22
-¡Gunn!.-Le llamó la atención la profesora.-¡Deje de usar el teléfono en clase!.
Toda la clase de aquel taller de arte volteó en su dirección.
La chica rodó los ojos y bloqueó la pantalla, lo dejó boca abajo sobre la mesa y se cruzó de brazos. Miró hacia el frente, desafió con la mirada a la profesora de artes.
-Discúlpeme, señorita Giolla.
-¡Es la cuarta vez en lo que va de la hora!.
-Es la quinta.-Corrigió.
Normalmente su comportamiento no era tal, mucho menos en una de las clases que mas le gustaba, la única para la que no había que tocar un libro, simplemente trazar con el material que correspondiera sus mas profundos sentimientos.
Era su materia favorita pero tenía un problema con ella, las clases se daban en un taller de dos veces por semana y en contraturno con su horario habitual, motivo por el cual ese martes tuvo que regresar al colegio desde las cinco y media hasta las siete y media.
En general era una buena alumna, sus notas eran excelentes pero su participación en clase dejaba que desear. No hablaba, no respondía a las preguntas que le hacía la maestra y se negaba rotundamente a hacer trabajos en grupo. Aveces se dormía en clase y muy pocas otras le discutía a alguna profesora, desde luego, siempre guardando respeto hacia los mayores.
-¡Una vez más y te ganaras una detención!.-Dijo la mujer, volteando nuevamente hacia el pizarrón, continuando con la explicación sobre el arte barroco.
(Tn) descanso su codo sobre la mesa y sostuvo su cabeza con la mano.
Su celular continuaba vibrando, le urgían las ganas de continuar leyendo, en el chat del grupo Kid estaba armando drama con el resto de los chicos, reclamándoles el haberse juntado a ensayar con la banda sin avisarle, a lo que Killer le había respondido "Hasta que no aprendas a dejar a tu novia en casa, no habrán ensayos contigo".
Ah, (Tn) quería hacerle un monumento al gran defensor del pueblo Killer por haberle puesto en su lugar.
Aunque ella ya no mantuviera ningún tipo de relación con el pelirrojo hace ya un año y medio, aún se mantenía en contacto con el resto de los chicos, compartían ese grupo y de vez en cuando también compartían algunas salidas, en general trataban de evitarse, las cosas habían quedado raras entre ambos.
(Tn) poco a poco fue olvidándose de él mientras que Kid intentaba mentirse a si mismo sobre a quien amaba en realidad utilizando a Nojiko como una carta de protección mágica contra su propia cobardía y de paso, para no sentirse solo.
Intentaba no estar a solas consigo mismo porque era en ese entonces en que la culpa caía sobre él como una lluvia ácida y el nombre de (Tn) no dejaba de dar vueltas en su mente.
El ambiente que se generaba cuando estos dos se juntaban era bastante tenso. Nojiko insistía en acompañarlo en sus juntadas con los chicos porque sabia de la presencia de (Tn) y sus celos le impedían a Kid pasar tiempo a solas con sus amigos.
Imagínate, (Tn), Kid y Nojiko en el mismo lugar, se podía respirar la toxicidad en el aire.
Aunque, los meses que paso sin verlo los llevo de buena manera, ya casi no lo pensaba. Se había logrado distraer con el colegio, se había reencontrado con amigos de su infancia y había formado un pequeño grupo con el que salia de vez en cuando.
En el segundo año dentro de esta preparatoria, había cambiado su turno para poder asistir por la mañana y tener la tarde para cuidar de los mellizos. Se llevó la sorpresa de su vida al reencontrarse con Koala y Baby 5, no había visto a sus amigas desde que tenia diez años. La noticia le llego a Bonney y fue solo cuestión de tiempo para que todo el grupo se volviera a reunir.
Los piratas de Bonney se había reencontrado.
Sin embargo, había alguien a quien veía casi todos los días, alguien con quien se habían vuelto inseparables.
Así es, damas y caballeros, nuestro espantapájaros favorito y fenómeno de cabello azulado, Heat.
Desde esa vez que fueron juntos al baile de graduación, eran el nuevo dúo dinámico.
La clase terminó, era la última semana antes de que terminara el ciclo lectivo, estaba a dos semanas de navidad.
Recogió sus cosas y colgó la mochila al hombro, caminó fuera de las instalaciones revisando su celular.
''Jódanse'' Fue el último mensaje del pelirrojo antes de salir del grupo.
''Ahí lo tienen al gilipollas'' puso Killer.
''Pero no te enojes :('' puso Heat.
''Terrible. Oremos'' puso Wire.
'':0'' puso (Tn).
Rió negando la cabeza, era tan ridículo todo el circo se montaba el pelirrojo para defender a la tóxica de su novia que (Tn) no podía hacer otra cosa que reír.
-Conmigo no habrías tenido esos problemas, bombón.-Dijo para si misma antes de salir del lugar abriendo la gran puerta de metal que daba a la salida.
La bocina de un vehículo estacionado en la entrada la sobresalto, casi haciendo que le celular se le cayese de las manos.
-¿Que diablos...?.-Murmuró acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja y guardando su celular en el bolsillo. Forzó la vista para ver quienes eran las personas que la hacían señas desde la cabina de esa vieja camioneta.
-¡Ciega de mierda!.-Gritó el rubio bajando un poco la ventanilla, reconoció su voz al instante.
A su lado vio a Heat luchando por ponerse el cinturón de seguridad, su rostro era de puro terror y tenía su cabello largo hasta un poco mas de los hombros recogido en un pequeño rodete bastante desprolijo.
Sonrió al ver a sus dos amigos allí, aguardando por ella para...para...¿Para que?.
-Hey, ¿Que hay?.-Saludó acercándose a la ventanilla.
-Tenemos una misión, linda.-Respondió el rubio preparando su mejilla para recibir el beso de su amiga.
-Aw, y yo que creí que venían a buscarme en coche porque en cualquier momento se larga a llover.
-¿Que misión?.-Preguntó antes de comenzar a rodear la camioneta para subir del otro lado. abrió la puerta y saludó a Heat de la misma manera.
-Tenemos que ir de compras navideñas.
-¿Tan pronto?.-Preguntó pasando por encima de Heat, cayendo en el pequeño hueco que había entre los chicos y tomando asiento allí.-Aún faltan dos semanas.
-Lo sé, pero hoy hay un descuento especial en la tienda del viejo Kurohige.-Comentó encendiendo la camioneta.
-¿Ah, si?.-Tomó la cartera del rubio que se encontraba sobre el tablero, tomó el carnet de conducir.-No sabía que ya habías obtenido la licencia.
-Cerca de mi casa hay un callejón en el que por cincuenta berries puedes obtener una también.
-Oh.-Miró hacia su izquierda, vio a Heat desesperado por abrocharse el cinturón.-Ya entendí.
-Sólo exagera.-Sin previo aviso, encendió el motor, puso primera y arrancó a toda velocidad haciendo que (Tn) casi se fuera hacia adelante por el impulso.
-¿No hay un cinturón aquí en el medio?.-Dijo (Tn) tanteando a sus costados.
-No.-Respondió sin notar la gravedad del asunto.-Volviendo al tema de las compras.-Retomó la conversación.-No tenemos mucho tiempo para hacerlas, entramos, tomamos lo que necesitamos y nos vamos, ¿De acuerdo?.
-Killer aún no logro ponerme el cinturón, ¿Puedes bajar la velocidad?.
Él más grande rodó los ojos desacelerando un poco.
-No se para que te traje si sólo con (Tn) podía hacer el trabajo de todos modos, te hubiera dejado en casa.
-¿Como están llevando la convivencia muchachos?, casi se me olvida que ahora sus padres se cogen.
-¡(Tn)!.-Le retaron ambos al mismo tiempo, lanzándole una mirada de asco. Por ese pequeño gesto Killer casi choca con un contenedor de basura.
-Tengo razón.-Se defendió encogiéndose de hombros.
Resulta, que la persona con la que la madre de Heat había estado saliendo se trataba ni más ni menos que le padre de Killer. Hacía tan sólo un mes habían oficializado lo suyo y habían decidido compartir techo, haciendo que ambos niños no tuvieran de otra que habitar la misma casa, siendo técnicamente ''Hermanos''.
La noticia le había alegrado el alma al más pequeño, tanto había anhelado un hermano y ahora lo tenía.
-Lo único que tiene de bueno es que este fenómeno usa la misma talla que yo y podemos compartir ropa.
-Lo único malo es que ya no me deja hacer nada divertido.
-No me gusta que fumes...
-¡Pero si me dejas beber!.
-El alcohol es más inofensivo...creo.
Se detuvo en un semáforo, una calle antes de donde se encontraba la tienda.
-¿No trabaja la madre de Heat allí?.-Preguntó (Tn).
-Ya no.-Respondió Heat sacando del bolsillo de su campera una bola negra de tela que no supo diferenciar que era.
-¿Que?, ¿Por que?.-Aceptó la prenda que le tendía el chico.-¿Que es esto?.-Preguntó notando que era un pasamontañas
-Un pasamontañas, tontita.-Le aclaró con un tono alegre, alargando la mano hasta la guantera y abriéndola.
-¿Son de verdad?.-Preguntó viendo las armas que el chico quitaba de la guantera.
-Una de ella lo es.-Comentó dándole un revolver a Heat y la semiautomática a (Tn).
La chica miró el pasamontañas en su mano izquierda y la pistola en la otra, vio al final de la calle la tienda del hombre. Comprendió de que se trataba ese descuento especial.
-Oh.-Fue lo único que pudo articular.
Sin pensarlo más de una vez, se colocó el pasamontañas. No le importaba mucho que tan moralmente incorrecto fuera asaltar una tienda de vivires de su ciudad, le importaba más en ese momento lo divertido que podría llegar a ser sobrevivir a esa aventura y crear una anécdota con sus amigos de la cual se reirían cuando fueran muy viejitos.
-¿Están listos?.-Preguntó el rubio antes de encender el motor. Los chicos asintieron con la cabeza.
-¿Y tu que arma usarás?.-Le preguntó ella.
-La estas pisando ahora mismo.-Le respondió arrancando el auto.
(Tn) bajó la mirada al suelo y vio bajo sus botas una escopeta.
-Vamos a terminar todos en la cárcel.-Sentenció devolviendo su mirada al frente.
Dentro de la tienda, el dueño, Marshall D. Teach, conocido como ''Kurohige'' por su barba y por ser también el nombre de la tienda, terminaba de contar el dinero de la caja registradora cuando la campanilla de la puerta indicaba que alguien había entrado.
-Largo, estamos cerrados.-Dijo sin quitar la vista de sus dedos llenos de anillos contando billetes.
El sonido de la caña de madera deslizando sobre el cañón de la escopeta de Killer le hizo levantar la mirada.
-Buenas noches, Teach.-Saludó el rubio. Al cabo de unos segundos ingresó Heat con el revolver en la cintura y (Tn) con la pistola en la mano.
La chica saludó con la mano y le regaló una sonrisa, comenzando a caminar entre las góndolas buscando lo que necesitaban pero su festejo navideño.
-Ponga todo el dinero en esta bolsa.-Habló el peliazul tendiéndole una bolsa de cartón de Buggy's.
El hombre tragó duro y procedió a colocar el fajo de billetes que tenia en sus manos en la bolsa.
-¿Bunny?.-Llamó el mayor.
-¿Si?.-Respondió (Tn) a su nombre clave mientras guardaba unos packs de cerveza dentro de su mochila.
-No te olvides de tomar los bocadillos.
-Oh, claro.-Respondió ella tomando tres botellas de vodka con una sola mano de pasada hacía la sección de la comida.
-¿Papas o nachos?.-Preguntó estando frente a una gran variedad de snacks.
-Ambos.
-Y maní.-Agregó su compañero.
-De saber que la perra me costaría tanto, le habría dejado tomarse esas vacaciones que tanto quería.-Habló Marshall viendo al chico con desprecio.
El motivo por el cual la madre del peliazul se había quedado sin trabajo, había sido porque le había reclamado a su empleador por sus muy merecidas vacaciones las cuales el sujeto se había negado a darle ya que por ser época de fiestas, las ventas iban a ir en aumento y teniendo en cuenta las miles de personas que hacían compras a último momento, tuvo el descaro de no solo negarle sus vacaciones sino de también avisarle por adelantado que la tienda permanecería abierta en navidad y año nuevo hasta las dos de la mañana, siendo ella la única empleada, eso sólo podía significar una cosa: Explotación laboral, o mejor dicho, esclavitud asalariada.
-Tienes los mismos ojos que ella.-Dijo mientras mantenía las manos en el aire, observando de reojo su caja registradora vacía.-Se quien eres.
-Oh.-Respondió Killer.-¿Y que planeas hacer?, ¿Denunciarlo con la policía?.-El hombre clavó sus ojos desafiantes en el profundo color azul marino de los del rubio.-Sólo inténtalo, gordito, y lo último que veras antes de morir es la cara que hay debajo de esta balaclava.
-Eso fue genial.-Murmuró Heat con admiración, mirando con los ojos brillantes a su hermanastro.
-Cierra la boca.-Le indicó el mayor.
-Bee.-Llamó su atención la chica.-Recuérdame que debo llevar aparte del alcohol, los snacks y los fuegos artificiales.
-Los pastelitos de chocolate.
Chasqueó los dedos recordándolo. Giró sobre sus talones en plena caminata y volvió por donde había venido, tomó cuatro cajas de pastelitos, los metió en el bolso y se dispuso a caminar a la salida. Antes de retirarse de aquel pasillo vio una caja sobre uno de los estantes en la sección de cuidado personal que le llamó la atención.
-¿Puedes tomar unas gomitas de frutas también?.-Sugirió Heat volteando para hablarle. Sintió que el arma se le resbalaba de las manos, torpemente apretó el agarre y sin quererlo disparó.
-¡Maldita sea, Heat!.-Gritó Killer haciéndose a un lado.-¡Casi me vuelas la cabeza, imbécil!.
-¡Lo siento!.-Se disculpó él. Pálido del miedo por la mirada asesina que le estaba dando su héroe.
Para mejorar la situación, una alarma comenzó a sonar, Kurohige había activado la sirena contrarobos.
-Amigo, eres un bastardo.-Le dijo Killer mirando sin expresión en su rostro al hombre detrás del mostrador. Negó con la cabeza.-Apúrense antes de que venga la policía.
-Ya esta todo listo.-Respondió (Tn) arrastrando dos grandes bolsos a la entrada y cargando su mochila a casi reventar en la espalda.-Hey, Heat.-Este no le hizo caso, rodó los ojos.-Bien.-Suspiró perdiendo la paciencia.-Hot Flaming Cheetos.-Le llamó por su nombre clave.
-¿Si?.
-Ayúdame con las bolsas.
El peliazul guardó su revolver en el bolsillo de su campera y acudió en su ayuda.
-Jaja, yo tenía la de verdad.-Comentó tomando las bolsas y cargándolas mientras (Tn) le abría la puerta.
-Si, si.-Le dijo dándole la razón.-Eres el elegido.
-Ahh.-Suspiró Killer agotado, manejaba un pico de estrés en ese momento.-No se quien de los dos es peor.-Le enseñó una sonrisa forzada al hombre.-Gracias por su cooperación.-Le dio un golpe en la frente con la culata de su escopeta, haciendo que el hombre cayera inconsciente sobre sus espaldas.-Felices fiestas.
Se cargó el arma al hombro y tomó la bolsa con dinero.
Antes de salir, tomó una caja entera de gomitas frutales y se fue de la tienda cargándola debajo de su brazo.
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