5
La tomaba del brazo con fuerza y la arrastraba por todo el jardín. La chica intentaba zafarse del agarre pero no podía, él era más fuerte que ella, no podía pararlo. Quería gritar para avisarle a sus amigas sobre lo que estaba sucediendo pero no podía, no sólo por la mordaza que no le permitía mover la lengua correctamente, sino también porque seria inútil, las chicas no estaban, habían tomado sus bicicletas y comenzado a perseguir al camión de los helados con la misión de conseguir provisiones para aliviar el calor en ese infernal día de verano.
La misión que le habían otorgado a (Tn) era la de proteger el fuerte mientras Bonney, Koala y Baby 5 no estaban, había fracasado su misión y lo mas seguro era que cuando regresarán se enfadaran con ella.
Le habían dicho que no era una buena idea pero ella insistió, se creía capaz de poder controlar una situación así, creía estar a la altura de tal responsabilidad. Se había equivocado, se había dejado engañar.
La empujó contra un árbol le quitó a mordaza y antes de que pudiera gritar le metió una bolsa en la cabeza. Ella desconocía el motivo, temía que le golpeara.
La tomó de las manos y la hizo sujetar las cuerdas de la escalera que conducía hasta la casa del árbol. Desenfundó su revolver de juguete y la apunto en la espalda.
-Sube.
-P-pero no veo.
-¡Es que es secreto!, ¡No puedes ver!.
-Pero, ¿Como subo si no veo en donde estoy pisando?, y cuando llegue arriba, ¿Hacía donde debo ir?.
-¡Yo te guiaré!, ¡Tú solo sube!.
Tragó saliva e intento no sollozar, estaba asustada. Tenía el presentimiento de que algo malo le sucedería. Pero por otra parte estaba emocionada, por fin estaba conociendo al vecino del frente, se podría decir que hasta estaban ''Jugando'' juntos.
El niño Eustass Kid, era el vecino de enfrente de (Tn), se conocían de vista desde que tenían memoria pero nunca habían intereactuado tanto hasta ese momento.
Una vez, los hermanos de (Tn) habían pateado la pelota de fútbol tan lejos que había acabado en el patio delantero del pelirrojo. Pero no se preocupen, se la devolvió, no sin antes tomar una navaja y la agujerearla. Cruzó la calle con una sonrisa maliciosa y les entregó, más bien, arrojó la pelota desinflada. ''Se les cayó esto en mi jardín'' había dicho ''Tengan cuidado con sus juguetes, si caen en mi jardín podrían romperse''.
Recordó esa otra vez en la escuela, cuando en la clase de deportes estaban jugando quemados, y Kid complotó con todos sus compañeros para que la golpearan solo a ella y al grito de ''¡Muere cuatro ojos!'' recibió tantos pelotazos en la cara que sus gafas salieron volando, rompiendo el cristal derecho de estos en el proceso.
Aunque, sabía que no era tan despiadado como parecía, tenía sentimientos.
Lo comprobó el día que su padre armó las maletas, tomó el auto y los abandonó a su madre y a él. (Tn) estaba sentada en el pórtico de su casa cosiendo la camiseta de trabajo de su padre cuando vio a Kid salir corriendo a toda velocidad, con los ojos llenos de lágrimas, yendo inútilmente tras él auto de su padre, el cual ya había desaparecido al final de la calle, gritando a todo pulmón que no lo dejara.
Fue la primera vez que ella oyó una grosería salir de la boca de Kid y también la primera vez que lo vio llorar desconsoladamente.
La segunda vez que comprobó que el pelirrojo no era el mismo diablo, fue cuando le devolvió a su perro Jack, el cual había estado perdido por tres días. El día era lluvioso y (Tn) no podía despegarse de la ventana, con la angustia en la garganta y las lagrimas al borde de salir por sus ojos, aguardando a que por alguna clase de milagro, su perro regresara a casa. Y si, un milagro ocurrió. Su vecino apareció por la acera, guiando a Jack hasta su casa tomándolo por el collar de su cuello.
Ella corrió hasta la puerta y la abrió con una gran sonrisa, el can al verla movió la cola descontroladamente. El chico le tendió el cartel de se busca y le pasó la correa. ''De nada'' dijo manteniendo su expresión neutra y cruzó la calle rumbo a su casa, resguardándose del agua bajo su piloto amarillo.
Si, no era tan malo como parecía pero tampoco ella podía decir que era bueno. Era como el balance perfecto entre la bondad y la maldad, encerradas en un pequeño cuerpo, de piel blanca como lo bueno y puro de este mundo y rojo ardiente en el cabello como el mismo fuego del infierno. Aunque, aveces su naturaleza bravucona lo superaba y era por ese motivo que había sido la peor pesadilla de (Tn) durante cuatro de sus siete cortos años de vida.
Ahora, estaba siendo secuestrada por él, posiblemente la torturaría o la golpearía, estaba segura de que al menos una maldad le iba a hacer, tal vez le terminaría de romper las gafas o le cortaría el cabello por ser del mismo color que el suyo.
-¿Por que te detienes?.-Habló el chico debajo de ella.-¡Sigue subiendo!.
-E-es que ya llegue al final de la escalera, ¿A-Ahora que hago?.
-Hay una baranda a tu derecha sujétate de ahí y sube, hay todo un piso firme frente a ti.
-¿D-De verdad hay un piso?.
-¡Si idiota!, ¡Sube de una vez que tengo todo tu apestoso trasero en la cara!.
-Seguro es una trampa.-Masculló mientras le obedecía.-Seguro ahora me caigo y me muero.-Apretó lo labios para no llorar.-Me dan miedo las alturas, Kid.
-¡Ya los sé!.
-¿Por que eres tan malo conmigo?.-Comenzó a llorar.-¿Por que me tratas mal?, ¿Que te hice?.
-Hey, no llores.-Su tono de voz era molesto pero un poco más suave, ya no estaba gritando.-Vas a ensuciar la bolsa.
-¡Tengo miedo!.-Se puso de pie sobre la madera y suspiró aliviada, no era un trampa, o al menos no lo parecía por el momento.
El pelirrojo subió y la tomó del brazo, abrió la puerta de la casita y la hizo entrar.
En cuanto (Tn) se separó de la baranda, se aferró con fuerza al brazo del niño, temía estar tan lejos del suelo y sin poder ver, podía dar un paso en falso y acabar muriendo de una caída seca al suelo.
-¡Me estas lastimando!.-Se quejó.-¡Suéltame!.
-¡Si me voy a morir, te llevaré conmigo al infierno!.
-No te vas a morir, boba, estas a salvo en mi guarida, es muy resistente.
-Si fuiste tu el que construyó esta casita del árbol no creo que sea muy resistente, vamos a morir los dos.
-¿¡Como sabes que es una casita del árbol!?.
-No es invisible, se ve desde la ventana de mi habitación y a parte debiste haberme cubierto el rostro desde antes porque la vi cuando me estabas trayendo.
Él chasqueó la lengua molesto y le quitó la bolsa de la cabeza, vio su rostro rojo y un camino de lagrimas secas recorriendo sus mejillas.
-Eres una llorona.-Trabó la puerta con palo de madera.-Si lloras te saldrán arrugas.
-¿Quien dice eso?.
-Mamá, por eso ella no llora.-Miró por la ventana, asegurándose de que las chicas aún no hubieran regresado.-Y yo tampoco.
-Llorar esta bien, no tiene nada de malo.
-Llorar es de débiles, yo soy fuerte.
-Yo también lo soy.
-No, tu no lo eres.
-¡Hey!.
-Eres una niña, las niñas son debiles, es por eso que juegan a las princesas y no a los piratas como nosotros, los chicos.
-¡Nosotras somos piratas!, ¡Yo soy un pirata!.
-No, tu eres princesa.
-¡Yo no soy princesa!, ¡No somos princesas somos piratas!
-¿¡Que!?, ¿¡No eres la princesa!?.
-¡N-no!.
-¿Y por que te quedaste en el castillo si no eras la princesa?.
-¡Porque era mi deber proteger la guarida mientras iban por helado!.
-¿Guarida?, ¡Las princesas no pueden tener guaridas!.
-¡Es que no somos princesas, tonto!.
-Maldita sea.-Pateó un canasto lleno de juguetes.-¿Como que no eres la princesa?, ¡Mi misión era secuestrar a la princesa para que ustedes nos paguen el rescate!.
-Bueno, fallaste tu misión entonces Capitán Eustass Kid.
-Ja, ¿Y tu quien te crees que eres para dirigirte hacia mi de esa manera?.
-Soy (Tn) Gunn, Medico oficial y comandante de la primera división de los piratas de Bonney.
-¿Eres medico de verdad?.
-No de verdad verdad, pero se mucho de primeros auxilios.
-Cúrame.-Le mostró su rodilla. Tenía una gran raspadura que la cubría casi en su enteridad, tenía basura pegada en la costra y tenía un leve color morado al rededor, estaba infectada.-Hazlo.
-No trabajo gratis.-Se cruzó de brazos y lo miró con soberbia.-Si quieres que cure tu lepra tendrás que darme algo a cambio.
-¿Algo?, ¿Como qué?.
-No lo sé, algo que pueda ser de mi interés, piensa un poco.
-¿Un beso?.-Soltó rascándose la nuca.
-¿Q-que?.
-A las chicas les gustan las cosas románticas, ¿No?.
-Si, pero no es un beso lo que quiero.
-Oh entonces...-Negó con la cabeza, se estaba dejando chantajear.-¡No!, ¡Lo unico que te voy a dar es una patada en la cara!, ¡Cúrame!.
-No te atreverías a golpearme.
-No sería mi primera vez golpeando a una niña.
Le mantuvo la mirada a sus ojos ámbar por unos segundos, su corazón comenzó a latir con velocidad, desde su posición en el suelo le aterraba verlo de pie frente a ella, podía tranquilamente patearle el rostro y sacarle unos cuantos dientes.
-B-bueno, pero...¡Me tendrás que p-pagar algún día!.
-Si, si, lo que digas.-Se sentó en el suelo frente a ella y extendió su pierna herida.-Menos charla y más trabajo.
-¿Como crees que lo voy a curar?, ¿Con magía?, ¡Necesito suministros!.
-¿Que?, ¿Y eso que es?.
-Algodón, agua, alcohol, gasas...
-¡Ah!, ¡Instrumentos de dolor!.
-¿Instrumentos de dolor?.-Él alargó su mano hasta debajo de la mesa y tomó la una mochila que (Tn) se le hizo familiar.-¿Esa es la mochila de Ferguson?.
-Si, tu hermano me la regaló.-Quitó de su interior un bolsa de gasas y una botella de alcohol etílico.
-¿Te la regaló?.-Frunció el ceño, tomó la botella de agua y un jabón liquido que le estaba tendiendo.-¿Como que te la regaló?.-Le echó jabón a la herida y con ayuda del agua comenzó a maseajear de forma circular con la yema de sus dedos sobre la lastimadura, generando espuma para limpiar la suciedad.
-Íbamos de camino a casa, ambos por la misma acera.-Quitó la espuma y tomó una gasa, la mojó con alcohol.-Y bueno, tropecé con una roca, mi puño se cayó en su estómago y...¡Ah!.-Se quejó, (Tn) le apoyó con fuerza el apósito sobre la herida.-¡Ah, me arde!, ¡Para!.
-Oh, vamos.-Miró sus ojos llorosos.-¿Me estas pidiendo que pare porque te duele?, ¡No eres tan fuerte como dices!, ¡Eres un cobarde!.
-¡No me llames cobarde!.
-Demuestra que no eres uno y dejaré de hacerlo.
La puerta se abrió y por ella entraron tres chicos, Killer, Heat y Wire.
Aunque el rubio era cuatro años mas grande que Kid, habían sido mejores amigos desde que el pelirrojo tuvo la bravura de intentar robarle el dinero de su almuerzo el primer día de colegio, y desde entonces no se habían separado nunca. A tal punto había llegado la amistad que sentían que esa etiqueta les quedaba chica, por lo que pasaron a considerarse entre ellos como hermanos.
Con el peliazul también se llevaba bien, iban a la misma clase y compartían bastante tiempo juntos. A Wire no lo conocía del todo, el compartía clase con Killer y él había sido el que lo introdujo al grupo. Eran chicos más grandes, ambos con once años, en pocos años ya dejarían atrás la primaria y pasarían a la secundaría. Se juntaban con Kid y Heat más que nada para ocultarse en la casita del árbol a fumar sin que sus madres se enteraran, y a la mamá del pelirrojo poco le importaba lo que ellos hicieran así que la casa de Eustass era un territorio sin reglas, el lugar ideal para hacer lo que se les cantase la gana.
-Kid.
-Wire.
-¿Que hay amigo?.
-Me están tratando las heridas.
-Hey, que cool, Quiero que cure las mías también.-El peliazul se sentó junto a su amigo y se quitó la tira adhesiva sanitaria del rostro, dejando a la vista una gran cicatriz que iba desde la comisura de sus labios hasta la mita de su mejilla.
-¿C-Como te hiciste eso?.
-Pescando.
-Oh, cielos.-Observó con mayor detenimiento.-¡No te has sacado el anzuelo!.
-Es que empieza a sangrar cuando lo hago.
-¡Que calamidad!, ¿Como puedes andar tan tranquilo teniendo el rostro así?.
-Hey, tranquilízate, el pobre no tiene la culpa de haber nacido tan feo.-Se burló el rubio.
-¡Y ustedes también!, ¿Como lo van a dejar así, sin atender?, ¡Puede infectarse y desarrollar alguna bacteria!, ¡Podría hasta contraer algún parásito!.
-Lo quisimos llevar al medico pero no quiere que su madre se entere de que perdió la caña de pescar de su papá.
-No me dejará salir a jugar nunca más si se entera...
-Son todos unos tontos.-Murmuró.
-Hey.-Habló el pelinegro.-¿Como va lo del rescate?.
-Ah, en cuanto a eso...
-No soy princesa, no tenemos princesa y tampoco dinero.
-Supongo que tendremos que sacarle dinero a tu mamá de nuevo.-Killer se encendió un cigarro.
-Bueno, si no hay rescate entonces, ¿Que hacemos con la niña?.
-¿Y si le pedimos rescate a sus padres?.
-Iremos presos.
-Los niños no van a la cárcel.
-Los secuestradores si.
-Quedémonosla, podría servirnos de algo.
-¡Hey!.-Se quejó ella.-¡Yo no soy objeto!, ¡Y ya pertenezco a los piratas de Bonney!.
-¿La glotona?.
-Esperen.-Habló el pelirrojo.-Si Wire es el navegante, Heat el inventor, Killer el cocinero y yo él capitán...¡(Tn) será el doctor!.
-¿¡Que!?.
-Eres miembro de mi tripulación ahora.
-¡Me niego!.
-Deberás aceptar, de otra manera tendremos que llenarle la cabeza a tu querida capitana con estiércol.
-¿Y de donde vas a sacar eso?.
-Ya nos encargamos de ese asunto con anterioridad.
-¿Que?.
-¡(Tn)!.-La voz de Koala y sus otras amigas la llamaban desde abajo.-¡Déjenla salir, malditos!.
-¡Como capitana de (Tn), exijo que la dejen en libertad o les declararemos la guerra!.
-¿Les disparo?.-Pregunto Baby 5 Con su pistola de balines cargada, apuntando hacía la ventana por la cual se asomaban los muchachos.
-No, aún no.
-Trae la artillería pestilente.-Le ordenó Kid a Heat.
-¡En seguida!.
-¿Artillería pestilente?.-La chica recapacitó.-¿Eso es...?.
-Bien chicas.-Continuó hablando.-Nos faltaba un médico en la tripulación y abrimos convocatorias.-Heat salió al balcón una caja de plástico entre sus manos cubiertas con unos guantes, llevaba puesta una mascara antigas.-La señorita Gunn resultó ser perfecta para el puesto, así que la reclutamos, espero que no les moleste.
-¡Ni hablar!, ¡Ella es nuestra!.
-¡Debe curar a mi osito de peluche!.-Dijo la pelinegra.-¡Se le esta saliendo el relleno!.
-¿Por que no bajan y les pateo el trasero a todos?.-Koala tomó su posición de combate.-¡Soy cinta negra en karate!
-Chicas, la decisión ya esta tomada, se quedará con nosotros. Así que pueden ir saliendo de mi jardín por las buenas.-Miró a Heat y le sonrió. Este asintió con la cabeza y abrió la caja, con el guante tomó un excremento de perro seco y se puso en plan de atacar. Las niñas palidecieron. A (Tn) le dio arcadas.-O tendrán que hacerlo por las malas.
-¡Esperen!, ¡No lo hagan!.-Los detuvo, salió al balcón y detuvo al peliazul. Volteó hacia Kid y lo miró con molestia, este la miraba sonriente, sabiendo que se había salido con la suya.-Usted gana, capitán, me uniré a su tripulación.
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