6

El día era soleado pero no hacía calor, como era de costumbre en aquella época del año. El clima de Spider Miles era una cosa de locos. Los veranos eran extremadamente calurosos  y en los inviernos era como estar en el maldito polo norte. 

(Tn) y su ex-bravucón, ahora mejor amigo, Kid, caminaban al colegio ese día debido a que ella había insistido en no tomar el bus para poder disfrutar un poco más del agradable clima antes de encerrarse a estudiar en la escuela primaria de Ohara. 

Si bien no les quedaba cerca como para ir a pie, el pelirrojo había cedido a cumplirle ese deseo.

Habían iniciado las clases hace tan sólo unos meses y ambos no veían la hora de terminar de una buena vez el sexto grado y acercarse cada vez más a la preparatoria.

-¿Y si lo encuentro?.-Preguntó pateando una piedra del camino, su mochila colgaba de un solo hombro.

-¿De que hablas?.-Preguntó ella. Caminaba con los brazos cruzados detrás de su cabeza, con la cabeza elevada y con los ojos cerrados, intentando disfrutar de los pocos rayos de luz que se filtraban a través de las nubes.

-El One Piece.

-Estas loco, el One Piece no existe.

-¿Me vas a decir que un gran mafioso como lo era Roger no tenía un gran tesoro?.

-No digo que no lo haya tenido, digo que no creo que lo haya escondido para que alguien lo encuentre, seguramente está en alguna parte de su mansión o se la dejó toda a su hijo, hablando de él, ¿Cuantos años crees que tenga?.

-Supongo que nuestra misma edad.

-¿Será guapo?.-Murmuró con una sonrisa en sus labios. El pelirrojo frunció el ceño y largó aire por la nariz.

-No creo que sea más guapo que yo.

-Cualquiera es más lindo que tu, hasta Bartolomeo.

-Hey, no soy más feo que Bartolomeo.

-Barto no es feo, es...raro.

-Es un friki, no hace que otra cosa que jugar a ese Thriller Bark, es por eso que no tiene amigos.

-Si los tiene, Desire y él son mejores amigos.

-Ambos son raros, no me sorprende.

-También lo he visto conversar con Cavendish y...-Suspiró.-Bellamy.

-Bellamy es un tipo asqueroso.

-Es lindo.

-Es un asqueroso.-Repitió.- Lo he visto en los vestuarios del gimnasio, su casillero huele al inframundo.

-¿Oliste su casillero?, eso es más asqueroso aún.

-No fui precisamente a olerlo, el olor sale por su cuenta cada vez que lo abre, es como un gas lacrimógeno.

-Vale, pero es porque entrena mucho, no ganó el primer puesto de salto en largo de las olimpiadas escolares cuatro años seguidos por no hacer nada.

-Es saltar, cualquiera puede hacerlo.

-Que envidioso.

-¿Envidia de ese?.

-Creo que quieres ser como él, no soportas no ser el bravucón más grande del colegio.

-Soy el bravucón más grande, ese no se atrevería a ponerme una mano encima ni de broma, es un cobarde. Aparte, repitió un año, ese ya debería estar en la preparatoria. 

-¿Que tiene que ver que haya repetido?.

-Que no es inteligente.

-Tu tampoco lo eres.

-Por supuesto que lo soy.

-No te sabes ni la tabla del siete.

-¡Si me la sé!.

-¿Siete por siete?.

-Cuarenta y nueve.

-Oh vaya.-Dijo sorpendida.-¿Y la del ocho?, ¿Te la sabes?.

-Se muy bien multiplicar, pónme algo más difícil.

-¿Sesenta y cuatro entre cuatro?.

-Dieciséis.

-Vaya si que eres bueno en matemática.

-Es la única materia en la que realmente entiendo algo, el resto me aburre.

-Es una de las materias que más me cuesta.-Un bombillo se le encendió en la cabeza, vio una oportunidad.-D-Deberías explicarme ya que sabes tanto.-Se mordió el interior de la mejilla, nerviosa por haber tartamudeado.

-Hey yo creía que eras inteligente, ya sabes, por las gafas.-Dibujo círculos alrededor de sus ojos con sus dedos.

-No veo bien a distancia, se me complica ver la pizarra desde atrás.

-¿Y por que no las usas más?.

-Porque se me rompieron.-Mintió.-Como sea, no veo tan mal sin lentes, puedo sobrevivir sin ellos.

Fue a poner un pie en la calle para cruzarla sin ver el camión que venía desde su costado, Kid la tomó de la parte de atrás de su chaqueta y jaló de ella en su dirección, haciendo que (Tn) quedara pegada a su pecho, ella escondió su rostro mirando hacia abajo para que él no notase su sonrojo. La abrazó hasta que el camión termino de pasar, se despegó de ella y la miró con enfado.

-Consíguete unas gafas nuevas zopenca, hubieras muerto si yo no te hubiera salvado el culo.

-L-lo siento.-Se miró los zapatos evitando el contacto visual.

-Vamos, camina.-Dijo comenzando a cruzar la calle.-¿O debo darte la mano para cruzar como a una niña pequeña?.

''Eso me encantaría'' pensó. Se quedó unos segundos en su lugar, imaginándose a ella caminando de su mano, negó con la cabeza y trotó para ponerse a su lado.

-¿De que estábamos hablando antes de que te pusieras a hablar de tu novio...cual numero es ese?.

-El tres, es mi novio tres. El primero es Sabo, el segundo es...

-Nunca se van a fijar en ti, deja de hacerte ilusiones.

-Hey, que malo eres.-Hizo un puchero.-Yo no digo nada cuando vienes corriendo a decirme ''hey tal chica es hermosa'' o ''tal chica será mi esposa'', tampoco te eche abajo cuando me dijiste que gustaba Nojiko.-Esto ultimo lo dijo raspándose la garganta con sus propias palabras.

-¿Nojiko?.-Hizo memoria.-¿La nueva del otro curso?.

-Si, la hermana de la pelirroja. Me dijiste hace una semana que te gustaba.

-Ah, si. Pero ya no me gusta más.

Un alivio recorrió el ser de la chica, inconscientemente una sonrisa se dibujó en sus labios.

-¿Y quien te gusta ahora?.

-Nadie, no me interesa más esas cosas del amor, mamá me dijo que soy muy joven para andar rompiendo corazones como si nada.

-¿Rompiendo corazones?, ¿Tú?.-Rió.-Por favor, ni que fueras Enel.

-¡Dios!, ¡Que malos gustos que tienes!, ¡Te gustan todos los feos!.

-Te acabas de insultar a ti mismo.-Murmuró en un tono tan bajo que fue inentendible.

-¿Que?.

-Que eres super creído, si sigues así, nunca vas a conseguir novia.

-No necesito una novia, estoy muy bien solo.

-Como digas, galán.

-Como sea, deja de interrumpirme cuando hablo del One Piece o tendré que golpearte.

-Aye, aye, capitán.

-Como iba diceindo.-Se aclaró la voz.-Cuando lo encuentre ya verás, apareceré en la puerta de tu casa con mis bolsos llenos de dinero y te diré "Hey, fea, ¿A donde quieres viajar?" y ahí te arrepentirás de no haberme creído.

-Que cabeza dura.-Negó con la cabeza -Vale, cuando lo encuentres me llevas a Dressrosa.

-¿Dressrosa?, ¿Por que Dressrosa?

-Por su clima, aquí solo tenemos calor durante tres meses, en Dressrosa hay sol y playas y no tienes que abrigarte hasta el culo y ahh.-Se llevó las manos a las mejillas.-Seguramente todos los chicos guapos andén sin remera por la calle.-Cerró los ojos y suspiró.-Es el paraíso.

-Que asco el calor, me gusta el clima de aquí, frío casi todo el año.

-Mi abuela me regaló un tarje de baño hace un tiempo y aún no he tenido oportunidad de usarlo, no tengo piscina y tampoco hay playas aquí.

-De todos modos, ¿Con que se supone que vas a llenar el traje?.-Miró su pecho, ella se cubrió con los brazos.-Te falta relleno.

-¡Idiota!.-Miró hacia el frente. estaban llegando a la escuela.-Hey, que raro que no haya nadie en la entrada.-Comentó viendo la entrada del colegio completamente vacía.-¿Que hora es?.

-Son las diez menos cuarto.-Dijo mirando el reloj de su muñeca.

-¡Kid!, ¡Tu no sabes leer la hora!.

-Ah, es verdad.

Lo tomó del brazo y miró las agujas, su horario de entrada habitual era de diez de la mañana y el reloj indicaba que eran las once menos cuarto.

-¡Vamos tarde!.-Comenzó a correr.-¡Si nos apresuramos llegaremos para la clase de deportes y pasaremos de percibidos!.

-Que fastidio correr.

-¡Kid!.-Lo tomo de la mano y jaló de él en su dirección.-No voy a faltar a clase otra vez por tu culpa.

-¿Mi culpa?, ¡Tu culpa!, ¡Si nos hubiéramos tomado el bus no estaríamos llegando tarde!.

-¡Tu caminaste lento!.

-¡Tu te quedaste atrás babeando como un maldito caracol por ese bueno para nada de Bellamy!.

Se cruzó de brazos y lo miró enfadada.

-No infles las mejillas.-Se las picó con un dedo.-Pareces una ardilla.-Ella corrió la cara y le mordió el dedo indice.-¡Ah!, ¡Bastarda!.-Sacudió la mano.-¿Que rayos te pasa?.

-¡Tonto!.

-¡Te patearía la cara pero no quiero ensuciar mis zapatos con tu deformidad!.

-¡Cierra la boca y camina!.-Dijo regresando sobre sus pasos.

-¿A donde vas?.-Le preguntó siguiéndola.

-Al parque.

-¿Para que?.

-Tomar sol.

-No hay sol.

-¡Entonces a tomar aire!, ¿Vienes o no?.

-S-si.-Dijo sorprendido por su actitud.-¿Estás bien?.

-Si.-Respondió tajante.

-Ah, bueno.

Caminaron en silencio hasta el parque de ohara, uno con un gran arbol antiguo en el centro, era un lugar realmente relajante y puro, el aire que se respiraba allí era tan fresco como el mismo cesped que crecia alli. era un parquee a (Tn) le fascinaba, no solo por su abundante verde y su paisaje tan hermoso, sino por el silencio que reinaba en aquel lugar. Era un lugar al que iba a despejar la mente, a relajarse y olvidarse por algun rato del infierno que era su hogar.

Se recostó en el pasto, utilizó su mochila como almohada y se cruzó de piernas. Kid se quedó de pie a su lado, sin saber que hacer. Paseó la mirada por los alrededores, le gustaba pero no era algo aue le encantara, prefería hacer otras cosas, ir a casa y leer algun comic o buscar piezas en algun chatarrero cercano que le sirvieran para mejorar su batería casera, la cual ahora estaba conformada por dos placas de chapa que servían a modo de hi hat y un balde de metal al cual le había cortado el fondo con ayuda del señor Gunn y luego forrado con una lona resistente a sus desenfrenados golpes.

El padre de (Tn) había sido una figura paternal para el pelirrojo desde que su padre lo había abandonado. La mayoría de las cosas que sabía se las debía a él, tanto de mecánica, ya que él trabajaba en un taller mecánico, como de supervivencia para saber manejarse adecuadamente en la vida. Recordó la vez en la que le preguntó sobre como pedirle a una chica que fuera su novia y el señor Gunn le dio una breve clase sobre como tratar a las mujeres, con la condición de nunca poner lo aprendido en práctica con su hija y que si era necesario, le cortaría ambos brazos con tal de asegurarse que se mantuviera alejado de su princesa.

A la mamá de (Tn) no le caía nada bien, eso se debía a que la madre de Kid se mostraba muy sonriente con su esposo y ella creía que había un amorío de por medio, en especial por el singular color de cabello del niño que coincidía extrañamente con el de su esposo y el resto de sus hijos. Lo que la señora Gunn no sabía era que en realidad, la señora Eustass simplemente se mostraba agradecida con el padre de la niña por ser un buen referente para su hijo, haciéndole un poco más leve lo que era crecer sin un padre en la casa y una madre consumida por el tabaco y con problemas de alcohol.

-¿Vas a sentarte o te vas a quedar ahí parado con esa cara de tonto?.

El chico espabiló y se sentó a su lado. Se mantuvo en silencio un tiempo, mirando de reojo a la chica. Su cabello rojo al igual que el suyo resaltaba en el verde del pasto, cualquiera diría que ambos niños eran hermanos por su cabello, pero si se prestaba atención, la diferencia era más que notable, no solo por ser de sexos opuestos, sino por los rasgos de su rostro y el color de ojos.

 Eran muy iguales y muy distintos, cada uno tenía lo suyo y eso los hacía únicos.

No pudo quitarle la mirada de encima en todo ese rato, no parecía su mejor amiga, no sabía si era el paisaje el que le parecía aburrido o era ella que llamaba toda su atención.

Por unos segundos sintió su corazón sacudirse de lado a lado, como intentando quitarse el polvo de encima. 

''No esta repulsiva'' pensó ''Se ve bastante bien'' la chica sonriendo manteniendo la vista fija en ese lugar que había estado mirando todo el rato, él sonrió y ella volteó a su derecha para mirarlo, se le heló la sangre.

-Deja de mirarme.-Le dijo entre risas.-Me pones nerviosa.

-Perdón.-Se disculpó y miró hacía arriba, junto sus manos sobre su estómago.-¿Que estabas viendo?.

-Ese nido de ahí, recién había un pájaro armando un nido.

-¿Y eso que tiene?.

-Me gustaría armar un nido.

-Maldita rara...

-Pero no hablo literalmente, fenómeno, digo que me gustaría construir un hogar, tener una familia...¿Unida?, no se si es la palabra.-Lo miró.-Pero me refiero a que quiero una familia que sea una familia, no como la mía, la mía es un manicomio.-Rió.-Ahora también guardería con los dos últimos mocosos que llegaron hace unos días.-Dijo refiriéndose a los nuevos integrantes de la familia, los mellizos Angus y Graham.

-Tu familia me parece agradable, la mía es un desastre, es un rompecabezas al que le faltan piezas.

-Tu mamá te da afecto, y me parece muy hermoso.

-¿Tu madre no?.

-No, ella no nos quiere, nos lo ha dicho muchas veces.

-¿COmo que no os quiere?.

-Cuando se enoja con papá o con Ferguson comienza a gritar que desearía no habernos tenido, ¿Que triste no?, que tu madre diga que le gustaría que no hayas nacido.-Tragó saliva.-Aveces a mi también me hubiera gustado no nacer.

-Hey, no digas eso.-Se acomodó de costado para poder mirarla, ella fruncía levemente sus cejas, evitando torcer el gesto en una mueca triste, se forzaba a curvar sus labios en una sonrisa e intentaba con todo su ser no despegar la vista de aquel nido, su sus ojos rozaban con los de kid, se largaría a llorar.-Yo agradezco que hayas nacido, me gusta ser tu amigo.

-Ouch.

-¿Que?.

-Nada.-Se frotó el ojo con el dorso de la mano.-Se me metió una basurita en el ojo.

-Realmente me gusta que existas, (Tn).-Le acarició la cabeza con su mano.-Sin ti, me hubiera muerto hace rato.

-No exageres, tu seguirías con tu vida normal pero sin mi, es lo mismo, es como que se te pierda un lapiz, no por eso vas a dejar de escribir, simplemnete consigues un lapiz nuevo y eso es todo.

-Pero tu no eres un lapiz, eres como una baqueta.

-Bueno, bueno, ya entendí que no tengo tetas ni trasero.

-No lo digo por eso.-Rió.-Aunque fue muy buena esa interpretación.-Pero lo que decía, es que eres una baqueta porque si se me pierde una, aunque tenga dos, no puedo tocar, necesito si o si, dos baquetas, en este caso Killer es una y tu eres la otra. Si tu me faltases, no podría tocar.-Rió viéndola a ella sonreír.-Y sabes muy bien que adoro tocar.

-Lo sé, te oigo desde casa cada vez que practicas.

-¿Y?, ¿Lo hago bien?.

-Lo haces genial.

Ambos se quedaron viéndose a los ojos por unos segundos, sus corazones latían al mismo ritmo, estaban sincronizados, los dos sabían que era esa sensación que sentían en el estómago, no eran mariposas, no eran nervios, era el demonio hambriento del mediodía revolviendo con su tridente el caldero de jugos gástricos que tenían en sus estómagos en ese momento, haciéndolos rugir exigiendo que fueran llenados de comida o comenzarían a hacer ruidos aún más escandalosos.

-¿Vamos a mi casa a almorzar?.-Ofreció el pelirrojo. se puso de pie y se sacudió la ropa.-Mamá debería estar saliendo al trabajo en una hora si es que no se quedó dormida después de su novela, así que para cuando lleguemos la casa ya estará sola.

-¿Me haces jugo de naranja?.

-Tampoco soy tu esclavo, pendeja.-Le tendió la mano.-Si quieres jugo te lo haces tu misma y también me haces a mi.

-Bueno, bueno.-Dijo riendo, tomó su mano y él la ayudó a ponerse de pie.-Como ordene, capitán.

Iban caminando tranquilamente por la acera mientras charlaban sobre sus planes a futuro, (Tn) quería terminar la preparatorio y estudiar algo que le gustase, no quería dedicarse al negocio familiar que era romperse la espalda en un taller mecánico por el salario mínimo y pobremente llegar al final de mes. Kid, al contrario de ella, detestaba estudiar y era por eso que tomaría un curso de mecánica y aprovechando su afición por desarmar, reparar, y volver a armar cosas, buscaría trabajo en algún taller para reunir el dinero suficiente y ponerse su propio taller mecánico.

-¿Que eso?.-Preguntó Kid viendo nubes oscuras en el cielo.

-No veo nada, no llevo gafas.

-¿Eso es humo?.

-¿Donde?.

-Ahí.-Señaló con su dedo el hilo de humo que había sobre el cielo. Siguió el camino que dibujaba con su dedo y sintió una presión en el pecho.-Viene de tu casa.-Le dijo él apenas con un hilo de voz.

Ella reaccionó antes que él y comenzó a correr hacía allí, se deshizo de su mochila en el camino para liberar peso, Kid la seguía corriendo a la mayor velocidad que le permitían sus piernas.

-No.-Murmuraba ella. Su vista se veía empañada por las lagrimas que salían descontroladas por sus ojos.

Sin embargo, una sensación de alivio recorrió su cuerpo cuando al doblar la esquina notó que su casa estaba intacta. 

-Ay no.-Las lagrimas comenzaron a salir con mayor intensidad a la vez que veía a su amigo llegar detrás de ella con los ojos vacíos de vida pero llenos de dolor, con lagrimas bajando silenciosamente por sus ojos.

-Mi casa.-Murmuró.-Se...Se quema.

-Kid...

Ella intentó tocarlo pero el la esquivó caminó en dirección hacía su hogar, había un camión de bomberos intentando controlar el fuego, varias patrullas de policía ocupaban la calle y dos ambulancias esperaban para entrar al rescate de algún herido.

-Niño, no puedes estar aquí.-Dijo un policía, alto y corpulento, de rostro duro. Lo tomó del brazo e intentó quitarlo de la acera. El niño tuvo la oportunidad de observar mejor la entrada, vio el coche de su madre estacionado, eso solo podía significar una cosa.

-¡Mamá!-Gritó.

-¿Que?.

-¡Sakazuki!.-Habló un hombre mayor a sus espaldas, un hombre de mayor edad, cabello negro y una cicatriz que recorría en forma de ''c'' su ojo izquierdo.-Suéltalo.

El hombre lo soltó de mala manera. Kid corrió hacia el jefe de policías, Monkey D Garp y lo tomó de mano con fuerza, jaló de él en dirección a la casa.

-¡Mi mamá esta ahí dentro!.

-¿Sólo tu madre?, ¿No hay nadie más?.

-No, señor, sólo mi mamá, ¡Sáquela de ahí!.

El sonido de una parte de la estructura derrumbándose hizo que todo voltearan a ver hacía el lugar. 

Los ojos de Kid habían perdido todo rastro de esperanza cuando vio salir del interior a un bombero, cargando entre sus brazos, un bulto cubierto en una sabana blanca.

Pasaron por enfrente de él como si no estuviera allí, la cargaron sobre una camilla, pudo ver la mano saliente por debajo de la tela, la alianza de compromiso de su madre se veía ennegrecida bajo su quemada piel que rodeaba su dedo anular.

En ese momento el padre de (Tn) apareció corriendo, abriéndose paso entre los uniformados que intentaban evitarle el paso, se tiró de rodillas frente a Kid y lo abrazó con fuerza, intentando hacerle ocultar la mirada, desviarla del cuerpo quemado y sin vida de su madre.

-Kid, no veas.-Le decía una y otra vez acariciando su cabello, intento por la fuerza que le niño no continuara mirando.-Mírame a mi.-Hizo que lo mirara a los ojos, lo tomó con fuerza de los hombros y se posicionó tapando la escena que había a sus espaldas.

-Señor Gunn, ¿Ahora que hago?.-Su tono de voz era neutro, sus ojos se habían perdido en algún punto de la camiseta del hombre, se había roto.

-Sigues adelante, campeón.

-¿A donde voy?.

-Te quedarás con nosotros, eres nuestra familia, te amamos Kid.

-Me duele...Aquí.-Dijo tocándose el pecho, sobre el corazón.-Esto es una pesadilla.

-Señor.-Habló Garp.-Podría venir conmigo un segundo, necesito hablar unas cosas con usted. ¡Sengoku!.-Llamó a uno de sus colegas.-¡Llévate al niño a la estación!.

-¡No!.-Dijo (Tn) saliendo de su ataque de pánico, caminando torpemente y entre temblores hasta Kid. Lo abrazó con todas sus fuerzas.

-E-Estas temblando.-Dijo él. Verla tan vulnerable le hizo picar aún más los ojos. Se largó a llorar desconsoladamente sobre su hombro, correspondiendo al abrazo y apretando con fuerza la campera de la chica.-Me asustas, quédate quieta, idiota.

-E-E-Estoy b-b-bien.-Logró decir en un tono de voz absolutamente desgarrador.-T-T-Tonto.

-Niños.-Habló el tal Sengoku.-Necesito que él venga conmigo, no puede quedarse aquí.

-¡S-s-si pue-puede!.-Gritó ella.-¡S-se queda con-conmigo!.

-Niña, debo cumplir con mi deber.-Murmuró acariciándole el cabello.-No me lo llevaré para siempre, te lo devolveré.

-¿C-como sé que puedo c-confiar en usted?.

-Porque soy un policía no un villano.

-Tengo que ir.-Dijo Kid.-No quiero estar aquí, (Tn).

Ella iba a poner una objeción, pero, ¿Que objeción?, ¿Acaso iba a obligarlo a quedarse en una escena así solo por su estúpida idea de quedarse con él para hacerlo sentir mejor?, ¡Su madre acababa de morir incendiada!, ¿Como iba a poder hacerlo sentir bien en una situación así?. No, era egoísta de su parte exigirle que se quedase, era despiadado.

Le dio un beso nervioso en la mejilla, sobre sus canales de lagrimas saladas que bajaban desde sus ojos, y se despegó de él.

Kid le devolvió el beso dándoselo en la coronilla y caminó bajo la guía del hombre. Subió al patrullero y bajó la mirada a sus manos, no volteó a ver, ni siquiera se atrevió a abrir los ojos en todo el trayecto.

Estaba dejando una etapa de niñez muy dura atrás, para verse obligado a madurar antes de tiempo y comenzar una vida más dura aún.

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