xix. Briar


NINETEEN BRIAR

(HER SPINDLE WHEEL...?)


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BRIAR. OLVIDA EL APELLIDO con el que nació y el otro que se vio obligada a llevar. Olvida todo eso, todas las dificultades familiares, todo lo que no sea Briar, la Vidente, la mujer lobo, la chica de oro.

La cuestión es que cuando habla de ello —y la gente habla de ella, no te acercas a tu antiguo colegio sin que la gente hable... no vives la vida como Briar sin que ocurra, la verdad—, nunca es con un apellido adjunto. Es solo Briar. Sabes de quién está hablando la persona. No hay otra Briar. En parte tiene que ver por ser un nombre poco común, pero aún así. No hay otra persona como Briar.

La mayoría la ve como la misma chica de oro que su abuelo, que su padre, su hermano, su padrino, incluso su novio la mira como si no le pasara nada. El mundo parece estar bajo un encantamiento que nunca quiso lanzar, uno que se conjuró en algún momento entre el día en que sus pecas florecieron y su cabello se convirtió en un rubio miel y su sonrisa la hizo ver como si nada pudiera interrumpir su encanto.

Briar, la Vidente, la mujer lobo...

... La persona que descubrió que Barty Crouch se hace pasar por Ojoloco Moody gracias al hechizo de la luna llena. Y ahora lo sabe. Pero ¿qué puede hacer con eso, ya que él ya la amenazó igual que a sus seres queridos?

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ES UN DÍA CÁLIDO EN MARZO cuando Harry finalmente logra hablar con Holly — o al menor para él, para Holly es más bien por el amor de Dios, ¡si Crabbe se moviera un poco más rápido! Hoy es un día especial porque se cumplen dos meses desde la última vez que hablaron... También un mes desde la última vez que Holly habló con su madre, que pasó los dedos por su cabello mientras explicaba el plan en el que participaba, y Holly se puso de pie, sacudió la cabeza y dijo:

No me gusta esto, madre.

Aguanta —había dicho su madre.

¡No lo haré! —ella le había respondido.

Y entonces su madre se había acercado para asustarla. Las orejas de Holly resuenan con las palabras de su antiguo profesor de Artes Oscuras de Durmstrang: "¿no tiene estómago para esto, señorita Malfoy?" Joder, claro que lo tiene.

Harás lo que te digo —dijo Margo.

Y Holly la encaró con firmeza.

Inténtalo, madre.

Lo que ha llevado a esto. Pansy ha estado describiendo esto como "La Purga de Potter" desde que descubrió en Navidad que Holly era su amigo, ella no estaba impresionada y no molesta, como pensó Holly. Pero Pansy puede decir que Holly se siente mal por ignorar a alguien con quién había entablado amistad, razón por la cual a Pansy se le ocurrió este plan brillante para llevar a Potter hasta la "tumba."

Y esto llevó a las dos chicas, más Draco, a hablar con Rita Skeeter.

Vale, Holly no está orgullosa, pero estaba desesperada. Además, aparentemente la periodista se burló de su madre cuando asistían al colegio y eso fue suficiente para que Holly la ayudara a escribir este artículo totalmente veraz. Holly no ha aprendido las habilidades normales que una madre le enseña a una hija, cómo atarse los cordones de los zapatos o lidiar con la nostalgia, pero ¿sabes lo que sí? Cómo destruir a alguien emocionalmente.

Así que, aquí están. Son las doce y diez, a una corta distancia de los mejores sándwiches de queso conocidos por el hombre y un muy enojado Harry Potter mirando a Holly. Encantador.

—¿Qué es esto? —él dice, sosteniendo una copia de El Profeta.

Holly se encoge de hombros.

—Un periódico —responde tratando de ser indiferente. Sbe por qué está tan enfadado, ella también lo estaría. Pansy dijo todo, Holly simplemente la siguió. Sabe que es malo de su parte, pero si Harry la odia, no hay forma de que sea atraído al cementerio en verano... Además, apesta tener que involucrar a Hermione en esto. (Holly se siente muy mal.)

—¿Primero me ignoras y ahora esto? —dice Harry—. Pensé que eramos amigos.

Le duele decir esto.

—Eso es lo que tu creías.

Harry frunce el ceño.

¿Qué?

—No tenemos derecho a ser amigos, no tiene sentido —dice Holly, cruzando los brazos mientras comienza a alejarse—. Quiero que me dejes en paz, ¿vale?

Por favor, ella piensa. Escucha a Harry protestar, pero lo ignora mientras camina hacia el pasillo para almorzar. Su corazón late con fuerza y se siente cerca de las lágrimas, pero tuvo que hacerlo. Es por su propio bien. No debería haber dejado que llegara a este lugar, pero al menos puede intentar arreglarlo tanto como pueda...

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ASÍ ES COMO BRIAR SE ACORDÓ.

Es un día triste en mayo, las gotas de lluvia cubren las flores esparcidas por los terrenos del castillo cuando Briar se acerca a su antiguo colegio. Le dieron permiso para dejar de usar su chaqueta azul, pero dado que el clima ha sido impactante en los últimos días, la ha estado usando de todos modos, cubriéndola sobre su cabeza principalmente, evitando que su cabello se moje y su rímel mance. Su novio dijo que no le importaría su aspecto, pero a Briar sí, y Dios sabe cuánto tiempo pasa rizando las pestañas y poniendo una maldita vaselina sobre ellas para hacerlas crecer. Es todo un proceso. No arruinará su duro y lo que le gusta llamar "aumentos de autoestima." Las mascarillas también cuentan. Y beber mucha agua. ¡Lo mejor para empezar!

Pero de todos modos, camina hacia el castillo con el ceño ligeramente fruncido, mientras piensa para sí misma. Durante los últimos dos meses —desde que decidió descubrir la visión que la asustó durante la segunda prueba— ha estado usando todo su tiempo libre para mirar su bola de cristal, repartir sus cartas del tarot, mirar un espejo negro con la esperanza de que el futuro vuelva. De vez en cuando va en sentido contrario, y en su lugar ve a su madre, a su padre, o incluso a una Maxime más joven, pero aún no se ha dado cuenta de lo que predijo en la prueba.

Sin embargo, lo hará.

Briar sabe que no hay forma de que pueda, pero lo hará. Intentará hacer que suceda, incluso si es solo la determinación la que la impulsa. Le dijo a Madame Maxime que tuvo una visión extraña, e incluso su directora no cree que pueda descubrir lo que vio, pero Briar no se detendrá hasta que lo recuerde.

Porque aquí está la cosa: Briar estaba jodidamente aterrorizada por su predicción. Tan asustada que le temblaban las manos y se sintió enferma, cuando los gemelos la encontraron de nuevo no sólo abrazó a Fred, oh no, prácticamente se aferró a su brazo. Recuerda lo asustada que estaba —los gemelos y Fleur también, siguen nerviosos por eso— pero ella no sabe por qué... Mas a su debido tiempo lo sabrá.

Tal vez llegue de repente. Estará sentada en su dormitorio, jugando con uno de los juguetes para morder de Sergeant, y estará como: ¡oh, mierda, eso es lo que vi! Pero no ha pasado todavía. Sin embargo, Briar espera que sea pronto. Lleva mucho estar tan desesperadamente esperanzada y tan terriblemente preocupada.

Otro día pasa a otro y sigue sin descubrirlo. Para cuando llega el fin de semana, junto con la luz del sol, Briar está a punto de romperse. ¿Por qué cada vez que no quiere una visión, obtiene diez, pero cuando quiere una no aparece? No pide mucho. Solo saber una cosa, recordarla. Por el amor de Dios, ¿por qué el universo no puede dársela?

Se sienta en los jardines con Fred, George, Lee y Sergeant, ahora que el cielo está despejado. Fleur está ocupada con Maxime, quien la ayuda con la prueba final el próximo mes, por lo que Briar pasa tiempo con su antiguo grupo de amigos... Lo que sería mucho mejor si Briar no sintiera como si una nube de lluvia fuera siguiéndola, untando manchando su máscara y estropeando su cabello.

Fred descansa su cabeza en el regazo de Briar, y ella, George y Lee se turnan para lanzar una pelota de tenis para que Sergeant la atrape. De vez en cuando Fred se une, pero Briar cree que está disfrutando demasiado en su regazo para moverse y arriesgarse. Idiota.

—¿Qué pasará este verano? —dice Lee. Briar sabe trata de distraerla de la nube sobre su cabeza, lo que ella aprecia, pero no puede evitarlo. Pensará en otra cosa (ejemplo: sus pestañas son más largas) y una fracción de segundo después en: mierda, ¿la recuerdo? ¡No!

—Está el cumpleaños de Briar —responde Fred.

George mira a su gemelo. Parece una crítica.

Briar sonríe suavemente. (Entonces piensa: ¿me he acordado?)

—Papá dice que puedo tener una fiesta decente —dice Briar, animándose un poco, incluso si es solo por un segundo. Espera recordar la visión antes de su cumpleaños, porque realmente la estaba esperando. Los gemelos y Lee tienen ya los diecisiete, se puede Aparecer... No en el colegio, claro, pero pueden y Briar no. Además, su padre aceptó una fiesta, lo que la emociona. Se pondrá un vestido bonito y tendrá la mejor lista de reproducción. Va a ser fabulosa—. Invitaré a algunas personas de Beauxbatons, otras de Hogwarts... Si tenéis alguna sugerencia...

—Alguien en forma e interesado en mí —dice Lee.

George resopla.

—Briar no hace milagros.

Lee pone una mano sobre su corazón y abre la boca.

Briar se ríe. (Entonces piensa: ¿me he acordado?)

—Los humanos no ven la belleza de los ángeles, Lee —dice Briar con un guiño—. George, simplemente, no lo entiende.

Lee le sonríe.

—Está celoso de mi belleza.

—¿Qué puedo decir? —dice Fred, increíblemente satisfecho de cómo está sentado—. Me llevé los genes atractivos.

Lee se mofa.

—Al menos, Briar es feliz.

George y Briar se empiezan a reír.

(Entonces piensa: ¿me he acordado?)

—Hay una chica en mi clase de Bellas Artes con la que te veo —dice Briar, y señala hacia donde se supone que debe estar su ojo interior. Lee se ve complacido consigo mismo—. Es realmente agradable. Creo que su padre es el Ministro de Magia francés.

Oooh —deja escapar Lee.

Briar sonríe.

(Entonces piensa: ¿me he acordado?)

Cedric y Mia pasan junto a ellos; Cedric les saluda y Mia sonríe a Briar antes de continuar hacia el lago. Tanto Fred como George giran los ojos una vez que se van, y Briar los mira, obligando a Fred a apartarse de su regazo. Él coloca una mano sobre su corazón.

—Te portaste fatal con su mejor amigo, ¿realmente importa tanto? —dice Briar.

—A ella sí —dice George encogiéndose de hombros.

—Claro que sí —dice Briar—. ¡Vosotros fuísteis los malos primero!

Lee se encoge de hombros.

—Creo que tiene razón.

—Sí, bueno —dice Fred un poco gruñón.

—Nosotros no lo creemos —dice George.

Briar rueda los ojos. (Entonces piensa: ¿me he acordado?)

Lee hace una mueca.

—Me gustaría agregar algo: que os jodan —hace un gesto a los gemelos— por arruinar mi sueño sobre la fiesta de cumpleaños de Briar. No tengo nada que ver con vuestra aversión por Mia Black, y aquí estoy, siendo afectado por ella.

Briar sonríe.

—Hace empeorar las cosas, ¿verdad?

Lee asiente.

—Verdad.

—Está bien, está bien —dice Fred, sentándose mejor—. Hasta que Gryffindor venza a Hufflepuff, no lo dejaremos caer —se vuelve hacia George—. ¿Te parece justo?

—Creo que sí —dice George.

Briar levanta una ceja, al igual que Lee.

—Cedric podría tomarse un descanso del quidditch el próximo año por el torneo —comenta Lee—. Quizás quiera tomar un respiro antes de los exámenes.

—¿Tú punto? —dice George.

Briar y Lee intercambian una mirada, decidiendo dejarlo para otro día.

(Entonces piensa: ¿me he acordado?)

Vuelven a hablar de otras cosas: de Sortilegios Weasley en su mayoría. Durante unos minutos, van por la tangente sobre la mejor manera de llevar a cabo el negocio y deciden que, para principios del próximo año, se asegurarán de tener suficientes para vender en el colegio y darle a Briar para ver si también se venden en Beauxbatons. Mencionan cómo crearán más, teniendo en cuenta que la señora Weasley todavía no está de acuerdo con el asunto, pero al final se encogen de hombros y dicen: lo resolveremos cuando sea necesario, que realmente es la mejor manera de resumir todo su grupo de amistad.

Cuando son las cinco en punto, dejan los jardines para cenar y luego Fred acompaña a Briar de regreso al carruaje, ya que ella quiere ver a Fleur y usar su bola de cristal otra vez. Briar toma la mano de Fred, balanceando sus brazos un poco.

—¿Sabes que sería divertido? —Briar lo mira—. Leerte la palma de la mano en verano. Y también echarte las cartas del tarot.

—Pensé que no querías ver mi futuro —dice Fred.

—No quiero —dice Briar—, pero las cartas y las palmas no muestran una mierda. Simplemente sugieren lo que podría pasar, pero nada demasiado importante... Sólo las uso porque estoy desesperada.

—No es el fin del mundo no recordar la visión —dice Fred. Briar frunce el ceño. Ella no está de acuerdo. También piensa: ¿me he acordado?—. Entiendo que te asustara, ¿pero vale la pena?

—Podría —dice Briar. Sin embargo, está empezando a dudar de sí misma, porque él plantea una buena pregunta. ¿Vale la pena?

—No... no me gusta verte preocupada, y llevas así un tiempo.

Briar deja de caminar y se vuelve hacia Fred, sonriendo suavemente.

—Creo que tienes razón, pero... ¿y si es algo malo? ¿Y si alguien resulta herido?

—No es tu trabajo arreglarlo, Bri —dice Fred.

Briar suspira.

—Supongo —lo mira—. Gracias.

—Para eso estoy —dice Fred.

Él se inclina y la besa, sosteniendo su rostro en sus manos. Briar descansa sus manos sobre su pecho, y cuando se separan, ella le sonríe.

—Te echaré de menos el año que viene.

—Yo igual. Pero seguimos teniendo los fines de semana y sabremos Aparecernos, ¿no? Lo lograremos —él hace una pausa—. ¿Qué piensas hacer al terminar el último año?

Briar se encoge de hombros.

—Sigo pensando en ello.

—Si te quedas en el Reino Unido, podríamos vernos más a menudo —dice Fred, y él le quita las manos de encima y, en cambio, le rodea la cintura con los brazos. Briar lo ama demasiado—. Creo que me odiarás cuando terminemos el colegio.

Briar se ríe y ella sacude la cabeza.

—Honestamente, Freddie, si he llegado tan lejos sin querer matarte, no creo que pase.

Fred la mira.

—¿Qué significa eso?

Ella levanta una ceja.

—Ya sabes, Freddie.

Continúan caminando al rato y ella lo despide antes de subir al carruaje. No hay nadie en la sala de estar, todos siguen aprovechando el cálido verano que logró llegar a Escocia. Briar cierra la puerta, pero luego atrapa a Livvy y Holly, quienes aparentemente evitan a Draco, sentados en los sillones, leyendo. Livvy mira a su hermana y se lleva el dedo a la garganta, fingiendo estar enfermo, y Briar cree que la vio despedirse de Fred.

Briar pone los ojos en blanco.

—¡Tú estarías igual, Liv!

—Seré elegante al respecto —dice Livvy, y Holly lo mira, riendo—. ¡Holliday querida, ni te atrevas...!

Briar levanta las cejas.

—¿Se trata de Dr...?

Holly empieza a reír como hizo Ginny cuando descubrió que su hermano estaba saliendo con Briar. Livvy le arroja un cojín a Briar, pero su ojo interior ya se lo menciona, por lo que se hace a un lado. Se ve poco impresionada. La sonrisa de Holly le recuerda mucho a Draco, lo que le parece extraño.

De todas formas.

Briar camina por el pasillo hacia su dormitorio, esperando encontrar a Fleur allí, y la visión la golpea.

Y la ve, tan claro como el día, todo, desde cómo rozó a Moody hasta cómo la visión se convirtió en su tío. Siente que se le cae el estómago, se detiene en seco. ¡Moody es en realidad el tío Barty!

... Oh, joder.

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BRIAR NO SABE QUÉ HACER: ¿qué se supone que debes hacer en este tipo de situación? Nadie te dice lo correcto cuando descubres que, por alguna razón, tu tío mortífago presuntamente muerto se hace pasar por el ex-Auror Ojoloco Moody. Es un problema muy específico y Briar no tiene la respuesta.

¿Qué debería hacer? No puede contárselo a nadie, ya ha quedado claro que si cuenta algo sobre su tío, él hará daño a sus amigos, y está segura de que esto se expande a Briar sabe quién es. Está confundida, preocupado por dar el paso equivocado, pero lo más importante: está asustada. Aterrorizada. Una mirada equivocada en el pasillo, cuando vea a su tío, y será todo. Tendrá un billete de tren de primera clase para el funeral de alguien, ya sea de Livvy, Fleur, Fred, George, Lee... ¿Cedric, tal vez? Ya ni siquiera hablan tanto, pero la asusta. Podría conseguir que alguien muriera por esto.

Los días se convierten en semanas, y antes de que Briar se dé cuenta, está a dos días de la última prueba. Pasó por la luna llena un par de días antes, y la usó como excusa para tener tiempo libre y evitar a sus amigos. Su estómago ha estado creciendo con temor desde que empezó el mes. Sabe que su ojo interior va a predecir algo catastrófico, así es como siempre se siente cuando está por suceder. En todo caso, está frustrada, porque tiene suficiente con lo que lidiar,

El jueves antes de la prueba, Fred espera a Briar fuera del carruaje. Estuvo lloviendo hasta hoy, cuando finalmente se despejó, por lo que Briar le ha estado diciendo a Fred que se encontrarían en el castillo; quiere estar sola un poco. Cada vez que ve a sus amigos, se siente abrumada. ¿Y si tío Barty les hace daño? Sabe lo que está haciendo ahora, ¿qué pasa si está demasiado nerviosa al verlo, qué pasa si él se da cuenta de que lo sabe? ¿Y si mata a uno de ellos?

—Hola —saluda Briar cuando sale del carruaje. Se cruza de brazos y se obliga a pensar en algo que decir—. Uh, Maxime dice que me está yendo muy bien... Es muy agradable, creo que está orgullosa de mí...

Fred mira sus brazos cruzados y ella se da cuenta de que está un poco herido porque no puede sostener su mano. Él sabe que algo le pasa.

—¿Qué pasa, Briar?

—Nada.

—Claro que sí —dice Fred—. No soy estúpido. Estabas preocupada por esa visión que no podías recordar y luego te olvidaste, ¿la has visto? ¿Por eso actúas así?

Briar deja de caminar. Frunce el ceño hacia él.

—No puedo contarte que vi, Freddie.

—¿Por qué no?

Porque tío Barty te matará.

Ella lo sigue mirando. Él se ve frustrado.

Así que ella lo dice... bueno, dice algo similar.

—Porque te podrían matar.

Fred frunce el ceño.

—¿Y te mataría a ti?

Briar no responde, pero sabe la respuesta.

—¿Esperas que te deje caminar sabiendo algo que podría matarte? —dice Fred—. ¿Son los mortífagos?

—No puedo decírtelo —dice Briar.

Fred parece harto. Briar desearía poder decírselo, pero está demasiado asustada, siente temor cada vez que piensa en el asesinato y lo mira, no quiere que eso sea algo que su ojo interior le diga.

—Es más sencillo si no lo sabes —dice Briar.

Fred sacude la cabeza.

—No estoy de acuerdo.

Comienza a oscurecer; una gota de lluvia golpea la mejilla de Briar.

—No eres tú el que ve el futuro —dice Briar con brusquedad. Sus ojos pican con lágrimas que se acumulan en ellos—. No eres el que vomita su almuerzo tres veces por semana porque han tenido una visión. No eres el que pasa una jodida noche al mes teniendo las peores visiones, sintiéndose físicamente enfermo por lo malas que son y ni siquiera las recuerdas. No eres quien tiene todo el peso del puto mundo sobre sus hombros porque si le cuentas a alguien lo que sabes se irán. Como tu abuelo, tu abuela, tu madre... dame un descanso, Weasley, no lo entiendes, y a menos que tengas visiones como yo, nunca lo harás.

Fred parece sorprendido, pero luego se ve cada vez más enojado.

—¿Intentas decir que es más fácil que me aleje? —dice Fred

Las lágrimas comienzan a caer por su rostro, y ella le da una mirada desagradable.

—Complicas las cosas en estos momentos.

Fred la mira por un minuto antes de sacudir la cabeza y retroceder.

—¿Sabes? Quédate con tu espacio.

Y se aleja.

Y Briar estalla en lágrimas.

Y se estrella en su dormitorio.

Y llora en el pelaje de Sergeant.

Y piensa al menos tío Barty no le hará daño ahora.

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CUANDO LLEGA EL DÍA DE LA TERCERA PRUEBA, Briar ni siquiera puede sentir emoción por ella. Durante las últimas dos semanas ayudó a Fleur con su entrenamiento, pero no pudo evitar sentirse desconectada de todo. Tiene la sensación de que este es el efecto secundario de una visión que está a punto de suceder, como si la estuvieran sacando lentamente del presente y del futuro. Briar no está segura... Todo lo que sabe es que el miedo en su estómago es lo peor que ha habido, hasta el punto de que, anoche, le dolió.

Entra al pasillo con Fleur y se sientan. Fleur está demasiado nerviosa para sentarse con otros,y Briar no quiere hacerlo. No ha hablado con Fred desde su pelea; sí brevemente con George y Lee, pero fue extraño, principalmente porque Briar quiere estar sola y ellos pueden decir que algo anda mal. Aparentemente, Livvy escuchó que George pelearse a Fred por eso. Briar se siente peor, porque no es su culpa, ¿verdad? Ella es la que le dijo que se fuera. Y, además, no está confundida, nerviosa y asustada por Fred; está así por lo que va a pasar... ¿pero qué exactamente?

—¿Estás lista?

—¿Qué pasa contigo, Briar?

Briar enarca las cejas hacia su mejor amiga. Fleur suspira.

—Sabes de lo que hablo. ¿Pasa algo malo?

Briar mira a Fleur por un minuto. Quiere decirle la verdad, pero luego ve terribles destellos de lo que podría suceder, todos en el cuerpo de Fleur, muerta, la luz verde aún brillando a su alrededor. Suspirando, Briar se frota los ojos.

—No te lo puedo contar. Es solo una visión... Pero viene desde principios de mes, y no sé, nunca antes había sido tan malo...

—Podrías contárselo a Maxime —sugiere Fleur.

—Supongo —dice Briar.

—Ella debería saber esto, Briar.

—Supongo —repite Briar, pero en realidad quiere decir ya la abrumo demasiado, estaré bien, he tenido visiones durante años.

Y luego sucede.

—Fleur —dice Briar, entrando en pánico. Su visión ya está cubierta de manchas; normalmente lleva un tiempo, pero esta vez es contundente. En un segundo está en el presente y luego en el futuro. El sonido de la sala suena en sus oídos, antes de que se ahogue por completo; ya no puede escuchar el ruido de los cubiertos, los cotilleos del día, las preguntas nerviosas de Fleur. En cambio, no hay nada, está inmersa completamente en el futuro...

El aire frío prácticamente hace que el cabello en la parte posterior de su cuello se erice. Puede sentir el rocío de la mañana sobre la hierba, rozando sus tobillos. Es difícil de ver, porque para ella es de noche ahora. Todo lo que sí ve es lo que la luna le permite: el brillo del caldero, las lápidas... Lo suficiente como para darse cuenta de que está en un cementerio.

—¿Briar...?

—Está teniendo una visión.

—Tenemos que llevarla a la enfermería.

—No, esperaremos a que regrese.

Aparecen Harry y Cedric mientras su visión se vuelve más nublada. Oye el eco de la voz de Cedric a su alrededor, pensando que esta es parte de la prueba... Oye un susurro muy frío que es tan malo como la brisa misma...

—Mata al otro.

Briar frunce el ceño. ¿Mata al otro?

—Yo digo que nos vayamos ahora.

—¡Ignoráis ciegamente lo que ella querría!

Ve a Cedric caer al suelo. Ve la luz verde. Está muerto. Cedric está muerto... muerto, muerto, muerto. Briar no sabe qué hacer con ella misma. Todo lo que puede ver es el futuro, cuando las personas comienzan a descubrirlo. Escucha el grito de su padre, el llanto de su mejor amiga, sollozando tanto que prácticamente puede escuchar su corazón romperse.

La escena vuelve al cementerio y se mueve de un lugar a otro. Peter arrastra a Harry. Una serpiente teje a través de la hierba, el rocío de la mañana golpeando su espalda, haciéndola brillar. Peter levanta un paño, con algo dentro, mientras comienza a recitar algo... Y luego Briar parpadea.

Todavía puede escuchar el zumbido de la visión en sus oídos, mientras retrocede al pasado, no, al presente, y encuentra a Fred, George y Lee de pie frente a ella, todos preocupados. Briar los mira y luego a Fleur.

—Tengo que... tengo que encontrar a Dumbledore —dice ella.

Fleur se ve horrorizada.

—¿A Dumbledore?

Las palabras de Peter hacen eco en sus oídos: "¡HUESO DEL PADRE, OTORGADO SIN SABERLO, RENOVARÁS A TU HIJO! ¡CARNE DEL VASALLO, VOLUNTARIAMENTE OFRECIDA, REVIVIRÁS A TU SEÑOR...!"

Y luego se da cuenta.

Cedric no solo morirá.

Voldemort regresará.

—Briar —dice Fred, frunciendo el ceño—, ¿estás...?

"...SANGRE DEL ENEMIGO..."

Cedric va a morir. Voldemort va a volver.

Esto no puede estar pasando.

—Briar —prueba George—. ¿Briar?

Briar puede sentir su corazón en la garganta.

No puede dejar que esto suceda.

... ¿Pero no se supone que debe dejar que el futuro suceda?

"... TOMADA POR LA FUERZA..."

No está destinada a entrometerse. Al menos, no con grandes cosas.

Podría interrumpir todo...

"... RESUCITARÁS..."

¿Pero quién dice que será todo?

¿Hay alguna prueba de que su intromisión pueda descarrilar el tiempo?

¿Y realmente es entrometerse?

—Debería buscar a Madame Maxime...

—¡No! ¡Ella quiere a Dumbledore!

¿Por qué... por qué tendría estos poderes si no los usa para el bien?

"AL QUE MÁS ODIAS."

Briar no dejará morir a Cedric.

—Tengo que buscar a Dumbledore —dice Briar, mientras se pone de pie—. Y después a Cedric —los ojos de Fleur se agrandan y Briar sabe que está actuando a la ligera, pero debe detener esto. Puede y lo hará. Si ve el futuro, debería ser capaz de evitar que suceda; esquiva cojines, bolas de nieve, fresas que le arrojan porque lo predice, ¿y por qué no salvar a su amigo?

Briar corre hacia la sala común de Hufflepuff, rezando a Dios para que esté allí. Espera que su ojo interior se aclare para poder averiguar dónde está su amigo antes de que sea demasiado tarde. Tiene que encontrarlo.

Una cosa es segura en su mente. No se sentará y dejará que el futuro suceda, no cuando pueda cambiar algo desastroso, no cuando el destino está en sus manos de una forma que puede moldear.

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