11 - Jungkook

〔𝟹/𝟺〕

Cuando Sunhye agarró mi polla con su mano derecha y sentí la calidez que me transmitía con su mano, tuve que llevar mi cabeza hacia atrás. Se me era imposible pensar con claridad justo en ese momento, donde tenía todo un torbellino de emociones arremolinándose en mi.

Mi pulso se disparó y me sentí demasiado caliente en ese momento. Estaba muy excitado, y saber e imaginarme siquiera que era Sunhye la que me tocaba, era sensacional para mi.

No pude contener el gemido que emití de mi garganta cuando comenzó un sube y baja con su mano lentamente, tan lento que era torturador. Me mordí el labio con el propósito de aguantar mis gemidos, tenía miedo de que no le gustara que fuera ruidoso, por lo que opté por aguantar todo lo que pude.

Intenté con todas mis fuerzas abrir mis ojos e inclinar mi cabeza hacia abajo para mirar todo lo que estaba haciendo Sunhye, su cara, sus expresiones, quería quedarme con cada detalle de lo que pasaría esta noches.

Ella me observaba con lascivia, con una llama encendida en sus ojos, y su mirada me ponía mal. Su mano aumentó la velocidad repentinamente y quise gruñir porque se sentía bien, y el líquido preseminal que soltaba a gran cantidad estaba ayudando a que sus movimientos fueran más fluidos y menos dolorosos.

—No te reprimas de gemir, me gusta que gimas —se me cortó la respiración al escucharla y emití un quejido leve.

Me sentía de repente muy cerca, y aún no quería acabar, sería decepcionante incluso para ella, porque ella no había venido solo a masturbarme y ya, ella venía a otras cosas más nuevas para mi y mucho más placenteras.

Lo descubrí cuando inclinó su cabeza hacia delante y su lengua salió a mi vista, solo para rodear mi punta enrojecida, y gruñí conteniendo todo lo que sentía por dentro, como las ganas de correrme que tenía, tanto, que comencé a sudar por el esfuerzo, y la camisa me comenzaba a estorbar bastante.

Su lengua era cálida, era suave, y daba lametones tan lentos y certeros que cuando cerré los ojos, juré ver las estrellas literalmente.

Perdí todo tipo de compostura cuando introdujo la punta, probando primero, y me permití llevarme esa imagen en la cabeza para siempre. Soltó el tramo que había abarcado que no era especialmente grande haciendo un pop húmedo que retumbó en toda la habitación y también en mis oídos y sufrí un espasmo de pies a cabeza.

Sentía una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo y apreté las sábanas de la cama en busca de contención, estaba siendo muy duro. Nunca había sentido placer igual, era totalmente diferente, era sensacional, era espectacular. Quería sentir todo esto que sentía en mi cuerpo muchas veces más, quería ver más veces a Sunhye con mi polla en su boca y haciéndome sentir lo mismo que ahora.

—Joder... —maldije.

Apreté mis dientes y Sunhye lamió desde la base hasta la punta con su lengua y fue doloroso, quería correrme.

La vi apartarse un poco solo para concentrarse en mi, sin dejar de sostener mi polla con su mano.

Hubiera querido tener una cámara y capturar la panorámica que Sunhye me estaba regalando, tan bonita, con sus mejillas rojas, labios húmedos, hinchados y rojos, y sobre todo, entre mis piernas. Con cada detalle de ella me quedaba cada vez más maravillado.

—¿Pasa algo? Estás un poco rojo —habló.

Su mano no detuvo el sube y baja, y me quedé mirando como de adictivo era ver su mano pequeña con mi polla agarrada, no sabía que eso era bonito para mi hasta ahora que lo estaba viendo. Pero no ayudaba, mi respiración era muy irregular, y sentía que podía estallar en cualquier momento.

—C-Creo que... deberías parar... u-un momento —y solo con escucharme, se detuvo al instante.

Y pensé que sentiría alivio, porque el orgasmo ya no lo tenía tan cerca, pero tenía ahora una inmensa necesidad porque me tocara nuevamente, todo era muy contradictorio.

—¿No te gusta? —preguntó.

En su mirada vi preocupación, y no me gustó, porque ella parecía pensar que yo la estaba rechazando, que no me estaba gustando o que no lo disfrutaba, pero la realidad era otra, y tuve la necesidad de aclarárselo.

—No no no, es que no quiero... correrme tan pronto —me avergoncé rascándome en la cabeza, y ella sonrió esta vez mas tranquila.

—¿Estás muy cerca? —preguntó, esta vez retomando la voz grave y provocativa.

Volvió a retomar los movimiento de su mano de arriba a bajo, y acercó nuevamente su boca, esta vez sin hacer ningún tipo de preliminar e introdujo todo lo que pudo en su boca, tanto que le provocó una arcada que aguantó como una campeona. Yo torcí mis ojos, tanto que sentí que me daban la vuelta entera. Mi punta tocó su garganta cálida y cubrió lo que sobraba con su mano.

Sacó mi polla completamente de su boca y sonrió sin dejar de subir y bajar con su mano, esta vez más que húmeda.

—M-Mierda —hablé.

—Me gusta que maldigas mientras te la chupo —sentí un temblor en todo mi cuerpo y sentí que mis testículos me reventarían con solo escucharla.

—N-No hables a-así —pedí, demasiado afectado.

Aún con la sonrisa, prosiguió a acercarse esta vez a mis testículos chupándolos sin dejar de masturbarme. Me sentí al límite, pero ella se separó, torturándome más.

—¿No te gusta o te calienta más? —apreté mi labio inferior con fuerza, y apreté mis manos en puños.

—Lo segundo... Joder —volvió a jugar con su lengua en la punta.

—Es bueno saberlo —contestó.

Esta vez volvió a introducir mi polla en su boca, pero no tanto como antes, sino a un tramo cómodo para ella y mucho más torturador para mi, porque cuando comenzó a mover su cabeza simulando penetraciones a su boca, sentí la necesidad de empujar mis caderas más arriba para poder llegar hasta lo más hondo de su garganta, pero la inseguridad era más grande que mi deseo aunque ahora estuviera ardiendo vivo.

El cabello de Sunhye me comenzó a estorbar cuando no pude ver su rostro del todo mientras hacía su trabajo y con manos temblorosas, aparté su cabello y lo sujeté en una cola para que no me estorbara la vista y a ella su tarea de meter y sacar mi polla de su boca.

Sentí vibraciones en todo mi cuerpo al no poder soportarlo por mucho más tiempo, apreté el cabello de Sunhye cerciorándome de no hacerle daño.

Ella al parecer se dio cuenta que iba a acabar y como al inicio, introdujo todo lo que pudo hasta que sentí su garganta tocar mi punta.

—N-No, a-así... —pero no pude acabar de hablar, cuando el orgasmo me superó, en un espasmo que inundó todo mi cuerpo.

Mi líquido quedó todo en la garganta de Sunhye y aquello me dio mucha vergüenza, pero no tenía cabeza para pensar en nada más que no fuera las sensaciones de un orgasmo, el primero: con una chica haciéndome sexo oral.

Sunhye se quedó un rato con mi polla en su boca y fue sacándola poco a poco, y se encargó de recoger cada rastro de mi orgasmo hasta dejarme limpio. En otras circunstancias aquello me hubiera parecido asqueroso, pero con Sunhye se veía sucio y estimulante.

Soltó mi polla al mismo tiempo que yo solté su cabello y se colocó de pie entre mis piernas, esta vez ella me quedaba más alta, y aquello tampoco me desagradó en lo absoluto.

Nos miramos un rato y no tuve la oportunidad de hablar nada porque se abalanzó a mis labios como una leona hambrienta de carne.

Respondí su beso como pude, aún un poco ido por el intenso orgasmo que me había regalado. Su lengua fue demoledora y juguetona de más con la mía. La oí gemir en mi boca y me pareció de las cosas más bonitas que había escuchado jamás.

Me pregunté: ¿Podría yo hacerla gemir tanto como ella lo hizo conmigo?, y me invadió la curiosidad.

A Sunhye no pareció importarle el sabor salado que tenían ahora sus labios, y a mi mucho menos. Se aferró de mis hombros y los apretó, parecía necesitada, y su cuerpo estaba hirviendo como si tuviera fiebre.

Recorrió con su mano todo mi brazo derecho tatuado hasta agarrar mi mano. Me tensé cuando la dirigió debajo de su falda.

Comencé a adentrarme entre sus piernas, y cuando toqué la tela de sus bragas, tan húmedas, ella se separó de mis labios. Me miró con ojos ardiendo de deseo y su pecho subiendo y bajando por la respiración acelerada. Yo me sentía nuevamente muy acalorado.

Aún no habíamos acabado.





(•••)
Se está acabando🙂

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