16

Las hojas de los arboles se acumulaban sobre las aceras, se debía andar con cuidado porque el camino era engañoso, la naturaleza muerta cubría las imperfecciones de la calle, era muy fácil tropezarse con alguna baldosa saliente o incluso con la raíz de algún árbol. si no prestabas atención podías meter el pie dentro de un charco de agua estancada o de alguna cañería rota. 

La esencia lúgubre y decadente de Spider Miles resaltaba aun mas en otoño, la época del año en la que se hacia mucho mas deprimente tener que habitar esa ciudad tan desdichada.

Dos jovencitos del séptimo año de la primaria de Ohara caminaban por las calles de la avenida principal, buscando una tienda de víveres o una farmacia con urgencia.

-¿Por que no me dices que te sucede?, seria más fácil para mi apresurar el paso si supiera porque corremos.

La chica que caminaba unos pasos mas adelante que el volteo para dedicarle una mirada amenazante.

-Solo camina.-Soltó entre dientes.

Él rodó los ojos y continuo detrás de ella, observando su cabello agitarse con el viento que soplaba por delante.

Sonrió con tristeza, no se cansaba de observarla, no había manera de que no encontrase interesante el mirarla.

Pero que pena solo poder hacer eso, mirarla.

Había comenzado otro año, afortunadamente, a su lado.

Otro año mas de lo mismo, de comienzo de clase, de compartir banco, de comer juntos en la cafetería, de verse un rato luego del colegio, de salir con los chicos de vez en cuando y de quedar para pasar la tarde en casa del pelirrojo.

No lo mal interpreten, agradecía rotundamente el poder disfrutar de eso con ella pero, ¿Hasta cuando iba a tener que seguir cumpliendo el rol de mejor amigo?, ¿No seria mejor si pudiera quitar esa barrera que le impide ser del todo con ella como le gustaría ser?.

¿No sería maravilloso el poder besarla cada vez que lo mirase con rabia como lo había hecho hace solo unos instantes?.

Si, lo era, pero no estaba dispuesto a arriesgarse a cambiar la configuración predeterminada de la relación que mantenía con ella.

Temía al rechazo, temía a la incompatibilidad, pero sobre todo, temía que cuando se decidiese a hacerlo, fuera demasiado tarde.

Había estado tratando eliminar ese obstáculo llamado ''Inseguridad'' desde hacia ya mucho tiempo. Había estado varias noches desvelado intentando convencerse a si mismo de que se atreviera a dar el primer paso. Había tomado nota de todos y cada uno de los consejos que su tío, Doffy, le había dado pero aún no los había puesto en practica.

Recordando eso, creyó que hoy tal vez era el día, no, tal vez no, era el día. Se armó de valor y apresuró el paso para alcanzarla.

-Al fin.-Masculló ella, buscando con la mirada por la acera de en frente alguna tienda.

Kid tragó saliva y alargó su brazo para abrazarla por el hombro y caminar de esa manera.

-Eureka.-Exclamó y cruzo la calle en diagonal antes de que le chico pudiera ponerle una mano encima.

El chico se quedo una fracción de segundo con la mano extendida en el aire, parpadeó un par de veces y bajó rápidamente la mano, se la guardó en el bolsillo y miró a los alrededores, avergonzado de que alguien pudiera haber visto ese patético intento de movida. Cruzó la calle cabizbajo y gruñendo algo así como que era un fracaso.

-¿Con alas?.-Murmuró leyendo el paquete plástico.-¿Que es eso?.

-Son para que no se te muevan de lugar o algo así.-Aclaró el pelirrojo apareciendo con unas barras de chocolate en la mano, una bolsa de malvaviscos y otra de galletas.

-A-ah, si.-Dijo completamente roja de la vergüenza.-Cool.-Devolvió la mirada a la góndola llena de todo tipo de toallas femeninas sanitarias.

-Así que de eso se trataba.-Habló sonriente.-Gunn se ha hecho señorita.

-Por eso no quería que me acompañaras a casa, ¿Ves?.-Tomo otro paquete y comenzó a leer las especificaciones.-Esta situación es un tanto bochornosa para mi.-Frunció el señor sin intender a que se refería con ''ultra invisible''.-No entiendo nada de esto.

El pelirrojo sonrió con calidez. sostuvo todas sus compras con un brazo y tomó uno de los paquetes que se encontraban mas arriba.

-Estas te servirán.-Le entregó un paquete.-No son tan grandes como esas que tienes ahí.-Señaló con la cabeza unas que la chica tenia en la mano.-Supongo que no debes tener una catarata ahí abajo así que con absorción media creo que esta bien.

-Vaya, sabes más que yo y eso que es a mi a la que se le revelaron los ovarios.

-Son cosas que se aprenden cuando tu madre te encarga hacer las compras.-Su sonrisa se apagó un poco.-Bueno, encargaba.

-Gracias.-Habló un poco más segura. Devolvió la mirada al estante del que él las había tomado.-¿treinta berries por esto?.-Hizo una mueca de disgusto.-¿No hay otras más baratas?.

Kid se sintió mal por ella, no le gustaba para nada que ella se estresase por su situación económica y considerando que a el dinero no le faltaba en su nuevo hogar, hacía todo lo posible por evitar que ella gastase ni un solo berrie cuando estaba con él.

Y algo que le molestaba más aún, era que ella se negase a aceptar dinero de su parte. En más de una ocasión había querido darle dinero para ayudar en su casa y ella se había negado rotundamente a recibir ayuda de su parte. Habían tenido incluso peleas muy subidas de tono por ese motivo. 

El orgullo y el espíritu de autosuficiencia de (Tn) se negaba a recibir ayuda de alguien para sobrellevar sus problemas, consideraba mucho más satisfactorio y enriquecedor luchar por su propia cuenta para poder desatascarse de sus contratiempos.

-Puede ser, no lo sé.-Le quitó las toallas y las colocó en la cima de la pila de objetos que cargaba en sus brazos. La tomó de la manga de su suéter y jaló en su dirección.-Luego las buscamos, acompáñame a ver la sección de dulces, necesito más chocolate.

-Más chocolate te hará diabético.-Advirtió viendo todo lo que ya cargaba en sus brazos.

-Puede ser, puede ser.-Comenzó a caminar rumbo a la caja registradora.-A lo mejor...-Sus ojos dieron con unas particulares cajas pequeñas de colores. Se detuvo en seco en frente a esa sección. (Tn) chocó contra su espalda.

-¿Que?, ¿Que pa...?.-Miró en la misma dirección que él.-Oh cielos.

-Wow.-Soltó con los ojos iluminados.-Mira cuanta variedad.

-S-si, mucho variedad.

-Extra lubricado, ultra fino, texturizado...-Comenzó a leer los rótulos.-Vaya, de uva, que sabor tan extraño para un condón, ¿No?.

-Si.-Las mejillas parecían estar al borde estallar de tan rojas que estaban.-Hay bastante de donde elegir.

-¿Cual probaremos primero?.-Preguntó mirándola con una ceja alzada.-Yo en particular.-Tomó una caja roja.-Me siento bastante atraído por este.-(Tn) tragó saliva no sabiendo que responder ante esa pregunta, ¿Era otra de sus bromas pesadas.-Sensación caliente.-Leyó.-Que curioso.

-Ya quisieras, Eustass.-Respondió haciendo de que no le hormigueaba el vientre de solo imaginarse una situación así con él en un futuro.

-Oh vamos, si no es conmigo, ¿Con quien lo harás entonces?.-Dijo en tono burlón.-¿Con el niño de bien Sabo?.

-Ojalá.

-Si es que ese algún día se entera de que existes, tendrás que esperar hasta los treinta y llevar mínimo cinco años de casada con ese imbécil para que te toque.

-No creo que sea tan así, sólo es un poco tímido.

-¿Sólo un poco?.-Enarcó una ceja.-Ese no debe ni masturbarse, es un santurrón.

-Pero no es un mujeriego como alguien que conozco.-Le dedicó una mirada despectiva.

-Mujeriego y todo sigo siendo mejor candidato que ese imbécil.

-No puedes controlar tus hormonas, eres un adolescente puberto asqueroso.

-¿Perdona?.

-Estas todo el tiempo hablando de esa chica que tanto te gusta pero cuando tienes la oportunidad de mirarle el trasero a alguna de nuestras compañeras lo haces.

Kid mordió el interior de su mejilla, sin gustarle el tono de voz que ella estaba usando con él, o mejor dicho, cabreado por fallar una y otra vez en el intento de confesarle sus mas puras emociones a través de indirectas dirigidas hacia ella hablándole de esa supuesta ''chica que le gustaba''.

-Si, pero eso porque no te...-Se mordió la lengua por casi delatarse.-...porque a ella no le intereso en lo absoluto.-Respondió de mala manera.-Si tan solo me diera una oportunidad, le entregaría mis ojos por completo, no necesitaría observar a nadie más.

El corazón de la chica se astillo aún más con esas palabras, ya tenía que soportarlo todo los días hablando de esa misteriosa chica como el romántico mas empedernido que habitara sobre la tierra y ahora con esa confesión no hacía más que echarle alcohol a la herida que comprendía el creer que no se trataba de ella.

Cada día se daba más por vencida en cuanto lo que sentía por el pelirrojo. Pasaban más tiempo juntos que antes y eso que ahora vivían a varios kilómetros el uno del otro pero en cuanto a lo emocional, lo sentía cada vez más distante.

-Cómo sea.-Chasqueó la lengua, se cruzó de brazos y desvió la mirada a la góndola llena de preservativos.-En todo caso.-Cambió de tema. Señaló con la mirada una caja de ultra finos.-Si es que algún día pierdo completamente la cabeza y acabo acostándome contigo, al menos que se sienta como algo real, si es que eres capaz de algún día provocar algo así en una mujer.

-Ya verás.-Le dijo en tono desafiante.-Una vez que me pruebes, vendrás buscando más.

-Kid.-Le dio un golpe con el puño en el hombro.-Que grosero.-Le reto intentando hacer pasar el rojo de sus mejillas por enojo.

-Te encantará que sea grosero.

-¡Kid!.-Le volvió a retar no sabiendo de que manera ocultar la vergüenza de su rostro.

-Oh vamos.-Dio un paso hacía adelante acortando la distancia.-¿En serio no te gustaría que lo hagamos?, digo, es una manera bastante original de fortalecer la amistad.

-Ni en tus sueños más pervertidos, Eustass.

-No vas a escapar de mi Gunn, hasta donde sé, soy tu capitán y tu sigues siendo parte de mi tripulación.-Comenzó a caminar hacía la caja registradora.-Por lo tanto, puedo darte ordenes y hacer lo que quiera contigo, técnicamente me perteneces.

Ya con los productos pagados y después de haber luchado para hacer que (Tn) no se enojase con el por haberle pagado sus productos de higiene, salieron de la tienda.

-Vamos cambia ese rostro.-Le dijo viendo su ceño fruncido.-Sólo fueron treinta berries.

-Te he dicho que no me gusta que me pagues las cosas.-Lo miró con rabia.-Y mucha menos si al menos no aceptas mi dinero.

-Si me ofrezco a pagar tus cosas es porque no quiero que gastes dinero.

-No vuelvas a hacerlo, Kid.-Le ordenó ocultando su vergüenza tras una expresión furiosa.-Ya te he dicho miles de veces que no me gusta y sigues haciendo lo que se te canta.

-¿En serio te vas a enojar?.

-Es humillante que siempre estés pagando por mis cosas.-Confesó bajando la mirada.-Me hace sentir miserable.

-No entiendo que es lo que le ves de malo pero.-La tomó del mentón.-Si quieres dejaré de hacerlo pero sólo bajo una condición.

-¿Que diablos quieres?.-Refunfuñó conectando sus ojos con el color ámbar de los del chico.

-Que me des un beso.

-¿Q-que?.-Nuevamente su estomagó volvió girar como un remolino y sus mejillas se encendieron como dos grandes luces rojas que hacían juego con los matices anaranjados de las hojas de los arboles.

-Dame mi primer beso y yo dejaré de pagar por tus cosas.-Explayó de que iba el plan.-Es una oportunidad que deberías aprovechar teniendo en cuenta que dejaré de hacerlo sólo si eres mi primer beso, de otra manera, tal vez esa chica que deja cartas en mi casillero se te adelante.

(Tn) tragó saliva, se trataba de ella.

-O-oh, ¿Tienes una admiradora secreta?.

-Si, hace como un mes que me deja cartas de amor.-Soltó su mentón y comenzó a revisar dentro de la bolsa de compras.

-Oh, ¿Es ella la chica misteriosa de la que tanto hablas?.

-No, no lo es.-Tomó una de las tabletas de chocolate que había comprado y la abrió.

-Pues se me hace bastante romántico que te escriba cartas, a mi nunca me han escrito una.

-Es bastante meloso, no es mi tipo.

''Creo que una bala hubiera dolido menos'' pensó ''intentando no borrar una sonrisa de sus labios.

-No lo se, tu haz de ser alguien muy especial para ella como para escribirte una carta por día.

-¿Cómo sabes eso?.-Preguntó con extrañado.

-¿Lo que?.

-Que me escribe una carta por día.

Palideció de golpe, la había cagado.

-Tu lo dijiste.-Intento encubrirse.

-No, no lo dije.-Afirmó muy seguro.

-Si lo dijiste.-Insistió.

Hizo memoria por unos segundos.

-No, no lo dije.

-Si lo dijiste imbécil, ¿tienes alzheimer o que?.

-Estoy seguro que no te di ese detalle.

-Pues yo estoy segura de que si lo diste. 

-Bien, como sea.-Se encogió de hombros. Ella dejó escapar una gran cantidad de aire, aliviada de haberse salvado de esa metida de pata.-Seguramente sea alguna de las loquitas de quinto grado, ¿Si viste que el otro día me andaban siguiendo por los pasillo?.

-No las tolero.-Mencionó dejando atrás todo tipo de sutileza.-Son todas unas idiotas.

-Así es.-Afirmó.-Pero igualmente me intriga mucho esa niña en particular, quiero saber quien es, parece conocerme mucho, no se como se ha enterado de que me gustaría formar una banda, es un sueño del cual los chicos y tú saben.-Partió un trozo de chocolate y se lo tendió, ella lo tomó con la mano temblorosa. Se le paró el corazón, había cometido un error que casi le cuesta el anonimato.-Mis teorías son que, puede que se trate de Nojiko.-El mundo pareció derrumbarse para la chica, lo que menos quería es que se le atribuyese a esa chica los poemas tan cargados de emoción y sentimiento que había tomado el tiempo de escribirle.-Tal vez le comente que toco la batería y con eso sacó esa idea de una banda, podría hasta habérselo comentado y no recordarlo. En segundo lugar, puede que sea alguien cercano a mi, de lo cual dudo mucho porque mi lista es bastante reducida y no mantengo relación cercana con ninguna chica salvo una, y eso me hace llegar a la última de las conclusiones, la cual es.-Hizo una pausa para masticar y tragar un trozo de chocolate.-Que eres tú.-La miró fijamente a los ojos. El alma de la chica salió de su cuerpo, fue absorbida por el color amarillento medio anaranjado que rodeaba sus pupilas. La tenía acorralada.-¿Por que esa cara?.-Preguntó riendo.-¿Acaso di en el blanco?.

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