Cobijas A©

A petición de greengld_ (^^) No soy buena en el BDSM.

Contiene lemon, espero que te guste!

Adult Version

"Cobijas A©" es una empresa dedicada a la fabricación de acolchados, como almohadas, camas, sábanas etc, obvio también fabrican cobijas, esa es su especialidad. Bueno, la razón por la que importa tanto este nombre es porque era lo único que podía ver Kaede en ese momento. Con el rostro apoyado en la cama, boca abajo, Kaede alza sus caderas.

Kaede sólo está en ropa interior, boca abajo en una cama matrimonial. Por unos instantes, pensó que estaba secuestrada, pero descartó la posibilidad al instante. Tiene la cara clavada en el colchón, mirando la etiqueta en la almohada: "Cobijas A", sólo así, recuerda dónde está y con quién se encuentra.

–Que linda...–Dice Ouma mientras se va desabrochando la camiseta lentamente.–Que linda eres Kaede.

–No... Kokichi...¿Es que no tienes corazón?–Gimotea Akamatsu mientras veía a Ouma por encima del hombro.

–¿Eh? Pero pensaba que esto te excitaba Kaede, está bien esta bien ¿Qué se te antoja?

–¡Nada! ¡No quiero nada!

En ese momento Kaede intentó darse la vuelta y sentarse en la cama. Pero la pianista lo recuerda, está atada de las muñecas por lo que el darse la vuelta se vuelve más difícil. Lo había olvidado. O simplemente no quería recordarlo.
Ouma se acerca y se posiciona encima de ella, sentado en su culo sin darle oportunidad a Kaede de incorporarse.

–¿Qué te pasa?–Pregunta el dictador con cierto tono de enfado.–No me digas que ya se te quitaron las ganas.

–Esto no está bien...no nos merecemos esto.

–¿No nos merecemos un rato de diversión? ¿Porqué?

–Por lo que...les hicimos a ellos...–A Kaede le duele sólo de recordarlo.

Empezó todo hace 5 meses. Kaede había caído enamorada de su mejor amigo, Shuichi Saihara, este le correspondió sus sentimientos y se volvieron una pareja. Ouma, por otra parte, había comenzado a salir con Miu Iruma, una pervertida que según muchos era la chica ideal de Kokichi.
Todo marchaba bien, pero Ouma ya se estaba cansando de Iruma, siempre lo mismo, siempre aburrido. El dictador sabía perfectamente que Iruma pensaba igual pero nunca lo admitiría, nunca admitiría que se ha equivocado. Ouma siente cierto afecto a Miu, pero no son el uno para el otro.

Fue cuestión de tiempo para que Ouma terminará con Miu. Ella no se lo tomó del todo bien (fue un golpe directo a su orgullo) hizo un berrinche, trató de seducir a Ouma varias veces pero este no accedió. Había tomado una decisión.
El dictador necesitaba encontrar a alguien más, y Kaede fue la primera en aparecer. Hablaron, hicieron bromas; una cosa llevo a la otra y el resultado fue una follada en uno de los salones de Kibougamine. Nadie los pilló, y juraron que sería la última vez.

Mentira. Lo hicieron varias veces. Saihara nunca sospechó nada, y posiblemente nunca los hubiera pillado hasta un par de meses después.
La culpa invadió a la pianista, y un buen día se lo dijo.

Qué ya no lo amaba y encima había alguien más. Shuichi lo escuchó todo hasta el final. Kaede no quería causarle más daño, no quería seguir mintiendo. Saihara ya no lo soporto más.

Fui...fui un idiota...Kaede, si me dejas... moriré...no puedo vivir sin tí.

Akamatsu se negó. Saihara merecía algo mejor, no una novia infiel. Shuichi se fue, incluso insulto a Kaede llamándola perra.
Esa fue la última vez que lo vió. Se mudó con su tío y desde entonces ha perdido total contacto con él.
Lo mismo se puede decir de Miu, quién destrozada, se fue sin decirle nada a nadie. Dolida porque la única persona que ha amado, se ha cansado de ella. Como un juguete que deshechas y le reemplazas por otro.

Y el ciclo vuelve a empezar. Kaede y Ouma acostados en un hotel. La pianista, atada de manos, boca abajo y con Ouma sentada en su trasero.
Todo vuelve a iniciar, es un círculo vicioso. No es amor, no es siquiera una calentura, es una necesidad.

–Ya no ha vuelta atrás, Kaede.–Un dedo del dictador se pasea por la espalda de la rubia hasta llegar a las caderas.–No puedes ignorar la química que hay entre nosotros.

–Les hicimos mucho daño...

–Lo sé, créeme que a mí también me duele.–Ouma miente descaradamente, pero Kaede no lo nota.–Pero estamos enamorados ¿Qué culpa tenemos nosotros?

–¿Qué culpa tenían ellos?

–Estarán bien.–Ouma desliza una mano por encima de la blusa de Kaede.–Concéntrate en mi...

–Kokichi, no puedo...

–Escúchame, no pensarás en nadie más que en mí ¿Oíste?–Le ordena Ouma mientras se quitaba de encima.–Esta noche eres mía, sólo mía Kaede Akamatsu.

–...

–¿Entendido?

–Si... Kokichi...

El dictador le da la vuelta, admira su hermosa silueta. Ouma está descamisado mientras que Kaede tiene todas sus prendas. Eso tiene que cambiar.
La pianista cierra sus ojos al sentir una mano recorriendo sus piernas, subiendo, llegando a la falda para colarse ahí y tocar levemente su entrepierna. Kaede se muerde el labio, le encanta pero no quiere decirlo en voz alta.
La mano de Ouma está por encima de las bragas, un par de dedos se mueven en círculo causando una sensación alta de placer. Kaede abre la boca para poder gemir pero la otra mano de Kokichi la silencia.

–Mmm...–Es lo único que puede decir Kaede.

–Me gusta tenerte así, hundida en la desesperación, confundida del placer...

Los dedos de Kokichi entran debajo de la ropa interior, tocando la intimidad de Akamatsu sin ningún remordimiento. La pianista chilla en silencio, moviendo un poco las piernas, juntando las rodillas. Kokichi sigue acariciando suavemente su clítoris, admirando las expresiones de Kaede que le resultan embriagantes.

Las manos de Ouma se retiran. Kaede no le reprocha ni nada por el estilo, sólo se queda callada, con el rostro enrojecido; le sería más cómodo si pudiera mover libremente los brazos, pero la cuerda envuelta en sus muñecas no se los permite.
Ouma sonríe para un lado, satisfecho de tener a la joven pianista a su merced.

–Kaede, podemos acostumbrarnos a esto, nosotros también nos merecemos ser felices.

–No después de haberle arrebatado la felicidad a otro.

–Mmmm...–Esa respuesta claramente no le gustó a Kokichi.–Respuesta equivocada.

Ouma camina hacia un cajón, saca de ahí unas tijeras y vuelve a acercarse a Kaede. La chica la mira asustada, por un segundo, pensó que Kokichi la mataría. Pero dicha posibilidad de fue cuando Ouma comenzó a cortarle la ropa. El chaleco, la blusa, la falda e incluso el sostén, dejándola sólo en bragas. Por algún extraño motivo, el sentirse expuesta excitó más a Kaede.

–Tienes lindos pechos.–Comenta Ouma con una sonrisa.

–...G-Gracias...–Akamatsu responde con un sonrojo en sus mejillas.

Ouma se vuelve a posicionar encima suya. Usando de nuevo las manos, va tocando los pechos de la rubia. De arriba hacia abajo, con una sonrisa burlona. Kaede vuelve a morderse el labio pero el gemir es más fuerte. Su vista se nubla, el placer le recorre todo el cuerpo. Kokichi se agacha a lamer uno de los pezones.

–Aaah...–Kaede sólo se limita a ver al dictador.–Soy...muy sensible ahí...

Con la mano disponible, Kokichi de nuevo acaricia la entrepierna de Kaede por debajo de las bragas.
Los gemidos de ella aumentan, sintiendo ese ardor que aún puede llegar a más. Ouma cambia de pezón mientras que la va masturbando cada vez más fuerte.

–Aaah...Aaah...–Las piernas de Akamatsu tiemblan, e incluso patalea un poco, no pasará mucho tiempo para que se corra.

–Dime...¿Saihara lo hubiera hecho así? ¿O sólo yo sé cómo hacerte feliz?–Pregunta Kokichi.

–Tú... sólo tú...–Kaede lo dijo sin pensar, más bien, con Ouma nunca hay que pensar.

Ouma se detuvo en cuanto sintió el orgasmo de la pianista en su mano. Deja tranquila a Kaede unos minutos para que se recupere, él mientras tanto se va terminando de desnudar, al bajarse los pantalones Kaede ve lo excitado que se encuentra el dictador, es increíble que no se halla corrido todavía.

Ouma le baja las bragas a la rubia, admirando su belleza en su total naturalidad. Ouma de nuevo va al cajón, sacando ahora un paquete de condones. Kaede no pudo evitar sentirse nerviosa, no es la primera vez que lo hacen, pero siempre está esa sensación de que Ouma le va hacer daño ¿Será por la manera en que trató a Iruma? Qué en cuanto se canse de ella la va tirar al igual como hizo con la inventora.

Bueno, Kaede tampoco es nadie para criticar a Kokichi. Ella le fue infiel a Saihara, traicionando su confianza y lastimandolo hasta el punto de que Shuichi le rogara que no lo abandone. Y aún así, eso hizo. Kaede supo desde el principio que estar en una relación con Ouma solo la va a perjudicar, y pese a eso no puede evitar entregarse a él. Akamatsu cree que es igual de malvada que Ouma y por eso se complementan bien.

Ouma se acomoda entre las piernas de Kaede.

–¿Estás lista?

–Si...–Kaede no puede evitar desearlo.

Kokichi entran de un jalón en Kaede, ella grita y su espalda se arquea. No hay ni un minuto de respiro, las embestidas son veloces, ambos pierden el control. Kokichi no paraba de besarla, de acariciar sus tetas y de morder su cuello. Kaede estaba pérdida, su mente no está funcionando correctamente. La velocidad aumenta, los 2 cuerpos se sacuden al son del mismo ritmo. Aún con todo el remordimiento arrastrado, ambos disfrutan de este salvajismo. Kaede se vuelve a venir, sintiendo el éxtasis en primera persona.

–Kaede... di que eres sólo mía... házlo...–Le susurra Ouma antes de venirse.

–Si... sólo tuya...ahora y siempre...

Kokichi gime al llegar también al orgasmo. Por unos segundos, no sabe que hacer, Kaede sabe cómo volverlo loco. Jamás podría aburrirse de esto.
Cae a un lado de Akamatsu en la cama. Le quita las esposas a la pianista; ambos se quedaron sin energías.

–Lo bueno es que pagamos la noche entera, mañana nos vamos.–Dice Ouma mientras se cubren con una cobija.

–Si... buenas noches Kokichi.

–Buenas noches Kaede Akamatsu.

Ambos se dan la espalda y caen dormidos, cada quién hundidos en sus respectivos pensamientos. Aún falta mucho para decir que son una pareja, pero al menos por ahora se van a aferrar a este pequeño trozo de felicidad.

Lo último que vio Kaede antes de quedarse dormida es que la cobija que los cubre también es marca "Cobijas A©".

Fin.

Cada vez que escribo a Kaede con alguien más, Shuichi debe sufrir (?) No sé porque.

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