13 - Jungkook

El fin de semana había sido torturador, entre lo que me castigaba constantemente y el no poder sacarme de la cabeza a Sunhye me tenía la cabeza hecha polvo.

Me sentía mal porque por alguna razón sentí que no debí de haberla dejado así por la mañana, a lo mejor hubiera sido más ético de mi parte si le hubiera llamado para decirle que me iría, pero había salido de su apartamento sin mirar atrás dejándola dormir porque a la mañana siguiente de haber hecho todo aquello con ella, me sentía un poco mal. No sabía si era porque mi cabeza sabía que lo hacía solo porque había visto a Jieun con otro chico, y eso me torturaba, porque aunque Sunhye cobrara por ese tipo de trabajos, yo no era así, y no me gustaba utilizar a las mujeres de esa manera, no al menos por despecho; y aunque después de besarla sí comencé a sentir y desear todo lo que hice con Sunhye aún en mi conciencia estaba ese pequeño detalle que me carcomía poco a poco.

Además, no me había podido sacar de la cabeza cada momento con Sunhye, había soñado todas las putas noches con sus besos, con su piel contra la mía, con cada roce de nuestras partes íntimas hasta perder la cabeza y la poca cordura que me quedaba.

Podía sentir aún su coño encima de mi polla y me empalmaba cada vez que pensaba en ese momento.

¿Podía ser incluso más adictivo?

Había visto cada detalle del cuerpo de Sunhye y había sido maravilloso, aunque fuera su trabajo, por alguna razón había sentido que ella deseaba aquello tanto como yo en aquel momento. Sus ojos brillantes, su rostro y cuerpo sonrojado, la humedad entre sus piernas me habían dictado que así era.

Pero seguía siendo solo un pensamiento del cual quería estar seguro en mi cabeza, porque todavía había esa parte que me seguía diciendo que ya era una experta mintiendo o fingiendo el disfrute, y me sentiría muy mal saber que solo había fingido, porque a pesar de mi inexperiencia yo había visto cuanto lo disfrutaba, y me había gustado, me había fascinado oírla gemir, hablar, y pedir que la tocase.

Pero ya habían pasado cinco días después de verla dormida y abandonar su departamento y no había dado señales de vida, seguía viéndola en línea en Kakaotalk, pero no me escribía, y yo me sentía muy avergonzado de mis actos y tenía miedo de escribirle y que ella no me respondiera. Aunque claramente ninguno de los dos tenía compromiso con el otro y solo nos habíamos visto por trabajo y ya, no teníamos porque escribirnos.

Además, hoy iría al gimnasio, y tenía la ínfima esperanza de verla, aunque fuera para observarla de lejos, aunque ella me ignorara, sentía la necesidad de verla después de lo que hicimos, era una manera de quedar bien conmigo y con ella, y de sentirme mejor si ella estaba bien.

Me cambié a un conjunto deportivo en negro completo con unas zapatillas cómodas. Agarré mi botella con agua y dejé mi teléfono en mi bolsillo derecho.

Salí de mi departamento y fui caminando, el gimnasio no me quedaba lejos y me apetecía caminar hoy un poco.

Cuando llegué, casi se me paralizó el corazón y me desmayo cuando la vi por los cristales, estaba de espalda, traía ropa deportiva pegada a su cuerpo y corría en la caminadora haciendo que su coleta alta hecha en su cabello se moviera rítmicamente de un lado a otro.

Entré saludando a Rick al instante, el cual me sonrió y me dio un sonoro apretón de mano.

-¿Qué tal todo, Jk? -saludó y yo respondí con la misma amabilidad.

-Todo bien, ¿y tú qué?

-Ahí, deleitando las vistas -apuntó a Sunhye con la mirada, una con la que no estuve muy contenta, pero disimulé bastante bien.

-Claro -miré a Sunhye solo para seguirle el rollo, y me llevé la sorpresa de que ella me estuviera mirando, sin detener su entrenamiento.

Nos quedamos un rato conectando miradas y me sentí muy intimidado de repente por ella, era algo extraño para mi, ella parecía tener algún tipo de poder sobre mi que no entendía; y por alguna loca razón me atraía que así fuera.

-¿Tommy no ha llegado? -pregunté cambiando de tema para llamar la atención de Rick y para desviar un poco la mirada de Sunhye.

-Ah, sí, casi se me olvida, Tommy esta semana no podrá atenderte, tuvo problemas con su hija pequeña y no podrá entrenarte -explicó y yo asentí.

-Vale, voy entonces a hacer un poco de brazo -asintió.

Yo caminé hacia uno de los prensardores de pecho, justo al lado de las caminadoras, y Sunhye no pudo evitar mirarme, y yo tampoco a ella. Había cierta tensión entre nosotros, pero no la tensión como la que habíamos sentido ese día en el auto o en su apartamento, esta vez era un poco pesada, pero traté de ignorar la sensación y me quedé con la mejor parte, que era verle su piel acaramelada brillante por el sudor. Parecía que llevaba aquí ya un buen rato, y el gimnasio esta vez estaba un poco más lleno que la primera vez que nos vimos aquí, así que asocié nuestra incomodidad a la cantidad de personas que había a nuestro alrededor.

Me senté en el lugar indicado, de frente hacia ella, quedándome justo enfrente, y mientras comenzaba a flexionar mis brazos de adelante hacia atrás soportando el peso que ya estaba indicado, me dediqué a mirar a Sunhye.

Ella me miraba de reojo, lo podía ver, y me encantaba verla ejercitarse. Su piel sudorosa y brillante, sus músculos tensarse al correr, la manera en la que permanecía completamente erguida, mostrando su cuello de cisne tan perfectamente besable. A Sunhye le gustaba que le besara el cuello, me lo había demostrado esa vez, vi como de mal se puso cuando le besé el cuello, y al pensar solo en la manera en la que se retorcía debajo de mi, su perfume floral en mi nariz y que estaba esparcido por todo su cuerpo, me comenzaban a pesar más de la cuenta los músculos al moverlos.

Sentí que el sudor me corría por el esfuerzo al llevar un rato y vi como Sunhye se detenía por fin, respirando pesado, y tratando de controlarse, agarró una toalla y se limpió el sudor de la frente de la manera más sexy que jamás imaginé, también tomó un poco de agua y me quedé embelesado en la manera en la que su garganta se movía al tragar.

Me miró de reojo y caminó hacia los baños, por alguna razón, sentí que me estaba pidiendo que la siguiera, y como yo era de acatar reglas rápidamente, detuve mi ejercicio y agarré una toalla para limpiarme el sudor mientras caminaba hacia los baños detrás de Sunhye.

Al entrar, no vi a nadie, pero cuando cerré la puerta, de uno de los cubículos salió ella, y caminó hacia mi, moviendo sus caderas en una provocación máxima. No sabía si era que me había gustado demasiado lo que había hecho con Sunhye y sentía la necesidad de tocarla nuevamente y sentirme tan excitado, pero verla de esa manera caminar hacia mi, despertó algo que no conocía, lo mismo que se me había despertado cuando Sunhye esa noche me dijo que la tocara.

-Te vi que me estabas mirando mucho mientras ejercitabas -comentó. Era la primera vez que nos hablábamos desde esa noche.

-Tú también me mirabas, que me di cuenta -añadí, y ella sonrió de lado.

Al llegar a mi, se pegó tanto, que sus pecho se aplastaron con el mío, y yo respiré fuerte antes de perder los estribos, no era el momento ni el lugar para hacer nada.

-Te vez sexy mientras haces ejercicios y... No habíamos hablado más, así que pensé que podríamos...

El sonido de mi celular sonó interrumpiendo a Sunhye, quise ignorarlo, pero ella se calló y me señaló que cogiera la llamada.

Saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón y me extrañé mucho al ver el nombre de quién me estaba llamando, ¿hacía cuanto no me llamaba? ¿Y tenía siquiera la poca cara de llamarme? ¿Qué necesitaba de mi ahora que no me tenía?

Sunhye pareció ver mi cara de shock completamente y dejé que viera el nombre cuando se estiró, levantó una ceja y se giró, yo atendí la llamada al ver que estaba insistiendo.

-¿Qué quieres? -pregunté seco, no se merecía que la tratara de otra manera.

-Jungkook, disculpa que te interrumpa, pero eres la única persona que entiende mi situación. Papá tomó mucho, y perdió la cabeza por completo, peleó con mamá y salió para la calle completamente borracho, y no sabemos donde está, así que pensé en llamarte y...

-Y quieres que te ayude ¿cierto? -era débil cuando se trataba de algo de esa magnitud, por alguna razón, me daba lástima esa parte de la vida personal de Jieun.

-Yo no te llamaría si realmente necesitara de tu ayuda, por favor, Jungkook, mamá y yo estamos desesperadas y muy preocupada, está borracho y puede hacer cualquier locura -estaba desesperada, realmente se oía mal.

Suspiré.

-Vale, estaré ahí en un momento -respondí.

-Gracias, Jungkook -y colgué.

-Sunhye...

-Tranquilo, tu ve -dijo, girándose y regalándome la sonrisa más falsa de su vida, era bastante obvia.

Yo asentí y me dispuse a abrir la puerta para salir.

-Oye, Jungkook -me giré al oírla.

-¿Sí?

-¿Ella es esa chica que te gusta que terminó contigo? -preguntó.

Yo dudé en responder, pero no veía la necesidad de mentirle, tampoco era como si fuera algo grave.

-Sí, es ella -y se quedó callada.

No entendí su silencio, pero tenía que dejar a Sunhye nuevamente.





(•••)
Hola! Aquí con la actualización de Cockiness esta semana como indiqué.

A partir de ahora solo va haber actualización los partes, para que así estén preparadas y tal.

Bueno. Habían pedido y deseado el capítulo con Jungkook, y pues ven que ya ha comenzado un poco el drama.

¿Qué creen ustedes que pueda pasar? ¿Jieun realmente se merece siquiera la lástima del buen corazón de Jungkook?

Ahí se los dejo.

Nos vemos en Cockiness la próxima semana.

Lxs sarangheo

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