12 - Sunhye
〔𝟺/𝟺〕
Jungkook fue tímido cuando su mano tocó la tela húmeda de mis bragas, tanto que tenía miedo a que comenzara a correrme por los muslos. Él me había puesto así, todo lo que hacía: sonrojarse, ponerse tímido, su inocencia; me había afectado más de lo que pensé que podría afectarme, y él se estaba dando cuenta.
Me sentía tan caliente, tan excitada que necesitaba con urgencia que él me tocase, por mínimo que fuera.
—Estas húmeda —me gustó su voz ronca, y también me gustó que no tartamudeara como antes lo había hecho, eso quería decir que estaba más relajado.
—¿No te jode? Todo ha sido tu culpa, tú me has puesto así —me sinceré.
Sentí la necesidad de mirarlo completamente y comencé a desabotonar su camisa, y él se dejó hacer. Cuando terminé, me despojé de ella y me deleité mirándolo: él era una obra de arte, y quería conocer más de ella.
Me acerqué a su cuello y lamí toda su extensión gasta llegar al lóbulo de su oreja y succioné sacándola un gemido.
Me gustaba que Jungkook gimiera.
—Tócame —pedí lamiendo su oreja y sentí como se tensó.
—¿C-Cómo...?
Me separé de él y fue mi turno de quitarme la ropa. Me despojé del vestido que traía, todo bajo la atenta mirada deseosa de Jungkook, tanto, que vi como volvía a empalmarse, y aquello me hizo sonreír mientras me quitaba el sujetador y luego las bragas. Ambos estábamos desnudos, y no nos desagradaba la vista que le proporcionaba el otro, porque Jungkook no perdió el tiempo en mirarme de pies a cabeza y detenerse de más en mis pecho.
Nunca había visto tanto deseo acumulado en la persona que tenía delante al mirarme, no como un deseo sexual que te hacía pensar más con la polla que con la cabeza, Jungkook no me miraba así, él me miraba con verdadera adoración, como si fuera lo más hermoso y nuevo que habría visto jamás, y era distinto, y me sentía muy deseada, y me gustaba en demasía.
—¿Te gustan? —él me miró a los ojos cuando hablé y sonreí. Él se sonrojó tan bonito que tuve la necesidad de morderle cada cachete sonrojado —Mis tetas, Jungkook —aclaré con la sonrisa aún en mi cara, él sonrió nervioso y me gustó, me gustó como mostraba sus incisivos más grandes que los demás y los costados de sus ojos se arrugaran, era muy hermoso, y tierno, y era la primera vez que veía a alguien tierno a la hora del sexo.
Jungkook era la excepción de todo lo que yo había vivido.
—Bueno... —se rascó la cabeza nervioso.
—Es importante que aprendas hablar, a nosotras nos gusta que ustedes nos digan lo que les gusta de nosotras, aunque suene como lo más guarro del mundo —aconsejé mientras volvía a acercarme a él y agarré su rostro entre mis manos —Puedes tocarme donde tú quieres, y como quieras —dije cerca de sus labios rositas.
Besé sus labios y él respondió al beso con lengua más lento del mundo, y yo apreté mis piernas en busca de ayuda.
—Todo de tí me gusta —dijo, y dentro de mi se encendió algo que no supe explicar, pero que lo asocié a las ganas que tenía por ser tocada por él.
—Pues hasme todo lo que te apetezca, puedes besarme la parte del cuerpo que quieras, puedes explorar todo lo que quieras —le di vía libre para todo lo que él quisiera hacer.
Nunca había hecho esto, pero Jungkook no me haría daño, porque no iba con su personalidad y porque tampoco sabía cómo.
—¿Puedes tumbarte en la cama? —preguntó, y me pareció lindo que lo hiciera.
—Vale.
Me alejé de él, subí a la cama y me acosté en ella. Me sorprendió mucho cuando vino hacia mi, y le di espacio entre mis piernas para que se colocara. Apoyó cada uno de sus brazo en la cama a cada lado de mi rostro para no dejar caer todo su peso encima de mi y me miró desde ese ángulo.
Gemí cuando sentí su polla justo entre mis piernas cuando se presionó contra mí.
—Sunhye... Quiero ayudarte a... Sentirte bien —habló.
Mi respiración se aceleró de momento y mi pulso se disparó cuando se acercó a mi cuello.
Jungkook era un chico que aprendía rápido, y repitió lo que yo había hecho con él antes, lamió la curvatura de mi cuello y jadeé de gusto. Su lengua era cálida, y se empeñó en dejar rastros de su saliva mientras se servía con mi cuello, lamiendo y dando besos cortos, haciéndome erizar la piel de gusto. Moví mis caderas en busca de fricción porque lo necesitaba con urgencia, pero entre más lo buscaba, Jungkook más se alejaba.
—Tranquila, quiero ir paso a paso —pidió, y a pesar de lo afectada que estaba justo en ese momento, sabía que tenía que llevar antes su ritmo, él era el primerizo, no yo.
Dejé que siguiera con su juego en mi cuello, añadiendo mordidas superficiales que solo aumentaban mi temperatura corporal. No sabía que me gustaba tanto que me besaran el cuello, no sabía que era tan placentero porque nunca nadie se había detenido a hacerlo y a preocuparse por lo que me gustaba o no, pero al dejar a Jungkook explorar mi cuerpo, que me besara el cuello comenzaba a afectarme más de lo nunca había pensado, me hacía excitarme mucho más, tanto que tenía miedo mojar la cama con los fluidos; y Jungkook pareció darse cuenta de lo mal que me estaba poniendo con sus besos en mi cuello.
—¿Te gusta que te bese el cuello, Sunhye? —preguntó, y me pareció que era el momento en el que los roles comenzaban a cambiar, con él encima, él ahora dominaba todo sobre mi, y me daba mucho morbo.
—Si... —jadeé.
Jungkook mordió mi piel sensible y yo me retorcí bajo él.
—Por favor... —pedí, necesitaba con urgencia que me tocara más abajo, no lo estaba soportando.
—¿Lo necesitas mucho? —asentí con la cara caliente y el cuerpo también.
Él no respondió más nada.
Bajó sus besos de mi cuello hasta mi pecho y chillé cuando tuvo el descaro de lamer superficialmente mi pezón derecho. Justo ahora, no me parecía un chico virgen.
Gemí demasiado cuando le dio atención a ambas de mis tetas a la misma vez. Hizo un juego de lamer mi pezón derecho y hacer lo mismo con el izquierdo, si succionaba uno, succionaba el otro, logrando sacarme más gemidos que en mi vida. Y a pesar de que parecía muy cómodo haciendo aquello, había un toque de timidez que aún no desaparecía, y me gustaba.
Dejó de atender mis pecho luego de un rato y bajó dejando un camino de besos húmedos por todo mi abdomen, y cuando llegó a poner su cabeza entre mis piernas, me miró, como buscando ayuda de mi parte, y en ese momento, volvió el Jungkook tierno de hacía unos minutos, el que no tenía idea de qué hacer.
—Puedes tocarme con tus dedos, aquí, en círculos, no tan fuertes ni muy rápidos —llevé mis dedos a mi coño y le señalé cómo debía de hacerlo, tocándome yo misma con mis dedos, y él prestó atención —También si quieres, puedes usar tu lengua, lamer suave y eso, solo si quieres, no tienes que hacerlo si no te gusta o te incomoda —aclaré.
Había hombres que no les gustaba practicarle el sexo oral a una mujer que según ellos iban por la calle regalándose, y aunque no fuera totalmente mi caso, era importante que Jungkook se sintiera cómodo con todo lo que iba a hacer, yo no iba a obligarlo a nada.
—¿Porqué no lo haría? Yo quiero probarlo todo, y estoy hablando literalmente —dijo, y yo tuve que reírme.
—Pues... Adelante —le di acceso libre.
Él comenzó tal y cómo yo le había enseñado inicialmente. Con su dedo medio se encargó de hacer círculos en mi clítoris, lentos y torturadores. Sentía que con solo eso podría correrme pero me contuve, porque quería ver hasta donde llegaba él.
Se encargó de hacerme gemir constantemente tocándome, haciéndome temblar cuando recogió más de mis fluidos con sus dedos para esparcirlo por todo mi coño y seguir masturbándome en pequeño punto de placer que me hacía girar los ojos de puro gusto.
Me decise para él cuando conectó mirada conmigo al acercar su boca y se le ocurrió la maravillosa idea de besar mi clítoris. Yo sufrí un espasmo y quise cerrar las piernas, pero Jungkook no me lo permitiría.
—Hueles bien —dijo, y yo sentí la cara demasiado acalorada. Esta vez dio una lamida por todo mi coño que me desgarró la garganta —, y sabes bien —añadió —¿Lo estoy haciendo bien? —preguntó.
A pesar de que no podía mencionar palabra, hice un esfuerzo sobrehumano.
—Si... Puedes meter un dedo si quieres... —le indiqué.
Y Jungkook, que estaba para aprender, dirigió su dedo medio y comenzó a abrirse paso en mi entrada, poco a poco, y yo agarré aire en mis pulmones por unos segundos para luego expulsarlo poco a poco.
—Joder... Estas muy apretada, ¿es normal? Y también siento como te contraes cada vez que entro un poco más y...
—Mierda... No aguanto más —lo detuve, era más complicado aguantar como hablaba de sucio de mi que intentar aguantar lo torturador que estaba siendo con su dedo.
—¿Vas a correrte Sunhye? —nuevamente ahí estaba don provocador, había aprendido bastante rápido.
No pude responderle cuando sacó su dedo y lo volvió a introducir, completo, y arqueé mi espalda, y todo se volvió nublado cuando agarró en una succión mi clítoris y me hizo explotar como nunca.
Sentí que ahogaba su dedo y él me dejó viajar en el orgasmo mientras sacaba del todo su dedo y se encargaba de lamer todo sin ningún tipo de reparo, no había asco, no había nada que le repugnara.
—Fue corto, pero me gustó verte, lamerte y sentirte, Sunhye —abandonó mi coño y volvió a posicionarse entre mis piernas.
Llegó hasta la altura de mi rostro y me besó, no fue desagradable sentir mi sabor en sus labios. Su lengua encontró la mía, jugando como si no existiera un mañana, me agarré a sus hombros y nos dejamos fluir en un beso sucio, demoledor, sin sentido alguno.
Pero cuando sentí la erección de Jungkook, tan dura como una piedra, tocarme el interior del muslo, supe ahora él era el que estaba mal, y quería hacer algo para ayudarlo nuevamente, no estaría haciendo bien mi trabajo si lo dejaba así de excitado.
Mientras continuábamos con el beso, le di la vuelta como pude, y él cooperó poniéndome encima de él sin ningún tipo de esfuerzo.
Quedé sentada encima de su polla, y mis pliegues la abrazaron, y ambos gemimos rompiendo el beso de golpe. Sus manos fueron a mis muslos y los apretó. Me sostuve de su pecho comenzando a moverme de adelante hacia atrás, logrando sentir como rozaba mi clítoris en lo hacía la simulación de masturbarle.
Fue una sensación fenomenal, no había penetración, pero la fricción de mi coño sobre su polla estaba siendo algo inexplicable.
Aceleré mis movimientos, haciéndonos gemir a ambos, disfrutando de la fricción que estábamos creando. Sus dedos se apretaron tanto en mis muslos que fue doloroso, pero no le di mayor importancia porque yo rayé su pecho con mis uñas.
El sonido húmedo de nuestras parte íntimas masturbándose en contacto directo se mezclaba con nuestros lamentos de deseo.
No sabía si era por lo sensible que estaba por el reciente orgasmo, pero me sentía muy cerca nuevamente.
Me moví mucho más rápido y me incliné para besar a Jungkook, el cual respondió con las mismas ganas y la respiración tan irregular como la mía. Nuestros cuerpos estaban tan calientes que podríamos ser capaces de arder en llamas justo ahora. Jungkook también movió sus caderas buscando una fricción más placentera, y su punta rozó mi clítoris tantas veces como las que me tensé cada vez que eso pasaba.
—Voy a... —intentó hablar.
—Yo también —le anuncié.
Lo siguiente fue en perfecta sincronización, me corrí en el mismo momento en el que sentí el líquido de Jungkook esparcirse entre nuestros cuerpos.
Nos quedamos un rato llevándonos cada sensación del orgasmo que ambos habíamos tenido.
Luego de un rato, me puse de pie y salí de la cama buscando toallas húmedas para limpiar nuestros desastre. Agarré una y limpié entre mis piernas y luego con otra mi vientre que estaba manchado con el semen de Jungkook. Le tendí una y él también se limpió.
—Oye, Sunhye, gracias —me dijo, y yo lo miré mientras se ponía de pie y buscaba su ropa.
Aunque no podía ser, una parte de mi quería que se quedara. Nunca había sentido que era dormir con un hombre después del sexo.
—No tienes que darlas, es mi trabajo ¿no? —me encogí de hombros.
Sí, solo era mi trabajo, esto que habíamos hecho, él lo estaba pagando.
—Oye, Jungkook, es tarde y... seguro debes de estar cansado —hablé captando su atención —, y pensé que tal vez... podrías dormir aquí, no tiene que ser en la cama juntos, pero podría quedarte —se quedó un rato mirándome y me puse un poco nerviosa.
Se hizo un silencio en toda mi habitación que fue incómodo para mi, pero luego habló.
—Está bien... No tendría problemas con dormir ahí, contigo —sentí algo parecido a la felicidad infinita y me sentí un poco emocionada.
Él se colocó su boxer, yo busqué unas bragas limpias y me coloqué un pijama cómodo y ambos nos tumbamos en la cama. A pesar de que estábamos al lado del otro en la penumbra de la habitación, él no me abrazó, y yo tampoco lo forcé a que lo hiciera.
—Buenas noches, Sunhye.
—Buenas noches, Jungkook.
Y aunque ese noches dormí especialmente bien y tranquila, me decepcionó un poco que cuando desperté al otro día él ya no estaba, y había una gran cantidad de dinero en la mesita de noche.
Solo había sido una noche más de trabajo para mi, y para él igual.
(•••)
Yyyyy se acabó el maratón🙂.
Gente bella, me tardé un poco escribiendo estos dos último capítulos porque sentía que había perdido mi toque con el smut, realmente me daba pánico que ya no sirviera para esto. Es mi primer lemon después de meses, el último fue el último de Sinfulness. Pero bueno, creo que ya agarré más confianza nuevamente, y me gustaría que me dijeran que tal me quedó, solo para levantar la confianza en mi😁.
Espero que hayan disfrutado este maratón, que hayan amado y conocido más a nuestros protagonistas y que me digan ¿que creen que pasará después de esto? ¿Alguna teoría?
Las estaré leyendo.
Y nos vemos prontito.
Lxs sarangheo❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top