un camino que hizo erizar mi piel, me sujeté de los hombros de Jungkook, moviendo mis caderas más cerca de él, necesitada de su toque.
El ambiente subió muchos grados, y nuestros cuerpos parecían enfermos por el toque del otro y nuestras lenguas transmitieron lo mismo, al crear un beso tan húmedo que nos robó el aliento.
Agarré aire inflando el pecho y me separé de él, solo para sostener su mirada viva en lascivia, caliente como el más abrazador fuero, y su mano se metió debajo de la falda de mi vestido discretamente. Jungkook se mordió el labio cuando abrí un poco mis piernas para permitirle el acceso sin importar el lugar en el que estábamos y sentir lo caliente y húmeda que se encontraba mi tanga de encaje, a este punto, la tela blanca debería estar transparente producto a mi excitación.
Agarré su labio inferior entre mis dientes halándolo cuando sus dedos rozaron mi clítoris por encima de la tela. Una corriente eléctrica me recorrió todo el cuerpo y no pude evitar gemir, y apreté en mis manos las hebras de su cabello.
—Estás... tan caliente —dijo, bajito.
—N-Necesito...
—El especial de ambos está listo, señores —palidecimos cuando el hombre llegó sin avisar.
Pero apenas pareció percatarse de lo que Jungkook me estaba haciendo por debajo de la mesa, y tampoco pareció importarle mucho, Jungkook abandonó mi coño tan rápido como flash y nos separamos al instante, demasiado rojos por el momento y la vergüenza.
—G-Gracias —dijo Jungkook volviendo a su lugar como si nada pero con los labios hinchados y la cara extra roja.
Lo que más nos aparecía en estos momentos era acabar de comer e irnos a la casa, y encontrarnos con la cama.
Adiós regla, hola sexo en la cama con Jungkook.
Hoy sería una noche inolvidable, eso sin duda alguna.
(•••)
No lo he editado desde hace dos días que lo escribí, y me da pereza, así que me toca disculparme si hay un error, ya después lo editaré.
Como ven, van a tener que esperar para leer acción🔥.
Jsjsjs, vi que se asustaron con mi comentario.
Gente, van a haber turbulencias y no es cuento, aquí se viene drama hasta el final, y no es juego, lo tengo todo planeado😎.
Pero no se asusten tanto😅.
¿Qué les pareció? ¿Qué creen que podría pasar lueguito? Os estaré leyendo👀.
A lo mejor me animo a subir el otro prontito. Quien sabe.
Lxs sarangheo❤
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