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Naruto ni Shikugeki no Souma me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.

Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.

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Una niña pelirosa tarearaba con felicidad mientras que caminaba de manera tranquila, llevaba su mochila a un lado de su espalda mientras que su uniforme estaba impecable.

Ella era Sakura Haruno, la mejor estudiante de Konoha Highschool, su sueño era ser la mejor médico que Japón hubiera creado, por ello cada día que pasaba se esforzaba en todo lo que hacía.

"¡Eres un idiota! ¡Si tanto te gusta que golpeen entonces ve! ¡Cuando te pase algo no vengas aquí a llorar!"

"Si tanto miedo tienes que me lesione entonces se mi médico, asegúrate que no me pase nada"

"I-Idiota, ¿Que estas diciéndo?"

Ella sonrió al recordar a su idiota amigo y su estúpida respuesta, por ello ella decidió ser médico enfocada en males deportivos.

Entonces doblo una esquina mientras con una mueca veía a 25 metros de donde estaba.

Era un enorme bullicio, gente salía y a como lo hacía también entraban, todos con una enorme sonrisa en sus rostros.

El problema era que eran las 6:30 AM.

La razón.

Era el local que había ahí.

Sakura no podía culparlos, después se todo este local era sin lugar a dudas el #1 de todo Japón, ella no podía negar la tentación de aprovechar y comprarse algo también.

'Uzumaki Food'

'#2 en ramen'

Sakura sabía que aquello era una mentira, nadie se podía comparar al ramen de Kushina la madre de su mejor amigo.

Pero al parecer los Uzumaki habían catalogado de 'deidad del ramen' a una tiendita en el centro llamada Ichiraku Ramen, ella personalmente no lo había probado pero estaba segura que este era mejor.

Aquel local se especializada en carnes y comida rapida, pero del ambito occidental, incluso había varias carnes exóticas que eran las favoritas de Sakura, pero para trabajarlas necesitaban que estuviera el cocinero de las mismas debido a que su amigo era el que las trabajaba.

Ella a zancadas rápidas llego a la puerta del local escuchando claramente una campanita que daba a entender que alguien había entrado.

"Irasshaimase....Oh eres Sakura, es bueno verte con salud"

Un hombre detrás de barra sonrió mientras que rápidamente agregaba un poquito de sal a la comida que estaba cocinado.

Varios tragaron ante aquel aroma incluida Sakura ya que lo que Minato estaba cocinando era un especial Uzumaki, una de las recetas míticas de este local.

El problema venía en que incluso estando siendo observado la receta que ellos copiaban nunca se compraba a la que Minato o en dado caso Kushina creaban, nadie en todo los 10 años que este local había estado abierto se pudo hacer con las recetas, sin mencionar que su precio tampoco era tan elevado por lo que los clientes preferían venir aquí que ir a otro lugar.

-Señor Minato, me alegra verlo también-Sonrió Sakura mientras que le sonreía al hombre quien suspiro.

-Vamos, vamos no soy tan viejo, tengo apenas 40 años-Hablo Minato en media mentira ya que este se sintió orgulloso de ser llamado 'señor'.

Sakura todavía se preguntaba si los Uzumaki y el Namikaze tenían la receta de la juventud eterna, era plausible que ellos la pudieran crear debido a su nivel culinario, pero la duda era uno de los 10 misterios misteriosos.

Minato parecía un hombre de 25 o 29 años, no dando la impresión de haber abandonado los 20, era verdaderamente impresionante ver aquello, era el sueño húmedo de todas las madres de su escuela, por él era que absolutamente todas las madres asistían cuando habían una reunión de padres.

-Espero que no estés intentando robarme mi marido, sino te voy a patear el trasero-Una cabeza apareció dentro del congelador enorme.

Era la mujer más hermosa que Sakura había podido ver nunca.

Su cabello rojo caía por su cabeza como una exótica cascada, sus ojos morados llenos de vida incluso cautivaban al más frío de los hombres y su rostro ligeramente redondo le hacía tener un toque adorable en ella.

-No creo que eso sea posible Señora Kushina, además no veo al señor Minato de esa forma-Contesto tranquilamente Sakura viendo a la mujer que le miraba como si tuviera dagas en los ojos.

Los comensales de no conocer a Kushina de hubieran puestos nerviosos, pero sabían cuan celosa era Kushina con Minato, aunque incluso los hombres admitían que Minato era como un buen vino, entre las viejo más deliciosos se ponía por lo que no era extraño.

-Oye Kushina, trae la carne, deja de molestar a Sakura de ese modo-Hablo Minato en regaño mientras veía a su esposa inflar sus mofletes.

Kusina salió del refrigerador mientras que con su pie lo cerraba haciendo el sonido 'clink' de la puerta.

-Señora Kushina, ya que vine, ¿Podría venderme dos emparedados de carne de res?-Pregunto Sakura mientras que veía a la mujer quien sonrió.

-¡Van saliendo!-Grito Kushina mientras que rápidamente caminaba donde estaban las baguette que trajo en la mañana para hacer los emparedados.

"Esta delicioso"

"Mierda no puedo dejar de comer"

"Los dioses se acuerdan de estos humildes seres al enviarnos a sus cocineros"

Sakura no podía estar más deacuerdo con ellos, observó a la pareja seguir trabajando en aquella espaciosa cocina.

No se interrumpían, no se estorbaba ni tampoco arruinaban nada de lo que el otro creaba, era una perfección que ni los gemelos podían llegar a tener.

Incluso cuando Naruto cocinaba con ellos los tres seguían igual, todos esperaban que este lugar nunca cerrará sus puertas.

Dentro de aquel lugar también era norme, sostenía unas tal vez un unas 70 o 80 personas en mesas de 4 mientras que en habían cuatro mesas para familias en una pared.

-¡21, 32 y 54 listos!-Habló Minato mientras que ponía los platos humeantes en el sitio de repartición.

"Somos nosotros"

Un hombre hablo mientras que se levantaba con una factura caminando al rubio, Minato acepto la factura y en segundos leyó que efecto eran para ellos, tomó el bolígrafo que había ahí y firmo la factura.

-Recuerde querido cliente nuestro sistema de cupones, por 12 cupones adquiere 1 comida gratis-Hablo Minato mientras que le entregaba un cupón y el hombre salivaba.

El hombre agradeció mientas que tomaba la bandeja y caminaba a sus dos amigos.

"¡Jefes ya llegue!"

La voz jovial un hombre hizo a Sakura ver a su derecha donde estaba el responsable.

El era Felipe, un muchacho de 25 años que trabajaba como mesero aquí, según Sakura tenía entendido había llegado en busca de trabajo, pero las jornadas de explotación de Japón habían echo que rápidamente se diera cuenta que adquirir un empleo en una gran empresa sería muerte segura.

Pero él no se quejaba, aquí incluso ganaba más que en su antiguo trabajo de programación para Tintedo debido a las propinas, tampoco era un trabajo tan malo ya que no se moría de sueño como en su antiguo trabajo por estar sentado 12 horas diarias.

-¡Perfecto! ¡Ve y preparate que nos espera un día ajetreado!-Habblo Kushina mientras que de un solo movimiento cortaba el pan sin problema.

El hombre saludo rápidamente a Sakura quien asintió mientras que se diría al lugar donde estaba su locker escondido de todo público.

-¿El idiota ya se levantó?-Hablo Sakura continuado con su línea de conversación.

-Si, sabes que nunca se pierde el entrenamiento matutino, debe estar en la casa-Hablo Kushina sin importancia mientras que ponía en el horno los pedazos de pan con mantequilla de ajo.

Sakura suspiro ya que era cierto, en cambio Minato sonrió con tranquilidad mientras que anotaba las órdenes de unos clientes y se ponía manos a la obra.

-Nunca a sido del tipo madrugador, pero sabes que no va a dejar eso por nada del mundo-Hablo Minato viendo de reojo la pared donde estaba.

Múltiples fotos, en ellas aparecía un niño rubio, de ojos azules y con una enorme sonrisa.

Pero las fotos también tenían otro detalle y ese era que aquel niño tenia todo tipo de ropas, llevando también diferentes tipos de guantes de pelea.

La más notable era una que tenía a aquel rubio con un traje azul aplicando un estrangulamiento que él le había dicho que se llamaba 'Triángulo', el niño estaba suspendido a unos centímetros del suelo pero el brazo estaba sujeto a la altura de las rodillas del otro niño que tenía su rostro rojo.

Naruto Uzumaki, cualquiera que lo viera Sakura sabía que la primer impresión era que era un vago sin remedio delincuente que peleaba todos los días

Bueno si peleaba todos los días.

Pero ese no era el punto.

-¡Aquí tienes!-Habblo Kushina mientras que entregaba dos emparedados a Sakura.

Sakura saco el dinero mientras que Kushina tomaba el dinero y lo contaba, al no tener que dar vuelto simplemente metió el dinero en la caja.

Al guardar el dinero se lavo las manos de manera rápida y eficaz mientras que tomaba una de las órdenes en espera.

Kushina gimio al ver que habían llegado más personas, esperaba que Rei llegara pronto para quedarse en la caja y tomar las órdenes.

Rei era su Idol en bancarrota, al no poder seguir el ritmo de aquel mundo y no ser notado, aquella muchacha había quedado en desempleo, al poner cada fibra de su ser en aquel mundo nunca pudo desarrollar algún tipo de habilidad apenas terminando la secundaria.

Luego vino Yuki su hija.

Kushina la había hallado desesperada al borde de las lágrimas sin saber cómo cuidar a aquel bebé y sin siquiera tener dinero para comer ella, con una deuda en el hospital de varios millones.

Kushina le extendió una mano pagando la deuda del hospital, dándole un cuarto donde vivir en su casa y dándole un trabajo como cajera, la muchacha ahora trabajaba como cajera y recepcionista mientras que en línea llevaba varios cursos de inglés y llevaba su universidad todo pagado por Kushina para asíque saliera adelante.

-Gracias, iré donde el idiota-Hablo Sakura ya que los Uzumaki vivían en la esquina.

-Oye Sakura conviertete en mi yerna, tengo miedo de lo que Naruto haga en un futuro, contigo al menos se que no morira-Hablo Kushina al ver a la niña que siempre había estado ahí para Naruto.

Sakura se sonrojo ante aquello, no era como si ella no quisiera, después de todo Naruto era un 11/10 en cualquier estandar de mujer.

-Créame que lo intente, pero parece ser que el idiota no le gusto-Sakura hizo un puchero al recordar la negativa.

Ella se había declarado hace seis meses, pero Naruto la rechazo, según aquel muchacho no la veía más que una amiga muy confiable, pero amiga después de todo, aunque su relación seguía siendo casi la misma Sakura noto un cambio en la personalidad de Naruto más reservado.

Sakura sabía que Naruto se había adaptado para no crear falsas esperanzas en ella, ver aquel cambio Sakura sin lugar a dudas supo que Naruto sería el mejor amigo que ella tendría.

-Oigan ustedes dos, dejen de hablar de mi hijo como si fuera una especie de trofeo-Suspiro Minato mientras que picaba rápidamente el cilantro y procedía a picar el chile dulce.

Ambas búfalos ante el regaño de Minato a ellas mientras que este último se preguntó si era alguna especie de familia perdidas.

-¡Me voy!-Hablo Sakura mientras que daba media vuelta y se dirigía a la casa de los Uzumaki.

"Buen viaje"

"3, 9 y 46 están listos"

La voz de Kushina seguida de la de Minato hablaron al mismo tiempo mientras que ambos chef seguían sin detenerse.

Sakura se preguntaba como podían vivir así, apenas era las 6:30 A.M y ya tenían casi 15 personas aquí adentro, incluso sabía que habían unas que llegaban a las 5:30 para ser los primeros en las filas.

La cocina de los Uzumaki era aterradora.

Según Naruto sus padres se habían graduado en Totsuki, Sakura busco y encontró artículos que decían que era una escuela de gran prestigio culinario de Asia, se le hizo impresionante oír que ambos se habían graduado de ahí.

Segun su amigo lo que le habían contado sus padres es que ambos habían sido 1° y el 2° asiento que eran algo así como los estudiantes de honor de ahí desde su primer año hasta el último retirándose invictos, aunque Sakura lo creía, después de todo ella los había visto cocinar.

"Mis padres no les interesa servirle comida a gordos millonarios arrogantes, incluso les da asco hacerlo, la cocina de ellos no simboliza el dinero, la cocina de mis padres es un lugar donde después de un cansado día de trabajo puedas comer incluso teniendo poco dinero...también eso quiero que sea mi comida"

Esa había sido la simple respuesta de que Naruto le había dado cuando Sakura le preguntó el porqué no trabajaban en un hotel lujoso 5 estrellas o algo así.

Gracias a dios que eran humildes.

Naruto era el capitán del club cocina de su escuela, aunque era algo verdaderamente divertido ver a un medallista Olímpico de boxeo y tiro con arco así como ganador de múltiples eventos de MMA, Muay Thai y Jiu Jitsu Brasileño ser cocinero.

"Esta mierda sabe a cartón....oh Sakura"

La voz de aquel rubio idiota hizo a Sakura ver para adelante mientras que le sonreía.

Naruto llevaba una hoja pálida en su boca, ternino de comerla mientras que le sonreía de manera brillante.

A diferencia de los asiáticos normales Naruto con 14 años ya media 173 cm lo cual decía que estaba destinado a ser grande.

-Veo que vas a la escuela-Hablo Sakura chocando los puños con su mejor amigo.

-Si, como es educación física la primer lección no veo el porqué debo llevar el uniforme, así me ahorro tiempo-Hablo Naruto mientras que comenzaba a caminar, la escuela quedaba a 20 minutos, pero por algún contratiempo siempre salía 20 minutos antes.

Ambos comenzaron a caminar dejando la entrada de aquella casa mientras que rápidamente Sakura se inclinó para adelante para ver el rostro de Naruto.

-Oye como llevas tu entrenamiento-Pregunto Sakura mientras que Naruto negaba ante aquello.

-Sin mencionar la comida insípida, la falta de sal y sobre todo que cuando orino me dejo un pedazo de mi alma entonces lo llevo bien, además que en dos meses es mi debut para esa liga-Hablo Naruto mientras que seguía caminando.

Sakura hizo una mueca ante aquello, era cierto, ella nunca pensó que algo sería tan duro, solo los que les apasionaba ese tipo de deporte sabían cuan cruel y rudo podía llegar a ser en realidad.

Trabajar durante 4 o 5 meses, para los últimos 2 meses cortar toda relación con la comida normal y proceder a hacer una dieta estricta teniendo que entrenar más duro todavía era algo que no cualquiera podía llegar a ser.

Y mucho menos trabajando en un restaurante.

Sakura no se podía imaginar el horrendo sentimiento que debía sentirse el estarse muriendo de hambre y aún así tener que cocinar, seria como si a un hombre que que estaba deshidratado lo encadenaran sin que el pudiera alcanzarla le pusiera una botella de agua.

Naruto tenía un récord de peleas de MMA de 4-0-0 habiendo ganado sus últimas peleas en la liga juvenil donde estaba.

Le había llegado un contrato en la compañía más grande de deportes de contacto de Asia, le habían invitado a participar en sus ligas juveniles donde si brillaba con éxito sería puesto en sus filas y se darían 3 contratos para el inicio de su carrera.

Naruto había aceptado y rápidamente se le dio la primer pelea, esta seria usada como referencia y si les gustaba lo que veían le darían más peleas.

Al no ser mayor de edad no pudo firmar nada ni recibir pagos, esto lo hacía de puro corazón, aunque si sus peleas eran en otro lugar ellos cubrirían su hospedaje y comida.

Sakura sabía que el problema que Naruto vivía ahora era su edad, debió a que faltaban 4 años no podía hacer mucho incluso siendo cinta morada en Jiu Jitsu, 9° Khan en Muay Thai y hace unos meses había ascendido a Cinta Negra en Karate.

Era un monstruo total.

-Oye hablando de todo un poco, ¿Como vas en el Karate?-Hablo Naruto con su ceja alzada mientras que mordía un pequeño pedazo de chocolate amargo para complementar el azúcar de la mañana.

-¡Perfecto! ¡Soy cinta amarilla! ¡Ya te puedo patear el trasero!-Habló Sakura ya que ayer tomo el examen y le entregaron la cinta.

-Estoy seguro de que lo podrás hacer-Naruto alzó sus manos en son de rendición.

Sakura y Naruto se rieron mientras que varios ancianos observaron a la joven pareja con una sonrisa ante su juventud.

Ya terminaban las clases, solo faltaban unos pocos días por lo que estos menos para Sakuran serían un tesoro, después de todo quien sabría hasta cuando ella podría verle de nuevo.

Sakura había sido aceptada en una escuela privada de gran prestigio con una beca del 100%, la escuela era la mejor opción si ella quería aspirar a la universidad de Tokio ya que era ahí donde ella pintaba a sacar su licencia médica.

Sus padres no eran millonarios, tenían sus propios negocios pero aún así una carrera como medicina estaba lejos de ser costeada por ellos, por lo que obtener una beca del 80% era un requisito indispensable en la Universidad, pero Sakura quería obtener una beca del 100% para no hacer que sus padres gastaran tanto dinero.

-Oye, hágamos una promesa, cuando nos volvamos a encontrar juremos que vamos a ser los mejores-Hablo Naruto sin vacilación mientras que Sakura sonreía.

Sin esperar que diez años después del Campeón mundial de la SFC de Peso Semicompleto y la mejor doctora deportiva de todo Oriente se verían las caras nuevamente cumpliendo aquella inocente promesa dada por dos tontos amigos cuando aquel deportista de Élite se había lesionado el brazo en una entrenamiento.

Otro lugar.

Rindō Kobayashi suspiro mientras que se preguntaba que quería decir su madre con aquellas palabras.

"¡La ganadora indiscutible es Rindō Kobayashi la 'La valiente barbara'! ¡Ganó con su plato a base de Cebra que llamó 'Sabana silvestre'!"

Era normal para Rindō después se rodó era su fuerte, este imbecil vino a su castillo sin estar preparado en lo más mínimo.

-Bueno como acordamos señor Javier desde ahora ya no pertenece a Totsuki, su cocina es tan mediocre que me hace querer dormir en sus clases-Hablo Rindō ya que la gente inútil era verdaderamente predecible.

El hombre en cuestión cayó de rodillas, el quien era un antiguo asiento de Totsuki en sus años estudiantiles, ganador de 4 La Zagat y 3 Soles Repsol, conmemorado en múltiples revistas gastronómicas de gran prestigio.

El estaba en la cúspide la gastronómia Brasileña, inclusive el mismo director de Totsuki le había pedido ser uno de sus profesores para cursos avanzados.

-Y-Yo perdí-Susurro el hombre con horror mientras que apretaba sus puños, nunca en su vida había sentido tanta humillación.

-Si esto es lo mejor que puede ofrecer Brasil entonces me aseguraré de no ir muy pronto, no quiero decepcionarme-Hablo Rindō aburrida mientras que caminaba a su cocina.

"Es una mujer aterradora"

"Que cruel"

"Este es el poder del segundo asiento"

"Lo destrozo por completo"

"Amigo de verdad tenemos la misma edad, es un universo distinto"

Los muchachos reunidos susurrababn mientras que observaban a Rindō limpiar su lugar de trabajo, podía dejárselo a los de limpieza, pero era relajante hacerlo.

Rindō ganó por un error simple, el hombre dejó 15 segundos más la carne dejando una pequeña resequedad invisible para el gusto de un chef pero no para el de un crítico especializado, ambos habían sido maestros de lo exótico, pero ese error le había costado caro al hombre.

-*Recuerda Rindō, cuando veas a un hombre que te llame la atención abre las piernas y no lo dejes ir, incluso si tiene amantes que nunca te devoré, envuevelo en las mieles de tu propio placer y que se ahogue en el*-Por la mente de Rindō paso aquellas palabras de su madre.

PLAF.

Todos vieron con extrañeza como una chibi Rindō tiraba un trapo al suelo con un sonrojo y furia al mismo tiempo.

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Fin del capítulo.

Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.

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