28
Hizo a un lado el rostro mientras fruncía el ceño con molestia.
-Ah.-Gruñó rascándose la nariz.
Le costó separar los párpados pero al cabo de unos segundos pudo abrir los ojos.
Estaba oscuro pero podía ver bien, las persianas estaban bajas y ni un rayo de luz se filtraba por ellas, aunque eran los suficientemente finas como para iluminar un poco. Hacía un frio horrendo, tenía la nariz y los dedos helados. En cuanto su cerebro se termino de despertar pudo sentir un peso extra sobre todo el lateral izquierdo de su cuerpo. No hizo falta que lo viera ya que la mano contaría a la que había utilizando para aliviar la picazón de su ñata sostenía su cintura.
Era (Tn) durmiendo plácidamente sobre su pecho, con una pierna sobre la pelvis del chico, abrazando su torso con un brazo y con su otra mano, enredando sus dedos en los cabellos rojizos de él.
Se quedó unos segundos admirando el rostro tan pacífico de Gunn.
Le fascinaba el toque inocente y angelical que le daba el rojo ubicado sobre sus mejillas.
Una oleada de sentimientos lo invadían con solo observar esa escena.
Entre el aroma de la chica y el calor que recibía de su cuerpo, no había forma de mantener la calma, la quería estrujar contra él, quería despertarla a punta de besos por todo su cuerpo. Quería recorrer toda esa suave y cálida piel de su cuerpo con caricias, quería poder decirle “te amo” en cuanto despertara. Quería hacerle y decirle tantas cosas y no se animó a mover ni un solo músculo.
Un sentimiento muy extraño se apoderó de él, una mezcla entre miedo y ensueño.
Sin dudas estaba disfrutando del momento. Estaba experimentando sensaciones tan hermosas que no quería que se acabase.
Ese era su miedo, que el momento acabase.
¿Hace cuanto había deseado, soñado incluso, con encontrarse de esa manera con ella?. Entrelazados ambos debajo de las sabanas, compartiendo el tiempo juntos de esa manera tan intima, tan especial.
Si, la confianza entre ellos se había restaurado pero les costó un año desde aquella navidad para poder volver a tratarse plenamente como en los viejos tiempos.
Si, habían temas que no solían tocar. Como por ejemplo la relación de Kid con Nojiko, o el beso que se habían dado en esa misma habitación. El limite de hasta donde se podía bromear o charlar satíricamente estaba en lo mujeriego que era Kid. Él y las chicas ya era algo común para todos. Tanto para los chicos como para (Tn) ya no era nada nuevo que el celular del chico vibrara a cada rato con el mensaje de alguna chica con la mala suerte de haberse enredado con él o encontrarse alguna chica en la puerta del institutito esperando para hablar con él.
O que alguna loca amenazara a (Tn) en el estacionamiento de su trabajo creyendo que era una especie de amante de él por la cercanía que llevaban.
Se arrepentía de esa fama que se había ganado, o mas bien, formado. Todos esos problemas con chicas que no le importaban en lo absoluto era lo que lo alejaba de estar con la única mujer que realmente anhelaba tener a su lado.
Kid era el chico que andaba con todo el mundo, que se había volteado a cada carita bonita que se cruzaba.
Y con tan solo diecisiete años había tenido más sexo que Killer, todo gracias a los retorcidos consejos de su tío Doffy, los cuales había seguido al pie de la letra y le habían dado la victoria en cada sucia jugada en contra de una pobre chica desafortunada.
Entre su maravillosa capacidad para hacer sonar cualquier cosa que salga de sus labios como el diálogo de alguna película romántica, el físico digno de un dios y esa forma tan despiadada e incitadora de moverse hacia su presa hacia que todas quedaran atrapadas en su juego como moscas en la miel.
Era todo lo que (Tn) no buscaba en un chico.
''Debería dejar de hacer eso'' pensaba sin quitarle la mirada de encima ''De otra manera nunca tendré ni una remota oportunidad de estar con Gunn'' suspiró haciendo la mirada hacia otro lado.
Su mente comenzó a divagar entre escenarios que él mismo se inventaba. Se imaginó a alguien mejor que él estando con ella.
A Law, para ser precisos.
El ojigris era un chico derecho, respetuoso, inteligente, amable, se comportaba como todo un caballero con las damas y era prácticamente todo lo opuesto a Kid.
Es que, no había otra manera mas clara que esa, Law era literalmente todo lo opuesto él.
Se imaginó a su hermanastro estando en su posición, teniendo a Gunn de esa manera, a su merced. Se encabronó de solo imaginárselo, tenía ganas de pararse de la cama e ir a matar a Law simplemente para asegurarse de que ese escenario nunca se cumpliese.
Y es que de hecho, era muy probable que si Law se lo propusiera, le robase a la chica.
Gunn y Law no se hablaban mucho, se decían unas cuantas palabras en las pocas ocasiones en las que se cruzaban en la casa de ambos chicos pero siempre se habían llevado de maravilla, si los dejaban solos por un rato podría hasta volverse mejores amigos, motivo por el cual Kid siempre se encargaba de que no intercambiaran más de trescientos sesenta caracteres buscando la forma de arrastrar a Gunn fuera de las conversaciones con el ojigris a toda costa.
Lo hizo, lo consiguió. Se encabronó solo apenas había despertado.
Nuevo record.
Su celular comenzó a chillar con el tono de llamada entrante, lo agarró completamente desprevenido, lo hizo salir de sus pensamientos a la fuerza.
-Kid.-Murmuró ella aún sin abrir los ojos.-Apaga tu maldito teléfono.
Con miedo de que la chica terminara de despertar y se parara de la cama, tomó rápidamente su celular para apagarlo.
Pero no lo hizo, no podía hacerlo, era Cora-San quien lo llamaba.
-Calla esa porquería.-Le retó separándose de él y volteándose hacia la pared.
''No, no, no'' pensó él atendiendo la llamada ''no te separes''.
-Hola.-Dijo con la voz ronca, se inclinó y le plantó un beso en la cabeza, acomodándose de costado para poder abrazarla por la espalda. El profundo tono de su voz le erizó la piel a Gunn.
''Oh demonios'' Pensó ella ''¿Como va hablar en ese tono estando tan cerca de mi?'' sintió la mano del chico escabulléndose por debajo de su playera para acariciarle el vientre con sus dedos y sintió algo parecido a la electricidad recorrer todo su cuerpo. no pudo evitar el soltar un suspiro.
Lo sintió pegándose mas ella y sus nervios se pusieron de punta.
Lo sentía, se estaba comenzando a calentar, quiso pararse de la cama.
Pero no lo consiguió.
Se despegó de él y maniobro sobre la cama para pasar de él pero Kid la sostuvo de las caderas, regresándola a la cama, dejándola sobre el colchón y colocándose sobre ella.
-Me olvidé de avisarte.-Dijo rodando los ojos.-Estoy con Gunn. Si, nos despertaste a ambos.-Miró el reloj despertador junto a la cama.-Y a las ocho de la mañana, ¿No era más fácil enviarme un mensaje?
''Ah, mierda'' Pensó ella viendo la vista que estaba recibiendo del pelirrojo, espabilándose por completo ''¿En que momento se quitó la camiseta?''.
Lo tenía sentado sobre su pelvis, con el torso desnudo, pudiendo ver desde abajo lo trabajado que estaba su cuerpo. Le provocó ternura lo desprolijo de su cabello, sus mejillas sonrosadas y su ceño fruncido, molesto con quien fuera que estuviera del otro lado de la línea por haberlo despertado.
Sus ojos no pudieron quedarse solo en su rostro, no pudo evitar el tener ganas de inhibirse con la mirada y explorar ese cuerpo de fábula que su amigo tenia.
Su piel blanca y tersa, sus abdominales marcados, su espalda ancha, sus hombros y brazos fuertes y bien trabajados. Era como un regalo de los dioses del olimpo para la tierra.
Tenerlo así y estando ella en esa posición, le daba paso a su imaginación para crear escenarios poco castos en su mente.
Había fantaseado en más de una ocasión con lo que las manos de su mejor amigo podrían llegar a hacer y recordarlas en ese momento, la iba excitando poco a poco.
Se animó a bajar más la mirada, quiso echarle un vistazo a la ''v'' marcada en sus caderas y por poco le da un infarto.
Se lo habían comentado, era consciente de que era algo natural del cuerpo masculino, a todos los chicos les sucedía eso por la mañana.
Pero nunca creyó que vería a Kid con una erección matutina.
-Creí que tu viaje sería mañana.-Miró a Gunn y la encontró mirándolo, siguió la dirección a la que apuntaban sus ojos y una sonrisa pícara surcó sus labios. Ella giró el rostro violentamente hacía otro lado, avergonzada.-De acuerdo, estaré ahí para la cena.-Tomó su mentón con la mano e hizo que le mirase.-¿Gunn?, no sé si querrá, déjame que le pregunté.-Se inclinó hacia adelante y se acercó peligrosamente a sus labios.-¿Quieres venir a casa para cenar esta noche?.
-Esta bien.-Dijo casi sin aliento.
-Dijo que si.-Respondió al parlante del móvil.-Voy a desayunar, te veo en casa.-Sentenció antes de cortar la llamada. Ella sintió las palabras chocar contra ella, los nervios se le pusieron de punta.-Y bien.-Dijo dejando el móvil a un lado y regresando a su posición anterior.-¿Que era lo que estabas viendo que te hizo sonrojar?.-Preguntó sabiendo exactamente que era lo que había estado viendo pero quería escucharlo salir de su boca, quería verla avergonzada al admitir que estaba mirándole allí.
-Esa cosa entre tus piernas que me esta apunto de sacar un ojo.-Dijo ella sin pudor alguno.-¿Podrías por favor bajar eso y quitarte de encima?.-Le preguntó.
Quería salir de esa habitación antes de que cediera a la tentación y cometiera un acto del que luego se arrepentiría.
O tal vez no.
-¿A donde quieres ir?.-Le preguntó acariciando la comisura de sus labios con su pulgar.
-Tengo que hacer cosas.
-¿Que cosas debes hacer un sábado a las ocho de la mañana?, quédate un rato más en la cama y juega conmigo.
-Más cosas de las que te imaginas, huir de ti por ejemplo.
-Hey, no.-Mencionó riendo.-¿Por qué?, No te haré nada.-Le dijo mirándola fijamente a los ojos, bajó a sus labios por unos instantes.-A menos que tu quieras.
-Si que me tienes ganas, eh.-Lo tomó del mentón para hacer que la mirase a ella y no a su escote.-Eustass.
-Me descubriste.-Dijo Encogiéndose de hombros.
-Ay.-Rio.-Pobrecito.
-No me cansaré de insistirte hasta que seas mía.
-Si, si, me lo has dicho muchas veces. Pero cariño.-Le acarició la mejilla con un falso reparo.-Es difícil de creer cuando tus palabras salen de esos labios tan concurridos que tienes.
-¿Me estás diciendo mentiroso?.
-Estoy diciendo que te he visto usar estos trucos con otras y yo no voy a caer en ellos.
-Nadie está hablando de trucos.
- Te conozco, Eustass.
-Bien, ¿Entonces quieres que me detenga?.
-Te lo agradecería.
-Dilo.
-¿Qué?
-Pídeme que me detenga.
Nunca creyó que sería tan difícil decirle que no a algo, mucho más cuando estaba comenzando a disfrutar de ello. La cercanía del cuerpo de Kid sobre el suyo, de las suaves caricias que recibía en el rostro y de ese nerviosismo que le provocaba la mirada hambrienta de esos ojos naranjas le ponían de sobremanera.
-¿Que paso?.-Comenzó a bajar sus caricias, contorneando toda su silueta hasta detenerse sobre el elástico de sus bragas sobre su cadera.- Te quedaste sin palabras?.
-Quita tu mano de ahí.
-Aún no respondes mi pregunta.
-Si, como sea.-Le pellizcó un pezón haciendo que el chico se hiciera a un lado.
-Ah, maldita.-Se quejó sobándose el pecho.-¿Que mierda te pasa?.
-No te querías mover.-Respondió mientras buscaba un short que ponerse para no andar en bragas por la casa.-¡Ah!.-Gritó en cuanto la mano de Kid chocó contra sus glúteos. Se sostuvo con una mano del guardarropas y con las otra se frotó la piel.-Eres un bastardo.-Le escupió con rabia, los ojos se le habían puesto aguados.
-Se podría decir que ahora estamos a mano, ¿No?.-Mencionó él comenzando a buscar su ropa para vestirse.
Ella sólo le lanzó una mirada cargada de odio y continuó con su tarea.
-Oh, ¿Vas a llorar?.
-No.-Respondió tajante.
-¿Te dolió?.-Preguntó acercándose para abrazarla por detrás.
-Por supuesto que no.-Otra nalgada impactó en su otro glúteo.-¡Imbécil!.-Se volteó rápidamente para darle un puñetazo pero él consiguió detenerlo con su mano antes de que chocase contra su rostro.
-Siempre haces lo mismo, eres predecible, Gunn.-Avanzó hacia adelante haciéndola retroceder y chocar contra la pared.-Enséñame algo nuevo.-La aprisionó pegando su cuerpo al de ella. La tomó por detrás de las rodillas y la cargó sobre su pelvis aún sin separarse de la pared.-Muéstrame que otras cosas eres capaz de hacer.
La chica estaba roja a mas no poder, tenía toda la virilidad de Kid pegada a ella, su trasero dolía y su mente no hacía más que divagar entre pensamientos perversos.
Era imposible pensar con cordura en una situación así.
-¿Me tienes miedo?.-Preguntó mirándola a los ojos, con una sonrisa de lo más traviesa. Sentía sus piernas temblar bajo su tacto.
-No.-Le respondió desafiante.-No eres una amenaza para mi, Eustass.
-¿Y por qué quieres escapar de mi entonces?.
-Porque se lo que estás intentando.-Hizo a un lado la mano que sostenía su rostro.-Y quedándome aquí solo te hago falsas ilusiones, prefiero comenzar con los quehaceres de la casa.
-Vaya, ¿Y cuáles serían esas intenciones?.-Ella se quedó muda, le daba pena hablar.-Oh, ¿Que pasó?, ¿Te atacó la timidez? ¿O te da vergüenza admitirlo?
-¿Admitir qué?
-Que quieres que te folle.-Murmuró en su oído antes de darle un beso en la mejilla.-Que quieres esto tanto como yo.-Comenzó a bajar con sus besos.
-Te equivocas.-Le respondió mirando hacia otro lado, poniendo sus manos sobre el pecho del chico para hacerlo a un lado.
-No suenas muy convencida, parece que te cuesta resistirte
-Eres tu el que tiene una erección, yo simplemente tengo ganas de vestirme e ir por una taza de café, considerando los intereses de cada uno, creo que yo gano.
-Tal vez pueda hacerte cambiar de parecer.
La puerta de la habitación se abrió de pronto y por ella entró ferguson.
-(Tn), el desayuno ya...-Contempló la escena boquiabierto, no podía articular ni un sonido.
Kid y Gunn estaban congelados ella roja a mas no poder y el chico mas pálido que de costumbre.
-Abajo, desayuno, ahora.-Dijo tragándose las ganas de golpear al idiota que manoseaba a su hermana y saliendo de la habitación dando un portazo.
-Creo que ya no le caigo bien a tu hermano.-Dijo bajándola.
-Nunca le caíste bien de todos modos.-Dijo encogiéndose de hombros. tomo un par de pantalones deportivos y se los coloco, se ató el cabello y se colocó un buzo encima.-Iré a hablar rápido con ferguson para asegurarme que no haga ningún comentario fuera de lugar en el desayuno, eso no le agradará a papá.-Abrió la puerta y le echó un último vistazo a la delicia que era su amigo.-Vístete, te veo abajo.
Ferguson estaba sentado en la mesa de la cocina sosteniendo un bowl con apenas un poco de leche con cereales.
(Tn) entró a la cocina, y vio a los mellizos sentados en sus sillas y al pelirrojo sentando sobre una de las esquinas de la mesa.
Ella lo esquivó y fue a por algo de café.
-Deberías utilizar mas ropa para dormir,¿no crees?.-Atacó sin poder aguantarse.-Por la noche las temperaturas son muy bajas y teniendo en cuenta que la temperatura corporal también desciende cuando uno esta dormido, te encuentras mas propensa a pescar un resfriado.-Volteó sobre su hombro para mirarla.-O un embarazo, si el señor Eustass está en la casa.
-Lo tendré en cuenta para la próxima, así como tu también deberías tener en cuenta el golpear la puerta antes de entrar a mi habitación.
-Pues, lamento haber interrumpido lo que sea que estuvieses haciendo con ese imbécil pero salimos a las diez y papá me envió a despertarte, te demoras años en estar lista.
-¿Salir a donde?.
-A la casa de los abuelos, ¿recuerdas?.
-¿Eso era hoy?.
-Nos vamos hasta el martes.
-Ah, cierto. Lunes y martes son días festivos.
-Desayuna de una vez y ve a bañarte, aún debes echar al otro y hacer tus maletas...
-Es que no puedo ir.
-¿Por que?.
-El lunes trabajo y por ser feriado me pagan el doble.
-Oh.
-Si, y si quieres dejar de desayunar un bowl de cereales que es un setenta porciento aire debo trabajar.
-Yo puedo hacer horas extras en el taller.-Dijo su padre entrando a la cocina limpiándose los dedos engrasados con un trapo.-Así podré cubrir ese hueco de dinero y tu puedes venir con nosotros.
-Ya trabajas mucho, pa.
-No es tanto, me quedaré hasta las diez la próxima semana y ya.
-¿Y en que momento planeas descansar?.
-Yo me encargó de eso, ahora desayuna.
-No pa, no iré.
-(Tn).
-Trabajaré cinco horas el lunes y seis el martes, cada hora de trabajo tendrá un extra de bonificación del ciento cincuenta porciento por lo que estaré cobrando casi el triple por hora.-Comenzó a explicar.-Si encuentro la manera de quedarme mas tiempo podré llegar a hacer hasta ocho horas, por lo tanto estaré ganando con tan solo dos días de trabajo casi la mitad extra de mi sueldo.
-Pero...
-Y no puedo faltar, no puedo perder mi premio por asistencia, es el catorce porciento extra de mi sueldo.
-Bien, esta bien, si no quieres venir no vengas pero...
-Yo me encargo de eso, tu desayuna.
-Buen día.-Mencionó Kid ingresando a la cocina con una remera de (Tn) puesta.
La chica abrió los ojos tanto que casi se le saltan de la cara. Él le sonrió defendiéndose con su ternura.
-Buenos días.-Dijo su padre riendo.-Vaya, llenas mejor esa camiseta que (Tn).
Ella le golpeó suavemente el hombro.
Ferguson ensanchó aún más su mueca de desagrado.
-¿Sabes, pa?.-Llamó su atención.-Yo también debería quedarme para que (Tn) no se quede sola en casa, todos sabemos que el barrio no es amigable y no estaría bien que ella vuelva o vaya sola al trabajo. Mucho menos que se quede sola en casa tantos días.
-Son solo cuatro días...-Mencionó (Tn) por lo bajo.
-Pues (Tn) podría quedarse en casa si quiere.-Sugirió Kid casi riendo, adelantándose a la victoria.-Ella es como parte de la familia, Rosinante no tendrá problema en que se quede con nosotros.
-Aparte.-Agregó (Tn).-¿No tienes como diez o algo así?, en todo caso, yo sería la que debería cuidarte, no al revés.
-Pero...
-Tu hermana tiene razón.-Dijo el señor Gunn.-Si ya desayunaste, ve a hacer tu maleta, mequetrefe.
A regañadientes, el joven dejó el bowl de mala manera sobre la mesa y salió de la cocina seguida de (Tn) quien sonreía de lado con una taza de café en sus manos, le guiñó un ojo al pelirrojo antes de salir.
-Hey, espérame.-Le ordenó a su hermano mientras subía cuidadosamente las escaleras evitando que su café se derramase.
-Cierra la boca, no quiero hablar contigo.
-Hey, que agresivo.-Le replicó frunciendo el ceño.-Respétame mocoso.
-Yo no te respetaré si tu no te respetas a ti misma.-Sentenció entrando a su cuarto e intentando cerrar la puerta, ella puso un pie para detenerla antes de que se cerrase e ingresó a la habitación.
-¿De que diablos hablas?.
-Del maldito vampiro que tienes de mejor amigo.
-¿Que hay con él?.
-Dejas que haga lo que quiere contigo.-Tomó la maleta de abajo de su cama y la abrió.-Eso no esta bien.
-No es cierto.
-¿Ah, no?.
-No, él nunca se sale con la suya.
-Pues si yo no hubiera entrado en tu cuarto a tiempo tal vez él si se hubiera salido con la suya.
-No, no lo habría hecho.
-¿No te das cuenta del tipo chico que es?, ¿Ni las intenciones que tiene contigo?.
-Se el tipo de chico que es, pero...
-¿Pero que?.
-No va a pasar nada con él, ya no me gusta y lo sabes.
-Te he visto ir y venir por ese patán.-comenzo mientras guardaba ropa en su maleta.-Un día te gusta al otro no, tienes esos periodos en los que ''cortas relación con él'' pero enseguida se vuelven a hablar o vienes y me cuentas, mas bien te quejas, sobre la cantidad de chicas con las que estuvo en una noche cuando lo que te pregunto es como la has pasado tú en la fiesta. ¿No me interesa lo que ese imbécil haga!, ¡Me interesas tu, tonta!.
-Pero Fer...
-No, (Tn), déjate de tonterías, ya estoy harto de oírte llorar a través de la pared de mi cuarto.-Se sentó sobre la maleta para hacer presión y poder cerrarla.-Es difícil intentar masturbarse si tu hermana esta llorando en la otra habitación.
-Eso fue perturbador y tierno...creo.-Negó con la cabeza.-Como sea, ya no lloro por él y no soy tan imbécil como para ceder ante los encantados de ese promiscuo joven hermoso, así que no tendrás de que preocuparte.
-Sea lo que sea, lamentablemente soy tu hermano, y lamentablemente te quiero lo suficiente como para ser el primero en decirte ''te lo dije'' cuando llegues llorando algún día a casa porque ese estúpido te hirió.-Se puso de pie y tomo la maleta.-Acto seguido, te daré unos abrazos, unas cuantas palmaditas.-Le dio unas palmadas en la espalda a su hermana antes de salir de la habitación.-E iré directo a exterminar a ese infeliz por haberte lastimado.
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